La fantasía de la conversión en el lecho de muerte

            ¿!Que Diego Maradona se convirtió al cristianismo antes de morir!? Pues lo mismo dijeron de Hugo Chavez, Carlos Darwin, Carl Sagan, Hawking, Voltaire y otros. Algunos llaman esto “La fantasía de la narrativa de la conversión en el lecho de muerte”. El difunto ateo militante, Christopher Hitchens, estaba tan preocupado que dijeran esto de él que cuando le diagnosticaron con cáncer enseguida se aseguró en afirmar en una entrevista con la revista Vanity Fair que “De 61 años, he perdido seis kilos y casi todo el pelo. La enfermedad ya hizo metástasis, y ante la obligada pregunta de que si finalmente dejaré de ser ateo y haré las paces con Dios, respondo que es imposible, a menos que el cáncer se extienda a mi cerebro.”

              Algunos católicos han hecho afirmaciones parecidas sobre la "larga conversión" de Oscar Wilde, y los mormones hasta bautizan a personas muertas que nunca lo pidieron, en una especie de "conversión pro bono". Hay formas bien intencionadas de comprender dicha tendencia. Tal vez para algunos cristianos post mortem no les agrada imaginar que personas que admiran (como Maradona) sean enviadas al infierno por su estilo de vida pecadora. Pero esa idea no justifica plenamente el fenómeno.

            Obviamente y por el bien de su alma esperamos que esta noticia del pastor neopentecostal, Héctor A Giménez, sea cierto. Pero si no hay evidencia de buen testimonio después de su supuesta conversión o frutos de arrepentimiento entonces no podemos estar seguros y tendremos que esperar hasta que lleguemos al cielo para ver si de verdad lo hizo de corazón. Recordemos que no todo el mundo se convierte antes de morir y que muchos rechazan a nuestro Salvador hasta la muerte. Tomemos por ejemplo los dos ladrones que murieron al lado del mismo Señor Jesucristo, uno se arrepintió y el otro se perdió (Lucas 23:39-43). Mientras que otros hacen falsas profesiones por pura conveniencia y de apariencia.

           Por tanto, aunque sabemos que nunca es demasiado tarde para venir a Dios y que la historia del criminal en la cruz demuestra que las conversiones de último minuto son posibles, la Biblia nos advierte que nos arrepintamos ahora, sin esperar otro momento (Mateo 3:2; Mateo 4:17; Santiago 4:14 y Hebreos 4:7). Ninguno de nosotros sabe cuánto tiempo nos queda en esta vida, o cuáles serán las circunstancias de nuestra muerte. Podemos morir repentinamente, de forma tan inesperada que impediría una conversión en el lecho de muerte. La única opción razonable es arrepentirnos y creer en Jesucristo hoy (2 Corintios 6:2).

            En cuanto a los cristianos, debieríamos concentrarnos mejor en la conversión de los vivos que en la “conversión” de los difuntos la cual sólo sugiere o da la mala y equivocada impresión para algunos no creyentes de que no somos capaces de convencer a quienes pueden replicar, saludos.