¿Realmente existieron Adán y Eva?

“Si Adán está en tu pasado Dios pone las reglas. Si un simio está en tu pasado el hombre pone las reglas y todo es relativo” – Joe Owen, apologista cristiano, conferencista y Director para América Latina del ministerio Answers in Genesis (Respuestas en Génesis)

           Muchos teístas evolutivos como Venema, Joshua Swamidass, Dennis O. Lamoureus y Francis Collins sostienen que Adán y Eva nunca existieron. Lamoureus de BioLogos por ejemplo afirma, “Mi conclusión principal en este libro es clara: Adán nunca existió, y este hecho no tiene impacto alguno en las creencias fundacionales del cristianismo” (Dennis O. Lamoureus; en el capítulo final de Evolutionary Creation: A Christian Approach to Evolution, 2008). Esta misma información también la pueden encontrar en una serie de tres capítulos extraídos del libro de Lamoureux títulado “I Love Jesus & I Accept Evolution” (2009), donde el autor argumenta con fuerza a favor de la evolución y en contra de la historicidad de Adán. Para apoyar esta nueva creencia que contradice lo que históricamente la religión judeo cristiana siempre ha enseñado por más de 2,000 años, Lamoureus reinterpreta los primeros capítulos de Génesis diciendo que contiene elementos poéticos y que la palabra “Adán” solo significa “humanidad”. Por tanto y a la luz de la “ciencia” secular, Adán y Eva realmente nunca existieron sino que solo son una figura literaria simbólica o un mito prestado de las teogonías de los pueblos circunvecinos de Israel. ¿Pero es esto cierto?

          Para empezar estamos de acuerdo con el significado del nombre “Adán” (humanidad, hombres o humanos) pero no solo eso enseña la Biblia sino que también declara que realmente existió un hombre, el primero por cierto, con ese nombre propio y así lo enseña en Génesis 2:7; 3:19,20; 5:1-2; 1 Crónicas 1:1; Job 15:7; Oseas 6:7 y Mateo 19:4-6; Marcos 10:6-8; Lucas 3:38; Hechos 17:26; Romanos 5:12-21; Corintios 15:21,22 y muchos más. ¿Cómo se pueden entender todos estos versículos bíblicos si decimos que Adán y Eva nunca existieron? ¿Acaso estaban equivocados los autores inspirados? ¿Acaso los engañó el Espíritu Santo? No, pues eso sería negar la inspiración de las Sagradas Escrituras y pondría en duda la omnisciencia de Dios quien no miente ni se contradice. Está claro en estos textos que Pablo y el mismo Jesús hablaron de los padres biológicos de la raza humana como seres personales verdaderos, con nombres propios, como seres históricos reales que una vez vivieron en esta tierra y no como meros símbolos. Así lo entendió también Jerónimo de Alejandría en su Vulgata Latina, por la mayoría de los exégetas y en la tradición judía representada por el famoso historiador judío, Flavio Josefo (Antiguedades de los Judíos, F. Josefo, Editorial Clie, 1988, p.10). De hecho, según varios eruditos, muchos ven el origen de la etimología de esta palabra en el sumerio, “Adam” cuyo significado es también “mi padre” lo cual guarda perfecta consonancia con el testimonio del Nuevo Testamento.

Estos textos así como Job 34:15; Eclesiastés 3:20 y Daniel 12:2 se entienden mejor si realmente Adán fue creado sobrenaturalmente, tal como afirma la Biblia, del polvo de la tierra. Después de todo, no es anticientífico decir que el hombre está hecho del polvo del suelo porque hasta los científicos han demostrado que el cuerpo humano se compone de los mismos elementos que se encuentran precisamente en la tierra y en cuanto a la extracción de la costilla de Adán, los médicos suelen extraer costillas de forma rutinaria en operaciones de cirugía reconstructiva pues a diferencia de otros huesos estas vuelven a crecer siempre y cuando su membrana de tejido conjuntivo permanezca intacta. ¿Acaso el el Creador Todopoderoso no podría hacer lo mismo para formar un ser humano? Por alguna buena razón Adán le dijo a Eva “Eres huesos de mis huesos y carne de mi carne” (Génesis 2:23,24 y Deuteronomio 32:4). Otros quizás pregunten, “Y ¿por qué Dios no pudo haber hecho a Eva de la misma forma que hizo a Adán?” Dios no quiso hacerla de manera ajena y separada del hombre por dos razones principales: La primera, para que todos nosotros, hombres y mujeres, fuéramos descendientes de Adán y estuvieramos relacionados con él (1 Corintios 15:45). Y la segunda, porque Dios quería que Adán y Eva se casaran y que su unión fuera muy estrecha, como si fueran “una sola carne”. Como dice el Talmud, “La mujer salió de la costilla del hombre, no de los pies para ser pisoteada, ni de la cabeza para ser superior, sino del lado para ser igual, debajo del brazo para ser protegida y al lado del corazón para ser amada”.

                Los teístas evolutivos responden diciendo que esto no es cierto desde la perspectiva literaria, cultural o contextual. Sin embargo, es precisamente desde la perspectiva literaria, cultural y contextual que se afirma que Adán era una persona real ya que así lo entendieron tanto los autores bíblicos, los antiguos hebreos, los padres de la Iglesia y los padres de la Reforma Protestante. Además, la ascendencia común de simios y humanos parece incompatible con la Biblia y no encaja con la creación especial y milagrosa “de novo” de la primera pareja humana. Por ejemplo, en ninguna parte de las Escrituras dice que los primeros humanos evolucionaron de animales sino que el primer hombre fue hecho del polvo de la tierra y la primera mujer de su costado (Vea Génesis 2:7,22; 3:19; 1 Corintios 11:8; 15:47 y 1 Timoteo 2:13).

En otras palabras, Todos estos pasajes parecen hablar de un Adán y Eva literal de carne y hueso. Además, Dios mismo enseña que todo se reproduce “según su género” (no según otro género) lo cual es repetido varias veces en Génesis 1:24-31 y 1 Corintios 15:39 y es lo que científicamente observamos. Sin olvidar que la verdadera ciencia muestra que hay límites en la génetica y que las similitudes entre animales y humanos son prueba de diseño común, no ancestro común. Como si fuera poco Adán es hasta mencionado en las cronogenealogías históricas tanto del Antiguo como el Nuevo Testamento las cuales niegan que Adán únicamente signifique “humanidad” o “tierra roja”. Muchos teístas evolutivos responden a esto diciendo que el uso de las genealogías también es un estilo literario propio del judaísmo y que a menudo dan saltos generacionales. Aunque es cierto que se dan saltos (como el caso de Caín debido a su pecado), pero eso no significa que no sea literal pues siguiendo esa lógica tendríamos que negar la existencia de David, Abraham, Noé y el mismo Jesús. Lucas por ejemplo elaboró la genealogía de Jesús de forma ascendente (de hijo a padre) con relación a Adán como el primer hombre de la raza humana. A diferencia de Mateo, quien presenta una genealogía descendente (de padre a hijo).

Por tanto, es lógico que para ambos evangelistas Adán fue un hombre real pues no tiene sentido incluir a una persona ficticia en un árbol genealógico familiar y junto a otras figuras históricas como Zacarías en la historia real de Israel (Mateo 23:35). Además, sin el Adán y Eva históricos nos quedaríamos no solo sin fundamento para la doctrina del matrimonio tradicional y la igualdad y dignidad de hombres y mujeres ante Dios lo cual todo cristiano conservador defiende, sino que también se negaría el pecado original y la razón por la cual necesitamos el Salvador vicario. Es más, cuando decimos que Jesucristo es nuestro Salvador, de ¿qué nos tiene que salvar? Si los primeros seres humanos no fueron creados buenos, inmortales y sin pecados entonces ¿qué sentido tendría la Caída? (Génesis 1:31 y Eclesiastés 7:29). Por eso muchos teólogos liberales, modernistas y teístas evolutivos que niegan esta teología básica del cristianismo terminan cayendo en la herejía pelagiana la cual rechaza el pecado original. Esta es la razón por la que Adán y Eva también importan.

          Sin olvidar que en 1 Corintios 15:45 se compara “el primer hombre Adán” con “el postrer Adán” (Cristo) lo cual tampoco tendría sentido si Adán no fue una persona real (Romanos 5:14). Dicho paralelismo de los dos Adanes (llamado así por comentaristas y teólogos) solo tiene sentido si las obras de estos dos hombres puestos lado a lado son ciertos y no mitológicos sino dos cabezas que contrastan dos órdenes de existencia diferentes. Esta equiparación entre tipo y antitipo favorece notablemente la conclusión de que Adán fue una persona tan real e histórica como lo fue el propio Señor Jesucristo. En otras palabras, todo esto suena razonable si se está comparando un Adán literal con un Jesús literal pues comparar a Jesucristo con un personaje ficticio y mitológico (como hacen los fanáticos ateos militantes) es completamente absurdo. Muchos teístas evolutivos dicen que este tema simplemente no les importa mucho porque el mensaje y obra de salvación no está basado en la historia de Adán, y que si él representa la humanidad como conjunto aún menos.

Sin embargo, estos ignoran que aunque ser teísta evolutivo no toca nuestra salvación el sostenerla presenta un evangelio incompleto puesto que la doctrina de la Caída de Adán es la razón por la que necesitamos salvación de nuestros pecados y ¿Por qué somos pecadores por naturaleza? Porque lo heredamos de Adán, el primer hombre (pecado original) y así lo explica Pablo en 1 Corintios 15 y en Romanos 5:12-21. ¿Quién es este Adán del versículo 14? La respuesta histórico-teológico la ofrece Pablo en el versículo 15 al establecer la diferencia entre “el uno” y “los muchos” y es este “uno” el que pecó en un pasado transgrediendo un mandamiento expreso dado por Dios. Y este debió ser el primer hombre o primera persona histórica que trajo el pecado a sus descendientes con todas sus consecuencias. Por tanto, negar la existencia del Adán y Eva pierde mucho sentido (tanto teológico como histórico) pues debilita y ataca el mensaje del mismo Evangelio de Cristo.  Además, si el hombre fue siempre mortal y evolucionó a través de un proceso de millones de años de muertes, sufrimiento y como resultado de la supervivencia del más apto en la lucha evolutiva por la vida, ¿no sería Dios el responsable de nuestra maldad natural? ¿No nos habría hecho pecadores por naturaleza? Tales reinterpretaciones contradicen la misma Biblia (Eclesiastés 7:29 y Génesis 1:31). Por tanto, si se toma literalmente la teoría de la evolución humana a partir de animales carentes de moralidad, ¿acaso no peligra toda la estructura teológica de la Biblia? En fin, hay que hacer verdaderos malabarismos interpretativos para considerar históricos y auténticas a personajes como Abraham, Isaac y Jacob, pero no a Adán y Eva pues la evidencia bíblica que sustenta la existencia real de Adán y Eva es sumamente sólida.

                 Otro argumento que usan los teístas evolutivos es que la idea hebrea de Adán y Eva es un elemento mitológico que fue tomada o influenciada por los mitos paganos de las culturas del Antiguo Oriente Próximo que existían alrededor de Israel.  Sin embargo, esto hubiese sido imposible por varias razones. Primero, Génesis no está especulando algo sobre el pasado sino que se basa en testigos oculares pues Dios como Creador y Autor de este libro estuvo presente en el principio de Su creación y no quería que Su pueblo fuera influenciado por las falsas ideas de las naciones paganas. Al contrario, quería enseñarles la verdad sobre el pasado y Su plan para con ellos (Deuteronomio 4:19). Segundo, por lo general, los mitos paganos eran ridiculizados entre el mismo pueblo de Israel y un análisis de todo el Antiguo Testamento nos dirige a comprobar que el antiguo pueblo hebreo mantuvo un rompimiento radical con esta manera de pensar del mundo antiguo. Recordemos que a excepción de Israel todos los pueblos del mundo fueron animistas o politeístas y que el pueblo hebreo tenía leyes que estrictamente prohibían la invasión de mitos paganos a su cultura (Vea Deuteronomio 12 y Hechos 17). Como dice el erudito del Antiguo Testamento, Douglas Petrovich, el mismo escenario de los israelitas entrando a la tierra de Canaán ayuda a explicar la razón por la que Dios le dio a Israel Génesis 1-11 (Torá) para que no fueran influenciados con las tradiciones de las naciones que estaban a su alrededor (Douglas Petrovich, Identifying Nimrod of Genesis 10 with Sargon of Akkad by Exegetical and Archeological Means, 274).

         El Dr. Maximiliano Garcia Cordero (1921-2012) fue un experto en las tradiciones del Antiguo Oriente y catedrático de la Universidad de Salamanca y también aceptó que era insostenible la hipótesis de que el relato bíblico (Génesis 1-11) está calcado en mitos paganos como la leyenda de la epopeya de Gilgamesh (Garcia Cordero, M., 1977, La Biblia y el legado del Antiguo Oriente, p.21). El conocido teólogo, gran especialista en Antiguo Testamento y pastor evangélico alemán, Gerhard von Rad (1901-1974), también escribió de Génesis diciendo: “Cuanto ahí se dice, pretende ser tenido por válido y exacto, tal como ahí está dicho. El lenguaje es extremadamente a-mítico; tampoco se dice nada que haya de ser entendido simbólicamente y cuyo sentido profundo tengamos que empezar por descifrar. ” (von Rad, G. 1988, El Libro del Génesis, Sígueme, Salamanca, p.56). La realidad es que son pocos los académicos los que defienden esta tesis de la reinterpretacion mítica y uno de los primeros en rechazarla fue Samuel Sandmel, quien habló del error de la “paralelomanía” que cometían algunos eruditos bíblicos al exagerar primero las supuestas similitudes de ciertos pasajes bíblicos con los mitos y proceder luego a descubrir la fuente y conexión literaria e ignorando las monumentales, abismales y obvias diferencias las cuales las hacen incomparables. Sin olvidar que el propósito del libro de Génesis era precisamente para contrarrestar estos mitos con la historia real por lo que no tiene sentido refutar un mito con otro mito. Por último, los mismos apóstoles negaron estar influenciados por mitos o fábulas (2 Pedro 1:16; Tito 1:14; 1 Timoteo 1:4,7 y 2 Timoteo 4:4) y afirmaron que Génesis era historia real (Mateo 19:4-6; Lucas 17:26-27; Romanos 5:12-19 y 1 Timoteo 2:13-14). En otras palabras, Génesis 1-11 no es mito-historia sino HISTORIA y ANTIMITO.   

            De hecho, aun si tuvieran grandes similitudes (como el caso del diluvio universal) eso tampoco demostraría que Génesis 1-11 son copias de otras religiones antiguas o relatos mitológicos. Al contrario, tales parecidos solo demostrarían que tales eventos sobrenaturales de Génesis realmente ocurrieron y que fueron contado por generación en generación. Solo que la verdadera historia se encuentra en la Biblia al ser la Palabra escrita de Dios quien no miente ni se contradice. Sin embargo, este es otro problema de tales teólogos pues aunque algunos no niegan la divina inspiración de las Escrituras, al compararlos con los mitos paganos del tiempo de los hebreos le quitan así a Génesis su Unicidad revelada. Los teístas evolutivos como los de BioLogos argumentan que Génesis no debería ser tomado literalmente porque su lenguaje está escrita en forma poética como la leyenda de la epopeya de Gilgamesh (poema sumerio). Sin embargo, el libro de Génesis no está escrita en forma mitológica, ni en lenguaje poético. Al contrario, Génesis no contiene lo que se conoce en la poesía hebrea como “Sinónimos de Paralelismo” (reafirmar la misma idea en dos maneras) en cada descripción sino que presenta una forma narrativa normal y una historia cronológica que nada tiene que ver con la poesía.

De hecho este estilo de la poesía hebrea brilla por su ausencia en este capítulo, es decir, no tiene paralelismos o repeticiones de la misma idea (E.J. Young, Studies in Genesis One, 82-83). Por ejemplo, los Salmos 104 y 19:1-2 tienen un sinónimo de paralelismo. No así Génesis 1. Además, Génesis 1 contiene la forma verbal (wayyiqtol) lo cual es una marca de una narración histórica en el Antiguo Testamento (Steven W. Boyd, “The Genre of Genesis 1:1-2:3: What Means This Text?”). Esta es la razón por la que los judíos dividieron sus escritos en tres grupos: históricos, poéticos y proféticos. Génesis lo incluyeron entre los escritos históricos. O sea, aceptaron el relato de la creación y el Diluvio de Noé como históricos. No como un mito como sostienen algunos teólogos modernos y liberales. Por tanto, basarse de fuentes extrabíblicas (como hace John Walton), para decir que los once primeros capítulos de Génesis no son históricos supone no hacer buena exégesis del texto inspirado (una interpretacion objetiva, critica y completa) sino una eisegesis (o interpretación subjetiva que introduce alguna presuposición ajena al texto).

          Es cierto que Génesis tiene unos pocos pasajes figurativos o metóforas pero eso no signifca que todo el libro sea simbólico o poético. Eso sería apelar a una falacia de composición y siguiendo esa lógica entonces tendríamos que decir que los evangelios los cuales hablan sobre la vida y obra de Cristo también son mitológicos o poéticos ya que también contienen mucho simbolismo, principalmente el evangelio de Juan. Hasta el mismo Dr. James Barr (erudito en Hebreo y Profesor Oriel de la Universidad de Oxford) quien no es creacionista de Tierra Joven (YEC) admite esto (James Barr, Carta a David C,C, Watson, abril 23, 1984). Otro erudito en el hebreo con doctorado en estudios conexos es el Dr. Stephen Boyd quien realizó comparaciones estadísticos, un tipo de verbos de frecuencias, entre texto hebreo histórico y poético también llegó a la conclusión de que el género o estilo literario narrado en Génesis 1 es claramente histórico y no poético. Por cierto, aun si fuera demostrado que Génesis 1 es un texto poético, esto no probaría que no puede ser revelación correcta de detalles de historia real. Por ejemplo, el Salmo 78 y 136 relata los eventos claves de la historia de Israel en forma poética.  

         Otros argumentan que Génesis 1-11 es mitológico porque su propósito es teológico y no histórico. Sin embargo, esto es apelar a una falsa dicotomía (conocido también como la falacia del dilema falso, falsa dualidad, falso correlativo o bifurcación) entre historia y teología. ¿Por qué el texto no puede referirse a ambos? La historia de la Biblia no puede separarse de sus afirmaciones teológicas y así lo entendieron los antiguos judios como Flavio Josefo, los padres de la iglesia como Agustín y Teófilo, los padres de la Reforma Protestante como Lutero y Calvino y los grandes teólogos de todos los tiempos como Tomás de Aquino, Jerónimo, etc. Todos vieron el Génesis como una antigua crónica de eventos históricos. Nada entendieron de mitología en la revelación de Dios. Por el contrario, asumieron que desde el capítulo primero el Génesis presenta una estructura histórico-teológica. Como dice el apologista cristiano, Joe Owen, “No podemos separar las implicaciones teológicas de la historicidad del texto.” (Joe Owen, apologista cristiano, conferencista y Director para América Latina del ministerio Answers in Genesis “Respuestas en Génesis”). Otros sugieren que quizás Génesis 1-11 es una parábola figurativa. Sin embargo, en ninguna parte de Génesis ni en el resto de la Biblia dice que sea parábola y tampoco está escrita en forma de parábola. Cuando Jesucristo contaba una parábola, Él empezaba diciendo, “El reino es semejante a…” sin embargo en Génesis 1-11 no se habla de semejanzas o parecidos. Tampoco es una etiología debido a que en la Biblia las tradiciones aparecen y vienen como producto de hechos históricos y no de leyendas inventadas.

           Muchos teístas evolutivos también sostienen que los cristianos que niegan la evolución no ayudan a la causa evangélica o apologética. Sin embargo, hay varios problemas con este tipo de mal argumento. Primero porque la ciencia es solo un método que usan científicos con diferentes creencias, presuposiciones e interpretaciones de la naturaleza. Por tanto, que una creencia sea considerada “ciencia” para estas personas no significa que realmente lo sea. Además según las reglas de la hermenéutica, la Biblia no se interpreta a la luz de la opinión de la “ciencia” secular o de fuentes extrabíblicas como los mitos paganos sino a la luz de la misma Biblia (a esto se le conoce como el principio de la analogía de la fe). Es cierto que la metodología de la ciencia puede ayudar en el estudio de la Palabra de Dios, pero hay que recordar que la ciencia no es perfecta y cambia continuamente y por eso el apóstol nos recuerda que “Tenemos también la palabra profética más segura, a la cual hacéis bien en estar atentos como a una antorcha que alumbra en lugar oscuro” (2 Pedro 1:19 y Hechos 17:11).

         De hecho, si nos vamos a la ciencia encontraremos que el físico y filósofo cristiano, Wolfgang Smith, tenía razón cuando dijo que “Los evolucionistas teístas combinan la mala ciencia con la mala teología”. Por ejemplo, los teístas evolutivos siempre han apelado a ejemplos de ciertos trozos en el ADN conocidos como el ADN “basura” como prueba de evolución y en contra del diseño inteligente. Sin embargo, desde la segunda fase del Proyecto Genoma Humano (el famoso y denominado Proyecto ENCODE descubrió funcionalidad muy sofisticada en el 80% (mayor parte) de nuestro ADN y es muy probable que esta cifra aumente durante los próximos años lo cual no solo contradice las expectativas de los evolucionistas sino que inválida los conceptos de mutación neutra y evolución neutra. Tal como reconoció el biólogo evolutivo y molecular, de la Universidad de Houston, Donen Graur: “Si ENCODE tiene razón, entonces la evolución es incorrecta.” (Donen Graur, SMBE/SESBE Lecture on ENCODE & junk DNA, December 20,2013).

       Este hecho científico también se lleva consigo la idea de la evolución neutral lo que implica que la humanidad está degenerando poco a poco a través de mutaciones que se acumulan en el genoma y que es funcional u operacional. Esta entropía genética o el grado de desorden va aumentando progresivamente en el genoma humano y hace imposible la supuesta evolución progresiva a lo largo de millones de años por lo que sugiere poderosamente que el genoma humano es mucho más reciente. Por tanto, la creencia en un antepasado común de hombres y chimpancés pierde credibilidad porque gran parte de su evidencia se basaba en la suposición de la existencia del ADN “basura”, que ahora ha sido demostrada falsa.

        Con respecto a los o los llamados “pseudogenes” tanto seres humanos como los chimpancés presentan el pseudogén lo cual supuestamente es una versión defectuosa de un gen funcional del pasado y que desde la evolución “prueba” que simios y hombres descienden de un mismo antepasado, en el que ocurrio dicho error. Esto parecía un buen argumento hasta que se descubrió que dicho pseudogén tampoco es un inútil o un error genético sino que posee un función concreta y que realiza la misma función y entropía en todas las especies (Jeffrey P. Tomkins, 2013, The Human BetaGlobin Pseudogene is Non Variable and Functional, Answers Research Journal 6, 293-301). Por tanto, no sería una ascendencia evolutiva a partir de un antepasado común, sino el hecho de ser necesarios para la vida lo cual reflejaría un diseño común (Kovalenko, T.F. & Patrushev, L.I. 2018, Pseudogenes as Functionally Significant Elements of the Genome, Biochemistry, volume 83, pp. 1332-1349 y Yan-Zi Wen et al, “Pseudogenes are not pseudo any more” RNA Biology 9, January 2012).

       Hasta el mismo Francis Collins y otros teístas evolutivos han tenido que admitir que fue un error usar el ADN “basura” como su argumento principal ya que muchos descubrimientos modernos han cambiado la imagen del genoma. Lo mismo se puede decir con los supuestos pseudogenes las cuales también han resultado poseer determinadas funciones, relacionadas con el procesamiento de informacion intracelular lo que signifca que en realidad hay poca evidencia de que humanos y chimpancés hayan heredado su ADN de un ancestro común. Casi todo nuestro ADN es importante y esencial para la vida. Negar esta realidad, como todavía hace cierto sector del evolucionismo, es como darse coces contra el aguijón. Este mismo error cientifico lo hicieron con los llamados órganos vestigiales. De hecho, el argumento del ADN “basura” es una readaptación genética de la tesis decimononica de los órganos vestigiales. En otras palabras, Dios no diseña basura (Salmo 8:4-5).

        En cuanto al pretendido parecido genético del 98-99% entre humanos y chimpancés también es un reflejo de esta mala ciencia puesto que en primer lugar, esta cantidad es engañosamente inexacta y de hecho carece de base real pues cuando se realiza un cuidadoso analisis de los trabajos publicados sobre el genoma del chimpancé resulta que la identidad genética con el genoma humano se ha visto rebajado al 70%. Esto significa que diferimos nada más y nada menos, que en 900 millones de letras ADN (Jerry Tomkins, Comprehensive Analysis of Chimpanzee and Human Chromosomes Revelas DNA Similarity of 70%, Answers Research Journal 6, February 2013, 63-69). Sin olvidar que ya en la época de Darwin se reconocía la escasez de formas intermedias o de transición que mostraban los fósiles. Después de 150 años de exhaustivas investigaciones paleontológicas, los eslabones perdidos sigien mostrandose tan tímidos como siempre y las lagunas sistemáticas existentes entre los principales grupos de clasificación se han consolidado definitivamente. Esta tendencia del mundo de los fósiles se evidencia también en el de la genética. Por tanto, al igual que ocurrió con los antiguos órganos vestigiales, cuando se profundiza un poco más en el ADN “basura”, se descubre que los argumentos que hacen tanto ateos como teístas evolutivos no son válidos. No estamos diciendo que todo nuestro ADN tenga que ser funcional. El genoma ha sido sometido a miles de años de mutaciones degenerativas, rotas y alteradas. Pero la mayor parte del mismo tiene que ser funcional pues, de lo contrario, ya nos habríamos extinguido como especie.

       La teoría de la evolución también propone que la cuna de la humanidad fue en Africa donde evolucionamos a partir de primates en la Africa profunda lo que se conoce como nodo L1 (haplogrupo) que habría hecho que tuvieran piel oscura al igual que muchos africanos y que todos los humanos descienden de ellos y se extendieron por todo el mundo. En cambio, la Biblia no enseña que la humanidad apareció geográficamente en Africa sino en el Medio Oriente (Génesis 2:8) de donde por cierto vino Jesucristo, el postrer Adán (Ezequiel 43:2; Mateo 2:2 y 24:27). En los versículos del 10 al 14 encontramos más detalles geográficos (una región con sus respectivos límites) donde hay circunstancias socio-históricas y factores culturales en la vida de la primera pareja humana. Todo esto nos permite llegar a la conclusión de que en el pasado el Edén fue un lugar real y que por ende no se trata de una alegoría. ¿Y cómo son la gente del Medio Oriente? Tienen piel color marrón. ¿Y qué nos dice la Ciencia sobre el color de piel o melanina? Nos enseña que los genes de la piel vienen en dos pares de cada progenitora como las letras del alfabeto (Aa y Bb). A y B mayúscula representan mucha cantidad de melanina en la piel y a y b minúscula representan poca cantidad.

En otras palabras, los negros solo pueden producir más personas de piel negra y los blancos solo pueden producir más personas de piel clara por lo que Adán y Eva tuvieron que haber sido personas de piel café para poder codificar todos los diferentes colores de piel para las personas que vemos en la tierra hoy en día. Por tanto, Adán y Eva no eran personas blancas como los europeos y tampoco negros como los africanos sino con matiz café como la mayoría de los habitantes del Medio Oriente. Como explica el Dr. Tommy Mitchell, “En base a nuestro entendimiento de heredar el tono de piel pues sospechamos fuertemente que Adán y Eva eran de un tono de piel medio café. Esto daría el rango más amplio de tonos de piel en sus hijos, desde muy claros a muy oscuros” (Respuestas en Génesis, ¿Cuántas razas creó Dios? por el Dr. Tommy Mitchell). Así que, hasta la simple genética demuestra que la llamada salida de Africa es errónea y que el modelo bíblico de la heterocigosidad es cierta.

Además de que fuimos creados con lo que se conoce como el heterocigocidad creada lo cual es fácilmente explicado con la genética, el estudio de la diversidad de los genomas humanos actuales también demuestra que los africanos no son los más antiguos y que habría que buscar la cuna de la humanidad fuera de Africa. La hipótesis de que los africanos también experimentan una elevada tasa de cambio en las bases del ADN mitocondrial (mayor diversidad) aun no se ha demostrado y no es la única explicación posible pues podría deberse también a la arribada de grupos extranjeros procedentes de otras regiones. La mención bíblica de la dispersión de Babel pudo ser una de estas causas. De manera que la geografía de la diversidad genética humana hace más bien poco por mejorar el modelo evolutivo. En cambio, el libro de Génesis sugiere que nuestros orígenes genéticos deberían rastrearse hasta la primera pareja humana creada por Dios, Adán y Eva (Hechos 17:24-27). El Dr. Nathaniel Jeanson, biólogo investigador con doctorado en biología celular de Harvard, también ha expuesto como el dogma de la evolución falla a la luz de la genética moderna (como el ADN mitocondrial y “Eva” mitocondrial) las cuales indican a un origen materno reciente de la Eva bíblica y de un origen paterno reciente (El Adán cromosómico Y) que confirma el relato bíblico en sus libros Traced (Rastreado) y Replacing Darwin (Reemplazando a Darwin).

La genética no es enemiga de la existencia de Adán y Eva. Al contrario, la verdadera ciencia está de nuestro lado puesto que descubrimientos científicos modernos como la “Eva mitocondrial” y el llamado Adán cromosómico Y los cuales los evolucionistas pensaban que iban en contra de la historia bíblica resultaron respaldar esta idea de que solo hubo una progenitora y progenitor de toda la humanidad. Esto se ha convertido en un problema para la teoría de la evolución puesto que a través de estos estudios genéticos se puede rastrear la ascendencia del cromosoma mitocondrial a través de las generaciones. Por ejemplo se puede rastrear desde la hija a la madre, de esta a la abuela maternal y así sucesivamente hasta llegar a la Eva mitocondrial, el ancestro común femenino que poseía las mitocondrias de las cuales descienden todas las mitocondrias de la población humana actual demostrando así que hubo una sola mujer y madre de todos los vivientes, a saber, Eva, tal como enseña Génesis 3:20. Basandose en la técnica del reloj molecular también se estimó que el tiempo transcurrido desde que se produjo la separación de todas las líneas de ADNmt era tan solo unos 120,000 a 200,000 años lo cual ha causado polémica entre genetistas y los paleontólogos evolucionistas que proponen una mayor antiguedad humana.

        Sin embargo, aunque esta fecha del reloj molecular que proponen algunos genetistas es menos antiguo que lo que proponen los paleontólogos evolucionistas también se basa en suposiciones como la tasa de mutación que se adoptó, que ahora se sabe que era 10 y 20 veces más lenta de lo normal. Simplemente corrigiendo esta erronea tasa, resulta que la Eva mitocondrial podría haber vivido hace tan solo entre 6.000 y 12.000 años. ¿Por qué no se ha corregido esta datación si se sabe desde hace años cual es la tasa de mutación correcta en el ser humano? Evidentmente, por exigencias del guión evolucionista. Sin embargo, cuando se realiza estudios analizados, más recientes y desde la perspectiva de la creación, adoptando una tasa de mutación relativamente constante, se observa y se estima con el reloj molecular reciente que el ser humano ha experimentado una tasa acumulada de mutaciones desde la secuencia original de la primera mujer solo en unas 200 o 220 generaciones aproximadamente (alrededor de seis mil años) lo cual es exactamente la secuencia que cabría esperar desde una perspectiva bíblica y que por tanto no haría falta esperar 200,000 años a partir de la primera mujer para obtener las actuales secuencias mitocondriales.

          De la misma manera, se dice que el reloj molecular indica que el Adán cromosómico vivió hace mucho tiempo y las cuales abarcan desde hace 50,000 años hasta 300,000 años atrás. Sin embargo, estas fechas también se basan en supociciones y en datos arqueológicos incompletas las cuales se basan en datos radiometricos para “calibrar” los relojes moleculares. Por tanto, se puede estar seguro de que la mayor parte de estas dataciones publicadas deben estar equivocadas ya que dan respuestas muy diferentes. No obstante, los analisis realizados por genetistas partidarios de la creación, que solo contemplan una tasa de mutación relativamente constante, indican que el Adán cromosómico vivió hace 300 generaciones y que cualquier fecha inferior a los 25,000 años favorece el modelo bíblico, pero no la evolucionista. O sea, el Adán cromosómico y la Eva mitocondrial vivieron esencialmente al mismo tiempo, en un pasado no tan remoto y sin estar separados por cientos de miles de años lo cual respalda de manera asombrosa lo que dice la Sagrada Escritura.      

         Otro problema para la perspectiva evolucionista es que debe haber muchos tipos mitocondriales antiguos pues se asume que hubo muchas otras mujeres aparte de la Eva mitocondrial y por ende predicen una enorme diversidad mitocondrial. Sin embargo, no solo existe hoy poca variabilidad sino una sola rama común proveniente de un primer ancestro femenino lo que significa que hasta independientemente de la cronología asumida, la Eva mitocondrial encaja genéticamente perfecta con una Eva literal y bíblica que con una antecesora simiesca. De la misma manera que en el caso de Eva se puede decir del Adán “Y” cromosómico que solo heredan los varones y la cual pone de manifiesto la verdad bíblica fundamental de que Adán fue el primer padre y ancestro común de todos los hombres. Al igual que en el caso de la Eva mitocondrial los resultados también indican que las mutaciones que separan a los hombres modernos del Adán cromosómico es muy poco tiempo y no en millones de años sino solamente en unos pocos miles. El inconveniente para el evolucionismo es que, si las secuencias del cromosoma “Y” mutan muy rápidamente entonces ¿cómo es posible que todos los varones actuales posean cromosomas “Y” casi idénticos y estos sean tan similares al del Adán cromosómico?

     Esto concuerda con la perspectiva bíblica pero desde el evolucionismo los números no encajan pues si el antepasado varón de todos los hombres actuales vivió hace entre 100.000 y 200.000 años, como propone la teoría de la evolución, entonces se deberían hallar más de cien mil mutaciones entre los hombres modernos y el cromosoma “Y” de Adán. Esto constiyuye un grave problema para la teoría de la evolución pero no para el modelo bíblico pues son compatibles. En fin, a pesar de las muchas semejanzas que puedan existir entre simios y humanos, nuestra singularidad se explica mejor por medio de un diseñador común que mediante un ancestro común.       

        Entonces ¿descendemos de una sola pareja o de toda una población? Los evolucionistas argumentan que una sola pareja sería incapaz de dar lugar a la cantidad de diversidad genética que existe hoy, ni tampoco su distribución geográfica. Aunque se admite que ciertas secuencias de ADN (como el ADN mitocondrial de hembras y el cromosoma Y masculino) se remonantan a un solo individuo, se sostiene que la mayor parte del ADN humano no puede provenir de una sola pareja. Sin embargo, existen dos copias heredadas de la madre y del padre las cuales son perfectamente coherente con los hechos genéticos conocidos pues no requieren ancestros comunes sino que se oponen a dicha hipótesis. Por tanto, la diversidad que se puede observar hoy en los genomas humanos no require necesariamente de una gran población inicial, ni de muchos millones de años sino que resulta consistente también con la diversidad diseñada en Adán y Eva, que habría podido ser muy heterocigótica y manifestarse inmediatamente en cada unos de sus descendientes. En fin, el Dr. Nathaniel Jeanson, biólogo investigador con doctorado en biología celular de Harvard, también ha expuesto como el dogma de la evolución falla a la luz de la genética moderna (como el ADN mitocondrial y “Eva” mitocondrial) las cuales indican a un origen materno reciente de la Eva bíblica y de un origen paterno reciente (El Adán cromosómico Y) que confirma el relato bíblico en sus libros Traced (Rastreado) y Replacing Darwin (Reemplazando a Darwin).

Después de todo, la historicidad de Adán y Eva posee también una confirmación extrabíblica procedente de la arqueología. El doctor E.A. Speiser, notable asiriólogo del Museo de la Universidad de Pensilvania, ha encontrado evidencias arqueológicas que sugieren la historia bíblica de la expulsión de Adán y Eva que datan mucho antes de que se escribiera la epopeya de Gilgamesh y otros mitos paganos lo que demestra que la historia de Adán y Eva ya existía miles de años atras. Sin olvidar que uno de los reporteros investigadores de temas científicos más famosos del mundo es Ian Wilson quien dijo a la comunidad científica mundial que se tomaría unos 10 años para probar que arqueológicamente la Biblia estaba llena de historietas provenientes de “civilizaciones más antiguas que los hebreos”. Tiempo después, Ian Wilson publicó su libro y no le quedó otra alternativa que titularlo: ¡“La Biblia ES historia”! donde admitió que sus hallazgos le mostraron que no existe libro alguno en los anales de la historia que esté por encima de la integridad y la exactitud histórica y arqueológica de la Biblia. Lo mismo ha demostrado Josh McDowell en sus libros como “Evidencia que exige un veredicto” (Evidence That Demands a Verdict: Life-Changing Truth for a Skeptical World). En palabras del gran científico, teólogo y filósofo cristiano, Sir Isaac Newton, “Encuentro más indicios de autenticidad en la Biblia que en cualquier historia profana.”

       Segundo, lo único que puede hacer realmente daño al cristianismo es una creencia que vaya en contra de la misma Palabra de Dios y tal es el caso del mito de la evolución la cual ha alejado a muchos de la fe cristiana empezando con el mismo padre de la evolución, Carlos Darwin quien dejó el cristianismo por el agnosticismo. Hasta el ex vice presidente de BioLogos, el Dr. Karl Giberssto, admitió esto al decir que, “Cuando los jóvenes evangélicos se vuelven “científicamente” informados [refiriendose a los que creen y defienden la teoría naturalista de la evolución] se alejan tanto de sus iglesias que terminan apartados…muchos de mis estudiantes más talentosos ya no atienden a ninguna iglesia y han abandonado completamente sus tradiciones de la fe cristiana” (Giberson, K, 2013, Was a Terrible Year for Evolution, www.thedailybeast.com, January 2014).

También es irónico saber que el mismo Darwin dijo que si había un argumento apologético que por poco lo hizo cambiar de opinión fue el argumento del diseño inteligente (conocido también como el argumento teleológico del filósofo y teólogo, William Paley) la cual muchos teístas evolutivos rechazan. Mientras que Darwin despreciaba el teísmo evolutivo porque la encontraba inconsistente e incompatible con las Sagradas Escrituras. Por tanto, el que hayan famosos ateos o agnósticos que se burlan del creacionismo (como es de esperarse pues estaba profetizado en 2 Pedro 3:3-7) no la hace menos válido que el evolucionismo. Después de todo, no buscamos la aprobación de los ateos sino la de Dios pues como dijo Jesús, “¡Ay de vosotros, cuando todos los hombres hablen bien de vosotros! porque así hacían sus padres con los falsos profetas.” (Lucas 6:26 y Gálatas 1:10). Además, desde los días de Darwin han sido muchos los creyentes que han tratado de reconciliar la evolución con la Biblia pero las respuestas nunca han sido satisfactorias y nunca han logrado convencer a todos los cristianos y tampoco a los ateos.  Aca unos ejemplos:  

“Si Adán y la Caída no son históricos, entonces Jesús murió por un problema mitológico.” – Dr. Terry Mortenson, teólogo, escritor y PHP en historia de geología

Jacques Monrod, científico ateo y ganador de Premio Nobel en biología declaró con respecto al teísmo evolutivo que, “La salvación natural es la más ciega, y cruel manera de evolucionar a nuevas especies. La lucha por la vida y la eliminación del más débil es un proceso horrible de la cual va en contra de nuestro entero ética moderna. Una sociedad ideal es una sociedad no selectiva, una donde el débil es protegido lo cual es exactamente lo opuesto a la llamada ley natural. Me sorprende que un cristiano defienda la idea de que este es el proceso que Dios usó para tener evolución.” (Jacques Monrod, “The Secret of Life”, entrevista con Laurie John, Australian Broadcasting Co., junio 10 de 1976).

David Hall, filósofo de la universidad de Northwestern, escribió sobre las implicaciones de la evolución teísta en el carácter de Dios diciendo, “Lo que sea que Dios haya implementado en la teoría evolutiva y en el data de la historia natural pudo haber sido, no puede ser el Dios protestante de “quien no malgasta no pasa necesidades”. Tampoco puede ser el Dios de amor que se interesa por ser Sus productos…El Dios del Galápagos es descuidado, despilfarrador, indiferente y casi diabólico. Ese no es el tipo de dios que alguien se inclinaría para orar.” – David Hall, “The Godo f the Galapagos”, review of Darwin on Trial by Phillip Johnson, Nature, Vol. 352 (August 8, 1991). P. 486 as cited by Henry Morris p. 416

El biólogo agnóstico y filósofo británico, Thomas Henry Huxley, conocido también como “El bulldog de Darwin”, fue un ardiente defensor de la evolución que dijo, “Esta claro que la evolución es directamente antagónica a la creación … la evolución, si es aceptado coherentemente, hace imposible creer en la Biblia” (citado por Fred John Meldau, “Why We Believe in Creation, Not Evolution”, p.8). Higley, otro científico ateo, afirma, “La evolución teísta, entonces, es una contradicción de términos. Para mantener que la evolución puede ser teísta es tan inconsistente como declarar que lo falso puede ser verdadero” (HRQ p.63).

El Dr. William Provine creía que “La creencia en la evolución moderna vuelve atea a la gente. Uno puede tener un punto de vista religioso que es compatible con la evolución solo si el punto de vista religioso es indistinguible del ateísmo” (Provine, W.B. “No free will” in Catching up with the Vision, Chicago University Press, p. S 123, 1999).

        El escritor ateo llamado Frank Zindler también declaró que, “El efecto más devastador que la biología le hizo al cristianismo fue el descubrimiento de la biología evolutiva. Ahora sabemos que Adán y Eva nunca fueron personas reales, el mito central del cristianismo ha sido destruido. Si nunca hubo un Adán y Eva entonces nunca hubo un pecado original. Si nunca hubo un pecado original entonces no hay necesidad de salvación. Si no hay necesidad de salvación entonces no hay necesidad de un Salvador. Y, yo sostengo que eso pone al Jesús, histórico u otro, en las filas de los desempleados. Pienso que la evolución es absolutamente la sentencia de muerte del cristianismo.” (Frank Zindler, redactor de revista de Ateos Americanos y Director de la Prensa de Ateos).

          Charles Smith, fue presidente de la Asociación Americana para el Avance del Ateismo (AAAA) y también declaró que, “La evolución es ateísmo” (Evolution: Science Fake So Called, 16th Ed. p.87). WoolseyTeller, también de la AAAA dijo que “La idea de Dios no puede ser reconciliado con nuestro conocimiento de la evolución” (Evolution: Science Fake So Called, 16th Ed. p.87). 

Después de leer a Darwin y Spencer, el industrial, empresario, filántropo y magnate ateo, Andrew Carnegie, dijo: “Recuerdo cuando la luz vino como un diluvio y todo me quedo claro. No solo me deshice de la teología y lo sobrenatural, pero encontré la verdad de la evolución.” (Davidheiser, p. 350f).

          Moses Mordecai Marx Levy (alias Karl Marx) fue un cristiano que a la edad de 17 años escribió un hermoso artículo sobre su amor por el Señor. Pero luego fue a la universidad y allí un profesor de filosofía lo volvió antireligioso. Desde entonces desarrolló sus teorías sobre el comunismo las cuales van de la mano con la evolución. De hecho, el mismo Marx dijo: “El libro de Darwin es muy importante y me sirve como una base natural científica para la lucha de clase de la historia” (Conway Zirkle, Evolution, Social Scene, p.86). Hasta le dedicó a Darwin su libro “Das Kapital” la cual firmó diciendo, “Para Carlos Darwin, de un sincero admirador. – Karl Marx 1873”

         Aunque no estaba de acuerdo con todo lo que decía Darwin, el también filósofo ateo, Nietzsche, también aceptaba una evolución sin Dios. Lo mismo se puede decir de Sartre, Fredich Engels y Camus. Fredrich Engels (1820-1895) hasta declaró, “Así como Darwin descubrió la ley de la evolución en la naturaleza orgánica, así Marx descubrió la ley de evolución en la historia humana.” Como si fuera poco, El Manifiesto Humanista también declara, “…Como no teístas, empezamos con humanos, no con Dios, la naturaleza y no con una deidad…la ciencia afirma que la especie humana es una aparición de fuerzas naturales evolutivas.”, pp. 8,16,17.

         En la biografía del dictador ateo, Joseph Stalin, publicado por los rusos comunistas, Yaroslavsky declaró que a una edad joven, Stalin: “Empezó a leer a Darwin y se hizo ateo.” Luego Stalin le dijo a un amigo “Te prestaré un libro para que lo leas; te mostrará que toda esta habladuría de Dios es un absurdo…” “¿Qué libro es ese?” Yo pregunté. “Darwin. Debes leerlo” (David Heiser. P.353). De hecho, un periódico de comunista ruso, una vez explicó que no tenían que enseñar el ateísmo en las escuelas puesto que podían lograr el propósito de ambos al enseñar “las fundaciones del Darwinismo” (HRQ, p.63).

         Hasta el mismo padre de la evolución, Carlos Darwin, le escribió una carta a un teísta evolutivo y profesor de biología en Harvard, llamado Asa Gray, diciéndole que no le convencía la idea de que un Dios amoroso y benévolo usara un proceso tan cruel y horrible (Darwin’s God, Evolution and the Problem of Evil, by C.G. Hunter  and quoted in Steven Jay Gould, “Nonmoral Nature,” in Hen’s Teeth and Horse’s Toes (New York: W.W. Norton, 1983). Darwin describió la evolución como “la guerra de la naturaleza, de hambruna y la muerte, el objeto más exaltado de la cual somos capaces de concebir es la producción de animales más avanzada es lo que sigue” y fue tal teoría lo que hizo que dejara el cristianismo. “La cruel muerte de Annie destruyó los andrajos de las creencias de Carlos en un universo justo y moral. Luego diría que este período sonó el ultimo campanazo de muerte de su cristianismo, Carlos ahora tomó su posición como un no creyente.” (A. Desmond y J. Moore, Darwin: The Life of a Tormented Evolutionist, W.W. Norton & Company, New York, 1991, p. 387).  

“Como yo no creía en la existencia de Dios, creía en la evolución; … Es sorprendente la manera como la evolución convierte en ateos a las personas.” – Julio Alerto Rodriguez, ingeniero químico de la Universidad Católica y pastor de la Iglesia Nueva Vida Internacional en Nueva York

        Como dice el biólogo y teólogo, Antonio Cruz, “No resulta difícil entender por qué los ateos profesan el evolucionismo. Si no se cree en la existencia de Dios, lógicamente hay que pensar que la vida se hizo a si misma mediante las solas leyes naturales. Lo que resulta más difícil de entender, es por qué la evolución, a pesar de sus numerosos inconvenientes técnicos, consiguió atraer tantos creyentes a sus filas y continúa siendo defendido con tanto ardor por algunos cristianos. En realidad, la teoría de Darwin es profundamente naturalista ya que se opone a la necesidad de Dios o a que este tuviera algo que ver con la evolución de los seres vivos. El darwinismo ha jugado un papel fundamental en el ateísmo y la increencia que actualmente sufre el mundo occidental…El teísmo, o la fe en el Dios Creador, es incompatible con el naturalismo o la fe en la naturaleza que se crea a si mismo. Por tanto, el naturalismo teísta es una contradicción en si mismo. La teoría de la evolución no necesita a Dios, pues precisamente afirma que las causas naturales por sí solas lo han creado todo sin un fin o propósito determinado. Querer introducir a Dios como motor del darwinismo, es algo superfluo y sospechoso, que los auténticos darwinistas jamás han aceptado.” (“La Ciencia ¿encuentra a Dios?”, Antonio Cruz, pastor de dos iglesias evangelicas en Sevillas, profesor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Barcelona y descubridor de numerosas especies de crustáceos isópodos).

Aunque C.S. Lewis fue ateo y luego un teísta evolutivo, tiempo después empezó a dudar de la evolución diciendo, “Lo que me inclina a pensar que usted está correcto sobre la evolución como la mentira más central y radical en toda la red de falsedad que ahora gobierna nuestras vidas no es tanto sus argumentos contra ella sino las actitides fanáticas y torcidas de sus defensores.” – C.S. Lewisex-ateo, apologista cristiano, medievalista y escritor británico

“En todo lo declarado en la verdad escritural, la teoría de la evolución está en oposición directa a ella. Si la Palabra de Dios es verdadera, entonces la evolución es una mentira.” (Carlos Spurgeon, conocido como el Príncipe de los Predicadores, en su sermón “Hideous Discovery”, predicado el 25 de julio del 1886).

“[¿Es la evolución compatible con el Dios de la Biblia?] La macro-evolución es una vision filosófica completa…en primer lugar, no. No es compatible con la Biblia. En segundo lugar, no es compatible con la ciencia.” (R.C. Sproul, apologista cristiano, en conferencia, Preguntas y Respuestas, John M. Duncan).

“[¿Hay evidencia para la macroevolución?] Hay dos razones principales para explicar la similitud genética en la estructura del ADN en ciertas criaturas…o sea el ancestro común lo cual es una posible interpretación. Pero ¿cuál es la otra posible interpretación que algunos no quieren considerar? Que en vez de un ancestro común podemos tener un Diseñador común. ¿Por qué los autos tienen cuatro gomas? ¿Por qué tienen un ancestro común? No, porque tienen un diseñador común. Lo mismo se puede decir de la homología. Cuando miramos otras evidencias parece que la mejor evidencia muestra que fuimos diseñados y no evolucionados.” – Frank Turek, en entrevista con Standing For Truth en Youtube, autor del libro, “Robandole a Dios”, fundador y presidente del ministerio de apologética cristiana CrossExamined.org

“Los evolucionistas parecen saber de todo sobre el eslabón perdido excepto el hecho de que sigue perdido” – G.K. Chesterton

“Añadiría que el modelo evolutivo dominante es el naturalismo y puro materialismo. Lo que ahora se presenta como teoría de la evolución tiene sus raíces en Darwin y el Darwinismo…y eso descarta cualquier intervención, fuente o creación. Así que, la conclusión es no. La evolución no es compatible con la cristiandad, punto. Cuánto más entiende el cristianismo y la evolución verás la incompatibilidad.” – Albert Mohler, teólogo histórico, en conferencia, Preguntas y Respuestas, John M. Duncan

“El debate de creación-evolución no trata sobre religión vs ciencia o de Biblia vs ciencia sino de buena ciencia vs mala ciencia. De igual modo, tampoco se trata de fe vs razón sino de fe racional vs fe irracional.” – Norman Geisler, apologista Cristiano

El consenso o Academia de las Ciencias tampoco acepta el teísmo evolutivo diciendo que “No se permite un pie divino, en las Academias científicas.” (Richard Lewontin, “Billions and Billions of Demons”, Crítica de Libros del New York Times, 9 de enero de 1997, pág. 28 y Enseñando la Evolución, páginas 22-25).

         Los científicos ateos y agnósticos más populares de la actualidad tales como Neil deGrase Tyson, Sam Harris, Daniel Dennett, Lawrence Krauss, Carl Sagan, Bill Nye y Stephen Hawking tampoco creen que hay tal cosa como “teísmo evolutivo” porque afirman que Dios no es necesario para la evolución. Hasta el biólogo evolutivo Richard Dawkins cree que el teísmo evolutivo es solo un intento por gente engañada de mezclar dogma con ciencia “y de meter a Dios por la puerta trasera”. Por tanto, el teísmo evolutivo también ha tenido que enfrentar las críticas no religiosas y provenientes de grupos intelectuales ateos y escépticos, que piensan que esta nueva creencia de que Dios usó la evolución para crear el mundo es tan sólo un «intento desesperado» final por justificar la existencia del teísmo o de buscar aceptación. Obviamente, algunos ateos y agnósticos le agradan y prefieren el teísmo evolutivo sobre el creacionismo bíblico, pero no porque estén de acuerdo con el teísmo sino con la evolución la cual consideran una teoría atea y naturalista.

        “En base a Génesis y su historia detallada, Dios tomó el polvo de la tierra e hizo al hombre. El texto hebreo fácilmente pudo decir que Dios usó a algún animal. Pero no es lo que dice. Si alguna vez intentaste transmitir la idea de que los seres humanos eran productos de animales, Génesis es una muy mala manera de hacerlo. Porque parece ir en dirección opuesta exacta…Algo interesante de mis amigos que han aceptado la teoría homínida es que tienen que decir que Dios hace algo especial para pasar de un mono al hombre. Pero entonces una vez que haya admitido el principio de que Dios hizo algo especial ¿por qué no tomarlo todo completo?” – John Lennox, apologista cristiano, doctor en Matemáticas de la Universidad de Oxford y Filosofía de la Ciencia

Aunque el famoso apologista y filósofo cristiano, William Lane Craig, asume en su último libro que la evolución podría ser compatible con la Biblia si fuera cierta, critica a los teístas evolutivos como el famoso genetista evangélico y padre del Proyecto Genoma Humano, Francis Collins, y su equipo de BioLogos, por negar la existencia de un Adán histórico. Craig afirma que “Adán es considerado por Pablo como una persona histórica cuyas acciones afectaron al curso de la historia” (Craig, W. L. 2021, El Adan Historico, Kerigma, p.224). Otro creacionista progresivo, Antonio Cruz, también afirma en su nuevo libro, que “Adán es en cierto sentido la fuente del pecado y de la muerte espiritual de toda la humanidad. Y esto sería suficiente para creer en la existencia de un Adán histórico o real (1 Corintios 15:21-22 y Romanos 5:12-21). De otro modo, si Adán y Eva hubieran sido personajes ficticios, habría que admitir que Pablo estaba malinterpretando el Génesis. Algo incompatible con la inspiración divina de sus escritos.” (Adán y Eva Frente a Darwin, Antonio Cruz)

         En fin, la teoría de la evolución no prueba que no hay Dios pero tampoco demuestra su existencia. No excluye a Dios pero tampoco lo incluye debido a que es una teoría naturalista. No teísta o sobrenaturalista. Por tanto podrá quizás ser compatible con el agnosticismo, el deísmo y otras falsas religiones pero no con el cristianismo ya que contradice la Biblia la cual es nuestra autoridad final. La historia de la iglesia jamás registra tampoco esta interpretación sino que aparece en su formulación moderna a partir de la “Ilustración” (siglo XVIII) y luego en la teología mítica y liberal de la Alta Crítica quienes hasta llegaron a negar la historicidad de Cristo solo por el afán de negar también la historicidad del Adán de Génesis 2-3. Sin embargo tal idea que sostiene que Adán y Eva no fueron personas reales como nosotros sino solo una metáfora o “modelos de enseñanzas” está basado en un incorrecto entendimiento de las Escrituras. Nuestro consejo es que tengamos cuidado con la falsa erudicción que la malinterpreta, saludos.

Fuentes:

Traced (Rastreado) y Replacing Darwin (Reemplazando a Darwin) del Dr. Nathaniel Jeanson, investigador y biólogo molecular de Harvard

Adán y Eva Frente a Darwin de Antonio Cruz, pastor y profesor con títulos en Ciencias Biológicas por la Universidad de Barcelona y descubridor de numerosas especies de crustáceos isópodos

¿Es el relato de la creación de Adán y Eva anticientífico?

¿Venimos del mono o de Adán y Eva?

http://www.cristianismoparaateos.com/?s=adan+y+eva

https://www.baptistpress.com/resource-library/news/global-family-tree-traced-to-noahs-sons-through-y-chromosome/?fbclid=IwAR052aEGHL0MDdYlzYGEQcUVzKP382bP9gZvibyjAgRVSt-Wo2EfKOBmyOU

2 thoughts on “¿Realmente existieron Adán y Eva?”
  1. Dios sea contigo, Félix. Quería preguntarte: ¿Qué opinas del hinduismo y del argumento de que esa religión tiene más validez que nuestra fe cristiana debido a su antigüedad?

    Saludos.

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