Héroes Cristianos del Holocausto

             “Fui salvo por una familia cristiana” dijo ayer domingo, George Rishfeld, orador principal de una ceremonia en Fulton County, Atlanta donde se conmemoraba los sobrevivientes y rescatadores del Holocausto y para denunciar el antisemitismo que todavía sigue presente (incluso en algunos círculos cristianos). De hecho, según los historiadores sólo un pequeño porcentaje de la población alemana participó de este horrible holocausto de Hitler, mientras que únicamente otro pequeño porcentaje trató de hacer algo para detenerlo y la mayoría no hizo nada. Entre los pocos héroes que lucharon contra el nazismo y que hemos escuchado a través de libros, monumentos y películas documentales se encuentran individuos y grupos cristianos como Bonhoeffer, Oskar Schindler, el grupo cristiano de resistencia La Rosa Blanca, The Dutch Resistance, Kindertransport, Corrie ten Boom, Wallenberg, Juana Klein de Dylag, Irena Sendler y otros creyentes que arriesgaron o dieron sus vidas para salvar a miles de hombres, mujeres y niños de las garras de estas máquinas asesinas. La señora Kuipers Rietbert y el pastor Frits Slomp fueron los líderes que crearon una organización nacional llamado “The Dutch Resistance” con el fin de esconder, salvar y ayudar a miles de judíos a escapar del espantoso Holocausto de Hitler. Incluso muchos de sus miembros crearon un ejército clandestino para pelear contra el terror Nazi (Vea el filme “Hidden Heroes”). La religión fue el motivo principal de todos estos héroes que no mencionan los ateos y algunos reformados antijudíos. Después de todo, nuestra Biblia vino de los judíos y nuestro Señor y Salvador Jesucristo era judío según la carne.
              No solo eso, hubo líderes cristianos que se unieron con líderes judíos para presentarle al gobierno británico una operación de rescate conocida como el “Kindertransport” con fondos de organizaciones religiosas y de refugiados para salvar a miles de niños indefensos de las manos del evolucionista anticristiano Adolfo Hitler. Sólo se les permitió llevar a los niños sin sus padres. Como si fuera un éxodo moderno, estos pequeños judíos fueron transportados desde Alemania hasta Inglaterra para huir de la masacre Nazi. En Inglaterra fueron adoptados por sus guardianes ingleses (en su mayoría cristianos) durante el 1938 al 1939 (Into the Arms of Strangers Film). Lo interesante es que un año y medio después, varios trenes de la misma estación fueron a otra dirección llevando a millones de niños, hombre y mujeres hacia los matadores de Hitler. Se ha levantado varios monumentos en distintas partes del mundo como el que está en el Parlamento, en Londres Inglaterra, dedicado a estos héroes que realizaron estos actos de piedad nunca antes realizada como el “Kindertransport”. Aunque la mayoría de los niños de “Kindertransport” perdieron sus madres y padres en el Holocausto, algunos padres sobrevivieron y se reunieron con sus hijos.
            Entre los pocos que también intentaron detener esta catástrofe se encontraba un grupo de estudiantes cristianos de Holanda que formaron un “ejército de la resistencia” y quienes también se asociaron con una heroína llamada Corrie ten Boom salvando cientos de judíos del Tercer Reich. Algunos de esos jóvenes perdieron la vida por salvar a muchos judíos. Sin olvidar que durante la Segunda Guerra Mundial muchos de los soldados americanos y de otros países occidentales que lucharon contra la brutalidad de los nazis fueron cristianos. Tanto Hitler como su ídolo Nietzsche consideraba el Cristianismo como una religión de “débiles con mente débil”. Sin embargo, fueron esos “débiles” los que más lucharon y arriesgaron sus vidas para defender a los judíos contra los soldados nazis durante la Segunda Guerra Mundial.
              Simplemente nos hacemos eco de las palabras del gran científico judío, Albert Einstein, “Sólo la Iglesia se ha declarado contra la campaña de Hitler por la supresión de la verdad. Nunca antes había tenido un amor especial por la Iglesia, pero ahora siento un gran afecto y admiración porque sólo la Iglesia ha tenido el coraje y la tenacidad de alinearse en defensa de la verdad intelectual y de la libertad moral. Por ello, me veo obligado a confesar que ahora aprecio sin reservas lo que durante mucho tiempo desprecié.” (A. Einstein, cited by Wilhelm Niemoller in Kampi und Zeugnis der bekennenden Kirche, Struggle and Testimony of the Confessing Church, p. 526. and Cochrane).

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