“Sólo tú eres el SEÑOR. Tú hiciste los cielos, los cielos de los cielos con todo su ejército, la tierra y todo lo que en ella hay, los mares y todo lo que en ellos hay. Tú das vida a todos ellos y el ejército de los cielos se postra ante ti.” – Nehemías 9:6

Basta con leer el libro de Job para ver que Satanás usó diferentes medios no sólo para matar a los diez hijos de Job sino también a sus criados, pastores y hasta su ganado (Job 1). De hecho, Jesús mismo llamó a Satanás “homicida desde el principio” en el sentido de que trajo la muerte a Adán y Eva y a toda su descendencia (Juan 8:44).

En cambio, juzgar a Dios como un homicida es humanizarlo como si fuera uno de nosotros lo cual es una falacia de hombre de paja pues Dios es el Creador que nos dio la vida y diseñó al hombre para que viviera para siempre (Eclesiastés 3:11). Mientras que Satanás engañó a Eva diciéndole que no moriría si comía del fruto prohibido (Génesis 3:4) cuando Dios le había advertido que ciertamente moriría (Génesis 2:17). Con esa mentira Satanás llevó a Adán y Eva (nuestros primeros padres) y a toda la raza humana a la muerte (Romanos 5:12 y 6:23).

Por tanto, Satanás (no Dios) es el verdadero responsable y la causa de todas las muertes que han ocurrido en la historia de la humanidad. Es por eso que en el judaísmo se le conoce como “el asesino de hombres” (Sohar Kadash), Apolión que significa destructor y como “el león rugiente que busca a quien devorar” (1 Pedro 5:8; Apocalipsis 12:9)

Pero el ateo que cree que Dios no tiene derecho a quitar una vida dirá, “¿pero no enseña la misma Biblia que Dios también ha matado?” Cierto, pero no es un homicida porque asesinar significa arrebatar o robar la vida a otra persona y toda vida le pertenece al Dios que la creó. En otras palabras, usted no puede robar algo que por definición es intrínsecamente suyo y todo lo que tenemos en esta vida (incluyendo la vida misma) ha sido prestada por Dios (Salmo 24:1). Esto es algo que el mismo Job reconoció (Job 1:21; Job 10:12; Job 33:4).

Dicho de manera deductiva

Si Dios es, pues, por definición la Vida entonces es errático suponer que Él puede arrebatar algo que es suyo por definición (Salmos 36:91 Timoteo 6:13 y Juan 14:6)

Asesinar por definición es quitar o robar la vida.

Luego, si la vida es suya no la quita o roba, la toma.

Conclusión: Dios no asesina.

Por tanto, cuando el Creador de la vida toma nuestra vida no es homicidio. De hecho, como explica Frank Turek, cuando una persona muere Dios no los asesina, sino que los mueve de un lugar a otro. En otras palabras, en el cristianismo morir no significa el fin de existencia sino un cambio de localización de esta vida a la otra que es la eternidad.

Por cierto, Satanás no sólo es enemigo de Dios también es enemigo de los hombres y de todo lo bueno por lo que es absurdo que alguien quiera verlo como un buen tipo cuando Dios nos ama y dio su propia vida para salvarnos eternamente a través de Jesucristo (1 Timoteo 3:16). Mientras que el diablo odia a todo ser humano (incluyendo a los ateos que lo defienden) porque estamos creados a la imagen de Dios y desea nuestra muerte física y espiritual. Sin olvidarnos que Jesús también dijo que Satanás “es mentiroso, y padre de mentira” y que una de sus mentiras más comunes es “Dios no existe”.

En fin, el ateo comete la falacia de evidencia incompleta (supresión de prueba) al ignorar que Dios es el Creador de la vida y que Satanás el verdadero homicida de la humanidad. Así que, si algún día te sientes estúpido recuerda que hay personas que creen que el Dios que murió por ellos para darles salvación eterna es el malo y que el diablo que desea arrastrarlos a la muerte y condenación eterna es el bueno.

-Sherlock-