¿Aprendan y confía de los científicos que buscan de la verdad y no de la gente religiosa que se creen dueños de la verdad?

“Para el científico que ha vivido según su fe ante el poder de la razón, la historia acaba como un mal sueño. Ha escalado la montaña de la ignorancia; está a punto de conquistar el pico más alto; y cuando supera la roca final, es recibido por un grupo de teólogos que estaban allí sentados desde siglos” – Robert Jastrow, científico cristiano que trabajó en el campo de la astronomía, geología, cosmología y para la NASA


1. El que una persona sea religiosa no significa que no sepa de ciencia (falacia non sequitur). De hecho, muchos adoctrinados por el ateísmo militante de Internet no saben de historia de la ciencia pues muchos sacerdotes y monjes han sido grandes científicos tales como Gregor Mendel (padre de las leyes de la herencia genética), Roger Bacon (predecesor del método científico), George Lemaitre (padre de la teoría del Big Bang y el primero en proponer la teoría de la expansión del universo), entre otros. Hasta el mismo papa Francisco es graduado en química.

2. Teología es una cosa y ciencia es otra. Sin embargo, el hecho de que la ciencia y la religión sean dos campos diferentes no significa que sean opuestas o que una tiene que ser descartada para aceptar a la otra. Al contrario, se complementan y se puede aprender de ambas materias y así evitar decir disparates como hacen los atheus cuando hablan de Dios, religión y ciencia. Como dice el sacerdote jesuita, astrónomo y científico, Guy Consolmagno, “Es curioso, la gente que piensa que hay contradicción entre ciencia y religión, generalmente, no saben realmente qué es ciencia y qué es religión, o ambas.”

3. El fanático ateo militante confunde ciencia con cientificismo. La ciencia tiene sus límites y no tiene todas las respuestas. Como dice el científico y ganador de Premio Nobel, Peter Medawar, la ciencia no puede responder a muchas preguntas como “¿Por qué estoy aquí? ¿De dónde vine? ¿Cuál es el significado de mi vida o a dónde voy cuando muera?” Por tanto, tapar los oídos para escuchar lo que tienen que decir la filosofía, teología y otros campos de conocimientos solo porque te consideras cientificista es simplemente encerrarte en un pequeño universo.

4. Los ateos militantes también se creen dueños de la verdad cuando predican su anti-religión y anticristianismo a través de Facebook, Youtube y otras partes del Internet lo que muestra su hipocresía, doble moral y múltiples contradicciones.

5. Acá una lista de ejemplos de científicos cristianos (incluyendo sacerdotes y monjes) para aquellos ateos que todavía promueven el mito de que un científico equivale a ser ateo, que la iglesia es la culpable de la falta de avance de la ciencia o que mandaba a los científicos a la hoguera. Al contrario, era la más que la promovía y financiaba:

Robert Grosseteste (Siglo XII), Canciller de Oxford y Obispo de Lincoln, la principal Diócesis de Inglaterra, recibió la influencia de la famosa Escuela de Chartres y en particular de Thierry. Grosseteste realizó los primeros estudios de la refracción de la luz y es considerado uno de los hombres más eruditos de la Edad Media. Fue el primero en escribir la serie completa de pasos necesarios para realizar un experimento científico.

Roger Bacon (1214-1294) fue un monje franciscano que enseñó en Oxford durante la Edad Media, y es considerado precursor de la Revolución Científica. Estableció el método científico y sus trabajos en óptica, junto con los de Grosseteste posibilitaron la creación de gafas.

Gregorio Mendel (1822-1884), monje agustino y botánico austriaco del siglo XIX que formuló las leyes de la genética (herencia biológica) que llevan su nombre; sus experimentos sobre los fenómenos de la herencia en los guisantes constituyen el punto de partida de la genética moderna.

El sacerdote Roger Boscovich (1711-1787), conocido por muchos como el padre de la teoría atómica, de hecho Warner Heisenberg, en el siglo XX -el del principio de incertidumbre de Heisenberg-, publicó un artículo donde alababa al padre Boscovich, y muchos otros científicos lo señalaron a él en el siglo XVIII por ser padre de la teoría atómica, es conocido como el mayor genio que Yugoslavia jamás haya producido.

El Sacerdote, George Lemaître (1894 -1966), fue profesor de Física y Astronomía en la Universidad Católica de Lovaina (Bélgica), y padre de la “Teoría del Big Bang”, que él llamaba “del átomo primitivo”.

Nicolás Copérnico (1473-1543), canónigo en la catedral de Frauenburg Polonia. Considerado como el precursor de la astronomía moderna, aportando las bases que permitieron a Newton culminar la revolución astronómica, al pasar de un universo geocéntrico a un cosmos heliocéntrico. Por su enorme contribución a la astronomía, en 1935 se dio el nombre «Copernicus» a uno de los mayores cráteres lunares, ubicado en el Mare Insularum y también el el 19 de febrero de 2010 la IUPAC nombra al elemento 112 de la tabla periódica como copernicio.

San Isidro de Sevilla, en el siglo VII, publicó su libro “etimología” donde rescataba las enseñanzas de la antigüedad, afirmando tras la caída de Roma que la Tierra era esférica.

Eilmer de Malmesbury (siglo XI), fue un monje Benedictino, aunque es más conocido por su intento de volar usando unas alas mecánicas en su juventud, motivo por cual se ganó el apodo de el monje volador. Estudió matemáticas y astronomía en la Abadía de Malmesbury. Su primitivo planeador era muy rudimentario y poco manejable, pero con él se decidió a lanzarse desde la torre de la Abadía de Malmesbury, logrando su objetivo, ya que consiguió mantenerse en el aire durante unos pocos segundos, llegando a recorrer hasta 200 metros, para acabar estrellándose contra el suelo fracturandose las piernas.

El monje Juan de Sacrobosco o John Holywood, (aprox.1195-1256) escribió “De Sphaera Mundi”, el primer libro impreso de astronomía y probablemente el más difundido desde el siglo XIII hasta su última impresión en 1647. Trataba de la división del día, el movimiento de los planetas, el fenómeno de los eclipses, las propiedades de la esfera.

San Alberto Magno (1193-1280), sacerdote, obispo y Doctor de la Iglesia, fue un destacado teólogo, geógrafo, filósofo y figura representativa de la química y, en general un polímata de la ciencia medieval. De acuerdo al diccionario biográfico científico, él fue genial en todas las ciencias, y uno de los más famosos precursores de la ciencia moderna en la Alta Edad Media. También trabajó en botánica y en alquimia, destacando por el descubrimiento del arsénico en 1250. Planteó las bases en la geografía y en astronomía explicó, con argumentos sólidos, que la tierra es redonda. Es conocido como el “Doctor Universal”

Guillermo de Ockham (1280/1288 – 1349), fue un fraile franciscano, filósofo y lógico escolástico inglés. Como Orden Franciscana dedicó la vida a la pobreza extrema. Murió a causa de la peste negra. Se le conoce principalmente por la Navaja de Ockham, un principio metodológico, y por sus obras significativas en lógica, medicina y teología.

San Juan Cancio (1390-1473), sacerdote polaco. Fue profesor en la universidad de Cracovia, impartiendo lecciones de Sacræ Scripturæ. En el campo de la física, ayudó al desarrollo de la teoría del “ímpetus” (establecida por Jean Buridan), sentando las bases para la posterior obra de Galileo y Newton.

Domingo de Soto (1494-1560), fraile dominico y teólogo español, confesor del emperador Carlos V. Fue el primero en establecer que un cuerpo en caída libre sufre una aceleración constante, siendo éste un descubrimiento clave en física, y base esencial para el posterior estudio de la gravedad por Galileo y Newton. De orientación tomista, comentó varios libros de física y lógica aristotélica. Analizó numerosos problemas económicos como la usura, los contratos, la actividad del intercambio mercantil, la determinación del precio justo, así como las variaciones del mismo. Llegó a recomendar desde su cargo, ciertas intervenciones en precios.

El sacerdote Atanasius Kircher (1601-1680), considerado padre de la egiptología por su gran trabajo académico, El cual hizo incluso antes de que se descubriera la llamada piedra de Rosetta, la cual nos permitió descifrar y decodificar los signos jeroglíficos. Según un historiador, para el padre Kircher, todo el conocimiento fue de su dominio, es por eso que le llamaban “el maestro de la 100 artes”. su trabajo en química ayudó desmentir la alquimia, esa pseudociencia que intentaba transmutar cualquier material en oro.

José Antonio Alzate (1737-1799), fue un sacerdote mexicano polímata: filósofo, teólogo, astrónomo, cartógrafo, geógrafo, historiador, naturalista, botánico y periodista. Tuvo una extensísima biblioteca, colecciones arqueológicas de historia natural. Escribe de Botánica y de Zoología, haciendo observaciones científicas; entre sus más importantes: golondrinas, colibríes, cría de cochinillas, gusano de seda, piscicultura. Se dedicó también al estudio de la flora y de la agricultura de México. Empleó muchos años en la observación de los astros y fenómenos meteorológicos, siendo importantes sus comentarios referentes a la aurora boreal, publicados en 1789.

Manuel María Carreira Vérez, (1931) es un sacerdote jesuita, teólogo, filósofo y astrofísico español; miembro del Observatorio Vaticano, a cuya junta directiva perteneció durante quince años. Ha sido asesor y colaborador en varios proyectos de la NASA y durante más de treinta años ha impartido clases en distintas universidades como la John Carroll University o la Universidad Pontificia de Comillas. Obtuvo un máster en Física en la universidad John Carroll de Cleveland, en 1966; con un trabajo sobre el efecto del láser en líquidos. Se doctoró en la Universidad Católica de América, con una tesis sobre rayos cósmicos dirigida por Clyde Cowan, físico descubridor del neutrino.

Guy Consolmagno (1952), sacerdote jesuita, es un astrónomo estadounidense, científico planetario. estudió en la Universidad de Detroit, instituto y academia jesuita. En 1974 obtuvo el título de bachiller (BA) y un master en 1975 (MA) en el Instituto Tecnológico de Massachusetts. Se doctoró en 1978 (Ph.D) en el Laboratorio Lunar y Planetario de la Universidad de Arizona. Además de los más de 40 artículos científicos escritos, ha sido coautor en diversos libros de astronomía para el público general, que han sido traducidos a diversos idiomas. Durante 1996 participó en la búsqueda antártica de meteoritos, ANSMET, donde descubrió meteoritos en los campos de hielo. En 2000, un asteroide fue nombrado en su honor por la Unión Astronómica Internacional: 4597 Consolmagno, también conocido como “Little Guy”.

Ruder Boskovic fue el padre de la teoría atómica y sacerdote jesuita.

Roberto Busa sacerdote jesuita que inventó el hipertexto y padre del lenguaje informático.

Mary Kennet Keller – primer mujer en obtener un PhD en informática en los Estados Unidos y un máster en Matemáticas y Física…fue una monja católica.

Se podria mencionar muchos otros pero a pesar de todo esto, todavía tenemos gente por ahí diciendo que la iglesia impide el progreso científico cuando en realidad SIN ateísmo siempre ha habido y hay progreso científico. En fin, “Es el mundo cristiano el que finalmente dio a luz de una manera clara y articulada al método experimental de la ciencia misma.” – Loren Eiseley, antropólogo y escritor científico (Darwin’s Century, Garden City, Doubleday, 58, p.62).

http://www.cristianismoparaateos.com/index.php/2017/01/25/la-iglesia-atraso-la-ciencia-por-mas-de-mil-anos-porque-quemaba-grandes-cientificos/

¿Aprendan de los científicos que buscan de la verdad y no de la gente religiosa que se creen dueños de la verdad?

3 thoughts on “¿La gente religiosa no sabe de ciencia?”
  1. Una pregunta se que no tiene nada que ver con el artículo pero ¿que pagina fue primero cristianismo para ateos o ateísmo para cristianos?

  2. Yo me topé con un ateo que puso a Isaac Newton, a Boyle y a Galileo Galilei como ejemplo para decir que el cristianismo te separa de la ciencia.

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