¿Es incorrecto la portación de armas? ¿Es pecado ser militar y participar de una guerra?

“Los carros de guerra de Dios se cuentan por decenas de millares, millares repetidas veces” (Salmo 68:17) – David, pastor, músico, soldado, hombre de estado, poeta, profeta y rey

Reconocemos que no cualquiera debería portar armas, que un arma no es un juguete y que se debe ser responsable en su uso para evitar accidentes. Sin embargo, a pesar de la continua popularización entre los partidarios de leyes estrictas para el control de armas, la realidad es que según la segunda enmienda de la Constitución de los Estados Unidos, el buen ciudadano tiene el derecho de portar y poseer armas de fuego.

Objeciones

¿Pero acaso imponer leyes de control de armas no ayuda a disminuir la criminalidad?

No, en primer lugar, la frase “control de armas” no es lo que mucha gente cree que significa. Significa que solo el estado estaría permitido tener armas. Si usted cree que eso es una buena idea entonces usted necesita leer un libro de historia. De hecho, grandes líderes de la historia defendieron el derecho constitucional de portar y poseer armas como Jorge Washington, Thomas Jefferson, James Madison, Abraham Lincoln, Martin Luther King Jr, y Mahatma Gandhi. Mientras que dictadores y politicos de izquierda que se opusieron han sido Adolfo Hitler, Jose Stalin, Mao Zedong, Kim Jong IL, Fidel Castro, Hugo Chavez, Barack Obama y el grupo terrorista islámico ISIS en Iraq.

Es interesante saber que muchos de los activistas liberales que están en contra de este derecho constitucional y que desean desarmar al buen ciudadano ni siquiera confían en el gobierno. Sin embargo, no dudan en apoyar leyes para el control de armas lo cual no es otra cosa que el control del pueblo. También se contradicen cuando afirman que la policía es racista y corrupta pero luego te dicen que nadie necesita armas porque tenemos a la policía lo cual me hace recordar una película donde solo la policía y la milicia tenían las armas. Se llamaba, “Schindler’s List”.

La segunda enmienda simplemente no fue escrita para ir de caza sino por si acaso el gobierno fuera tomado o controlado por tiranos como ocurrió en Venezuela. Además de que está el peligro de que una vez te nieguen o sea abolido este derecho constitucional también podrían quitarte otros como el derecho a la libertad de expresión o libertad de religión. Este es el efecto dominó o reacción en cadena que ha ocurrido en muchos países islámicos, comunistas y socialistas.  

En segundo lugar, por más leyes que el estado crea el delincuente nunca las obedecerá y por eso la necesidad de proteger este derecho pues no son las armas las que matan sino las personas nihilistas que no valoran la vida humana. Por tanto, así como culpamos a la persona y no al vehículo por un accidente por conductor ebrio también deberíamos culpar a la persona y no el arma por un tiroteo. Peor aun, cada vez que ocurre una masacre de tiroteo, los políticos de izquierda siempre usan estas tragedias para tratar de quitarle las armas a aquellos que no lo cometieron.

La prohibición de armas simplemente no detendrá incidentes de asesinatos así como la prohibición de drogas tampoco detendrá el consumo ilegal de drogas. De hecho, Honduras, Venezuela, el Reino Unido y Chicago tienen totalmente baneado las armas y sin embargo son los países y ciudades con la tasa de crímenes más alta en el mundo. En cambio, Suiza, Texas y Finlandia tienen permitidos la posesión y aportación de armas y son los países y ciudades con menos índice de violencia y terrorismo en el mundo.

Por cierto así como Cain mató a Abel con una roca, un criminal siempre matará con o sin un arma de fuego. Además de que tampoco obedece las leyes de control de armas. El que piense lo contrario es un tonto que se deja manipular por un gobierno totalitario y la prensa amarillista pues un código, letrero o una señal que diga “Zona libre de armas” no lo detendrá de cometer una violación o un crimen. Al contrario, una señal que diga “Toda arma está prohibida en estos lugares” solo le dice al criminal armado que es un “Lugar fácil para robar o matar”. Así que, decir que no necesitamos armas de fuego porque tenemos policías es como decir que no necesitamos extinguidores porque tenemos bomberos. Sin olvidar la ironía de que muchos de los líderes políticos y celebridades liberales de Hollywood que apoyan hipócritamente el control de armas siempre andan con guardas espaldas armados.

El control de armas simplemente no funciona. Entonces, ¿qué podemos hacer para evitar un tiroteo? Simple, disparar de vuelta pues estadísticas muestran que los criminales cometen menos crímenes después de ser disparados.

¿Tener armas es tener falta de fe?

Algún ateo demócrata y liberal dirá “Si los cristianos conservadores confían tanto en Dios entonces ¿por qué necesitan tantas armas?”  Simple, porque no confiamos en demócratas liberales y políticos de izquierda. Después de todo, Dios puede usar un cristiano con armas tal como hizo en el Antiguo Testamento.

¿No es buena idea tener guardias y maestros armados en escuelas?

Puedes poner un guardia musculoso y de 6 pies de alto para intimidar pero si ese guardia no tiene armas no podrá hacer nada para proteger a los maestros y estudiantes de una escuela contra un lunático armado. Por alguna razón, Israel tiene maestros entrenados en la aportación de armas y nunca han tendo muertes en sus escuelas ya que protegen a sus niños. Simplemente no tiene sentido que hayan guardias armados en los bancos y aeropuertos pero no en las escuelas cuando son los lugares donde los asesinatos en masa están ocurriendo más en Estados Unidos.

Defendemos las cortes, bancos, aeropuertos, eventos deportivos y a nuestros presidentes con armas pero defendemos a nuestros niños en las escuelas con letreros que dicen, “Zona libre de armas” y luego llamamos a alguien con un arma si surge una emergencia. En otras palabras, las armas no son el problema sino la falta de lógica, razón y protección. Por cierto, es interesante saber que en los años 50 era normal tener un campo de tiro para estudiantes de escuela superior (Time Magazine 1956).

¿Pero no es matar violar el sexto mandamiento de Dios?

Los sentimentalistas de nuestros días tratan de igualar la pena capital o el matar en defensa propia con el homicidio diciendo que es una violación al sexto mandamiento: “No mataras” (Éxodo 20). Partiendo de la manera en la que interpretan este versículo, uno inmediatamente concluiría que este mandamiento prohíbe matar en todos los casos. ¡Pero no es así! Si el mandamiento “No mataras” incluye la pena de muerte entonces Moisés se contradijo así mismo pues en el próximo capítulo del mismo libro dice: “El que hiriere a alguno, haciéndole así morir, él morirá.” (Éxodo 21:12). La realidad es que la palabra hebrea traducida “matar” en el sexto mandamiento significa “asesinar” y debería ser leído “No asesinarás”. Por tanto, no toda matanza es asesinato. Si fuera así entonces los países no se podrían defender en la guerra contra sus agresores. Entonces estaría mal para un estado o una ciudad tener fuerzas policíacas. Ninguno tendría el derecho de defenderse asimismo contra la violencia de alguien que atenta contra su vida.

¿Pero no era Jesús un pacifista? ¿Puede un cristiano tomar un arma o ir a la guerra?

Muchas personas tienen una idea equivocada de la persona de Jesús y piensan que era un tipo de hippie debilucho y pacifista que se acurrucaba con ovejas. Lamentablemente muchas imágenes artísticas de la iglesia católica le han dado esa imagen afeminada. Pero nada puede estar más lejos de la verdad. Con solo leer el Apocalipsis vemos a un Jesús que es totalmente un guerrero. Sabemos que tomó dos veces el látigo por celo divino, para expulsar a los mercaderes del templo, pero esto no nos debe llevar a suponer que también hubiera tomado una espada. En cualquier caso sí que hace mención de la guerra en sus parábolas y ejemplos (Lucas 14 :31) y hace mención especial varias veces del guerrero de Israel, David.

Durante su vida terrenal admiró la fe de hombres militares como el centurión de Lucas 23 :47 y Cornelio en Hechos 10. Ninguno de estos centuriones fue obligado (ni siquiera aconsejado) en su conversión, a abandonar la profesión de las armas, de nínguno de ellos se dice en la Palabra que la abandonara después. Con los casos de estos centuriones considero que es suficiente para dejar de considerar impropia de un cristiano la profesión de las armas, la cual es la profesión quizás más citada después de la de pastor.

De hecho, en Lucas 22:36 el mismo Señor aconseja a sus discípulos que si no tenían espada que se compraran una. Claro, los discípulos de Cristo fueron mártires. Pero en un camino oscuro se pudieron haber defendido de un asalto. Aunque luego en el empleo de la espada por parte de Pedro en su arresto, le dijera que la envainara. ¿Podía estar hablando el Señor de la espada del Espíritu, que es la Palabra de Dios, mencionada en Efesios 6?Personalmente creo que no, esto me parece “espiritualizar” mucho las cosas, pues en ese caso ¿de que son símbolos la bolsa y alforja que también aconseja llevar? Considero que es más natural pensar en el bagaje del peregrino, el cual sabemos que ellos llevaban como puede ser la bolsa administrada por Judas, la alforja que cada uno llevaría para sus pequeñas pertenencias y para los alimentos del día. En este bagaje no es de extrañar que también fuera incluido en el grupo al menos un par de espadas, que les defendieran de las fieras e incluso de ladrones que intentaran asaltarles y dejarles medio muertos, como es narrado en la parábola del samaritano.

Sin olvidar que en Lucas 3:14 los soldados se atreven a preguntar a Juan el Bautista qué deben de hacer para cumplir la voluntad de Dios. Esto lo hacen justo después de que estaba hablando a la multitud palabras durísimas y de gran compromiso, como eran las de compartir la 2ª túnica al que tuviera 2. Si Juan el Bautista hubiera tenido en su corazón de parte de Dios, el sentimiento de que para seguir a Jesús, estos soldados debían de tirar el arma, no hubiera dudado ni un segundo en decírselo allí mismo, aunque en ello le fuera la vida. Pero no les dice nada de esto, sino unas palabras muy parecidas a las dichas a los publicanos, que debían ser honrados y no robar a nadie. Y también es de destacar la bella comparación de las armas espirituales, con las armas naturales en Efesios 6 y 2 Timoteo 2:3,4.

El resaltar que no debemos olvidar que Dios nunca ha sido partidario de las guerras, como tampoco lo ha sido de la violencia. Cuando ordenó combatir a su pueblo, lo hizo para evitar males mayores, como eran la de que hubiera pueblos enteros, con costumbres cada vez más alejadas de su voluntad. Este mismo criterio es el que empleó cuando mandaba apedrear al pecador o puso en el corazón de Fineas el que atravesara con una lanza a la pareja adultera (Números 25 :7). Él se complace en ofrecernos a sus hijos una paz incomparable en nuestras almas (Juan 14 :27; 16 :33), y pensar en otro tipo de paz participando en ideas “pacifistas” de grupos de hombres no cristianos, en los que la mayoría, tratan de disimular en la masa la cobardía de sus corazones, me parece querer “reinventar” el verdadero cristianismo. Él ha profetizado el momento en que el se complacerá en poner paz en la tierra, convirtiendo las espadas en rejas y las lanzas en podaderas (Isaías 2 :4 y Miques 4 :3). Pero si es el hombre el que quiere hacer esto, sin tener en cuenta a Dios (1 Tesalonisenses 5 :3) conseguirá precisamente lo contrario (Joel 3 :9-10).

No me imagino a Cristo en su Segunda Venida ofreciendo la otra mejilla a sus enemigos, desfilando pancarta en mano con un eslogan pacifista y practicando la resistencia pacífica sentándose en medio del camino delante de los tanques de guerra del enemigo. Tal posición doctrinal puesta en práctica por Jesucristo chocaría de frente con pasajes proféticos relacionados con la Segunda venida de Cristo, tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento. En su primera venida Cristo vino como oveja al matadero. Pero esta vez vendrá como el león de la tribu de juda para hacer juicio contra sus enemigos.

Pasajes tales como el de Isaías 63:1-6, donde Jehová hollará a los pueblos y derramará en tierra su sangre en el día de la venganza de Jehová, y los homónimos en Apocalipsis 14:19-20 y 19:11-16, que describen a Cristo masacrando a sus enemigos en el día del Juicio, no tendrían ningún sentido si Jesucristo fuera un pacifista. Estos pasajes son tan gráficos que es imposible interpretarlos como que Jesús está en contra de la violencia para efectuar justicia. Este es un tremendo problema para los cristianos pacifistas, los que para neutralizar la fuerza de estos pasajes han intentado de todo, sólo les ha faltado bailar un paso doble alrededor del texto.

Pero, ¿no es a menudo cierto que la paz sólo está al alcance a través del uso de la fuerza? ¿Qué habría sucedido si el Sur esclavizador no hubiese sido obligado a aceptar la abolición de la esclavitud por parte de los ejércitos del Norte, en Estados Unidos? La discriminación de Hitler contra “razas inferiores” fue y continua siendo mala, y así por el estilo. ¡Pues fue la fuerza la única manera de detener estas corrientes nocivas! Sin embargo, a veces lamentablemente el opresor solamente responde a la fuerza. Por ejemplo, ¿Dónde estaría el mundo de hoy si Estados Unidos y los aliados hubieran fallado en responder militarmente a las fuerzas Nazi de Adolfo Hitler? Los libros de historia se encuentran llenos de instancias donde una fuerza militar a erradicado, a través del recurso de la guerra, una tiranía o a un régimen opresor.

En algunas traducciones de la Palabra, para indicar la omnipotencia de Dios se le llama: “Jehová de los ejércitos”. Dios utiliza también ejércitos extranjeros, para derrotar a su pueblo como castigo, cuando este se aleja de Él. Incluso en el caso del 2º pecado narrado de David, envía a un ángel exterminador para hacer mortandad en su pueblo. David quien recibe también una de las mayores alabanzas que en la Palabra de Dios se dan a un hombre (Hechos 13 :22) era el guerrero por excelencia de Israel y Dios lo pone como símbolo de los antepasados de su Hijo (Lucas 1 :32). Sus oficiales son ensalzados en la Palabra por sus hazañas y valentía en el campo de batalla. (2 Sam 10 :7 ;16 :6 ; 23 :8-12)(1Cro 12 :21 ; 19 :8 ; 28 :1).

¿Habrá paz algún día, para que no tengamos que recurrir a la guerra?

La Biblia dice que pronto habrá un cambio drástico en el escenario político mundial. Cristo vendrá aquí a la tierra. Para que todos sepan quién es, Él vendrá tal y como se fue días después de que le crucificaron. ¡Todos sabrán que ese es Jesús de Nazaret! Y entonces habrá grandes cambios. No más guerra. No más dolor. No más abusos. No más crimen. No más dolo. No más opresión. No más enfermedad. No más atentados suicidas. No más atentados terroristas. No más multiplicidad de religiones engañosas. No más injusticia social y no más duda sobre quién es el que manda. Pero mientras tanto, “Si vis pacem para bellum” (Si quieres paz, prepara la guerra).

¿Pero acaso el santo y martir Eustaquio de Roma no dejó las amas por el cristianismo?

Eustaquo fue un general romano que fue bautizado y que en ese proceso fue invitado a un banquete a Roma y se negó, por lo tanto no volvió a tomar las armas pues después de este hecho fue perseguido. Además, cuenta la leyenda que Jesús le dijo: “Pues ahora te queda que la fuerza ni la bondad en ti no fallezca do te fuere menester, ni te quiebres del gran amor que diste al mundo; mas así como tú trabajaste bien en hacer en armas y de guerrear contra tus enemigos y de vencerlos por darle placer a tu emperador que es mortal, contrario a esto sé recio y fuerte en defenderte del ataque del diablo, y por guardar mi amor, que soy emperador del perdurable imperio.” Saquen sus conclusiones.

“Sólo Dios tiene derecho de juzgar y condenar a muerte. No el hombre.”

¿Y qué hay entonces del ejemplo clásico de David y Goliat? David se enlistó voluntariamente al ejército de Israel para defender a su nación contra este gigante filisteo. Aparentemente David sabía que Goliat tenía cuatros hermanos quienes también eran gigantes (2 Samuel 21:16-22 y 1 Crónicas 20:4-8). Por eso se aseguró de llevar 5 piedras por si acaso. David mató al paladín pagano lanzándole con su honda una sola piedra en su frente. Seguramente iba a la velocidad de una bala de fe. Quizás unas 100 a 120 millas por hora, lo suficiente como para romper los huesos del cráneo de Goliat. Pero eso no fue todo. Luego le cortó la cabeza y se queóo con su espada como recordatorio de su gran hazaña. Algo así como un subvenir. De hecho, luego de este gran acontecimiento los cuatro hermanos de Goliat también ” cayeron por mano de David y por mano de sus siervos.” (2 Samuel 21:22 y 1 Crónicas 20:8).

Por cierto hace poco escuche hablar sobre una película llamada “300” que narra los hechos históricos de la famosa y atroz batalla de la Termópilas, en la que solo 300 guerreros espartanos plantaron cara contra el emperador Jerjes y su gran ejército persa. Esto me hizo recordar los 300 hombres de Gedeón (Jueces 7). La única diferencia es que los 300 hombres del rey Leónidas lucharon valientemente contra miles de soldados persas y murieron al final. Mientras que los 300 hombres de Gedeón lucharon valientemente contra miles de soldados madianitas, amalecitas y los hijos del oriente y salieron victoriosos (Jueces 8:10). ¿Por qué? ¿Porque eran mejores soldados que los espartanos? No, triunfaron porque fue el Señor el que luchó por ellos (Jueces 7:7).

De hecho la razón por la cual Saúl fue desechado por Dios como rey de Israel fue porque no le dio pena de muerte a Agag, rey de Amalec (1 Samuel 15). Sin embargo, aunque Saúl le perdonó la vida, el profeta Samuel se encargó de hacer lo que Saúl no terminó pues fue lo que Dios mandó “Después dijo Samuel: Traedme a Agag rey de Amalec. Y Agag vino a él alegremente. Y dijo Agag: Ciertamente ya pasó la amargura de la muerte. Y Samuel dijo: Como tu espada dejó a las mujeres sin hijos, así tu madre será sin hijo entre las mujeres. Entonces Samuel cortó en pedazos a Agag delante de Jehová en Gilgal.”(1 Samuel 15:32,33). Suena fuerte ¿Verdad? Pero fue la voluntad de Dios. En fin, esto son solo ejemplos de que Dios ha aplicado la guerra o pena de muerte sino que también le ha dado esa autoridad al hombre para proteger a los ciudadanos. Después de todo, es un deber cristiano proteger al débil.

¿Qué hacer con aquellos que no creen en el uso de armas?

Si a una persona no le gusta las armas pues entonces que no se compre una. Pero debería respetar el derecho constitucional que tienen los demás de aportar libremente una si quieren. Pero otra ironía de esto es que un ateo izquierdista no querrá o tendrá miedo las armas y tampoco creerá en Dios, pero si alguien invade su hogar a media noche lo más seguro es que lo primero que hará es llamar a alguien que tiene un arma y rezará para que lleguen a tiempo para salvarlo. Así que recuerda, no solo la gente de izquierda te quisiera ver desarmado y sin derecho de portar un arma sino los criminales encuestados también.

El problema aquí no son las armas de fuego sino el corazón del hombre (Jeremías 1:7). Desarmar al buen ciudadano simplemente no es protegerlo sino ponerlo a merced del criminal por lo que es importante que sepamos que según la Biblia y la segunda enmienda de la Constitución de Estados Unidos tienes el derecho de defenderte a ti mismo y a tu familia pues “lo único que realmente puede detener un hombre malo con un arma es un hombre bueno con un arma” (Wayne LaPierre).

En fin, “Un pueblo libre no solo debe estar armada y disciplinada. Pero deben tener suficientes armas y municiones para mantener el estatus de independencia de cualquiera que intente de abusarlos lo cual incluye su propio gobierno” – Jorge Washington