El Traje del Nuevo Ateísmo

“Porque tú dices: Yo soy rico, y estoy enriquecido, y no tengo necesidad de nada; y no conoces que tú eres un desventurado, y miserable, y pobre, y ciego, y desnudo.” – Apocalipsis 3:17

      Los ateos militantes se han puesto el título de "libre pensadores" o "científicos", sin embargo, en la práctica son cualquier cosa menos libre pensadores porque si aparece un científico de alguna parte del mundo y dice: "Hemos descubierto que las ballenas tienen una pata atrofiada", ya le creen sin intentar siquiera "pensar libremente" si tal conclusión correspondería a una prueba de la no existencia del Creador o no.
       Por tanto, cuando los argumentos (ajuste fino, teleológico, diseño inteligente, la información biológica y codificación del ADN, etc.) no coinciden con la forma de pensar del ateo asumido empieza a usar su "libre" pensamiento para rechazarlos a priori; pero cuando esos argumentos coinciden con lo que ellos creen, ya lo aceptan, también a priori y entonces, adiós libre pensamiento.
      En otras palabras, aceptan cualquier cosa como explicación de la vida y el universo (multiversos, un universo de la nada, la evolución, abiogénesis, panspermia, etc) siempre y cuando no tenga nada que ver con Dios. Esto hace a uno concluir que existe una gran parcialidad en el supuesto "libre" pensamiento de los llamados nuevos ateos o como diría el viejo G.K. Chesterton, "Cuando se deja de creer en Dios enseguida se cree en cualquier cosa."
     El cristiano bíblico debe saber esto porque a veces se frustra y piensa que si no logra convencer a un ateo es porque sus argumentos no son buenos cuando no siempre es el caso. Al contrario, como el cuento de "El traje nuevo del emperador" (también conocido como El rey desnudo) el ateo militante quiere presentarse con un ropaje científico cuando atacan el cristianismo cuando en realidad está desnudo en su ignorancia y absurdas pretenciones.
      Por eso se concluye que el verdadero problema del auge del ateísmo se da entre personas que no saben mucho de cienca o religión o ambas, gente resentida y narcisista que al parecer su única motivación es buscar excusas supuestamente "científicas" o "razonables" para apuntalar su forma de pensar.
        Pero la realidad es que el ateísmo es atípico y anormal a la mente humana. La consciencia constante de la fe religiosa en la humanidad a través de los milenios lo atestigua. El ateísmo es a la mente lo que la homosexualidad es a la biología. Porque así como lo normal es que el macho sea atraído por la hembra, es también normal que el ser humano sea religioso (Romanos 1:20 y Salmo 19:1). De ahí que estamos preparados para creer en Dios. Si alguien se vuelve "ateo" está empezando a andar de contramano a la natural tendencia humana. Por esa razón es que los ateos asumidos son militantes y atrevidos en imponer su no creencia en Dios; porque si es algo normal entonces ¿por qué tanta insistencia en esforzarse con el fin de hacerlo prevalecer? Porque de ser algo normal y natural no habría necesidad de ningún esfuerzo para imponerlo.         
        Sin olvidar que cada vez que el ateísmo se une con el poder dictatorial, siempre causa los mayores estragos que se hayan causado en la historia de la humanidad. Sin embargo, la gran mayoría de los adelantos sociales, científicos, filosóficos, económicos y políticos que actualmente gozamos en nuestra sociedad han sido logros obtenidos por gente creyente en el Dios de la Biblia. El ateísmo, excepto unos pocos inventos tecnológicos contemporáneos, poco o nada ha ayudado para el bienestar y el progreso de las naciones. 
         En fin, que ningún cristiano se sienta amilanado al enfrentarse a los absurdos argumentos ateos. Al contrario, sepa que estamos "vestidos en Cristo" y que debemos estar "siempre preparados para responder" a las actitudes de los sin Dios quienes no tienen ningún verdadero ropaje científica o filosófica que los cubra (1 Pedro 3:15 y Gálatas 3:26-27), saludos. 

http://www.cristianismoparaateos.com/index.php/2020/06/12/argumentos-cristianos-vs-argumentos-ateos/

Créditos al libro “Ateísmo Absurdo” de José Frutos Acosta