¿Era Albert Einstein ateo?

          Se afirma que Einstein (1879-1955) fue el mejor y más famoso cientifico del siglo 20. De hecho, hoy sun ombre es usado como sinonimo de “genio” por mucha gente y muchos lo reconocen por su famosa ecuacion de E=mc2. Segun su biografía, un poco antes de los 10 el joven Albert decidió ser un judío devoto en oposición a sus padres: no comer cerdo, mantener el Sabbath, la pureza kosher, incluso componía sus propios himnos y los cantaba camino del colegio. Pero a los 12 años abandonó el judaísmo y luego dijo, “Leyendo libros de divulgación científica pronto alcancé la convicción de que muchas de las historias de la Biblia no podían ser ciertas”, cita Isaacson.

Sin embargo, aunque no fue cristiano tampoco fue ateo pues en 1929, en una cena en Berlín, teniendo casi 50 años, Einstein ya empezaba a establecerse en su postura deísta y se negó a comparar la religión con la superstición astrológica. Esto ocurrió porque no le gustaba la idea de que el universe tuvo un comienzo porque pensaba que eso implicaría entonces que el mundo fue creado por un Dios. De este modo, él añadió una constante cosmológica a la ecuación para intentar deshacerse del principio. Sin embargo, luego terminó diciendo que este era uno de los peores errores de su vida y que los resultados de Edwin Hubble confirmaron que el universo ampliaba y tuvo un principio en algún punto en el pasado. Por tanto, aunque Einstein era judio en cuanto a su grupo étnico, no lo era en cuanto a su religión sino que fue de este modo que Einstein se convirtió en un deísta.

Sin embargo, muchos ateos militantes insisten en describir a Einstein como un “ateo de toda la vida”.  Aunque los mismos amigos personales y más cercanos de Einstein como Max Jammer ya han dicho que no era ateo ni agnóstico mejor veamos las propias palabras de Einstein para refutarlos. Comenzaremos refiriendo una conversación que tuvo lugar en el invierno de 1927, en una reunión en la casa del editor Samuel Fischer. Esta plática (documentada en Einstein: His Life and Universe (2007), por Walter Isaacson, p. 384), ocurrió en Berlín, en una tarde en la que Einstein, de entonces 48 años, estaba junto a su esposa en una cena en la que uno de los invitados expresó su creencia en la astrología.

Einstein ridiculizó la astrología tachándola como una mera superstición, a lo cual, Alfred Kerr (un ateo acérrimo) decidió intervenir diciendo que creer en Dios también era una “superstición.” Luego de hacer una pausa, Kerr, que había leído lo que los diarios decían del científico, le dijo a Einstein: “He oído que se supone que usted es profundamente religioso”, a lo cual, el ya premio Nobel de Física le contestó: “Sí puede decirlo así.  Intente  penetrar con nuestros medios limitados a los secretos de la naturaleza y encontrará que, detrás de todas las concatenaciones perceptibles, queda algo sutil, intangible e inexplicable. La veneración a esta fuerza que está más allá de lo que podemos comprender es mi religión. En ese sentido soy, de hecho, religioso” (Einstein, citado en The Diary of a Cosmopolitan (1971), de HG Kessler, p.157 Londres: Weidenfeld & Nicolson).

 Conforme el paso de los años, el asunto fue abriéndose espacio entre las pláticas de Einstein. Por ejemplo, en abril de 1921, durante su primera visita a la Universidad de Princeton,  Einstein haría el comentario de que “Dios puede ser sutil, pero no es malicioso”  (Raffiniert ist der Herrgott, aber boshaft ist er nicht; (cit. en Calaprice, 2005:112; Clark, 1973: Ch. 14).

Asimismo, en un artículo de la Revista del New York Times, el 9 de noviembre de 1930, Einstein se refirió a su sistema de creencias espirituales como una religión de carácter “cósmico” cuya inspiración se originaba “en muchos de los Salmos de David y en algunos de los profetas” de la Biblia Hebrea (Véase la edición del New York Times Magazine).  “”Dios es un misterio, pero un misterio comprensible. No tengo nada sino admiración cuando observo las leyes de la naturaleza. No hay leyes sin un Legislador” (En 1943, en una conversación subsecuente con William Hermanns, cit. en William Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man (1983), p. 106). 

Por tanto, el ateo no solo saca fuera de contexto las palabras de Einstein sino que también comete la falacia de evidencia incompleta (conocida también como “cherry picking” o supresión de pruebas) al cponer citas de Einstein donde rechaza el Dios de la Biblia para luego asumir que es ateo pero ignora por completo muchas de sus otras célebres frases donde niega ser ateo como ellos. De hecho, Einstein era tan creyente que hasta el mismo Karl Popper dijo una vez que,”Hablé con Einstien un buen rato, pero habló sobre todo de Dios y fue muy aburrido

También conviene citar las conclusiones de fuentes biográficas reconocidas, tales como la Encyclopædia Britannica, donde se dice de él: “Quiero saber cómo Dios creó este mundo, no estoy interesado en este o ese fenómeno, en el espectro de este o ese elemento. Quiero conocer Sus pensamientos, el resto son detalles.” El famoso epíteto de Einstein sobre el “principio de incertidumbre” era “Dios no juega a los dados”– y para él esto era una verdadera declaración acerca del Dios en quien creía. Un famoso dicho suyo era que”la ciencia sin la religión está coja, la religión sin la ciencia es ciega” (Albert Einstein, E. Salaman, “A Talk With Einstein”, The Listener, 1955, 54:370-371).

Aca otras de sus famosas frases que demuestran que Einstein no fue ateo.

“Percibo la maravillosa estructura del mundo existente, y con un decidido esfuerzo intento comprender una porción, así sea muy pequeña, de la Inteligencia Superior que se manifiesta a sí misma en la naturaleza” 
Albert Einstein
(A. Einstein, “What I Believe”, 1930, Forum and Century 84:193-194) 

“Lo Divino se revela a sí mismo en el mundo físico” ” 
Albert Einstein
(Z. Rosenkranz, Albert through the Looking-Glass (Jewish National and University Library, Jerusalem, 1998), pp. xi, 80)

“Que Dios es Espíritu, y por lo tanto no puede ser encontrado mediante el telescopio o el microscopio” 
Albert Einstein
(HWE, a historian and president of a historical society in New Jersey, to Einstein, 14-Nov-1940. Einstein Archive, reel 40-339) 

“No puedo imaginar a un científico sin esa fe profunda”

“La vida de un hombre sin religión no tiene sentido; y no sólo lo convierte en un desdichado, sino en un ser incapaz de vivir” – Albert Einstein

         Como deísta, Einstein pensaba que, “…el conocimiento de Dios puede ser obtenido mediante la observación de los procesos visibles de la naturaleza, pero con la salvedad de que la manifestación de lo Divino en el Universo es solamente parcialmente comprensible para el intelecto humano…Para Einstein Dios es una Inteligencia Superior que se revela a sí misma en el mundo de la experiencia. En la existencia de tal Inteligencia tuvo Einstein una profunda convicción.” (M. Jammer, 1999, “Einstein and Religion, Princeton University Press, Princeton, New Jersey)

 ¿Einstein solo hablaba de Dios de manera metafórica pues creía en el dios de Spinoza lo que demuestra que era panteísta?

Es cierto que Einstein dijo varias veces que creía en el Dios que el filósofo Baruch Spinoza había descrito sin embargo Einstein nunca dijo que usaba la palabra “Dios” metaforicamente. Dicha afirmacion gratuita ha sido refutada por los amigos cercanos y personales de Einstein como Max Jammer y las mismas citas del gran cientifico. En cuanto a lo de Spinoza, aunque esas citas son reales, tendenciosamente, quienes las ocupan se olvidan de entender diligentemente las palabras y citar los fragmentos en su contexto original y completo.

De hecho, cuando se retoma la declaración de Einstein: “Creo en el Dios de Spinoza”, sin embargo, uno podría deducir que seguramente tendría que creer en el siguiente fragmento que había sido escrito por el filósofo: “…En relación al Hijo eterno de Dios, que es la Sabiduría eterna de Dios, que se ha manifestado en todas las cosas y especialmente en la mente humana, y sobre todo, en Cristo Jesús” lo cual no suena tan panteísta que digamos y mucho menos ateo ” (Baruch Spinoza, en la Carta 21 (73) a HenryOldenburg; noviembre de 1675.). Por tanto, ¿acaso Einstein creía, pues, en el Dios de Spinoza “que manifestó su sabiduría en la moral enseñada por Jesucristo” y que por tanto era cristiano?

Si no es así entonces ¿a qué se refería Einstein cuando dijo, “Creo en el Dios de Spinoza”? Como deísta es obvio que Einstein se refería en un sentido racionalista, pero no atea, ni agnóstica. Al igual que Spinoza, Einstein tampoco creía en un Dios antropomórfico y atento a las acciones humanas que le enseñaron su religión judía. Pero sí era receptivo a otra idea de Dios, tal como muestran muchas de sus otras frases. Einstein creía en un “Dios que se revelaba en la armonía de todo lo que existe, no en un Dios que se interesa en el destino y las acciones del hombre”, muchos creyentes opinan lo mismo.

Deseaba conocer “cómo Dios había creado el mundo” y resumió sus creencias religiosas de la siguiente manera: “Mi religión consiste en una humilde admiración del ilimitado espíritu superior que se revela en los más pequeños detalles que podemos percibir en nuestra frágil y débil mente”. En este otro caso tampoco se puede decir que era agnóstico y mucho menos ateo. Después de todo, el mismo Eintein negó ser panteísta y ateo (Lea sobre su entrevista publicada en 1930 en G. S. Viereck’s book Glimpses of the Great (Macauley, New York, 1930), quoted by D. Brian, Einstein – A Life, p. 186.)

“Bueno Einstein fue creyente pero eso no significa que era cristiano. Al contrario, Einstein despreciaba el Dios de la Biblia”

Sabemos que Albert Einstein no fue judío a pesar de ser de ascendencia judía, ni tampoco profesó la fe cristiana, sin embargo, aunque es cierto que hubo un tiempo en donde Einstein despreciaba el cristianismo, luego cambio de opinion y empezó a apreciarla principalmente después del holocausto judío al ver que muchos cristianos arriegaron sus vidas para salvar tanto mujeres, hombres y niños judíos. Esta es otra de las cosas que distinguen a Einstein de los ateos modernos pues el gran científico reconoció los logros históricos de la Iglesia, especialmente los que vivió en carne propia. Así, el 23 de diciembre de1940declaraba en la revista TIMEsobre la facilidad con que Alemania adoptó la cultura nazi:

“Cuando tuvo lugar la revolución en Alemania, miré con confianza a las universidades, pues sabía que siempre se habían enorgullecido de su devoción por la causa de la verdad. Pero las universidades fueron amordazadas. Entonces confié en los grandes editores de los diarios que proclamaban su amor por la libertad. Pero, al igual que las universidades, también ellos tuvieron que callar, sofocados en pocas semanas. Sólo la Iglesia permaneció firme, en pie, para cerrar el camino a las campañas de Hitler que pretendían suprimir la verdad. Antes nunca había experimentado un interés particular por la Iglesia, pero ahora siento por ella un gran afecto y admiración, porque la Iglesia fue la única que tuvo la valentía y la constancia para defender la verdad intelectual de la libertad moral. Por ello, me veo obligado a confesar que ahora aprecio sin reservas lo que durante mucho tiempo desprecié.” – A. Einstein, cited by Wilhelm Niemoller in Kampi und Zeugnis der bekennenden Kirche — Struggle and Testimony of the Confessing Church, p. 526. and Cochrane ”

De hecho, en una nueva biografía de Einstein a cargo de Walter Isaacson, que además ha publicado algunas líneas en TIME (www.time.com) sobre la fe de Einstein, el gran cientifico dijo, “Yo soy Judío, pero me conmueve la luminosa figura del Nazareno” y que “¡Sin duda alguna! Nadie puede leer los Evangelios sin sentir la verdadera presencia de Jesús. Su personalidad vibra en todas sus palabras.” y que “Los más elevados principios para nuestras aspiraciones y juicios han sido dados a nosotros mediante el mundo Judeo-Cristiano”

Tampoco olvidemos que Einstein no solo estudió en academias cristianas que lo prepararon para convertirse en un gran científico, sino que también fue influenciado por grandes científicos cristianos y creacionistas tales como Nicolás Copérnico, Newton, Tesla y Galileo Galilei. Más allá de esto, es bien conocido que cuando Einstein vivió en Princeton, Nueva Jersey, las paredes de su oficina de trabajo tenían los retratos de tres de sus científicos favoritos, considerados, los que más influyeron en él: Michael FaradayIsaac Newton y James Clerk Maxwell, los tres científicos de una gran fe cristiana. En este aspecto, es, particularmente notable, el interés que surgió en Einstein por estudiar, junto a Abraham Shalom Yahuda, los estudios bíblicos y teológicos de Newton publicados en el siglo XX por la Universidad de Israel.

Einstein comentó sobre esto: “Los escritos de Newton sobre temas bíblicos me parecen especialmente interesantes, porque revelan un profundo conocimiento del carácter espiritual y el método de trabajo de este hombre prominente. Para Newton, el origen Divino de la Biblia es incondicionalmente seguro.  Estos escritos, son en su mayoría inéditos, con lo que proporcionan una visión muy interesante en el taller espiritual de este pensador único” (Albert Einstein, septiembre 1940, en Lake Saranac; Véase A letter from Albert Einstein to Yahuda).

Por tanto, a diferencia de Sigmund Freud, Bertrand Russell, George Bernard Shaw, Neil deGrasse Tyson, Richard Dawkins y otros antireligiosos, Einstein nunca sintió la necesidad de denigrar a los que creían en Dios y tampoco el cristianismo. Al contrario, tendía a denigrar a los ateos diciendo: “Lo que me separa de la mayoría de esos que se llaman ateos es un sentimiento de radical humildad hacia los secretos inalcanzables de la armonía del cosmos”, explicaba y que “Los ateos fanáticos’, escribió en una carta, ‘son como esclavos que aún sienten el peso de las cadenas que arrojaron tras un duro esfuerzo. Son criaturas que en su pleito contra la religión tradicional como opio de las masas, no pueden escuchar la música de las esferas”.

Por tanto, era el ateísmo lo que Einstein terminó despreciando más (no el cristianismo) pues el científico expresó su disgusto por el ateísmo fanático, y abiertamente habló en contra de aquellos que, en su tiempo de vida, lo citaban para apoyar sus prejuicios en contra de la religión y en contra del Dios del universo: “En vista de tal armonía en el cosmos, que yo, con mi mente humana limitada, soy capaz de reconocer, aún hay gente que dice que  no hay Dios; pero lo que realmente me hace enojar es que me citan para apoyar sus puntos de vista”  (Einstein, citado por Prince Hubertus zu Lowenstein, ca. 1941, en Towards the Further Shore : An Autobiography (1968); también citado en Clark 1973, 400; y en Jammer 2002, 97).

De hecho, en una de sus observaciones, Jammer agrega: “No sólo no era Einstein un ateo, sino que incluso sus escritos también han influenciado a algunas personas a alejarse del ateísmo, aunque él indudablemente nunca intentó convertir a nadie. Él discutía sobre religión solamente en respuesta a solicitudes de gente que le preguntaba sobre su perspectiva religiosa, como en el caso de la carta a Gross, o cuando se le pedía explicar su punto de vista en revistas o en conferencias religiosas.

Sin embargo, después de publicar la breve edición alemana del libro “Einstein and Religion”, de Max Jammer, el autor recibió algunas cartas, principalmente de científicos, en las que los escritores admitían que ellos habían sido ateos hasta que leyeron los conceptos de Einstein sobre religión, los cuales les inspiraron a esforzarse por llegar a ser personas de profundidad religiosa. Ni que decir, el autor quedó bastante sorprendido por estas cartas, ya que el libro, como se enfatiza claramente en la introducción, ha sido designado para servir únicamente como un registro histórico del pensamiento religioso de Einstein, sin intención alguna de convertir a sus lectores a las apreciaciones de Einstein o de interferir de manera alguna con sus creencias religiosas”

El bioquímico estadounidense Christian B. Anfinsen, es un ejemplo de los científicos que fueron influidos por la creencia que Einstein tenía en Dios. Anfinson escribió lo siguiente en una compilación de la antología científica ‘Cosmos, Bios, Theos’ (1997): “Adjunto una cita favorita de Einstein que está de acuerdo casi por completo con mi propio punto de vista. El mismo Einstein dijo una vez que ‘La más bella y profunda emoción que podemos experimentar es la sensación de lo místico. Es la sembradora de toda ciencia verdadera. Aquél a quien esta emoción le resulta extraña, que ya no puede encontrarte extasiado con asombro, es como si estuviera muerto. Esa convicción profundamente emocional de la presencia de un Poder Racional Superior, que es revelado en el incomprensible universo, forma mi idea de Dios’.” (Anfinsen, as cited in Margenau and Varghese, ‘Cosmos, Bios, Theos’, 1997, p. 140)

¿El ateo Stephen Hawking era igual de inteligente que Albert Einstein?

Muchos fans del difunto de Hawking lo sobrevaloran tanto que consideran que fue el científico más inteligente del mundo. De hecho, hasta llegan al extremo de compararlo con el gran científico Albert Einstein. ¿Pero es esto cierto? Muchos no creemos que esto sea una buena analogía por las siguientes razones

  1. Hawking nunca ganó ningún Premio Nobel porque sus teorías nunca fueron comprobadas experimentalmente. Mientras que Einstein sí logró el máximo premio científico gracias a su teoría de la relatividad.

2. Hawking también era orgullosamente ateo mientras que Einstein fue un firme creyente (deísta) que odiaba que lo identificaran con el ateísmo (Lea Glimpses of the Great, Einstein).

3. Hawking creía que la ciencia y la religión eran opuestas. Mientras que Einstein creía que la ciencia y la religión no solo eran compatibles sino también complementarias (Einstein Third Conversation (1948), cit. en Hermanns, 1983; Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man; p. 94).

De hecho, “Einstein rechazó la idea popular de que la ciencia no tiene nada que ver con la religión al declarar: “La ciencia depende fuertemente de la religión pero no a la inversa. Puede hablarse de los fundamentos morales de la ciencia pero no de los fundamentos científicos de la moral” (F. Ferré, “Einstein on Religion and Science”, American Journal of Theology and Philosopy, 1980, 1:20-28). 

“Einstein nos insistió en que “la física y la religión no son solamente compatibles, sino que también se apoyan, validan y confirman entre sí.” (H. Kúng, a catholic theologian, Does God Exists?, p. 632). Por tanto, a diferencia de Hawking y otros ateos, Einstein afirmaba que, “Dios es un misterio, pero un misterio comprensible. No tengo nada sino admiración cuando observo las leyes de la naturaleza. No hay leyes sin un Legislador” (cit. en William Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man (1983), p. 106). 

4. Hawking fue un cientificista. Mientras que Einstein habló en contra del cientificismo (1941; Science, Philosophy and Religion, A Symposium, published by the Conference on Science, Philosophy and Religion in Their Relation to the Democratic Way of Life, Inc., New York).

5. Hawking también tuvo fama de ser narcisista. En cambio, la actitud de Einstein era diferente, “Mi religión consiste en una admiración humilde del espíritu superior ilimitado que se revela en los detalles leves que somos capaces de percibir con nuestra frágil y débil mente.” Lo cual me recuerda que “Dios resiste á los soberbios, y da gracia á los humildes” (Santiago 4:6).

6. Hawking tenía un índice H tan bajo (Index-H: evaluación cualitativa de investigadores en el área de la física) que sus contribuciones a la ciencia son tan buenas como las de muchos otros físicos promedio. Esto no significa que sea un científico mediocre, PERO TAMPOCO UNO DE LOS GENIOS MÁS GRANDES DE LA HISTORIA como Einstein.

 Su índice H era de 23, POR DEBAJO de físicos como Steven Weinberg o Edward Witten, muy poco conocidos por el público general. Por eso para muchos es solo un científico promedio, solo que con más apariciones en los medios. Después de todo, muchos grandes científicos creyentes y ganadores de Premio Nobel aportaron más para la ciencia que Stephen Hawking.

Por tanto, creo que ni el mismo Einstein estaría de acuerdo con dicha comparación y si hay alguien que Einstein siempre consideró como el físico más grande que ha vivido en el planeta fue el científico cristiano, Sir Isaac Newton. Einstein hasta admitió que los trabajos científicos de Newton lo ayudaron a realizar nuevos descubrimientos e importantes teorías.

Pero Einstein dijo, “Era, por supuesto, una mentira lo que usted leyó acerca de mis convicciones religiosas, una mentira que está siendo repetida sistemáticamente. No creo en un Dios personal y nunca he negado esto, sino que lo he expresado claramente” (Helen Dukas and Banesh Hoffmann, Albert Einstein, The Human Side: New Glimpses From His Archives (1979) p. 43 – 24 de marzo de 1954).

“Me parece que la idea de un Dios personal es un concepto antropológico que no puedo tomar en serio” (Carta que Einsein escribió a Murray W. Gross, 1947, incluida en Einstein and Religion (1999). ¿No demuestra eso que era ateo?

Muchos creyentes de diferentes religiones tampoco creen en un Dios personal. Eso no los convierte en ateos. En ambas frases Einstein dice no creer en “un Dios personal”; sin embargo, lo que los escépticos no se toman la molestia de explicar es que, para Einstein, el dudar sobre el carácter “personal” de Dios, no implicaba negar la existencia ‘impersonal’ y universal de Dios. 

Muchos han malinterpretado esta clase de citas y las han tergiversado a su gusto, pero aunque es cierto que Einstein estaba incierto sobre el carácter personal de Dios, el científico también dejó claro que, a pesar de no estar seguro, sí consideraba que era mejor creer en un Dios personal que degenerarse en un nihilismo freudiano y no creer en nada. Así lo expreso claramente, diciendo:

“Nosotros los seguidores de Spinoza vemos a nuestro Dios en el orden maravilloso y en las leyes de todo lo que existe y en su alma (“beseeltheit”), tal como se revela en el hombre y en los animales. Es una cuestión diferente si la creencia en un Dios personal debe ser impugnada; Freud apoyó ese punto de vista en su última publicación. Yo mismo nunca me involucraría en esa tarea, porque tal creencia me parece preferible a la falta de una perspectiva trascendental de la vida” (Einstein y la religión: Física y Teología (1999) de Max Jammer, p. 51; Extraído de una carta a Eduard Büsching (25 octubre 1929) después Busching Einstein le enviara una copia de su libro Es gibt keinen Gott [No hay Dios] a Einstein. Esta idea, de que es mejor creer en algún carácter de eternidad divina, a no creer en nada, también había sido expresada por grandes científicos cristianos como Francis Bacon y Blaise Pascal.

Además, el mismo Einstein mismo expresó la imposibilidad de negar el carácter personal de Dios, como lo dijo en un simposio de 1941: “Sin duda, la doctrina de un Dios personal que interfiere con eventos naturales jamás podría ser refutada, en el verdadero sentido de la ciencia, porque esta doctrina siempre puede refugiarse en aquellos ámbitos en los que el conocimiento científico no ha sido capaz de poner un solo pie” Einstein; adress in a symposium; 1941. “Science and religion”  en Einstein, “Out Of My Later Years”, 1950) “To be sure, the doctrine of a personal God interfering…”

En este sentido, se demuestra que Einstein sabía que “la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia”,  y que también reconocía sus propias limitaciones intelectuales, así como las limitaciones de la razón humana en general, y las limitaciones de la esfera de la ciencia, lo cual, llevó al alemán a admitir que no podía negar la posibilidad de lo que no creía: “No puedo probarle a usted que no hay Dios personal, más si yo fuera hablar al respecto, yo sería un mentiroso” (cit. en “Einstein and Religion: Physics and Theology”, p. 123;  Science and Religion by Arnold V. Lesikar).

Después de todo, el mismo Einstein no se consideraba a sí mismo como filósofo o teólogo sino como físico y que “el hombre de ciencia es un pobre filósofo” quizas admitiendo así que “Fuera de su campo, el científico es tan tonto como cualquier otra persona.” (Richard Feynman, físico teórico y conocido por sus trabajos de la mecánica cuántica). Por tanto, para saber de teología y filosofía (estudio de Dios y la moral) lo mejor es averiguar primero con los expertos en esos temas.

¿Y qué hay de la carta que estaba en subasta y en donde niega la existencia de Dios? ¿No prueba eso que era ateo?

La supuesta carta de Einstein subastada por la empresa de E-bay por miles de dólares dice, “La palabra Dios no es más que para mí la expresión y el producto de la debilidad humana, la Biblia es una colección de leyendas honorables, pero aún puramente primitivas, que sin embargo son bastante infantiles.”

Desde entonces muchos ateos militantes han usado esta frase para asumir que Einstein era uno de ellos. Sin embargo, dicha carta es cuestionable debido a que resulta sumamente extraño que a más de 50 años después de su muerte de una figura tan relevante en la historia, de pronto de la nada, se le atribuya esa carta “apócrifa”. Además, de que no corresponde con las declaraciones comprobadas de Einstein donde admite creer en Dios en todas las demás cartas (más de 27), entrevistas para revistas, amigos, familiares y conferencias. De hecho, muchas otras cartas personales de Einstein donde admite que no es ateo estuvieron disponibles al público en la casa de subastas de “Profiles in History” en Los Angeles California.

La fundadora de “Profiles in History”, Joseph Maddalena, dice, “Todos sabemos sobre sus logros, de como cambió al mundo con la teoria de la relatividad. Pero estas cartas demuestran el otro lado de la historia, de cómo aconsejaba a sus hijos y de cómo creia en Dios.” En una de esas cartas Einstein señala a su colega italiano Giovanni Giorgi, cuando enseñaba en Roma en la de la Universidad Sapienza, que “Dios creó el mundo con mucha elegancia e inteligencia” y en otra Einstein le escribió a su propia hija, Lieserl Einstein, diciendo que Dios es amor en su máxima expresión. Sin olvidar que también se vendió una Biblia de Einstein en Nueva York y en donde escribió una dedicatoria en la que se refiere al libro sagrado como “una fuente inagotable de sabiduría y consuelo que debería leerse a menudo” lo cual contrasta con la carta “apócrifa” donde rechaza la Biblia.

De todas formas, aun si la carta donde “niega” al Dios de la Biblia fuese verídica, no tendríamos problema con admitir abiertamente que este Einstein llegó hablar ásperamente en contra de la religión judeocristiana. No obstante, se deberá recordar que, con un revisionismo histórico, las alegaciones de la prensa amarillista y el rumor de los internautas de atribuir dicha cita a Albert Einstein, pasa por alto el hecho de que el mismo científico también había publicado ese mismísimo año (1954) el libro “Ideas y Opiniones” donde llamaba a la enseñanza original y pura de la tradición judeo-cristiana como “una doctrina que es capaz de curar a la humanidad de todos los males sociales”.

Conclusión

            Einstein no era ateo sino creyente y sus héroes creacionistas (Maxwell, Faraday y Newton) tienen mucho que enseñarnos. Este mundo es ordenado porque Dios lo ordenó y que la buena ciencia siempre será compatible con la Biblia. Aquellos que dejan de entender el objetivo del mal no sólo rechazan el concepto de un Dios personal, sino también rechazan el concepto de la existencia de Dios totalmente. Si usted es un agnóstico o ateo, mi objetivo para usted sería reconocer lo que Albert Einstein entendió sobre el universo – que su asombroso diseño exige la existencia de un Dios creador. Entonces, vaya más allá del entendimiento defectuoso de Einstein del objetivo del universo y considere la explicación cristiana para la vida humana y del porqué el mal debe existir en este mundo.

2 thoughts on “¿Fue Einstein ateo?”
  1. Deberían mostrarles esto a la página atesimoparacristianos.com la cual no se cansa de desinformar y transmitir la mentira de que einstein era Ateo.

  2. Soy ateo, y no entiendo a los ateos que desinforman diciendo que Einstein era ateo. Es bien sabido que Einstein creía en un dios, pero de tipo deísta, no era cristiano ni de religión judía. Por cierto, quiero pensar que ignoras que Einstein nunca dijo la frase de “El mal es el resultado de la ausencia de dios en los corazones”. Aunque me parece que si lo sabe y está siendo deshonesto, porque por toda la información que ha puesto de citas de Einstein (con fuentes) esa en particular la has dejado sin fuentes (porque nunca lo dijo). Ahora si tiene la fuente de esa frase, retiro lo dicho. Por lo demás buen artículo.

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