El Suicidio desde la Cosmovisión Cristiana      

  “Después de haber leído 100 citas de suicidios, me he fortificado en mi convicción de que la única esperanza para esta epidemia es el Evangelio” – Ray Comfort, escritor y apologista cristiano   

 ¿Qué es el suicidio? El suicidio es un pecado contra Dios ya que es matarse asimismo por lo que es una forma de homicidio y nadie tiene derecho de quitar la vida excepto Dios quien es el Creador y Dueño “de toda la tierra y de todo lo que hay en ella” (Éxodo 20:13 y Salmo 24:1). ¿Quiénes lo cometen? Según estudios la gran mayoría de las personas que se quitan la vida tienden a ser ateos y agnósticos y esto es porque sufren alguna depresión en la que piensan que el suicidio o la eutanasia (suicidio asistido) es la única solución para escapar de sus problemas. Como admiten muchos filósofos (cristianos y no cristianos) sin Dios la vida no tiene sentido, ni valor ni significado (nihilismo) lo cual explica porque el ateísmo conduce a la muerte de toda esperanza. En cambio, ¿por qué es difícil que un cristiano cometa este tipo de pecado? Acá algunas razones:
           1. No somos dueños de nuestro cuerpo sino Dios quien no quiere que le hagamos daño porque su Santo Espíritu habita en él y por ende es sagrado (Levítico 19:28; 21:5; Deuteronomio 14:1; Marcos 5:1-5; 1 Timoteo 4:1-5; Filipenses 3:2 y Colosenses 2:21-23).
       2. Dios es misericordioso y sus promesas nos da consuelo porque sabemos que no miente y que no son una expresión de deseo sino una verdad que hemos experimentado a través del milagro de la regeneración en nuestras propias vidas (Hebreos 6:18 y Tito 1:2).
      3. El perder nuestros seres queridos nos da una tristeza temporal pues tal separación será solo algo temporal pues sabemos que la muerte no es el fin de nuestra existencia y que en la otra vida o cuando Cristo venga los volveremos a ver (Apocalipsis 21:1-4).
      4. Las malas noticias que escuchamos a diario no nos preocupan ni nos deprimen tanto porque sabemos que siempre habrá dificultades en esta vida y porque tenemos la seguridad de que iremos al Cielo. Además de que sabemos que Dios siempre estará con nosotros quien no promete sacarnos de los problemas sino de ayudarnos pasar por ellos (Juan 14-16). Esto nos ayuda a mantener una actitud optimista y no pesimista (Romanos 5:1).
       5. La asistencia a una iglesia local y la consejería espiritual de los hermanos nos provee refugio cuando nos llega la tribulación y la angustia (Salmo 46:1-3). Por algo estudios demuestran que ir a la iglesia conduce a la felicidad y la longevidad.
       6. La esperanza bíblica es como el ancla de nuestra alma pues nos ayuda a estar más en comunión con Dios. También nos ayuda a no ser llevados por todo viento de doctrina y a no salir del camino a pesar de las tormentas de la vida. Por tanto, si tienes más problemas en tu vida entonces acércate más a Dios (Hebreos 6:19-20).
                 El apóstol Pablo lo resume de esta manera, “Tampoco queremos, hermanos, que ignoréis acerca de los que duermen, para que no os entristezcáis como los otros que no tienen esperanza. Porque si creemos que Jesús murió y resucitó, así también traerá Dios con Jesús a los que durmieron en él. Por lo cual os decimos esto en palabra del Señor: que nosotros que vivimos, que habremos quedado hasta la venida del Señor, no precederemos a los que durmieron. Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor. Por tanto, alentaos los unos a los otros con estas palabras.” (1 Tesalonicenses 4:13-18).    
            Ahora bien, es cierto que la gente no siempre viene a Dios cuando tienen problemas y a veces hasta hacen lo contrario. Se llenan de resentimiento y psicológicamente lo culpan como un mal padre que permitió alguna mala o traumática experiencia que tuvieron en su pasado la cual no pudieron superar (Vea “The Atheist Syndrome” de John P. Koster). Ejemplo de esto son aquellos que han sufrido la llamada “Herida del Padre” tales como Joseph Stalin, Karl Marx, Adolfo Hitler, Nietzsche, Feuerbach, HG Wells, Madalyn Murray O’Hair, Carlos Darwin, Huxley, Britney Spears, Sigmund Freud y otros famosos ateos quienes tuvieron padres débiles, crueles o ausentes (“Faith of the Fatherless: The Psychology of Atheism” por Paul C. Vitz, 2nd ed., San Francisco: Ignatius Press, 2013).
      En cambio, para el cristiano que se crió sin una figura paternal o maternal logra superarlo y aprende que “Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá.” (Salmo 27:10). En otras palabras, Dios es el que nos sostiene. Pero el que no tiene a Dios tendrá más ansiedad en su vida y posiblemente termine cometiendo suicidio lo cual es empeorar su estado espiritual pues después de la muerte no hay más oportunidad de salvación (2 Corintios 6:2 y Hebreos 9:27).
               Por otro lado, aunque la tasa de suicidios está más presente en la persona que no es religiosa eso no quita que haya cristianos que también han cometido tal pecado (Gálatas 5:16-23). Aunque salvos todavía vivimos en un cuerpo corruptible con una naturaleza caída y la cual puede caer en cualquier pecado incluyendo el homicidio (o suicidio) ya sea con el pensamiento o el acto (Mateo 5:22-24 y 1 Juan 3:15). Por eso seguimos siendo pecadores hasta el día que nuestro cuerpo sea transformado y su naturaleza pecaminosa sea removida para ser perfecta como la de Cristo (Romanos 8:23; 1 Juan 3:2 y Efesios 4:13-23-24).  Así que, tanto el creyente y el ateo cometen dicho pecado. Pero con la diferencia de que dicho acto es más común entre los no cristianos debido a lo que implica cada cosmología y en el sentido que adelanta el camino al cielo al creyente y al no creyente al infierno.
             Alguin dirá, “¿Pero no dice 1 Corintios 3:16-17 que “Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”?” Así es ¿pero de qué Pablo está hablando según el contexto? El apóstol lo menciona en el capítulo 5 de esa primera epístola donde dice que “…hay entre vosotros fornicación…” ¿No es eso destruir el templo de Dios? Porque eso se lo dice a los creyentes. Entonces si alguno destruye el templo de Dios… DIOS LE DESTRUIRÁ A ÉL (refiriéndose a su carne, la destrucción de su cuerpo) para que “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” (1 Corintios 5:5). 1 Corintios 11:30 también es un pasaje pertinente que se relaciona a 1 Corintios 3:16-17 porque allí dice que “HAY MUCHOS ENFERMOS Y DEBILITADOS ENTRE VOSOTROS, Y MUCHOS DUERMEN” (el "dormir" aquí significa que muchos han muerto porque han sido entregados a Satanás para destrucción de su carne) por haber cometido el sacrilegio de haber participado indignamente de la Santa Cena.  
       Por tanto, ¿a qué tipo de destrucción se refiere 1 Corintios 3:16-17? Se refiere a la muerte física por haber cometido un pecado de muerte (1 Juan 5:16). ¿Significa eso que fueron al infierno? No según 1 Corintios 5:5. ¿Entonces cuál es PROPÓSITO de dicho castigo? 1 Corintios 11:32 nos da la respuesta: “…mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo”. Por tanto, reciben este castigo, pero totalmente aparte de la condenación que recibe el mundo, porque justamente para eso es que somos juzgados y castigados.
             ¿Pero entonces el cristiano que comete suicidio no pierde su salvación?  No pues, en primer lugar, Juan 6:37 dice que “de ningún modo” Jesús echa fuera a los que han venido a Él y en Romanos 8:38–39 al igual que en otros pasajes afirma que “ninguna otra cosa creada” (lo cual incluiría nosotros mismos) no puede separar a un cristiano del amor de Dios. El Señor Jesucristo también dijo: “y yo les doy [no dice daré en tiempo futuro] vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” (Juan 10:28). Algunos arguyen diciendo que nadie puede separar al cristiano (la oveja) del Pastor, sino que la oveja puede apartarse, o sea, arrebatarse ella misma de las manos de Cristo y de Dios y un ejemplo de ello es cometiendo suicidio. Sin embargo, según la Biblia nadie puede sacarnos fuera de las manos de Dios quien es mayor o sea más fuerte que toda criatura, y eso incluye no solo Satanás sino nosotros mismos, principalmente porque le pertenecemos a Dios y hemos sido comprados con su propia sangre. De hecho, esa es la razón por la que estamos sellados por del Espíritu Santo hasta el día de la redención como símbolo de que somos de Cristo. 
         Por tanto, ese “nadie” incluye también a nosotros mismos. Además de todo eso ¿qué usted cree que haría el buen Pastor Jesús si una de sus ovejas se apartara del rebaño? ¿Dejaría que se pierda? No, el Señor no desampara a los Suyos y no deja que se separen de Él sino que siempre está con sus ovejas con el único propósito de GUARDAR LAS OVEJAS y no dejar que se pierdan (Juan 3:16; 10:11-15; 17; Mateo 18:10-14 y 1 Pedro 1:5).  
             Además, Cristo murió por todos nuestros pecados, no solo por algunos sino TODOS (pasado, presente y futuro) así que si en un momento de debilidad espiritual ese cristiano comete suicidio aun así su pecado está cubierto por la sangre de Jesucristo. Segundo, no es el suicidio lo que determina si una persona no puede entrar en el reino de los cielos sino su rechazo a creer en Jesucristo como su Salvador (Juan 3:18). Por otro lado, no sabemos lo que sucede en el corazón de la persona en el momento que muere. Algunas personas se convierten en su lecho de muerte y aceptan a Cristo momentos antes de morir por lo que es posible que una persona que haya cometido suicidio se haya arrepentido durante sus últimos momentos de vida (1 Samuel 16:7). En fin, ningún verdadero cristiano que haya cometido suicidio o algún otro pecado no pierde su salvación debido a la seguridad eterna del creyente la cual no es temporal ni condicional (Hebreos 7:25 y 9:12), saludos.      

¿Por qué los ateos tienen la tasa de suicidios y depresiones más alta que los creyentes?