¿Quién es realmente la Virgen de Guadalupe?

“…y adoraron y sirvieron a la criatura en lugar del Creador…” (Romanos 1:25)

                El 12 de diciembre es uno de esos días como tantos en que los católicos provocan la ira del Señor pues cada año, millones de personas alrededor del mundo dejan sus ciudades de origen para emprender largas peregrinaciones (a veces de rodillas) en el lugar religioso más visitado en el mundo, La Basílica de la Virgen de Guadalupe en la Ciudad de México, el cual es considerado uno de los templos marianos más importantes del mundo (Jeremías 7:18). Según la tradición mexicana y los devotos a este mito, la Virgen se le apareció al indio Juan Diego para que subiera al cerro Tepeyac y le construyera un templo en su honor. Desde entonces millones de católicos engañados celebran el 12 de diciembre, el más ferviente culto de idolatría dedicado a La Guadalupana, o como muchos la conocen, "La virgen Morena" (Lea Tepeyac Cinco Siglos de Engaño de Leoncio Garza Valdes).

           Pero ¿quién es realmente la Virgen de Guadalupe? Según lo que la historia confirma, se trata de la mismísima deidad azteca "Tonantzín" que quiere decir en náhuatl "nuestra madrecita" y la cual cedió su lugar a la "María" católica. Antes de la llegada de los españoles, los mexicas sí creían en una diosa madre morena (al igual que en otras religiones paganas), que tuvo un hijo guerrero que los condujo a la tierra prometida, dónde fundaron una ciudad flotante. Pero su nombre no era María ni Guadalupe sino Tonantzín y su hijo tampoco se llamaba Jesús sino Huitzilopochtli. 

          Muchos juandieguistas tratan de vender y defender este cuento español guadalupano sin embargo la realidad es que no hay pruebas ni siquiera de la existencia de Juan Diego. Hasta el mismo sacerdote Manuel Olimán Nolusco criticó la existencia de Juan Diego. El Nican Mopohua por ejemplo narra que en 1531, la Reina del cielo se le apareció a Juan Diego, para que fuera con el Obispo Juan de Zumarraga, y le dijera que le erigieran un altar en el Tepeyac. Sin embargo, hay por lo menos 5 puntos que refutan esa doctrina de Babilonia, Jeremías 7:18:

1- Le llamaban Juan Diego, pero la Bula Papal que autorizo el Bautismo en América llegó hasta 1537.

2- Si el Indio Juan Diego dejo la evidencia de la Imagen de la Virgen en su ayate, ¿entonces porque duraron mas de 4 siglos en hacerlo Santo?

3- En 1531 Juan de Zumarraga, aun no era Obispo, recibió esa consagración hasta 1533.

4- El Inquisidor Juan de Zumarraga, murio sin escribir nada de las apariciones, y sin edificar ninguna Iglesia en nombre de Guadalupe en el Tepeyac.

5- Antes de 1531 en Extremadura España ya se veneraba a la virgen Morena de Guadalupe, inclusive Hernan Cortes porto la imagen de la Virgen en su Estandarte por la Conquista, y en el Tepeyac los Mexicas ya veneraban a la Diosa Azteca Tonantzín.

6. Algunos católicos que defienden este mito sostienen "¿Y tú crees que los indigenas eran tan estúpidos como para cambiar un culto por otro con el argumento de que es el mismo cuando son figuras antagonicas?" Estos ignoran que nada como un poco de Inquisición que no convenza.  De hecho, esta es una de las razones por la que la secta romanista es falsa puesto que el verdadero Cristianismo se predica con amor y mansedumbre y no se obliga y mucho menos se impone con violencia. Claramente los indígenas "rebeldes" no se quisieron ir a bautizar así de fácil cuando ellos tenían bien definidas sus creencias. Basta con leer las bulas papales y sobre fray Juan de Zumárraga, nieto de Nezahualcoyotl para darse cuenta que la inquisición no solo tocó a muchos judíos, moros y cristianos (hugotones, valdenses, albigenses y otros anabaptistas) en toda Europa sino también a los indígenas de América.

7. Aún si la aparición milagrosa y la existencia de Juan Diego fueran verdaderas eso no demostraría que fuera de Dios pues dicha idolatría contradice la misma Palabra de Dios por lo que Gálatas 1:8-9 nos advierte, "Mas si aun nosotros, o un ángel del cielo, os anunciare otro evangelio diferente del que os hemos anunciado, sea anatema." (Vea también Mateo 4:10, 1 Juan 4:1 y 2 Tesalonicenses 2:9-12).

        Esta es la realidad que los españoles católicos deformaron a su conveniencia para negarles identidad, para quitarles sus creencias más sagradas y ocultarnos la verdad que nos ocultaron, para hacer de aquella madre morena un negocio y de nuestras voluntades, una moneda de cambio. De hecho, es la misma diosa madre pagana de las antiguas religiones que empezaron en Babilonia con Semiramis, Nimrod y Tamuz. En Éfeso era conocida como "Diana" (Hechos 19:27), en Egipto era "Isis", y su hijo "Horus", para los Canaán, Fenicia y Siria era "Asera" (Deuteronomio 16:21) y ahora en la Mariolatría del sistema romano que salió del Concilio de Efesos en el siglo 431 d.C y no de las Santas Escrituras. De hecho, otro título pagano que se la daba a esta diosa era la "reina del cielo" y la cual también usa la secta romana para María (Jeremías 7:18 y 44:17-19). Sin embargo, los que conocemos la Biblia sabemos que ni Jesús ni sus apóstoles la llamaron "Madre de Dios", ni enseñaron que María tendría un reinado celestial o que debería ser llamada "reina" y mucho menos un culto de hiperdulia.   
  
¿Pero es esto correcto? No, por varias razones. Primero porque tiene orígenes sincretistas como muchas de las prácticas sincretistas que se tiene en México (como la tradición mexicana del Día de los Muertos) donde se mezclan el paganismo de los indígenas aztecas con tradiciones del catolicismo romano. En otras palabras, que cambien el nombre y la vestimenta (como hicieron los romanos con los dioses griegos) con “elementos cristianos” no significa que será del agrado de Dios o que tiene que aceptarlo. Al contrario, mezclar ideas paganas con el cristianismo o en la adoración de Dios (sincretismo) no lo hace cristiano. Además de que también es profanar las cosas de Dios y condenado en la Biblia (Vea Éxodo 32:5, 17-20; Deuteronomio 18:9-14; Levítico 10:1,2,10; 18:30; 1 Samuel 15:21-22; Ezequiel 22:26; Romanos 12:1-2; 3 Juan 1:11 y 1 Corintios 10:20-22). De hecho, Dios juzgó varias veces a Israel por ese mismo pecado y como dice Job 14:4, “¿Quién hará limpio lo inmundo? Nadie.”

            Además, el problema de la Virgen de Guadalupe no es solo su historia pagana sino sus implicaciones teológicas ya que la Biblia condena la necromancia (comunicación con los muertos como María) pues solo hay un Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo. No dos Mediadores (Vea Isaías 8:19; 1 Timoteo 2:5 y Deuteronomio 18:9-12). Además, si Jesús intercede por nosotros (Vea Hebreos 7:25) entonces ¿por qué necesitamos que María o los santos intercedan por nosotros? ¿A quién escuchará Dios que sea más cercano que Su Hijo? Romanos 8:26-27 describe al Espíritu Santo intercediendo por nosotros. Con el segundo y tercer miembro de la Trinidad ya intercediendo por nosotros ante el Padre en el Cielo, ¿qué posible necesidad habría de tener a María o a los santos intercediendo por nosotros? 

          No solo eso, para que María pueda escuchar las oraciones de todos los creyentes y alrededor del mundo tendría que ser omnipresente lo cual es un atributo divino que solamente le pertenece a Dios (Salmo 73:25; Salmo 139:11-12 y 1 Corintios 8:6). Por tanto, los cristianos no odiamos a la verdadera María (quien por cierto no se llama “Guadalupe” tampoco). Simplemente no la adoramos ni la tratamos como si fuera una diosa porque solamente la consideramos una gran hermana en Cristo, no nuestra madre. Sin olvidar que cada año muchos católicos (hombres y mujeres) andan largas distancias de rodillas con los brazos tiesos a los lados y otros a cuatro patas hasta llegar a al altar de la Virgen de Guadalupe en sus peregrinaciones. Al llegar a la basílica de la capital exhiben las heridas, el negror de la piel quemada y amoratada, el rojo de la sangre y de la carne viva. Sin embargo esto no tiene nada de cristiano puesto que en 1 Timoteo 4:1-5 advierte contra tales prácticas contra nuestro cuerpo, al igual que Filipenses 3:2 y Colosenses 2:21-23.     

        Algunos activistas conservadores como Mamela Fiallo, Santiago Alarcón y Pablo Munoz hasta creen que parte del problema o la razón del auge del feminismo se debe al rechazo protestante hacia la Virgen María la cual ellos idolatran (Feminismo y Cristianismo ¿Compatibles? Debate en Youtube, 30:00). Sin embargo, el problema con esta extrabíblica y antibíblica afirmación es que el catolicismo no dignifica la mujer a través de María sino que la endiosa lo cual ni la misma verdadera María ni Jesús aceptaría (Vea Lucas 11:27-28). Algunos marianos hasta se portan igual que un aliade o feministo si no ponemos a esta mujer (la "María" romanista) al mismo nivel o por encima del mismo Dios.

     El progresismo simplemente no se combate con la idolatría sino leyendo, creyendo y obedeciendo las Santas Escrituras (2 Timoteo 3:16–17). Solo Jesucristo hombre (no la Virgen María) puede salvar y cambiar los corazones de las feministas, proabortistas e idolatras. Quizás esto también explica porque el progresismo ha dominado más en los países católicos (como España, Argentina y México) los cuales no han podido frenar o resistir el progresismo. Al contrario, cada vez se hunden más en ella. Por tanto, con tanta idolatría para este Mito guadalupano, no es sorpresa que México está como está pues sin Cristo no podemos hacer nada y menos si en su lugar ponen a un ídolo pagano disfrazado de cristianismo que Dios aborrece y que solo conducirá a México de mal en peor. 

En fin, idolatría es idolatría, no importa el nombre que le ponga al ídolo (1 Juan 5:21), saludos. 

¿Es cierto que María intercede por nosotros?