Esta es una pregunta muy común en algunos escépticos, que ha simple vista pareciera contundente en contra del cristianismo, ya que como dicen algunos, “no es coherente seguir a un suicida”. Pero no es así, sería irracional llegar a una conclusión tan absurda, el hecho es que él estaba convencido que tenía una misión entre nosotros y debía cumplirla.

Desde este punto de vista, sería difícil concluir que fue un suicidio. Realmente fue un acto de convicción, valentía, y amor, como veremos:

1.- En primer lugar, la muerte de Cristo fue
profetizada no como suicidio, sino como una «muerte vicaria», esto significa como la muerte en lugar de otro, o a favor de otro. Note lo que dice Isaías 53:6 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.

Hablando del Señor Jesucristo, en forma profética, en este texto aparece por tres ocasiones la preposición “por” que también se podría traducir como “en lugar de”. Todo lo que el Señor Jesucristo padeció en la cruz, fue en lugar del pecador. Un inocente tomando el lugar de un culpable. Por esto el Señor Jesucristo iba a morir. Quien se suicida no se quita la vida en forma violenta y voluntaria, en lugar de otra persona o peor, en lugar de todo el mundo, como lo hizo el Señor Jesucristo.

Cristo Jesús fue predestinado para ser el sacrificio que permite que pecadores como usted y como yo seamos perdonados de nuestros pecados. Pedro nos dice:

“Sabiendo que fuisteis rescatados de vuestra vana manera de vivir, la cual recibisteis de vuestros padres, no con cosas corruptibles, como oro o plata, sino con la sangre preciosa de Cristo, como de un cordero sin mancha y sin contaminación, ya destinado desde antes de la fundación del mundo, pero manifestado en los postreros tiempos por amor de vosotros”
-1 Pedro 1:18-20

Ahora, note que esta muerte no fue un suicidio, sino el cumplimiento del plan de Dios para rescatar al pecador, plan que fue diseñado por Dios desde antes de la fundación del mundo.

2.- En segundo lugar, el Señor Jesús fue a la cruz voluntariamente:

Él mismo dijo:
“Yo pongo mi vida, para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo de mí mismo la pongo”. (Juan 10:17-18).

Pero esto también fue la voluntad del Padre celestial.

El apóstol Pablo nos dice:
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas?
-Romanos 8:32

Entendamos esto:
Dios el Padre entregó voluntariamente a su Hijo para que muera en la cruz en lugar del pecador y el Hijo voluntariamente fue a la cruz del Calvario para cumplir con la voluntad de su Padre celestial. ¿Cómo puede por tanto la muerte de Cristo ser un suicidio?

En el mismo momento de su partida, Jesús no se dejó vencer por la muerte. Más bien, facultativamente despidió su espíritu. “Jesús dijo: Consumado es. Y habiendo inclinado la cabeza, «entregó» el espíritu”. (Juan 19:30).

Todo esto nos indica que fue un perfecto sacrificio por amor, que hizo Dios por medio de Cristo, y en ningún caso se constituye como un suicidio.

-Paulus-