¿Es el ateísmo un problema mental, espiritual o ambas?

 “Puedes guiar a un ateo a la evidencia pero no lo puedes hacer pensar.” – Ray Comfort, apologista cristiano

       Muchas veces se describe a las escuelas públicas como un zoológico o una selva y ¿es que acaso es una sorpresa que cuando se les enseña a los niños que son animales empiezan a actuar como animales? Si un niño empieza a entender cosas y se le dice que 2+2=5 hasta la escuela superior o la universidad, ese niño lo creerá, pero su habilidad para entender matemática básica será destruida. En otras palabras, cuando empiezas con una base ilógica eso impide o dificulta el poder pensar de manera lógica y clara sobre el tema. De igual manera la premisa que dice que el increíble diseño de la vida y el universo no tiene Diseñador sino que solo es producto del azar (evolución) es una idea ilógica pero enseñado a una persona desde su infancia lo creerá y su habilidad para entender lógicamente y pensar claramente también será destruida.

Además, el llamarse asímismo “ateo librepensador” es un oxímoron ya que si no hay Dios, ni alma entonces no hay tal cosa como un “libre” o “pensador” ateo. Me explico, si el materialismo es cierto entonces sólo somos máquinas de carne sin libre albedrío que no razona sino que solo reacciona químicamente y que tampoco piensa libremente sino que su forma de “pensar” es controlada y ya predeterminada por las leyes de la naturaleza. De hecho, ni siquiera tienen conciencia ya que según el materialismo la consciencia es solo una ilusión en un mundo naturalista. Esto es algo que hasta científicos ateos como Hawkings, Daniel Dannett, Sam Harris, Francis Crick, David Berlinski, William Provine y otros reconocen.

Por tanto, ¿por qué confiar en lo que dice un ateo se según su propia postura el afirmar que no hay Dios, ni alma como una verdad absoluta y asumir que llegan a esas conclusiones libremente es contradecir su propia postura? En otras palabras, querer identificarse como un “ateo libre pensador” es una contradicción de términos ya que según su propia teoría solo son unos robots biológicos, ciegamente programados según sus genes y gobernado por las leyes de la física. En cambio, el creyente sí puede ser un verdadero librepensador ya que es mucho más que un cerebro y una combinación de sustancia químicas. Es un alma inmaterial con conciencia, libre albedrío y la cual trasciende el mundo natural. Quizás por eso los antiguos filósofos griegos como Platón veían el materialismo como vivir en la caverna oscura y el ateísmo como un peyorativo, irracional o incluso una “enfermedad” mental típica de la juventud.

      ¿Pero es el ateísmo algo más que un problema mental? Sí, de hecho, es un problema de rebeldía que tiene raíz en nuestra naturaleza pecaminosa. Después de todo, hay personas que claman ser ateos evolucionistas que sí pueden pensar lógicamente y saben en su corazón y consciencia que la creación es prueba de que hay un Creador. A esto se le conoce como revelación general (Vea Romanos 1:20; Salmo 14:1 y 19:1). Pero no quieren creer en Dios por razones morales o emocionales y no por razones intelectuales como tampoco por razones filosóficas o científicas sino psicológicas. En otras palabras, el problema no es falta de evidencias sino falta de hambre y sed de Dios. Como cristianos nuestro deseo es que tales personas no solo puedan ver al Diseñador en la creación sino conocer al Diseñador pero como dice un proverbio maya, “Puedes llevar un caballo al agua, pero no puedes obligarlo a beber.” Si no hay sed, el caballo no beberá. Lo mismo es cierto con los ateos. Si no hay hambre y sed de Dios, no habrá arrepentimiento ni busqueda de la verdad pues toda verdad viene de Dios. 

   En fin, “No seáis como el caballo, o como el mulo, sin entendimiento” (Salmo 32:9) es decir no seamos como el indiferente, fanático y falso ateo. Mas bien seamos “Como el ciervo [que] brama por las corrientes de las aguas, Así clama por ti, oh Dios, el alma mía. Mi alma tiene sed de Dios, del Dios vivo” (Salmo 42:1), saludos.