“La Iglesia católica fue la que te dio la Biblia que cargas en tus manos lo que también demuestra que somos la verdadera iglesia que Jesucristo edificó” 
"Los primeros cristianos no recibieron la Biblia de la iglesia católica romana, recibieron la Biblia del Espíritu Santo, quién la inspiró." - James G. McCarthy
       ¿La “iglesia” Católica Romana nos dio la Biblia, pero los Protes nos la robaron y la mutilaron para tener su propio canon?  A ver, en primera no tenemos nuestro propio canon del Antiguo Testamento sino el mismo que tiene los judíos y es increíble que tengamos que enseñarles a nuestros amigos católicos lo obvio. Que la razón por la cual el Antiguo Testamento original fue escrita en hebreo es porque vino de los judíos. Así lo reconoce el historiador judío, Flavio Josefo (s. I d.C) en su obra, “Antigüedades de los judíos” diciendo que el Antiguo Testamento que vino de Israel estaba compuesto por 39 libros (como la protestante o evangélica) y no de 46 libros como en la versión de la Iglesia católica ni de 51 libros como en la de la Iglesia ortodoxa. El mismo apóstol Pablo también afirma en Romanos 3:1-3 y 9:4 lo siguiente “¿Qué ventaja tiene, pues, el judío? ¿o de qué aprovecha la circuncisión? Mucho, en todas maneras. Primero, ciertamente, que les ha sido confiada la palabra de Dios... que son israelitas, de los cuales son la adopción, la gloria, el pacto, la promulgación de la ley, el culto y las promesas;”. Note que aquí el apóstol Pablo dice que la Biblia vino de los judíos, no de la secta romana.               

             Además, para empezar el Antiguo Testamento fue escrito por Moisés, David, Salomón, los profetas y otros judíos (Vea Romanos 3:1,2 y Romanos 9:4). No había una “iglesia” que clamara por la responsabilidad de su contenido y Dios mismo inspiró a individuos a llevar Su Palabra a la gente hasta el año 400 a.C. Tampoco había una “iglesia” entre los años 400 y 50 a.C. conocido como los años proféticos silencioso sino solo sinagogas (Lucas 1:17). Durante el tiempo de Cristo, fueron sus discípulos como Mateo y otros quienes tomaron notas de lo que había ocurrido durante el ministerio de Jesús y luego los apóstoles juntaron lo que escribieron en el Nuevo Testamento (2 Pedro 1:16-21; 1 Juan 1:1-3; 4:14) y (Lucas 9:44; 24:32). Pero no hubo una “iglesia” que los mandara a escribir, sino que “Toda la Escritura es inspirada por Dios” (2 Timoteo 3:16-17) y “entendiendo primero esto, que ninguna profecía de la Escritura es de interpretación privada, porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo” (2 Pedro 1:19-21). Dios, el Espíritu Santo, los inspiró, perfecta y correctamente, la palabra escrita de Dios para la iglesia. La iglesia no “inspiró” nada. 

           No solo eso, según la tradición judía (que lleva muchos años) también sostiene que el Tanaj judío no contenía ninguno de los libros apocrifos que contiene la "biblia" católica, y Jesús realizó su ministerio en Judá, y esta fue la versión bíblica que usó. Mientras que la Septuaginta se deriva de la escuela de Alejandría, Egipto la cual los católicos usan como base de traducción para sus “biblias”. Hasta la Nueva Jerusalén con Nihil obstat e imprimatur dice la verdad en cuanto a que los apócrifos (llamados Deuterocanónicos) no formaban parte del canon de las escrituras judías. Por algo el mismo Jesucristo y los apóstoles NUNCA hicieron referencias a estos libros como tampoco los llamados Padres de la Iglesia (testimonio patrístico). Por tanto, no le vamos a añadir al canon unos libros que además de no ser inspirados contradicen la Biblia porque eso es condenado por Dios quien fue el que terminó, completó y cerró el canon en Apocalipsis 22:19.

                 Después de todo, nuestra Biblia ni siquiera está basada en la Septuaginta griega la cual contiene los libros apócrifos que fueron añadidas a las [per] versiones católicas y lo cual es condenado en Apocalipsis 22:18-19 y Proverbios 30:6 , ni se basa en los manuscritos corruptos y alejandrinos del Texto Crítico y minoritario como tampoco en el Códice Vaticanus o Sinaítico la cual fue encontrada en la basura de un monasterio (Santa Catalina) en 1844 por Constantine von Tischendorf al pie del Monte Sinaí, en Egipto que algunos católicos usan para sus “biblias” sino en el Texto Masorético hebreo y en el Texto Tradicional y mayoritario (conocido también como Textus Receptus) que es la que siempre ha usado la iglesia. Por tanto, la ICAR NO nos dio ninguna Biblia. Al contrario, la gran mayoría de las copias originales de nuestra Biblia (Reina Valera) fueron quemadas en la hoguera por órdenes de la inquisición católica llamándola una “edición peligrosísima de la Biblia” y porque la ICAR tenía prohibida su lectura en el idioma del pueblo. De hecho, llegaron a perseguir a todo traductor (como hicieron con Wycliffe, Tyndale y Casiodoro de Reina) que la hiciera disponible (Dr. S. L. Greenslade, The Cambridge History of the Bible-Cambridge, Inglaterra: Cambridge University Press,1983-página 126). 

             Pero ¿y el Nuevo? De los judíos también pues como dijo el apóstol Pablo quien escribió la mayor parte del Nuevo Testamento, “Porque también yo soy israelita, de la descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamín.” (Romanos 11:1-2).  De hecho, la realidad es que ni siquiera hay ninguna indicación en la Biblia que Pedro (otro escritor del Nuevo Testamento) haya estado en Roma en cualquier tiempo y durante los primeros siglos de la era cristiana pues la sede de la iglesia madre fue Jerusalén, y no Roma, y el pastor de la iglesia de Jerusalén era Jacobo, y no Pedro (Gálatas 2:9,12). Además, fue Pablo “el apóstol de los gentiles” (Romanos 11:13), en tanto que el ministerio de Pedro fue encaminado hacia el evangelismo de la “circuncisión”, es decir a los judíos (Gálatas 2:7-9). Este solo hecho es prueba suficiente de que Pedro nunca fue obispo de Roma, como se enseña a los católicos, porque Roma era una ciudad gentil.

                 El católico militante dirá, “Pero fue mi iglesia católica la que determinó el canon de la Biblia o del Nuevo Testamento”. Tampoco pues la misma Biblia (incluyendo el Nuevo Testimonio) da testimonio que es Palabra de Dios. El apóstol Pablo le dijo al joven Timoteo (y esto fue entre el año 64 y el 65 d.C.), “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido [note que dice “has sabido”, no dice que ignoraba o desconocía] las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:14-17). Evidentemente Pablo NO quiso decir solo esa parte de la Palabra de Dios que se había escrito hasta esa fecha sino toda la Palabra de Dios, aunque toda no se había escrito todavía.

                 Pedro también reconoció los escritos de Pablo como parte de las Escrituras (2 Pedro 3:15-16) mientras que Pablo también consideró que los escritos de Lucas tenían tanta autoridad como el Antiguo Testamento (Vea 1 Timoteo 5:18; Deuteronomio 25:4 y Lucas 10:7) y que algunos de estos libros del Nuevo Testamento ya estaban circulando entre las iglesias (Colosenses 4:16 y 1 Tesalonicenses 5:27). Estos pasajes al igual que otros demuestran que durante la era de la iglesia del Nuevo Testamento los apóstoles escribieron sus cartas y la congregación los recibió, las leyeron, reconocieron su autoridad, lo esparcieron y los copiaron haciendo miles de manuscritos de los originales para repartirlos a otros hermanos en Cristo de diferentes partes del mundo antiguo porque ya sabían cuales libros eran las Santas “Escrituras” o la “Palabra escrita de Dios” mucho antes de cualquier concilio o votación católico (Lucas 9:6; Hechos 8:4; 17:6,11 y 2 Pedro 1:21). Por tanto, la misma Biblia da testimonio de que es Palabra de Dios (evidencia interna o la autoproclamación de la misma Biblia) y fue Dios mismo el que cerró el canon de la Biblia diciendo que no se le debe añadir o quitar en el libro de Apocalipsis 22:18-19.

              Por tanto, la pregunta correcta no es “¿por qué los protestantes quitaron libros de la Biblia” sino ¿por qué los católicos añadieron más libros a la Biblia en el año 1546, en una acción polémica en el Concilio de Contrarreforma de Trento? De hecho, los Sínodos de Hipona (393) y la de Cartago hicieron una lista del Antiguo Testamento sin incluir los libros apócrifos y eso lo dice la misma Enciclopedia Católica Vol. III, sino que fue en el Concilio de Trento (1546) que se incluyeron los libros apócrifos como 2 Macabeos que enseña orar por los muertos para “refutar” a Martín Lutero quien dijo que “es inútil orar por los muertos”; pero no incluyeron 2 de Esdras porque habla en contra de esa práctica. En otras palabras, esto demuestra que la lista de libros de los Sínodos de Cartago, Hipona y Laodicea no es la misma que la del Concilio de Trento y que por tanto la iglesia católica romana no tuvo un canon completo y definido sino hasta el siglo 16 durante el Concilio de Trento. Por motivo de que las enseñanzas de los libros apócrifos no están en armonía con la unidad de las enseñanzas doctrinales del Antiguo y Nuevo Testamentos, los Bautistas y protestantes no pueden aceptarlos como libros inspirados, los desechamos (Apocalipsis 22:18 y Proverbios 30:6). 

            La Biblia simplemente vino de los judíos y de la iglesia primitiva antes de que se formara la iglesia católica romana. Por tanto, la secta romana debería dejar ya de tratar de robar el crédito por lo que el Señor hizo sin su ayuda pues NUNCA nos dieron la Biblia. Al contrario, la lectura y distribución de todas las traducciones bíblicas de Pedro Waldo, Wycliffe, Tyndale, Juan de Valdés, el Nuevo Testamento de Francisco de Encinas, la traducción del Nuevo Testamento de Juan Pérez Pineda, la Biblia del Oso de Casiodoro de Reina y Cipriano de Valera estaban estrictamente prohibidas por la iglesia imperial de Roma al punto que el que poseía una de estas Biblias era castigado con pena de muerte. 

                   De hecho, a veces se oye el típico discurso garrotero del fanático católico que todavía cree que vive en época de la inquisición y que puede amedrentar o condenarnos si no estamos de acuerdo con ellos. Por cierto, la gran mayoría de las copias originales de nuestra Biblia del Oso (Reina Valera) fueron quemadas en la hoguera por órdenes de la inquisición católica llamándola una “edición peligrosísima de la Biblia” y porque la ICAR tenía prohibida su lectura en el idioma del pueblo (Dr. S. L. Greenslade, The Cambridge History of the Bible-Cambridge, Inglaterra: Cambridge University Press,1983-página 126). Mucho antes del protestantismo la “iglesia” católica también había decretado por el concilio francés reunido en Tolosa el año 1229 la prohibición a poseer o leer una Biblia valdense diciendo “Prohibimos asimismo que no se permita a los laicos tener los libros del Antiguo y Nuevo Testamento…; no tengan los libros mencionados traducidos en romance…” (Canon XIV; José Llamas, O.S.A., tomo VLL. Pp. 12-13).

               La prohibición de Jaime I de Aragón que fue hecha en un concilio reunido en Tarragona el 7 de febrero de 1233 también declaró, “Se manda, además, que nadie tenga en su poder los libros del Antiguo Testamento en romance. Y si alguien las tuviere que los entregue en el plazo de ocho días al obispo del lugar para que él los queme. Si así no lo hiciere considéresele como sospechoso de herejía hasta que rectifique” (Menéndez y Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Tomo II, p.226 y Tomo VII pp.225-227). Lo mismo en 1234 en el Concilio de Tarragona la cual no permitía ninguna Biblia en el idioma del pueblo y que todas debían ser quemadas, el Tercer Sínodo de Oxford en 1408 no estaba autorizaba tener una Biblia en inglés porque eso se consideraba una herejía y el Concilio de Trento en 1559 tenía las Biblias preservadas en el “Índice de Libros Prohibidos” (Regla III).

                Durante esos tiempos muchos valdenses, albigenses y otos anabaptistas fueron asesinados y sus comunidades, libros incluyendo sus Biblias destruidas. La “iglesia” católica también había emitido un decreto en 1551 declarando lo siguiente: “La Biblia en el castellano, o en cualquier otra lengua vulgar, está estrictamente prohibida…” (Ibíd. p.125). Esta orden vino del Concilio de la Santa Inquisición General. Ahora lo permite porque existe la libertad de expresión y de culto gracias a los Bautistas como Roger Williams de Rhode Island quien siguió el ejemplo y legado de los anabaptistas sobre la separación de iglesia y estado. No gracias a los católicos. Al igual que la historia de la iglesia esta parte de la historia de la Biblia tampoco te la cuentan los apologistas católicos ya sea porque ignoran este hecho histórico o porque no les conviene. Sin embargo, la aparición de estos decretos y documentos prohibidos implica lógicamente la existencia de tales iglesias cristianas no católicas y de semejantes traducciones en lengua vulgar y a través de los siglos. Como vemos aún hoy en día hay católicos militantes que todavía odian nuestra Santa Biblia. Por tanto, no, no les debemos nada y tampoco queremos nada de lo que venga del Vaticano. No gracias. ¿Por qué? Porque la Biblia vino de los judíos y de la iglesia primitiva antes de que se formara la perseguidora y secta romana

Objeciones

“¿Nombre del protestante que tradujo la Biblia y la dividió en capítulos y versículos?”
       Los romanistas hacen esta pregunta asumiendo que fue un católico el que dividió la Biblia en capítulos y versículos y que por ende la Biblia vino de la ICAR. Sin embargo, dicha pregunta muestra ignorancia o deshonestidad porque aunque fue un católico (el clérigo inglés Esteban Langton, arzobispo de Canterbury, en 1226) el que dividió la Biblia en capítulos no la dividió en versículos sino que eso lo hizo primero los judíos con el Antiguo Testamento y luego el prestigioso impresor y protestante Roberto Estienne con el Nuevo Testamento en 1550 y la cual es la misma división de versículos que usan los católicos en sus “biblias”. Hasta hizo la edición latina de toda la Biblia en 1555.
           Segundo, antes del protestantismo muchos cristianos no católicos como el valdense Pedro Waldo  (1140 –1218) y otros anabaptistas llegaron a traducir la Biblia en el idioma vulgar, si tenían capítulos y versículos solo Dios sabe pues la ICAR destruía toda traducción de la Biblia que se hiciera sin su consentimiento. Por tanto, es posible que haya existido antes de Esteban Langton (1226) pues dichas prohibiciones suponen que en efecto la Biblia ya se traducía al romance. Después de todo, si Esteban fue el primero era porque su iglesia se encargó por medio de la inquisición de eliminar toda existencia de Biblia (como los de los valdenses y otros anabaptistas) que no viniera de la suya. La ICAR había decretado por ejemplo por el concilio francés reunido en Tolosa el año 1229 la prohibición a poseer o leer una Biblia valdense diciendo “Prohibimos asimismo que no se permita a los laicos tener los libros del Antiguo y Nuevo Testamento…; no tengan los libros mencionados traducidos en romance…” (Canon XIV; José Llamas, O.S.A., tomo VLL. Pp. 12-13).  

           La prohibición de Jaime I de Aragón que fue hecha en un concilio reunido en Tarragona el 7 de febrero de 1233 también declaró, “Se manda, además, que nadie tenga en su poder los libros del Antiguo Testamento en romance. Y si alguien las tuviere que los entregue en el plazo de ocho días al obispo del lugar para que él los queme. Si así no lo hiciere considéresele como sospechoso de herejía hasta que rectifique” (Menéndez y Pelayo, Historia de los heterodoxos españoles, Consejo Superior de Investigaciones Científicas, Tomo II, p.226 y Tomo VII pp.225-227). Lo mismo en 1234 en el Concilio de Tarragona la cual no permitía ninguna Biblia en el idioma del pueblo y que todas debían ser quemadas, el Tercer Sínodo de Oxford en 1408 donde no estaba autorizado tener una Biblia en inglés porque eso se consideraba una herejía y el Concilio de Trento en 1559 donde las Biblias preservadas estaban en el “Índice de Libros Prohibidos” (Regla III). Esta parte de la historia no te la cuentan los católicos porque no les conviene. Sin embargo, la aparición de estos decretos y documentos prohibidos implica lógicamente la existencia de semejantes traducciones en lengua vulgar y a través de los siglos.
            Por último, aun si hubiese sido un católico el primero en poner capítulos y versículos a la Biblia eso tampoco demostraría que la Biblia vino de dicha iglesia. ¿Por qué? Porque la división de capítulos y versículos solo tenía como fin de facilitar la búsqueda, pero no tiene nada que ver con su recopilación, formación, inspiración u autoría. Jesús mismo por ejemplo leyó del rollo de Isaías. ¿Estaba el rollo dividido en capítulos y versículos? NO y el que Esteban Langton le haya puesto capítulos y Roberto Estienne los versículos no cambia el hecho de que dicho libro seguía siendo inspirado y que vino de su autor, el profeta Isaías, no de los católicos o los protestantes. Lo mismo se puede decir de toda la Biblia. De hecho, decir que los católicos hicieron la Biblia ya rayaría en lo plagio pues la autoría de la palabra es de los judíos y los judíos no eran católicos (Vea Romanos 3:1-3 y 9:4).
“¿Pero con qué autoridad toman el papel de inquisidores con la Biblia en mano preguntando si lo que hacemos o nuestras devociones están en la Biblia? Ese papel es del católico, el preguntar con nuestra Biblia en mano ¿Por qué le quitaron tantos libros?”     
          Primero porque el Antiguo Testamento vino de los judíos, no de la iglesia católica romana y segundo porque no quitamos ningún libro inspirado de la Biblia sino que la Iglesia Católica mas bien le añadió 11 libros apócrifos al canon del Antiguo Testamento de su Biblia católica en el Concilio de Trento (1546). Los Bautistas y protestantes sostenemos que nuestra Biblia está COMPLETA; pero los católicos afirman que le faltan libros. Sin embargo el canon completo no tiene que ser el que más libros tenga sino el que tenga los libros que Dios inspiró. Los llamados Deuterocanónicos o libros apócrifos no fueron escritos en hebreo, ni por profetas hebreos inspirados por Dios. Nunca formaron parte del Antiguo Testamento hebreo y esta es una de las razones por la cual los judíos palestinos a quienes se les confió la Palabra de Dios, específicamente, el Antiguo Testamento (Romanes 3:1-2) también rechazan los libros apócrifos. 

http://www.cristianismoparaateos.com/index.php/2018/06/21/por-que-los-bautistas-rechazan-los-libros-apocrifos/
"¿Pero no eran católicos los primeros cristianos y por ende la que escribió, formó y definió el Nuevo Testamento? Dime ¿y dónde estaban los bautistas que establecieron el canon antes de los concilios catؚólicos?” 
            En primer lugar, asumir que antes de Lutero los únicos cristianos que habían eran católicos es históricamente falso pues antes del protestantismo siempre existieron cristianos no católicos (como los anabaptistas) que clamaban venir de la iglesia que Jesucristo edificó y quienes fueron duramente perseguidos por la iglesia de Roma y luego por protestantes también dejando así un rastro de sangre en la historia. Esto siempre ha sido reconocido tanto por historiadores Bautistas como no Bautistas tales como el luterano Mosheim, el metodista Juan Clark Ridpath, el campbelista Alejandro Campbell, el científico, teólogo, filósofo e historiador, Sir Isaac Newton, la Enciclopedia (prebisteriana) de Edinburgh, el Cardenal católico Hosius y muchos más (Vea El Rastro de la Sangre, J.M. Carroll, Challenge Press; Los Bautistas a Traves de los Siglos por C.L. Neal y La Iglesia que Jesús Edificó por Roy Mason, entre otros). Entre los historiadores bautistas mejor conocidos del pasado, que creían en esta perpetuidad bautista, pueden ser mencionados los nombres del Dr. Juan T. Christian, Robinson, Crosby, Irving, Orchard, Jones, Backus, Benedicto y Cramp. Por tanto, asumir que todo cristiano que no sea católico es un protestante (o “hijo de Lutero”) es caer en una falacia de generalización apresurada.
            Además es importante recordar que aunque a diferencia de la palabra “católica” el nombre Bautista sí aparece en el Nuevo Testamento (usado por Juan el Bautista, no Juan el Católico por su misión de predicar y bautizar), la verdadera iglesia no se identifica por un nombre sino por su historia y doctrina. Doctrinalmente basta con comparar la iglesia del Nuevo Testamento con la ICAR para darse cuenta que no son la misma iglesia. En cuanto a la historia extrabíblica se refiere y a la pregunta ¿dónde estaba la iglesia bautista (anabaptista) a través de los siglos? La respuesta es simple, estaba siendo perseguida por la suya. La iglesia católica romana no solo persiguió brutalmente a los anabaptistas como los valdenses, albigenses, montanistas, donatistas y otros sino que confiscaban sus propiedades y destruían sus Biblias (pues la ICAR tenia prohibida su lectura al idioma del pueblo) lo que también demuestra por sus frutos que no pueden ser la verdadera iglesia de Cristo. En base a esto le preguntamos a nuetros amigos católicos, ¿acaso no se molestan estar en una falsa iglesia que asesinó a muchos cristianos incluyendo mujeres y niños? Sin olvidar sus abusos sexuales a menores las cuales han sido encubiertos por sus papas liberales y progres.      
  "Los Herejes siempre han existido y no creo que los Bautistas modernos quieran identificarse con la mala doctrina de los anabaptistas."
             Los católicos tratan de justificar las crueles persecuciones que su iglesia hizo contra otros cristianos diciendo que eran "herejes". Pero como dice un dicho, "Hereje es el que prende el fuego, no el que se quema" lo cual es compatible con las palabras de Cristo (Juan 16:2) y otra evidencia más de que la ICAR no puede ser la verdadera iglesia de Cristo. De verdad me sorprende el nivel de fanatismo de muchos católicos militantes que están dispuestos a defender a una "iglesia" asesina que torturó y mató a miles y miles de cristianos (incluyendo mujeres y niños). Aun si hubiesen sido realmente "herejes" (cosa que realmente no fueron) sino la ICAR eso no excusa las atrocidades que hicieron en nombre de su religión. Pero veamos ¿cuáles eran esas creencias “heréticas” que los anabaptistas tenían en común y si los Bautistas modernos pueden identificarse con ellos:  

1. Creían en la separación de iglesia y estado o sea en la libertad de religión y consciencia. Esta es una de las razones por la que fueron tan perseguidos por los estados protestantes y católicos. De hecho, es gracias a este legado (como fue establecida por el Bautista Roger Williams en Rhode Island) que disfrutamos ahora de este derecho, no gracias a los ateos, ni católicos ni a los protestantes.  

 2. Solo la persona que se había convertido en Cristo se bautizaba por inmersión en agua y como una confesión publica de fe y para formar parte de una iglesia local. No aceptaban el bautismo de la iglesia de Roma porque sostenían que no tenía la autoridad porque no la consideraban como la verdadera iglesia, porque la forma que lo hacían (por aspersión) era incorrecta y porque el candidato tenía que creer primero y mostrar frutos de arrepentimiento como prueba de que su conversión era genuina y cosa que un bebé no puede hacer. Por eso se les llamaba "anabaptistas" o "rebautizadores" 

    3. Daban énfasis en la vida pura, santa y de buen testimonio (esta era otra razón por la que rechazaban la iglesia corrupta e inmoral de Roma. 

    4. LA BIBLIA era su principal libro de texto y la única autoridad final en cuanto a materia, doctrina, fe y práctica. En otras palabras, el concepto de "Sola Scriptura" no empezó durante la reforma protestante, sino que desde los tiempos de Jesús y los apóstoles siempre hubo cristianos que lo creían. Por tanto, para los católicos esto es ser un “hereje” pero para el apóstol Pablo esto era ser “noble” (Hechos 17:11). 

      5. No creían que fuera de la iglesia no hay salvación (como siempre ha sostenido la iglesia católica) sino que la salvación es por el arrepentimiento y la fe en Jesucristo como nuestro Señor y Salvador personal, no por obras para que nadie se gloríe. (Juan 14:6; Efesios 2:9-10 y Romanos 5:1). El ladrón que murió al lado de Cristo es un buen ejemplo.

      6. No perseguía sino que era perseguida por el estado. Esto lo vemos en la iglesia del Nuevo Testamento. De hecho, casi todos los anabaptistas eran pacifistas y solo muy pocos como los valdenses creían en el uso de la violencia, pero solo cuando se trataba de defenderse de sus perseguidores. Todo Bautista cree en esto.  Además de esto, muchas de las cosas negativas que se dice de los anabaptistas viene de la pluma de sus enemigos quienes los calumniaban y perseguían hasta la muerte. Estos hechos le quitan credibilidad a tales testimonios.

            De hecho, las difamaciones que hacían contra los anabaptistas eran tan exageradas que decían que los anabaptistas se bautizaban desnudos. Hasta publicaron dibujos para promover esta mentira. Por otro lado, no hay duda de que hubieron algunas irregularidades y diferencias entre los anabaptistas lo que demostraría que no eran teológicamente perfectos pero eso no los convierte en “sectas” o “herejes” porque en cuanto a las doctrinas principales y esenciales (como el camino de salvación y el bautismo correcto) eran iguales o parecidas entre sí y a la Bautista moderna. Después de todo, las mismas iglesias del Nuevo Testamento también tuvieron sus problemas doctrinales y no por eso dejaron de ser iglesia de Cristo. 

            Pero bueno, ya sabemos que para el fanático católico no importa si tenemos buen testimonio y que nuestras doctrinas tengan fundamento bíblico seguiremos siendo “herejes”, “sectarios” y “amigos del diablo” (como dice su papa progre y liberal Francisco). Además, la hipocresía de tales católicos es monumental pues ¿cómo pueden hablar de las "herejías de otros cuando la suya está llena de falsas doctrinas que no solo son extrabíblicas sino antibíblicas? Sin olvidar las grandes manchas de inmoralidad (como los muchos abusos sexuales de menores encubiertos por los papas) que históricamente tiene. En fin, y como diría el mismo Jesús, ¿por qué miran la paja que está en el ojo de tu “hermano separado” y no miras la viga que está en el ojo de tu propia iglesia? 
       "¿Sabías que el canon de la Biblia lo estableció la Iglesia católica en Concilios (como el Concilio de Roma del año 382, cuando la Iglesia católica junto al papa san Dámaso I) convocados por papas? Pruébame la canocidad de la Biblia sin los concilios."
             En primer lugar, que la iglesia católica se haya reunido para determinar el canon de la Biblia no significa que nadie sabía cuáles libros eran inspirados por Dios o ¿acaso nos están diciendo que por más de 300 años los primeros cristianos nunca supieron cuáles libros del Antiguo y del Nuevo Testamento eran la Palabra de Dios?? Esto es falso a la luz de la misma Biblia pues el apóstol Pablo le dijo al joven Timoteo (entre el año 64 y el 65 d.C.), “Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, enteramente preparado para toda buena obra.” (2 Timoteo 3:14-17).
            Pedro por ejemplo reconoció los escritos de Pablo como parte de las Escrituras (2 Pedro 3:15-16) mientras que Pablo también consideró que los escritos de Lucas tenían tanta autoridad como el Antiguo Testamento (Vea 1 Timoteo 5:18; ver también Deuteronomio 25:4 y Lucas 10:7) y que algunos de estos libros del Nuevo Testamento ya estaban circulando entre las iglesias (Colosenses 4:16 y 1 Tesalonicenses 5:27). Estos pasajes al igual que otros demuestran que durante la era de la iglesia del Nuevo Testamento los apóstoles escribieron sus cartas y la congregación los recibió, los leyeron, reconocieron su autoridad, lo esparcieron y los copiaron para otros hermanos en Cristo de otros lugares porque ya sabía cuales libros eran las Santas “Escrituras” o la “Palabra de Dios” mucho antes de cualquier concilio católico (Vea también 2 Pedro 1:21). A esto se le llama evidencia interna o la auto-proclamación de la misma Biblia.
        Segundo, los mismos escritos de Jerónimo, Orígenes, Agustín de Hipona, Ireneo, Eusebio y otros admiten que el canon de la Biblia ya estaba definido en la iglesia mucho antes del papa Damasco. Según los católicos estos son los “padres de la iglesia católica” (los de nosotros son Mateo, Marcos, Lucas, Juan, Santiago, Judas, Pablo y Pedro) por tanto, ¿acaso se equivocaron sus padres o la ICAR es la que está equivocada? ¿Cuál de las dos? La realidad es que las votaciones y concilios como la realizada en Nicea, más que establecer el canon de la Biblia, solo afirmó y reconoció oficialmente aquello que ya había sido la perspectiva dominante de la iglesia sobre los libros inspirados por Dios. Los cuatro evangelios y las epístolas del Nuevo Testamento destacados en sus concilios ya habían sido establecidos y reconocidos sólidamente en las comunidades cristianas durante más de un siglo antes de Nicea. Por tanto, lo único que hizo la ICAR en sus concilios fue confirmar lo que la iglesia primitiva ya aceptaba como inspirado y añadir otros libros que ni los primeros cristianos ni los antiguos judíos aceptaban en el Antiguo Testamento y lo cual Dios mismo condena en Apocalipsis 22:18-19 y Proverbios 30:6. La Biblia no resultó de una votación que tuvo lugar trescientos años después del tiempo de Jesús sino que mucho antes de que Constantino naciera y que los evangelios gnósticos existieran los cuatro evangelios del Nuevo Testamento ya se consideraban antiguos y como la autoridad final de la Iglesia. 
          Por último, aun si haya sido un concilio católico el primero en reunir, recopilar y formar el canon de la Biblia eso tampoco demostraría que la Biblia vino de dicha iglesia. ¿Por qué? Porque reunir unos libros en uno solo no tiene nada que ver con su inspiración y autoría. Por ejemplo, que alguien sea el primero en reunir y traducir todos los 7 libros de Las Crónicas de Narnia de CS Lewis en uno solo. Eso no lo convierte en su autor, el autor sigue siendo CS Lewis. Lo mismo con la Biblia. De hecho, decir que los católicos hicieron la Biblia rayaría en lo plagio ya que la autoría de la palabra es de los judíos y los judíos no eran católicos romanos. Negar que la Biblia vino de los judíos seria llamar a Dios mentiroso lo cual es una blasfemia (Vea Romanos 3:1-3 y 9:4).        

Se puede resumir lo anterior de la siguiente manera deductiva:

1. La misma Biblia y los llamados padres de la iglesia dan testimonio de que ya se sabía cuáles libros eran las Palabras escrita de Dios antes de dichos concilios o votaciones católicos.
2. Los primeros misioneros cristianos como los de Antioquia (lugar donde se llamó a los discípulos de Jesús, cristianos por primera vez) hicieron miles de copias de los originales y las cuales repartieron en diferentes partes del mundo antiguo. No solo en Roma.
3. Antes de dichos concilios católicos había cristianos que no eran católicos como, por ejemplo, los montanistas, los valdenses, los novacianos, los paulicianos y otros grupos anabaptistas lo que da entender que tuvieron acceso a estas copias las cuales luego tradujeron en el latín antiguo y posiblemente en otros idiomas. Algunos creen que existía una Vulgata original antes de la Jerónimo y que muchos cristianos ya lo usaban y por eso el nombre “vulgata” que significa popular y común. Pero que la ICAR la quiso reemplazar con otra con el mismo nombre basada en la Septuaginta. Sin embargo, la falsa Vulgata de Jerónimo no fue usada por ningún cristiano (como los valdenses) durante varios siglos porque la consideraban alterada y corrupta.
4. Por tanto y en base a estos hechos históricos, es muy posible que ya existía un canon (compilación) de la Biblia antes de dichos concilios pero que solo Dios sabe porque la iglesia católica romana no solo trataba de exterminar cualquier grupo cristiano que no fuera católico sino también toda Biblia que no viniera de la suya. Esta parte de la historia no te la cuentan los católicos militantes porque no les conviene. Todas las traducciones bíblicas de Pedro Waldo, Juan de Valdés, Francisco de Encinas, Juan Pérez Pineda, Wycliffe, Tyndale, Casiodoro y Valera son algunos ejemplos de ello). Ahora permiten la traducción de la Biblia porque existe la libertad de expresión y de culto gracias a los Bautistas como Roger Williams de Rhode Island quien siguió el ejemplo y el legado de los anabaptistas sobre la separación de iglesia y estado, no gracias a los católicos. De hecho, los católicos todavía siguen odiando nuestra Biblia.           
En fin, la Biblia vino de los judios y de la verdadera iglesia primitiva antes de que se formara la iglesia católica romana.
One thought on “¿La iglesia católica nos dio la Biblia?”
  1. Me encantaria que refutaras los videos antireligiosos del usuario madeupstart no se como se escribe ,pero me gustaria que los refutaras porque este tipo desinforma a la gente . saludos

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