¿Si no crees en la evolución te convertirás en un tropiezo para el cristianismo y la apologética? ¿Ayuda el evolucionismo al evangelio?

“Una falsa ciencia hace ateos; una verdadera ciencia prosterna al hombre ante la divinidad.“ – Voltaire

       Aunque el teísmo evolutivo es una nueva creencia que sostienen unos pocos teólogos modernos y que no convence a la mayoría de los cristianos, ni ateos aun así hay algunos creyentes que creen que si no lo aceptas entonces eso convertirá a muchos millennials y la generación Z en exvangélicos pues negar esta “ciencia” es una de las principales causas del ateísmo. ¿Pero no será al revés? De hecho, el mismo ex vice presidente de BioLogos, el Dr. Karl Giberssto, admitió que el teísmo evolutivo no ayuda en la apologética, ni acerca a las personas a Dios. Al contrario, “Cuando los jóvenes evangélicos se vuelven “científicamente” informados [refiriendose a los que creen y defienden la teoría naturalista de la evolución] se alejan tanto de sus iglesias que terminan apartados…muchos de mis estudiantes más talentosos ya no atienden a ninguna iglesia y han abandonado completamente sus tradiciones de la fe cristiana” (Giberson, K, 2013, Was a Terrible Year for Evolution, January 2014).

    De hecho, muchos de estos teístas evolutivos creen que el Adán y Eva histórico nunca existieron sino que solo son seres mitológicos o poéticos o que simplemente eran homínidos que evolucionaron de animales. Con creencias como estas que rechazan lo que Dios dice claramente en Su Palabra sobre el origen, el estado original y la antropología del hombre no es sorpresa que los cristianos que se dejan influenciar por dicha movimiento terminen abandonando la iglesia. Obviamente este efecto dominó o reacción en cadena no ocurre con todo el que acepta el teísmo evolutivo pero ciertamente siembra más dudas y confusión que confianza en la Biblia. Por otro lado, esto no se trata de ciencia vs religión sino de la fe de uno contra la fe de otro. Como dice el apologista cristiano, Norman Geisler, “El debate de creación-evolución no trata sobre religión vs ciencia o de Biblia vs ciencia sino de buena ciencia vs mala ciencia. De igual modo, tampoco se trata de fe vs razón sino de fe racional vs fe irracional.”

Sin embargo, algunos defensores del teísmo evolutivo dicen que Gilberson solo estaba dando una opinión basada en su experiencia personal y que no hay estadísticas que lo respalden ni estudios diseñados que apoyen esa conclusión. Por tanto, no deja de ser más que una experiencia subjetiva pues negar la ciencia es lo que realmente conduce a muchos abandonar la fe cristiana. El primer error de este tipo de argumento inválido es que parte de la presuposición de que la evolución es ciencia sin demostrarlo y la cual tratan de reconciliar con la Biblia. A esto se le conoce como eiségesis. El segundo problema es que asume que los creacionistas están en contra de la ciencia y que por eso se pierden los jóvenes lo cual es una horrible falacia de hombre de paja. El mismo museo de Respuestas en Génesis (Answers In Genesis) que tanto atacan se compone de muchos científicos cristianos con mucha preparación académica tales como el Dr. Raymond Damadian (inventor del MRI), Dra. Georgia Purdom, Dr. Danny Faulkner, Dr. David Menton, Dr. Andrew Snelling, Dr. Nathaniel T. Jeanson, Dr. Jason Lisle y el Dr. Jonathan Sarfati.

Algunos creacionistas hasta han sido ganadores de Premio Nobel en ciencia y otros como el Dr. Jerry Bergman ha sido profesor de biología, genética, química, bioquímica, antropología, geología, medicina y microbiología en el Northwest State College de Archbold Ohio durante 25 años. Posee 9 títulos universitarios, entre ellos dos doctorados y sin embargo no cree en la evolución. Pero no solo eso, los grandes padres de la ciencia no solo fueron científicos cristianos sino también creacionistas tales como Newton, Kepler, Pascal, Faraday, Maxwell, Kelvin, y Fleming. De hecho, los últimos tres mencionados ya tenían conocimiento de la teoría de evolución y los tres la rechazaron.  Por tanto, creer que hay que enseñar evolución (como si eso fuera una doctrina de la Biblia o verdadera ciencia) o sino la gente dejará de creer en Dios o en la iglesia no es solo cometer una falacia non sequitur (no se sigue) sino que también demuestra que ignoran que hay muchos científicos que no creen en la macroevolución. En cuanto a estadísticas se refiere es todo lo contrario pues se ha entrevistado a varios jóvenes quienes dijeron haber abandonado el cristianismo debido a que aceptaron la evolución mientras que aquellos que recibieron conferencias en la ciencia de la creación permanecieron firmes en su fe y en la asistencia de su iglesia local. Al final de este video puede ver un ejemplo de este estudio. 

       De hecho, según encuestas en Estados Unidos, más del 75% de niños y jóvenes de hogares cristianos que van a las escuelas públicas pierden su fe en la Biblia antes del primer año de universidad y ¿adivinen qué se enseña en las escuelas públicas y universidades seculares? La evolución, no la creación. (“Indoctrination, Public Schools and the Decline of Christianity” de Michael J. Metarko y “Let My Children Go” de Jeremiah Films). De hecho, el debate entre creación vs evolución brilla por su ausencia en los salones de clases debido a que no se permite cuestionar la evolución ya que se enseña de manera dogmática. Cuaqluiera que ha visto el video documental de Ben Stein títulado “Expulsado: No se permite la inteligencia” o “IndoctriNation” de Joaquín Fernández sabe que esto es cierto pues hay miles de casos de competentes maestros que son despedidos y de profesores de ciencia altamente calificados a los que se les niega el ejercicio de su profesión por su indisposición a declararse con fe en la evolución; de estudiantes a los que se les han rechazado las disertaciones de su doctorado en ciencias, simplemente porque defienden el creacionismo; y de estudiantes que han sido expulsados de su clase por cuestionar la idea de que la evolución es un hecho.

       Irónicamente, las primeras escuelas y universidades públicas tuvieron su origen en la iglesia donde toda educación era gratuita, universal y creacionista. Fue tan colosal esta educación cristiana que comenzó a añadir facultades y avanzar en areas de derechos, ciencia, artes y el servicio público. Hasta grandes universidades como Harvard, Cambridge, Princetone, Oxford, Yale y otras de gran prestigio fueron fundadas por gente creacionista. La Universidad de Oxford hasta tiene un lema en latín, “Dominus Illuminatio Mea”, que significa, “El Señor es mi Luz” la cual es una cita del Salmo 27. Pero ya no es así. Cuando se empezó enseñar la teoría de la evolución la cual condujo luego a la eliminación de las oraciones, los 10 Mandamientos y la Regla de Oro que solían poner en las paredes de salones de clases, la creación bíblica por la teoría naturalista de Darwin, y cualquier mención de Dios o Jesucristo.

       Además, basta con escuchar el testimonio de los mismos activistas ateos quienes afirman haber dejado la fe cristiana gracias a la evolución (no al creacionismo) y aun después de ateos dicen que el teísmo evolutivo tampoco les convence y que más bien le dan pena que tales creyentes contradigan su propia Biblia con dos teorías opuestas. Como dijo el biólogo agnóstico, filósofo británico y ardiente defensor de la evolución, Thomas Henry Huxley, conocido también como “El bulldog de Darwin”, “Esta claro que la evolución es directamente antagónica a la creación … la evolución, si es aceptado coherentemente, hace imposible creer en la Biblia” (citado por Fred John Meldau, “Why We Believe in Creation, Not Evolution”, p.8). Higley, otro científico ateo, afirma, “La evolución teísta, entonces, es una contradicción de términos. Para mantener que la evolución puede ser teísta es tan inconsistente como declarar que lo falso puede ser verdadero” (HRQ p.63).

     El Dr. William Provine fue un historiador estadounidense de la ciencia y de la biología evolutiva y la genética de poblaciones. Fue profesor universitario distinguido de la Cornell University y profesor en el Departments of History, Science and Technology Studies, and Ecology and Evolutionary Biology. ¿Qué opinaba este ateo del teísmo evolutivo? “La creencia en la evolución moderna vuelve atea a la gente. Uno puede tener un punto de vista religioso que es compatible con la evolucion solo si el punto de vista religioso es indistinguible del ateísmo” (Provine, W.B. “No free will” in Catching up with the Vision, Chicago University Press, p. S 123, 1999). El mismo consenso o Academia de las Ciencias tampoco acepta el teísmo evolutivo diciendo que “No se permite un pie divino, en las Academias científicas.” (Richard Lewontin, “Billions and Billions of Demons”, Crítica de Libros del New York Times, 9 de enero de 1997, pág. 28 y Enseñando la Evolución, páginas 22-25). “Al decidir por tanto seguir a la ciencia [la noción de ‘miles de millones de años’ de historia terrestre] en vez de la Escritura en temas de orígenes, enseguida, aunque no sin dolor, me deslizé hacia abajo a la llamada pendiente resbaladiza hacia la incredulidad.” (Ronald L. Numbers, 2006. The Creationists, p.13).

       Charles Smith, fue presidente de la Asociación Americana para el Avance del Ateismo (AAAA) y tambien declaró que, “La evolución es ateísmo” (Evolution: Science Fake So Called, 16th Ed. p.87). WoolseyTeller, también de la AAAA dijo que “La idea de Dios no puede ser reconciliado con nuestro conocimiento de la evolución” (Evolution: Science Fake So Called, 16th Ed. p.87). Después de leer a Darwin y Spencer, el industrial, empresario, filántropo y magnate ateo, Andrew Carnegie, dijo: “Recuerdo cuando la luz vino como un diluvio y todo me quedo claro. No solo me deshice de la teología y lo sobrenatural, pero encontré la verdad de la evolución.” (Davidheiser, p. 350f). “Como yo no creía en la existencia de Dios, creía en la evolución; … Es sorprendente la manera como la evolución convierte en ateos a las personas.” (Julio Alerto Rodriguez, ingeniero químico de la Universidad Católica y pastor de la Iglesia Nueva Vida Internacional en Nueva York).

      Los científicos ateos y agnósticos más populares tales como Stephen Hawking, Neil deGrase Tyson, Sam Harris, Daniel Dennett, Lawrence Krauss, Carl Sagan y Bill Nye también creen que no hay tal cosa como “teísmo evolutivo” porque afirman que Dios no es necesario para la evolución. Hasta el biólogo evolutivo y famoso agnóstico, Richard Dawkins, cree que el teísmo evolutivo es solo un intento por gente engañada de mezclar dogma con ciencia “y de meter a Dios por la puerta trasera”. Por tanto, el teísmo evolutivo también ha tenido que enfrentar las críticas no religiosas y provenientes de grupos intelectuales ateos y escépticos, que piensan que esta nueva creencia de que Dios usó la evolución para crear el mundo es tan sólo un «intento desesperado» final por justificar la existencia de Dios. Obviamente, algunos ateos y agnósticos prefieren el teísmo evolutivo que el creacionismo bíblico, pero no porque estén de acuerdo con el teísmo sino con la evolución la cual consideran una teoría atea y naturalista.

       Hasta el mismo padre de la evolución, Carlos Darwin, le escribió una carta a un teísta evolutivo y profesor de biología en Harvard, llamado Asa Gray, diciéndole que no le convencía la idea de que un Dios amoroso y benévolo usara un proceso tan cruel y horrible (Darwin’s God, Evolution and the Problem of Evil, by C.G. Hunter  and quoted in Steven Jay Gould, “Nonmoral Nature,” in Hen’s Teeth and Horse’s Toes (New York: W.W. Norton, 1983). Darwin describió la evolución como “la guerra de la naturaleza, de hambruna y la muerte, el objeto más exaltado de la cual somos capaces de concebir es la producción de animales mas avanzada es lo que sigue” y fue tal teoría lo que hizo que dejara el cristianismo. “La cruel muerte de Annie destruyó los andrajos de las creencias de Carlos en un universe justo y moral. Luego diria que este período sonó el ultimo campanazo de muerte de su cristianismo, Carlos ahora tomó su posición como un no creyente.” (A. Desmond y J. Moore, Darwin: The Life of a Tormented Evolutionist, W.W. Norton & Company, New York, 1991, p. 387). Darwin hasta usó su teoría para justificar el racismo y la misoginia lo cual también son contrarios a las Escrituras las cuales enseñan que el hombre y la mujer fueron creados iguales antes los ojos de Dios (Darwin, El Origen de las Especies, p.243 y el Descenso del Hombre). 

       Por cierto, en su primera edicción del “Origen de las Especies” no hay ninguna mención de Dios sino en la sexta edicción la cual se dice que fue agregado como un intento de atraer cristianos a esta teoría (Lea Randall Hedtke, Secrets of the Sixth Edition (Green Forest, AR: Master Books, 2010). La teoría de la evolución simplemente no prueba que no hay Dios pero tampoco demuestra su existencia. Pero ¿acaso no se puede reconciliar ambas creencias? Teológica, filosófica y científicamente NO (Lea el libro “Theistic Evolution: A Scientific, Philosophical, and Theological Critique” de Stephen C. Meyer, Christopher Shaw, Ann K. Gauger y Wayne Grudem). Sin olvidar que algunos de los antiguos filósofos griegos del pasado como los epicúreos y estoicos basaban su ateísmo teórico o pragmático en creencias parecidas a la macroevolución y a la idea de una tierra vieja (Teófilo, “A Autólico”). Sin embargo, la historia nos muestra que tanto los antiguos judíos, los padres de la Iglesia y los reformadores protestantes rechazaron tales creencias paganas disfrazada ahora de “ciencia”. Pero como está escrito, “Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos. Y apartarán de la verdad el oído y se volverán a las fábulas.” (2 Timoteo 4:3,4). Por tales razones nos sorprende ver cristianos que se hacen llamar “apologistas” pero que a la misma vez defienden una hipótesis naturalista que tanto daño ha causado a la misma iglesia y la sociedad (Vea “What Hath Darwin Wrought?” de Burning Bus Communications).      

     Como dice el biólogo y teólogo, Antonio Cruz, “No resulta difícil entender por qué los ateos profesan el evolucionismo. Si no se cree en la existencia de Dios, lógicamente hay que pensar que la vida se hizo a si misma mediante las solas leyes naturales. Lo que resulta más difícil de entender, es por qué la evolución, a pesar de sus numerosos inconvenientes técnicos, consiguió atraer tantos creyentes a sus filas y continúa siendo defendido con tanto ardor por algunos cristianos. En realidad, la teoría de Darwin es profundamente naturalista ya que se opone a la necesidad de Dios o a que este tuviera algo que ver con la evolución de los seres vivos. El darwinismo ha jugado un papel fundamental en el ateísmo y la increencia que actualmente sufre el mundo occidental…El teísmo, o la fe en el Dios Creador, es incompatible con el naturalismo o la fe en la naturaleza que se crea a si mismo. Por tanto, el naturalismo teísta es una contradicción en si mismo. La teoría de la evolución no necesita a Dios, pues precisamente afirma que las causas naturales por sí solas lo han creado todo sin un fin o propósito determinado. Querer introducir a Dios como motor del darwinismo, es algo superfluo y sospechoso, que los auténticos darwinistas jamás han aceptado.” (“La Ciencia ¿encuentra a Dios?”, Antonio Cruz, pastor de dos iglesias evangelicas en Sevillas, profesor en Ciencias Biológicas por la Universidad de Barcelona y descubridor de numerosas especies de crustáceos isópodos).

     Otro que se quedó sorprendido de ver cómo algunos teístas andan ahora abrazando la fe en la evolución fue el científico ateo y ganador de Premio Nobel en biología, Jacques Monrod, quien declaró “La salvación natural es la más ciega, y cruel manera de evolucionar a nuevas especies. La lucha por la vida y la eliminación del más débil es un proceso horrible de la cual va en contra de nuestra entera ética moderna. Una sociedad ideal es una sociedad no selectiva, una donde el débil es protegido lo cual es exactamente lo opuesto a la llamada ley natural. Me sorprende que un cristiano defienda la idea de que este es el proceso que Dios usó para tener evolución.” (Jacques Monrod, “The Secret of Life”, entrevista con Laurie John, Australian Broadcasting Co., junio 10 de 1976). Otro intelectual que piensa igual es el filósofo de la universidad de Northwestern, David Hall, que escribió sobre las implicaciones de la evolución teísta en el carácter de Dios diciendo, “Lo que sea que Dios haya implementado en la teoría evolutiva y en el data de la historia natural pudo haber sido, no puede ser el Dios protestante de “quien no malgasta no pasa necesidades”. Tampoco puede ser el Dios de amor que se interesa por ser Sus productos…El Dios del Galápagos es descuidado, despilfarrador, indiferente y casi diabólico. Ese no es el tipo de dios que alguien se inclinaría para orar.” (David Hall, “The Godo f the Galapagos”, review of Darwin on Trial by Phillip Johnson, Nature, Vol. 352 (August 8, 1991). P. 486 as cited by Henry Morris p. 416).

  Además, si grandes científicos como Louis Pasteur, Francis Bacon y Albert Einstein y la misma Biblia declaran que una falsa ciencia aleja a las personas de Dios mientras que la verdadera ciencia posterna al hombre ante la divinidad ¿no demuestra eso que la teoría naturalista de la evolución no puede ser verdadera ciencia puesto que aleja en vez de acercar a las personas a Dios? (Vea Mateo 7:17-19 y 1 Timoteo 6:20). En fin, ¿por qué querer identificarse con una teoría que solo ha dado malos frutos y que hasta fue de mala influencia para los dictadores más sangrientos de la historia humana como Stalin, Mao, Hitler, Castro, Che Guevara y Pol Pot?  La teoría de la evolución ha sido aceptaba por ateos, agnósticos, deístas, luciferinos, hindúes, paganos y la mayoría de los musulmanes. ¿Quisiera un cristiano estar en esa mala compañía? “Añadiría que el modelo evolutivo dominante es el naturalismo y puro materialismo. Lo que ahora se presenta como teoría de la evolución tiene sus raíces en Darwin y el Darwinismo…y eso descarta cualquier intervención, fuente o creación. Así que, la conclusión es no. La evolución no es compatible con la cristiandad, punto. Cuánto más entiende el cristianismo y la evolución verás la incompatibilidad.” (Albert Mohler, teólogo histórico, en conferencia, Preguntas y Respuestas, John M. Duncan).

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