¿Es Bíblica la Asunción de María?

              Ante la escandalosa ausencia de prueba histórica y Patrística (pues el dogma de la Asunción se fundamenta en relatos apócrifos y tardíos) muchos apologistas católicos han tenido que hacer malabares exegéticos afirmando que dicho dogma no está explícitamente sino implícitamente en la Biblia tales como en Apocalipsis 12, Lucas 1:26-29, 41-42 y Génesis 3:15. Algunos apologistas católicos afirman que dicho dogma no está explícitamente sino implícitamente en la Biblia como en Lucas 1:26-29, 41-42 y Génesis 3:15. Por ejemplo, el sacerdote Joaquín Cardoso apela en su librito, “La Asunción de María Santísima”, una mala traducción para su conveniencia la cual dice, “Haré que haya enemistad entre ti y la Mujer, entre tu descendencia y la suya. Ella te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón.” (Génesis 3:15, versión católica Latinoamericana) y luego asume que este es un texto clave que prueba que María juntamente con Cristo es co-Redentora y asunta al cielo. Sin embargo, hay varios problemas con este malabarismo hermenéutico.
            En primera aquí no dice nada sobre la asunción de María. Por tanto, los católicos marianos como Cardoso cometen una eiségesis (agregación al texto) lo cual no es seguir las reglas de la hermenéutica o exegética bíblica. Segundo, si se lee el pasaje en su contexto veremos que el pasaje se refiere a Eva y no María porque el siguiente versículo dice que “con dolor darás a luz los hijos” (v.16). Por tanto, el pasaje debe referirse a Eva porque si se refiere a María entonces tendrían que admitir que ella no fue inmaculada o preservada del pecado original pues los dolores de parto son consecuencias de la Caída y que tampoco fue siempre virgen y por ende no fue asunta al cielo. Sin embargo, los apologistas romanistas tratan de salirse de este problema diciendo que Génesis 3:15 se refiere a María y el versículo 16 a Eva. Lo mismo hacen con Apocalipsis 12:1 y 2. Además, la traducción que usan viene de la Vulgata latina de Jerónimo sin embargo en el texto hebreo no aparece la palabra “mujer” en mayúscula y tampoco dice “Ella” sino “El” pues el texto original no está en femenino sino en masculino. Esto es consistente y queda confirmado con pasajes como Romanos 16:20; 1 Juan 3:8; Hebreos 2:14-15; Colosenses 2:13-15 y 1 Corintios 15:25-27.
              Lucas 1:26-29 y 41-42 tampoco dice nada sobre una asunción de María ni que fue inmaculada o preservada del pecado original ni que siempre fue virgen por tanto aquí cometen de nuevo una eiségesis (agregación al texto) lo cual no es seguir las reglas de la hermenéutica o la exegética bíblica. Sin embargo, los apologistas marianos como Cardoso ensenan que ella estuvo “llena de gracia” lo que prueba que no tuvo pecado y que fue asunta al cielo. Pero ¿qué es la gracia de Dios? La palabra gracia viene del griego “charis” que significa favor, bendición o bondad y una persona puede ser bendecido y tener el favor de Dios sin estar libre de pecado.
             Por tanto, María fue muy favorecida y bendita, pero eso no significa que no tuvo pecado o que fue asunta al cielo. Además, y bíblicamente hablando el estar lleno de gracia tampoco equivale a estar sin pecado o asunto al cielo (otra falacia non sequitur) pues la frase “lleno de gracia” solo se encuentra dos veces en la Biblia y en ninguna se refiere a María sino solo a Jesús (Juan 1:14) y Esteban (Hechos 6:8). Por tanto, ¿acaso Esteban también estuvo sin pecado concebido? (Biblia católica de Jerusalén) Por supuesto que no, María tampoco. Así que, si María estuvo llena de gracia fue porque esa gracia le fue dada y no ganada pues donde abundó el pecado sobreabundó la gracia lo cual demuestra que ella también necesitó de un Salvador como ella misma admitió en Lucas 1:47 (Vea también Efesios 2:8 y Romanos 5:20-21). Otros citan Hechos 28:17 y Juan 20:30-31. Sin embargo, Hechos 28:17 tampoco habla en su contexto de la asunción de María sino de la resurrección de Cristo (v.31). Mientras que Juan 20:30-31 tampoco funciona para sustentar el dogma de la asunción porque ese pasaje se refiere a las señales no escritas de Jesús y no a las señales no escritas de María.  
                   Algunos apologistas católicos como el mariano Dante Urbina citan Apocalipsis 12 como “prueba” del dogma de la Asunción de María, pero no se molestan en demostrarlo con un análisis hermenéutico. Sin embargo, los Padres de la Iglesia nunca identificaron a esta mujer con María y el apóstol Juan tampoco. Si Juan hubiera creído que la mujer de Apocalipsis 12 se refería a una mujer literal, es decir, María, sin duda Juan lo habría dicho. Sostienen que la mujer de Apocalipsis 12 debe ser María porque Jesús la llamó “mujer”. Sin embargo, Jesús también llamó “mujer” a la Cananea (Mateo 15:25), a la de Betania (Mateo 26:10), a la madre de Juan (Mateo 11:11) y a la mujer del Flujo (Lucas 7:44).     
       Por cierto, el Concilio de Trento determinó en la 4 sección, capítulo 4, que la interpretación de la Escritura y todo aquello que esté vinculado a la fe de la iglesia debe estar en concordancia con el consenso unánime de los Padres de la Iglesia. Por tanto, aquellos apologistas católicos como Dante Urbina que interpretan Apocalipsis 12 de manera contraria del consenso patrístico están en desobediencia con su propio magisterio la cual ellos mismos afirman ser “infalibles” pues ni Gregorio de Nisa, ni Atanasio, ni Cirilo de Alejandría, ni Jerónimo, ni Hipólito de Roma, ni Eusebio de Cesárea, ni Orígenes ni los demás padres dijeron que Apocalipsis 12 habla de la Asunción de María sino de la Iglesia.             
             No resulta muy complejo comprender que el verso 1 del capítulo 12 de Apocalipsis 12 es una clara alusión al origen de la nación de Israel, la mujer es Israel, lo curioso es que los apologistas católicos no tienen problema en asegurar que la mujer de Apocalipsis 17 no es una persona, sino un grupo de personas. Sin embargo, al referirse a la mujer del 12, el Romanismo en su afán de exaltar a María, son muy contados los que admiten que es Israel, y otros pocos aluden que pudiera referirse a ambos, claro excluyendo los dolores de parto que son señal de pecado, y descartando la decendencia mencionada en el verso 17, de ahí en fuera, la inmensa mayoría de católicos romanos creen que esa mujer es María, por tanto con esta prueba bastaría para afirmar que la mujer que aparece vestida de sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en su cabeza, es clara alusión al sueño de José en Génesis 37: 9, donde el sol es Jacob (Israel), Raquel su esposa es la luna, y las doce estrellas son los doce patriarcas. Pero si insisten en interpretar la mujer de Apocalipsis 12 literalmente entonces tenemos estas preguntas:   
- ¿María subió al cielo embarazada? (Eso contradeciría la secuencia de historia de María)
- ¿María dio a luz en el Cielo? (Tampoco concuerda con la vida de María pues ella dio a luz en la Tierra)
- ¿María tuvo dolores de parto? (Entonces habría que concluir que María dejó de ser virgen al dar a luz a Jesús)
- ¿María tuvo descendencia? (Entonces María no fue siempre virgen ya que tuvo más hijos de sangre)
- ¿María tuvo alas de águila? (¿No demuestra eso que es un pasaje simbólico? A menos que crean en una virgen voladora)
- ¿María fue llevada al desierto?    
            Si se fijan muchos de estos acontecimientos se dan en el cielo por lo que la mujer de Apocalipsis 12 no puede ser María porque ella no dio a luz en el cielo sino en la tierra (Mateo 2:1; Lucas 2:4 y Miqueas 5:2). Además, si van a interpretar la “mujer” de Apocalipsis 12:1 de forma literal entonces tendrán que aceptar el siguiente versículo donde dice que ella “estando encinta, clamaba con dolores de parto…” lo que contradeciría su doctrina de la virginidad perpetua e inmaculada concepción de María ya que tener “dolores de parto” demostraría que María tuvo un parto normal y que dejó de ser virgen al dar a luz a Jesús y que también fue pecadora como cualquier mujer ya que tal acción es consecuencia de la Caída (Génesis 3:15-16). Algunos apologistas romanistas tratan de salirse de este problema diciendo que Apocalipsis 12:1 es literal y el versículo 2 es simbólico o que ya no es María sino Israel o la Iglesia. Lo mismo hacen con Génesis 3:15 y 16. Algunos catolicos pretenden justificar los dolores de parto con la alegoría de Pablo en su carta a Galacia, pero ignoran conscientemente que él hace uso claro de metáfora, de que otra forma explicarían el hecho de un hombre padeciendo este suplicio, lo cual no ocurre si nos inclinamos por la idea de una mujer dando a luz.   
             Otros dicen que Juan vio “una señal en el cielo” lo que podría referirse a la asunción de María. Sin embargo, ver “una señal en el cielo” no es lo mismo que subir o ser asunta al cielo y si eso demuestra que María fue asunta, entonces tendríamos que decir lo mismo de Satanás pues el versículo 3 también dice que “vio otra señal en el cielo, he aquí un gran dragón…”. ¿Significa eso que el dragón también fue asunto al cielo y que reina? Por supuesto que no y María tampoco. Además, el verso también dice que ella está embarazada. ¿Acaso María subió al cielo embarazada? y ¿Cómo un dragón en la tierra va a perseguir a una mujer que esta asunta en el cielo? Eso tampoco tiene sentido. Por tanto, el pasaje no encaja con la secuencia literal e histórico de María.   
            De hecho, aun si el pasaje se refiriera a María no sirve para demostrar que el dogma de la Asunción es bíblico porque el pasaje no muestra a una mujer ascendiendo al cielo sino descendiendo del cielo. Tampoco se le da alas para ir al cielo sino para huir al desierto para ser protegida y sustentada por lo que el retrato de la asunción no aparece allí. Por tanto, si la mujer de Apocalipsis no se ajusta con María entonces ¿quién es? Veamos:        
       (a) Así como la mujer de Apocalipsis 17 no se refiere a una mujer literal la de Apocalipsis 12 tampoco. Ambas representan a un grupo de personas debido a que la mujer de Apocalipsis 12 es la contraparte y antítesis de la mujer de Apocalipsis 17. La lectura natural y los símbolos que utiliza Apocalipsis 12 son claras alusiones que apuntan al pueblo de Israel. Por ejemplo, que una mujer este cerca del sol, las estrellas y con la luna bajo sus pies indica que se trata de una imagen figurativa y asociadas con el sueño de José la cual tenía que ver con Israel y no con María (Compare Apocalipsis 12.1 con Génesis 37.9-10). Las 12 estrellas que se mencionan representan a las 12 tribus de Israel y así Apocalipsis 7:4-8 también lo confirma.   
        (b) La mujer de Apocalipsis 12 tampoco es ubicada en el tercer cielo sino en el segundo cielo donde está el sol y la luna. Además, que una mujer este cerca del sol sin quemarse y con la luna bajo sus pies indica que se trata de una imagen figurativa y asociadas con el sueño de José la cual tenía que ver con Israel y no con María.  
        (c) Esta mujer es altamente exaltada mientras que en la Biblia María era pobre y humilde.   
       (d) La María bíblica nunca fue coronada y adornada como esta mujer.    
        (e) La mujer de Apocalipsis 12 no parece de una mujer subiendo de la tierra al cielo sino bajando del cielo a la tierra tal como Juan vio a “la nueva Jerusalén, descender del cielo. (Apocalipsis 21:2). 
        (f) María ya estaba en el cielo hacía muchos años en el tiempo en que esto fue escrito, sin embargo, esta mujer está en la tierra. 

(g) El texto griego indica que el que fue arrebatado al cielo es el Hijo. Pero de la mujer dice que huye al desierto lo cual usa a su vez un verbo indicativo activo que ella hace mientras que según el dogma mariano la idea es pasiva (asunta por Dios) lo cual lo vuelve más complicado para el católico que quiera defender este dogma insostenible pues ella no sube de manera pasiva, sino que baja y activamente huye al desierto.  

         (h) María no huyó al desierto donde sería sustentada por mil doscientos sesenta días, sino que está en el cielo donde no hay el tiempo (atemporal) (v. 6).

(i) ¿Cuándo María fue perseguida por Satanás? Esta mujer es perseguida duramente en la última mitad del Período de Tribulación y huye al desierto después del Hijo haber ascendido al cielo por lo que el pasaje no concuerda cronológicamente con la historia de María. De hecho, encaja más con Israel pues nos recuerda cuando fue llevado al desierto después de ser liberados del yugo faraónico. Esto explicaría los dolores de parto en alusión al clamor de los Israelitas por ser liberados en Éxodo 3:7 y 9 (Vea Apocalipsis 12:13 con Éxodo 19:1 y Daniel 12:7 donde también encontramos la referencia paralela indiscutible a Israel).  
         (j) La María de la Biblia no tiene descendencia espiritual y si se interpreta literalmente se tendría que decir entonces que tuvo más hijos de sangre lo cual contradice el otro dogma mariano de la virginidad perpetua.  
             Algunos católicos dicen que la mujer de Apocalipsis 12 estaba embarazada de Jesús lo cual encaja con Isaías 7:14 donde se habla de María. Esto es cierto, sin embargo, la secuencia de eventos no se ajusta con ella ni los simbolismos de Apocalipsis 12 tampoco sino con Israel. Recordemos que si la mujer de Apocalipsis 17 es un grupo de personas entonces necesariamente la mujer de Apocalipsis 12 también tiene que ser un grupo de personas y aunque Israel no dio a luz a Jesús, María sigue siendo parte de Israel de donde procede Jesús tal como indica su genealogía. En otras palabras, Jesús no es solo descendiente de María sino de toda una nación lo cual es consistente con Miqueas 4:10 y 5:2. Además, la parte donde dice que la mujer de Apocalipsis 12 tuvo dolores de parto es otra prueba de que no se refiere a la María católica sino a Israel. Uno porque los mismos marianos creen que ella no tuvo dolores de parto y segundo porque hay citas paralelas que demuestran que esta mujer se refiere a Israel (Vea Miqueas 4:10; 5:2; Isaías 26:17 y Oseas 13:13). Por tanto, estas citas (y las otras) debilitan aún más la ya nula causa mariana.  

              La realidad es que el dogma católico de la Asunción de María no solo es un dogma extrabíblica sino también antibíblica porque contradice el orden, la naturaleza y el propósito de la resurrección de los muertos lo cual ocurrirá cuando Cristo venga. No antes. En 2 Corintios 15:22-23 el apóstol Pablo confirma esto diciendo, “Porque así como en Adán todos mueren, también en Cristo todos serán vivificados. Pero cada uno en su debido orden: Cristo, las primicias; luego los que son de Cristo, en su venida.” ¿En qué orden está María ahí? pues aquí no dice, “Cristo y luego María” sino que el texto está primeramente en singular (refiriéndose solo a Cristo) y luego en plural en referencia a todos los creyentes (lo cual incluiría a María). Por tanto, asumir que María tuvo una resurrección anticipada es una herejía que el propio Pablo condenó en 2 Timoteo 2:18.

             Juan tampoco la incluyó en Juan 3:13 cuando dijo que “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.” (Juan 3:13) y eso que este evangelio fue escrito por Juan en un tiempo cuando se supone que ya María había sido asunta al cielo. Sin embargo, Juan no la menciona. Al contrario, afirma que solo Cristo fue ascendido al cielo en cuerpo y alma. Por tanto, si la Asunción de María de verdad ocurrió entonces ¿por qué los apóstoles quienes supuestamente fueron todos testigos oculares de dicho “milagro” de María la excluyeron en sus escritos? Lo mismo se hace en Hechos 1-6. Por tanto, la supuesta resurrección o arrebatamiento anticipada de María no aparece en las Escrituras. Al contrario, la contradice. 

       Algunos católicos tratan de defender esta resurrección y arrebatamiento anticipado de María diciendo que de hecho no fue la única excepción pues otras dos personas (Enoc en Génesis 5:24 y Elías en 2 Reyes 2:11) también subieron al cielo en cuerpo y alma y ningún protestante se escandaliza por eso. Por tanto, concluyen que aunque el dogma no está en la Biblia tampoco la contradice. En debates con evangélicos y protestantes los vemos preguntando, “¿Pero no fueron también arrebatados al cielo los cuerpos físicos de Elías, Enoc y posiblemente la de Moisés? ¿Entonces por qué no también la de María que es la madre del Señor?” La respuesta es simple, nadie duda que Dios puede arrebatar a una persona al cielo en cuerpo y alma si Él así lo quiere. Ese no es el problema pues creemos en tales milagros. El problema es que la Asunción de Elías y Enoc se encuentran claramente en las Escrituras. En cambio, la de María no se encuentra explícita ni implícitamente en ella como tampoco en la Patrística ni en las fuentes más tempranas de la iglesia primitiva sino solo en los libros apócrifos y tardíos las cuales fueron condenadas por sus propios papas. De hecho, el papa Gelasio no solo condenó el documento apócrifo donde se sostuvo por primera vez la supuesta asunción de María en el año 492 sino que también prohibió que se citara ni que se usara ni que se leyera en las iglesias.

                Además, Elías y Enoc no murieron y luego resucitaron en un cuerpo transformado, inmortal e inpecable como sucederá con todos los creyentes en el dia de la resurrección de los muertos y tampoco fueron ascendidos al cielo, sino que fueron transpuestos al seno de Abraham (Lucas 16:22-23) porque “Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.” (Juan 3:13). Por tanto, tampoco se puede comparar el caso de Elías y de Enoc con el dogma de la Asunción de María porque no son el mismo evento. Tampoco se puede confundir cuando la Biblia dice que muchos resucitaron y salieron de sus tumbas dejándolas vacías porque tales santos tampoco fueron asuntos al cielo en un cuerpo transformado y glorioso, sino que volvieron a morir como fue el caso de Lázaro, la hija de Jairo y la de la viuda. En cambio, según los libros apócrifos y asuncionistas en la fábula de la asunción de María ella fue resucitada en un cuerpo glorioso y sube al cielo en cuerpo y alma. 

            En fin, la Biblia no respalda el dogma de la Asunción de María y es interesante saber que los apologistas católicos están dispuestos a creer en un arrebatamiento no bíblico de María, pero no en el arrebatamiento bíblico de todos los creyentes (1 Tesalonicenses 4:17). No solo eso, otra ironía es ver como tienen a María asunta al cielo sin la Palabra de Dios decirlo mientras que, a Jesús mismo, que resucitó y subió al cielo, lo tienen aún crucificado en la gran mayoría de sus imágenes.