¿Es cierto que María intercede por nosotros?

“Mientras él decía estas cosas, una mujer de entre la multitud levantó la voz y le dijo: Bienaventurado el vientre que te trajo, y los senos que mamaste. Y él [Jesús] dijo: Antes bienaventurados los que oyen la palabra de Dios, y la guardan.” – Lucas 11:27,28

           En México, América, Filipinas y muchos otros lugares del mundo, el 12 de diciembre de todos los años se celebra el día de la Virgen de Guadalupe, en honor de la imagen que tiene la tradición católica más importante y con mayor culto en México. Dicha falsa doctrina no solo es extrabíblica sino también antibíblica puesto que solo Cristo es el Mediador entre Dios y los hombres (1 Timoteo 2:5 y Hebreos 4:16) y solo podemos pedir a personas vivas que oren por nosotros, no a los muertos lo cual es condenado en la Biblia (Vea Isaías 8:19 y Deuteronomio 18:10-12). Si Jesús es EL ÚNICO mediador, eso indica que María y los santos no pueden ser mediadores de nuestras peticiones en oración a Dios. Más aún, la Biblia nos dice que Jesucristo Mismo está intercediendo por nosotros ante el Padre “por lo cual (Jesucristo) puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos.” (Hebreos 7:25).       
 
            Con Jesús Mismo intercediendo por nosotros, ¿por qué necesitamos que María o los santos intercedan por nosotros? ¿A quién escuchará Dios que sea más cercano que Su Hijo? Romanos 8:26-27 describe al Espíritu Santo intercediendo por nosotros. Con el segundo y tercer miembro de la Trinidad ya intercediendo por nosotros ante el Padre en el Cielo, ¿qué posible necesidad habría de tener a María o a los santos intercediendo por nosotros? Además, para que María pueda escuchar las oraciones de todos los creyentes y alrededor del mundo tendría que ser omnipresente lo cual es un atributo divino que solamente le pertenece a Dios (Salmo 73:25; Salmo 139:11-12 y 1 Corintios 8:6). Por tanto, los cristianos no odiamos a la verdadera María (quien por cierto no se llama “Guadalupe” tampoco). Simplemente no la adoramos ni la tratamos como si fuera una diosa porque solamente la consideramos una gran hermana en Cristo, no nuestra madre.
      Sin olvidar que cada año muchos católicos (hombres y mujeres) andan largas distancias de rodillas con los brazos tiesos a los lados y otros a cuatro patas hasta llegar a al altar de la Virgen de Guadalupe en sus peregrinaciones. Al llegar a la basílica de la capital exhiben las heridas, el negror de la piel quemada y amoratada, el rojo de la sangre y de la carne viva. Sin embargo esto no tiene nada de cristiano puesto que en 1 Timoteo 4:1-5 advierte contra tales prácticas contra nuestro cuerpo, al igual que Filipenses 3:2 y Colosenses 2:21-23. En fin, "Hijitos, guardaos de los ídolos. Amén." (1 Juan 5:21)    

Objeciones:

“No hereje, orar a los Santos no es lo mismo que intentar hablar con ellos de forma que lo hace un médium o un necromante, que es lo que está condenado. Por tanto, Isaías 8:19 y Deuteronomio 18:10-12 no se refieren a los Santos que viven eternamente en el cielo con el Dios de vivos.”

         Con respecto a hacer diferencia entre necromancia y la invocación católica a los santos muertos, la Biblia es clara cuando dice que “ni quien consulte a los muertos. Porque es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.” (Deuteronomio 12:). Note que no dice, “ni quien consulte a los muertos, excepto los que están en el cielo”. De hecho, en 1 Samuel 28:7-19 el rey Saúl al estar angustiado consulta a una adivina para hablar con un “santo” (Samuel) y ¡Oh sorpresa! Samuel (siendo uno de los profetas más importantes del antiguo testamento y fiel servidor de Dios) no estaba precisamente contento de ser perturbado. Al contrario, se enoja con Saúl condenando sus acciones de acudir a una adivina y profetizando su derrota y muerte ante los filisteos. Esto nos enseña que consultar a los muertos no es buena idea así estén en el cielo.

“Pero en 1 Samuel 28:7-19 dice que consultó con un adivino, que es aberración, distinto que un cristiano hace al hacer un oración Cristocentrica orando para que el santo interseda.”

         Y si es Cristocéntrica la oración entonces, ¿Por qué no ir a Jesús directamente? ¿Por qué otro intermediario? Literalmente a eso vino, a ser el mediador entre Dios y los hombres. Jamás se ha necesitado a ningún santo, ni siquiera a ninguna persona viva para orar a Dios o Jesús. Es una contradicción decir que es hacen oraciónes Cristocéntricas si literalmente se hace a un lado a Cristo y se pone en su lugar a un muñeco de yeso o un rosario donde se le reza más a María que al mismo Padre celestial.

Además, la omnipresencia no tiene nada que ver con escuchar las oraciones porque la Virgen al estar en el cielo no tiene las limitaciones temporales ya que estás son solo del universo.”

            ¿Acaso escuchar las oraciones de todo el mundo, en diferentes idiomas y al mismo tiempo no es ser omnipresente? Claro que lo es pues eso es lo que precisamente significa y aplicar tales característas a personas es un claro ejemplo de divinizar a seres humanos. En pocas palabras, parece que muchos católicos en su intento de querer justificar lo injustificable colocan el cielo como si fuera una especie de máquina transformadora que te da poderes. Muy imaginativo por cierto. También ignoran que la expresión en Marcos 12:26 al 27 “Dios es un Dios de vivos” significa que no dejamos de existir ni aun después de la muerte pero eso no significa que podemos orar a personas que han muerto en Cristo (falacia non sequitur) y asegurar que por estar en el cielo se recibe o se hace merecedor de atributos que solo le pertenecen a Dios no tiene ninguna base bíblica.
         Además, aún glorificados en el Cielo, siguen siendo seres finitos con limitaciones. Es plenamente claro que el orar a María o a los santos es completamente diferente del pedirle a alguien aquí en la tierra que ore por ti. Esta opción tiene una fuerte base bíblica, la otra no tiene absolutamente ningun fundamento en la Biblia sino que solo asumen sin evidencias que con María es una excepción cuando dicha práctica no es biblica y viola los mandamientos de Dios (Deuteronomio 18:10-12).
       Dios simplemente no responde las oraciones basándose en quién es quien sino que contesta basándose en que lo que se pida vaya de acuerdo a Su voluntad (1 Juan 5:14-15). No hay absolutamente ninguna base o necesidades para pedir a aquellos que están en el Cielo que oren por nosotros pues el único que puede escuchar y responder nuestras oraciones desde el cielo es Dios. Por tanto, "¿No debe un pueblo consultar a su Dios? ¿Acaso consultará a los muertos por los vivos?" (Isaías 8:19).

“Natán intercedió en 2 Samuel 12:13-14, Abraham en Lucas 16:31, Moíses intercedió en Números 14:19-20, María intercedió por otros ante Jesús en las bodas de Canaa en Juan 2:1-13 y en Apocalipsis 5:8 vemos que también se habla de las oraciones de los santos. ¿Acaso no demuestran estos pasajes de la Biblia que se puede orar a María y los santos?”

      A ver, en 2 Samuel 12:13-14 Natán estaba vivo y ni siquiera intercede, solo profiere juicio contra David. En Lucas 16:31 vemos a alguien ya muerto (un rico) hablando con otro muerto (Abraham) en el plano espiritual ¿y dicen que se está intercediendo? De hecho, aquí Abraham nunca le pide nada a Dios por ese muerto lo cual tampoco tendria sentido ya que ese muerto está en el infierno eterno. En Números 14:19-20 Moisés sí intercede por el pueblo, pero tanto Moíses como el pueblo están bien vivos. Lo mismo con María en Juan 2:1-13. Por último, los santos muertos en Apocalipsis le piden a Dios por ellos mismos al clamar justicia, no están pidiendo por nadie vivo. En otras palabras, ninguno de esos textos indica intersección de vivos a los muertos (en Cristo).

¿Pero no habla la Biblia de “santos”?

         Sí, el problema está es que los católicos le dan un significado incorrecto pues todos los cristianos son considerados santos y al mismo tiempo son llamados a ser santos. 1 Corintios 1:2 por ejemplo dice claramente, “a la iglesia de Dios que está en Corinto, a los santificados en Cristo Jesús, llamados a ser santos...” (Vea también Hechos 9:13; Hechos 9:32 y Filipenses 4:21). Las palabras “santificados” y “santos” provienen de la misma raíz griega y somos santos en virtud de nuestra unión con Jesucristo. Los cristianos son llamados a ser santos, para que permitan que paulatinamente su vida se ajuste cada vez más a su posición en Cristo. Esta es la descripción bíblica y el llamado de los santos.

Pero ¿qué entiende por “santos” la iglesia católica, en comparación con la enseñanza bíblica? No mucho. En la teología romanista, los santos están en el cielo, mientras que en la Biblia, los santos están en la tierra. En la enseñanza católica, una persona no se convierte en santo, a menos que él/ella sea “beatificado” o “canonizado” por el papa o un obispo prominente. En la Biblia, cualquiera que ha recibido a Jesucristo por la fe, es santo.
       En la práctica católica, los santos son reverenciados, se les reza y en algunos casos, son adorados (no "venerados"). En cambio, en la Biblia, los santos son llamados a reverenciar, adorar y orar únicamente a Dios. He aquí la gran diferencia.

“Te equivocas sectario pues Abraham no estaba vivo en Lucas 16 y sin embargo lo vemos intercediendo”

         En primer lugar, Lucas 16 es una parabola y aun si no lo fuera no justifica la falsa doctrina de la oración a los muertos por las siguientes razones: El mismo pasaje contradice tu creencia pues no vemos al santo Abraham intercediendo por los vivos ni nada de rosarios sino que el relato solo trata de una conversación entre dos personas ya muertas (uno en el infierno y el otro en el paraíso). Además de eso el mismo Abraham admite que no pueden estar en más de un lugar a la misma vez lo que demuestra que los santos en el cielo siguen siendo seres finitos con limitaciones (no son omnipresentes como Dios). Por eso Abraham agrega que “A Moisés y a los Profetas tienen; ¡que los oigan a ellos!”» (v. 29). En otras palabras, a los vivos (no muertos) y al mensaje de Dios.

       Segundo, en los versiculos del 30 al 31 el difunto Abraham también admite no poder hacer milagros entre los vivos (Eclesiástes 9:5) y que es más importante escuchar la Palabra de Dios que hacer actos sobrenaturales. Por tanto, si no hubo salvación en Cristo ni nada de Biblia en el evento sobrenatural de la Guadalupe sino pura idolatría entonces dicha aparición o milagro no vino de Dios y de sus santos (Vea 2 Tesalonicenses 2:9-11).

“Andar hincados en tierra es solo una práctica de la penitencia. Gálatas 6:17 y Colosenses 1:24 apoya castigar el cuerpo como una forma de acercarse más a Dios.”

        En primer lugar la interpretación que dan se derrumba por la evidencia histórica debido a que ninguna persona en el Nuevo Testamento tomó literalmente estas palabras de Pablo como si se tratara de actos autoinfligidas. Segundo, note que Pablo no localiza las cicatrices específicamente en sus manos, pies, rodillas o espaldas, sino que simplemente dice “porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús.” ¿A qué “marcas” y “aflicciones” se refiere entonces el apóstol Pablo? Ciertamente podría estar refiriéndose a sus cicatrices de golpes, latigazos y pedradas que sufrió en manos de sus perseguidores por ser cristiano (2 Corintios 11:23-25). Estas cicatrices lo calificaron como siervo de Cristo (Romanos 1:1; Filipenses 1:1 y Tito 1:1).
        Además, sabemos por Hebreos 10:10 que Jesús solo sufrió una vez por lo que este castigo corporal no tiene base bíblica sino que la contradice. De hecho, en el Antiguo Testamento eran las religiones paganas (no judeo cristianas) las que lastimaban su propio cuerpo físico para agradar a sus falsos dioses (1 Reyes 18:20-40) y Dios mismo prohibió tales prácticas en nuestro cuerpo (Levítico 19:28; 21:5; Deuteronomio 14:1 y Marcos 5:1-5). Jesús dijo que sus sufrimientos fueron “Consumados”, terminado y pagado absolutamente por completo (Juan 19:30). 
         Por tanto, podemos concluir que tales heridas autoinfligidas no son de Dios. En fin, el apóstol Tomas vio algo mejor que los marianos tumbados a la sombra en uno de los laterales de la basílica con los pantalones remangados. Él vio las mismas heridas de Jesús las cuales podía tocar. Con todo y eso, Jesús le dijo: “Bienaventurados los que no vieron (sus heridas) y creyeron” (Juan 20:29). No necesitamos sus heridas literales simplemente porque tenemos las riquezas espirituales que esas heridas ya nos han proporcionado. ¡A El sea la gloria!

        “Además, ustedes los protestontos tampoco deberían condenar nuestras imagenes de la virgencita porque ustedes también tienen fotos de sus familiares y amigos. ¡Hipócritas!”

          En primer lugar, un esposo tiende a llevar la foto de su amada esposa y hasta lo besa cuando la extraña porque no está en su presencia pero en el caso de Cristo no es necesario porque siempre está con nosotros  (Vea Mateo 28:20 y 2 Corintios 5:7). En otras palabras, no tenemos que hacer imágenes de Jesucristo para echarles flores o prenderle velas porque lo llevamos en nuestro corazón.
        Segundo, Exodo 20:4,5 debe ser tomado en su contexto pues no prohíbe hacer imágenes sino hacerlas para inclinarse religiosamente ante ellas y para rendirles culto lo cual es exactamente lo que hacen los católicos con las imágenes de "María", "Jesús", los ángeles y los santos que están "arriba en el cielo" (v.4) y que no hacemos los cristianos no católicos con nuestras fotos. Por algo, ese segundo de los Diez Mandamientos lo omiten (u ocultan) de su catecismo católico y para completar los diez, dividen la prohibición de codiciar en dos (Vea también el Salmo 115:1-8). En fin, gran diferencia, saludos
https://www.gotquestions.org/Espanol/oracion-Maria-santos.html


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