Comer insectos, como Juan el Bautista, ¿el futuro de la humanidad?

          En 2013, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés) designó los insectos como una fuente sostenible de alimentos, por lo cual ha crecido un movimiento (principalmente de la extrema izquierda) que busca popularizar los platos con insectos comestibles en el mundo (principalmente para la clase media o baja) para reducir el cambio climático y para solucionar el problema de la escacez de alimentos. Claro, mientras que muchos de los ricos que proponen esta idea como Bill Gates (quien dice disfrutar de las hamburguesas) y Klaus Schwab compran enormes granjas con mucho ganado (Apocalipsis 6:5-6). Esta locura me recuerda la película de distopía llamada “El expreso del miedo” (Snowpiercer) donde la masa pobre come una barra de gelatina negra el cual luego se descubre que su ingrediente principal son insectos molidos y prensados mientras que los ricos comen carne exquisita.

        Pero no solo eso, parte del plan de la élite es reducir la población de los que están en el enorme tren que recorre el mundo sin parar lo cual en la vida real es lo que también buscan los líderes progresistas (como Bill Gates y Klaus Schwab) que creen en el mito de la sobrepoblación. Al final (spoiler alert) el tren es destruido y los sobrevivientes descubren que la tierra todavía es habitable lo cual hace ver la teoría del calentamiento global como lo que es, un fraude que solo busca controlar la gente. Por tanto, aunque este filme que no solo trata de un mundo post-apocalíptico sino de un espacio de encierro y de poder totalitario plagado de tecnologías de dominación está clasificada como ciencia ficción, no está lejos de convertirse en una realidad y en el futuro de la humanidad. Pero según ellos no debemos preocuparnos de no tener nada y de comer gusanos porque al final todos seremos “felices”.

           Quizás alguien diga, “¿Pero no dice Marcos 1:6 que el gran profeta Juan el Bautista comió “langostas” (grillos) cuando estaba en el desierto? ¿Si Juan lo hizo no significa que es nutritivo para nosotros y que no hay nada de malo en alimentarse de insectos? Sin embargo, hay varios problemas con este tipo de argumento pues hay por lo menos dos interpretaciones diferentes con respecto a lo que realmente quiere decir la palabra “langostas” en Marcos 1:6. Acá los argumentos de cada postura:

1 Teoría

          Las langostas que comió Juan se refieren a una especie de saltamontes conocido como la langosta peregrina por las siguientes razones:

       a) Para confirmarlo con la misma Biblia, solo hace falta ver el uso de la misma palabra en otros lugares: La especie más común en Israel es una langosta migratoria conocida como langosta peregrina o del desierto, que suele llegar a ser una plaga devastadora (Joel 1:4, 7 y Nahúm 3:15). Esto también queda confirmado por el sustantivo griego usado para “langosta” que es akrídes que solo significa un “grillo o langosta”. Este significado está respaldado por una variedad de léxicos griegos que confirman el significado de esta palabra. No hay duda de que Juan comía akrídes como parte de una comida conocida en esos lugares. Atribuir este término griego a alguna otra cosa es ignorar su etimología original. Incluso se usa la misma palabra en el Antiguo Testamento griego conocido como la Septuaginta o LXX en Levítico 11:22.

        b) En el primer judaísmo cristiano (gnóstico, de acuerdo con Epifanio de Salamina en su Panarion, parte 30) florecieron los ebionitas entre el siglo II y IV y sostenían que Juan, Jesús y Santiago (todos ellos venerados) eran vegetarianos. Epifanio de Salamina escribió que los ebionitas habían modificado el Evangelio de Mateo (creando el conocido como Evangelio de los ebionitas) para cambiar la palabra “langostas”, es decir, “saltamontes” por “pasteles o tortas de miel” o “de maná” (Contra herejías 30. 13). Cabe señalar que la palabra griega que se traduce “langosta” es akrís y la que se traduce “torta” es egkrís. Se suele interpretar que, puesto que los ebionitas se abstenían de comer carne, deseaban hacer que Juan el Bautista también fuera vegetariano (M. R. James, The Apocryphal New Testament, 1924, p. 9).

        c) Aquellos que asocian la “langosta” de Marcos 1:6 con la algarroba del fruto de un árbol llamado “pan de Juan” ignoran que se llamó así por primera vez en alemán, Johannisbrot, “pan de Juan”, y el árbol que la produce es el Johannisbrotbaum, “árbol del pan de Juan” durante el siglo XIV. Apareció por escrito por primera vez en 1483 en la descripción de un viaje de un peregrino (Etymologisches Wörterbuch der Deutschen Sprache, 1967). No solo eso, en 1591 también apareció en el diccionario español-inglés de Percivall la palabra “algarrova” como equivalente de “carobes” (palabra derivada 298 del árabe jarrub) o “Saint John’s Bread” (Pan de San Juan). Desde el siglo XVI aparece regularmente el nombre “Saint John’s Bread” como sinónimo de “carob” o sea algarroba (A New English Dictionary on Historical Principles, 1893). Por tanto, el origen de relacionar “algarrobas” con las “langosta” no tiene base ninguna ni en la Biblia ni en la palabra griega (akrides) sino que solo sonsuposiciones que ha construido la gente.

2 Teoría

           Las langostas que comió Juan se refiere a las frutas silvestres del ALGARROBO que crecía en los desiertos de Israel, llamadas precisamente en el idioma hebreo como “LANGOSTA” las cuales venían del fruto de un árbol llamado <Ceratonia Siliqua>, y eran muy conocidas porque abundaban en la región del mediterráneo. Al igual que la miel también sabe dulce. De hecho, a muchos turistas que visitan Israel se les presenta este fruto diciendo que eso fue lo que comió Juan el Bautista. Pero acá otras razones de que las “langostas” mencionada en Marcos 1:6 es un modismo hebreo:

           a) Se cree que las langostas (saltamontes) era la dieta útil para los pobres como Juan el Bautista (Levíticos 11:21,22). Sin embargo, Levítico no dice que tales insectos fuera comida para pobres, sino que solo estaba permitido. Jesús y sus discípulos por ejemplo también fueron gente pobre sin embargo no vemos en las Escrituras que se hayan alimentado de langostas sino de peces (Lucas 24:42-43), panes (Mateo 15:2) y probablemente del cordero de la Pascua (Lucas 22:8-15). Tampoco vemos al hambriento Elías y a la pobre viuda de Sarepta interesados en comer algo de “langosta” (insectos) como forma de sobrevivencia sino en un poco de agua, un bocado de pan y un puñado de harina para preparar una pequeña torta cocida (1 Reyes 17:8-24). De hecho, hasta el hijo pródigo en Lucas 15:16 “deseaba llenar su vientre de las algarrobas que comían los puercos; mas nadie le daba.” No dice de insectos sino de algarrobas. Los tres jóvenes hebreos en el Libro de Daniel: Sadrac, Mesac y Abednego, rechazaron comer del menú los ricos manjares y vinos del rey y prefirieron alimentarse solamente con vegetales y agua. Es posible que Juan el Bautista siguiera este mismo ejemplo.

            Aunque comer saltamontes es algo común en países asiáticos y en algunos lugares del Medio Oriente y permitido en la antigua Israel la realidad es que al igual que en nuestra civilización occidental tampoco era la comida del día de los judíos (Usos y Costumbres de los Tiempos Bíblicos de Ralph Gower). Al contrario, en tiempos bíblicos, Israel era más famoso por consumir sus vinos, su miel, sus granadas, frutas, panes, pescados y su aceite de oliva, que se usaba generalmente crudo y ocasionalmente para cocinar carne y, con más frecuencia, guisar legumbres, lentejas y cebada. En Neot Kedumim, la arqueóloga israelí Tova Dickstein, ha organizado paseos donde explica la historia de muchos vegetales y hierbas. En otras palabras, aunque estaba permitido por la ley mosaica ingerir este tipo de insecto aun así parece que era algo inusual e infrecuente consumirlo por los judíos, incluyendo entre los más pobres. Por tanto, basándonos en la antigua cultura judía, tiene más sentido que Juan comiera pan, torta o este tipo de algarrobo con miel que insectos con miel.

         b) Como en cualquier otro idioma, hay palabras en la Biblia que también pueden tener más de un significado según su contexto y eso incluye la palabra “langostas” lo cual puede significar langostas marinas (las cuales quedan descartadas pues Juan vivía en el desierto), langostas de la tierra (grillos o saltamontes), demonios o algún otro tipo de comida. Prueba de ello es Apocalipsis 9:1-11 donde se usa la misma palabra griega. Sin embargo, la forma que son descritas las langostas de Apocalipsis demuestra que no se trata literalmente de langostas (insectos) sino de criaturas malignas, sobrenaturales y con inteligencia, es decir, demonios que plagarán al hombre durante la Gran Tribulación. De hecho, se les manda a que hagan lo contrario de lo que hacen las langostas naturales, pues éstas dañan exclusivamente a la vegetación, mientras que las “langostas” demoníacas de Apocalipsis se les manda que no dañen precisamente a la vegetación, sino solamente al hombre que no tienen el sello de Dios.   

          Otro detalle es que tampoco salen de la tierra sino de debajo de la tierra o el pozo del abismo (v.1-2 y Filipenses 2:10) de la cual se dice que solo Jesús puede abrir y cerrar (Apocalipsis 1:18 y Job 38:17). De hecho, el humo de la apertura de este pozo de donde salen estas “langostas” da entender que son demonios o ángeles caídos que estaban encarcelados en el infierno de fuego (Vea Judas 1:6-7; 2 Pedro 2:4; Mateo 5:22; 13:41-42 y Marcos 9:42-48). Además, las langostas (insectos) de la tierra no tienen rey (Proverbios 30:27). En cambio, estas “langostas” de Apocalipsis capítulo 9 no solo tienen un rey, sino que dicho rey es un ángel caído de destrucción llamado Apolión el cual probablemente es Satanás (v. 11). De hecho, según comentaristas, teologos y algunos padres de la iglesia es posible que Eclesiastés 12:5 se refiera a este tipo de alimento. Atanasio de Alejandría (m. 373 d. C.), por ejemplo, en su fragmento acerca de Mateo 3:4 (Migne, Patrologia Graeca, t. 27, col. 1365) afirma que lo que Juan comía era vegetal, y como prueba de ello cita Ecl. 12:5 de la LXX: “y florecerá el almendro y la langosta se pondrá gorda”. Por tanto, si las langostas en Apocalipsis se refieren a ángeles caídos y no a insectos entonces es probable que las de Marcos 1:6 y Eclesiastés 12:5 tampoco lo sean. Asumir que el término “langostas” solo puede significar “saltamontes” es cometer una falacia de equívoco. Este mismo error o falacia se comete con otras palabras como “ave” en Levítico 11:19 y “unicornio” en Números 23:22.

   http://www.cristianismoparaateos.com/index.php/2017/01/18/los-cristianos-creen-que-los-murcielagos-son-aves/

c)  En la Biblia, las langostas son señal de malas noticias mientras que la miel está asociada con la benignidad y bendición (Números 13:27 y Deuteronomio 26:9). Por tanto, ¿no tendría más sentido que la langosta que comía Juan se refiere a algún tipo de planta como la algarroba lo cual a su vez es más nutritivo y curativo que comer insectos? De hecho, en la literatura rabínica se habla repetidas veces de comer algarrobas. Por ejemplo, en el Midrash Rabbah de Levítico 11:1 dice que “cuando un judío tiene que comer algarrobas se arrepiente”, lo que encaja perfectamente con el mensaje de arrepentimiento de Juan el Bautista en Mateo 3:1-3. Después de todo, si era pan hecha de esta planta bien podría representar también a Cristo o el maná del cielo que comieron los antiguos judíos en los días de Moíses o al plan original de Dios en el Huerto del Edén (Génesis 1:29; Exodo 16:31; Números 11:8 y Juan 6:35). Sin olvidar que su predicación del evangelio de Cristo en Juan 1:29-34 era buena noticia, no mala noticia.          

                d) También es bueno ir a la historia como a la era patrística y preguntarnos ¿qué pensaban los antiguos teólogos cristianos sobre cuál era realmente la dieta de Juan el Bautista? Si bien la palabra griega akrís siempre se ha interpretado como “langosta”, diversos eruditos y padres eclesiásticos explican que lo que se dice en Mateo 3:4 no se refiere a “langostas” literales, es decir, que no eran insectos sino otro tipo de alimento. Acá algunos ejemplos:

        1. Atanasio de Alejandría (m. 373 d. C.), en su fragmento acerca de Mateo 3:4 (Migne, Patrologia Graeca, t. 27, col. 1365) afirma que lo que Juan comía era vegetal, y como prueba de ello cita Ecl. 12:5 de la LXX: “y florecerá el almendro y la langosta se pondrá gorda”.

        3. En el Sermón sobre la profecía de Zacarías, atribuido a Juan Crisóstomo (m. 407 d. C.), se dice que Juan el Bautista comía akrídas botanÇn, que quiere decir “Langostas de plantas”.

         4. Isidoro el Pelusiota (c. 425 d. C.) dice que “las langostas que Juan comió no son, como lo piensan algunas personas ignorantes, animalejos parecidos a escarabajos. Lejos de eso, son en realidad las puntas de plantas [Gr. akrémones, latín summitates]” (Migne, t. 78, col. 270). En su quinta epístola, Isidoro habla de que Juan comía las partes tiernas de las plantas (Ibíd., col. 183- 184).

5. En la nota de pie de plana se hace notar que la Vulgata el cual es una traducción de la Biblia al latín, realizada a finales del siglo IV por Jerónimo de Estridón se traduce locustas, “langostas”, pero que esa palabra también quiere decir “puntas” de plantas.

         6. En su Comentario sobre Mateo, Teofilacto de Bulgaria (c. 1075) observa: “Algunos dicen que las langostas son plantas, las cuales se llaman mélagra; otros dicen que [son] los frutos silvestres del verano” (Migne, t. 123, col. 173).

        7. Calixto Nicéforo (c. 1400 d. C.) dice en su Historia eclesiástica (i. 14) que Juan solía estar en lugares desiertos donde se alimentaba del “follaje de las plantas” y las “puntas de los árboles” (Migne, t. 145, col. 676). De todas las tradiciones, la más firme es la que sostiene que Juan el Bautista comía la fruta de la Ceratonia siliqua, o sea algarrobas. Este árbol, cultivado aún en Palestina, da por fruto una vaina dura en cuyo interior se encuentran semillas comestibles.

       8. El poeta griego, Estesícoro (7-6 siglo a.C) y el comediógrafo griego, Aristófanes también mencionaron este tipo de torta (ἐνγκριδοπώλην) las cuales eran comúnmente hecho de la harina de la ceratonia siliqua y que eran una comida barata para los pobres del antiguo Mediterráneo oriental.

9. Durante los primeros siglos de la era cristiana ya había debates sobre la verdadera dieta de Juan el Bautista como entre Epifanio de Salamina quien pensaba que la palabra langosta se refería a insectos mientras que los ebionitas pensaban que se refería a algarrobas (Epifanio, El libro Panarion 30:13.4-5). Pero como vimos los ebionitas no eran los único que pensaban así sino también algunos padres de la iglesia y otros teólogos antiguos.

10. Según una vieja versión rusa de las Antiguedades judías del antiguo historiador judío, Flavio Josefo, se describe a Juan comiendo frutas y no insectos (Slavonic Josephus). Aunque este Josefo eslavo es considerado por la mayoría de los expertos como una creación del siglo XI nos muestra que el debate sobre el tipo de alimentación de Juan el Bautista tampoco es nada nuevo.

11. En el Sinasario de Santo Apóstol Jacobo (Santiago) de la iglesia ortodoxa (23 de octubre) se afirma que Juan el Bautista nunca comió nada que tuviera espíritu de aliento de vida en él. ¿No incluiría eso a las langostas (saltamontes)?

         Cualquiera que sea la interpretación correcta, hay que recordar que aun si Juan el Bautista hubiese comido realmente saltamontes eso no quiere decir que todos también deberíamos de hacerlo como tampoco significa que Juan comió toda clase de insectos como recomienda la Agenda globalista del 2030 (falacia non sequitur) pues era nazareo por sus votos por lo que no debía comer animales inmundos lo cual incluía la mayoría de los insectos (Vea Levíticos 11:21,22). Sin olvidar que aun si no fuera pecado consumirlos eso no significa que sea saludable para nuestro cuerpo que es templo del Espíritu Santo pues se han encontrado parásitos en más del 80% de los insectos comestibles que quieren que comamos al igual que una sustancia llamada quitinas las cuales causan diferentes tipos de enfermedades debido a que nuestro intestino y sistema digestivo no las pueden procesar.

Por alguna buena razón Dios se los tenía prohibido a Su pueblo escogido pues sabía que en su mayoría no son saludables para el ser humano (Levíticos 11:21,22). De hecho, si fuera tan “nutritivo” en países pobres como Africa no habría hambre. Alguno dirá, ¿pero acaso los que producen este tipo de alimentos no saben que consumirlos podría ser dañino, tóxico y antisanitario para la salud humana y para otros mamíferos? Claro que lo saben, pero como les importa más “salvar” el planeta que la humanidad entonces no les interesa si tales animales nos pueden debilitar, enfermar o hasta reducir la población mundial la cual ellos mismos nos consideran una especie de “virus”.

        Otros dirán, “Pero 1 Corintios 10:25 dice que en el Nuevo Pacto se puede comer de todo lo que hay en la carnicería sin motivos de consciencia. ¿No incluye eso los insectos (entomofagia)?” Eso es cierto, sin embargo, según el contexto de 1 Corintios 10, la carne que se menciona se refiere a la carne animal “cuya sangre ha sido derramada”, no a la de los insectos y obviamente tampoco a la de los humanos (canibalismo) lo cual parece estar también en los planes futuros de la agenda globalista. Los insectos tienen carne, pero no es el mismo tipo de carne animal (1 Corintios 15:39). Hasta la misma Organización de Agricultura y Alimentos de las Naciones Unidas (FAO) hace esta diferencia al promover el consumo de insectos como una alternativa a la carne. En otras palabras, así como 1 Corintios 10:25 no incluye el canibalismo tampoco incluye la entomofagia (consumo de insectos).        

      En fin, espero que Cristo venga antes de la Agenda 2030 pero también pedimos que todo se haga conforme a la voluntad de Dios pues como está escrito, “El Señor no retarda su promesa, según algunos la tienen por tardanza, sino que es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento.” (2 Pedro 3:1-10).

https://theconversation.com/el-consumo-de-insectos-tambien-tiene-riesgos-para-la-salud-hace-falta-mas-investigacion-175479#:~:text=Sustancias%20antinutritivas%20y%20t%C3%B3xicas&text=Destaca%20la%20quitina%2C%20el%20material,prote%C3%ADnas%20y%20en%20su%20utilizaci%C3%B3n

7 thoughts on “Comer insectos, como Juan el Bautista, ¿el futuro de la humanidad?”
  1. Deberías poner esta imagen tambien en el post: https://bashify.io/images/hrHodJ

    Estos Zurdos jajaja, Promoviendo el consumo y comiendo insectos mientras sus “Simpaticos y amigables” politicos se comen sendo solomillo con caviar. Pero hey almenos estan “salvando el planeta”

    1. Entonces comer insectos es pecado, o solo es que no son tan “nutritivos” como los pintan los “naturalistas”???

      Deberías hablar del “calentamiento global” y el mito de la “sobrepoblacion”

  2. Creo que deberias poner fuentes de lo de la toxicidad de los insectos, igual encontré esto, creo que podrías ponerlo en tu post:

    https://theconversation.com/el-consumo-de-insectos-tambien-tiene-riesgos-para-la-salud-hace-falta-mas-investigacion-175479#:~:text=Sustancias%20antinutritivas%20y%20t%C3%B3xicas&text=Destaca%20la%20quitina%2C%20el%20material,prote%C3%ADnas%20y%20en%20su%20utilizaci%C3%B3n.

    Por otro lado, crees que sea malo comer lombrices? Hasta donde he visto no he visto nada negativo con respecto a su consumo.

  3. Entonces comer insectos es pecado, o solo es que no son tan “nutritivos” como los pintan los “naturalistas”???

    Deberías hablar del “calentamiento global” y el mito de la “sobrepoblacion”

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