¿Juzgar o no juzgar? Ese es el dilema

¿Es correcto juzgar de acuerdo a la Biblia? Muchos teístas liberales hoy en día creen que es incorrecto delatar el error y decir nombres. Esto se debe a que han abrazado esta nueva herejía relativista de que no debemos juzgar a nadie. Los que creemos fielmente en exponer o delatar el error de acuerdo a la Biblia, ahora estamos siendo ampliamente denunciados y acusados de ser descorteses y faltos de amor. Lo irónico es que Romanos capítulo 2 los convierte en hipócritas y contradictorios porque juzgan a un hombre por ser juicioso, critican a un hombre por ser crítico y condenan a un hombre por estar condenando.

Uno de los versículos malamente usados de la Biblia es: “No juzguéis, para que no seáis juzgados” (Mateo 7:1). Pero, cada versículo de la Escritura debe ser leído en su contexto, si vamos a entender propiamente su significado. En los versículos 2 al 5 del mismo capítulo es evidente que el versículo 1 se refiere a juicio hipócrita. El hermano que tiene una viga en su propio ojo no debe juzgar a otro que tiene una paja en el suyo. La enseñanza es clara, usted no puede juzgar a otro por su pecado si usted es culpable del mismo.

De hecho, esos que se aferran a “no juzguéis, para que no seáis juzgado,” al condenar a esos que delatan el error, deberían leer el capítulo entero. Jesús dijo: “Guardaos de los falsos profetas, que vienen a vosotros con vestidos de ovejas…” (v. 15). ¿Cómo podemos conocer a los falsos profetas si no los juzgamos de acuerdo a la Palabra de Dios? Si conocemos a los falsos profetas, ¿cómo podemos prevenir a las ovejas de esos “lobos rapaces?” Es por eso que a los falsos maestros son libres para esparcir sus venenosas doctrinas hoy en día, debido a que hay una conspiración de silencio entre muchos creyentes de la Biblia. A estos lobos con vestidos de ovejas se les facilita saquear el rebaño, y así, destruir a muchos.

Incluso, nuestro Salvador se presenta hoy en día como alguien manso, humilde y amoroso aún con los falsos maestros. Sin embargo cuando Jesucristo se paraba frente a frente con los fariseos religiosos, el Hijo de Dios, les llamó “hipócritas”, “guías ciegos”, “sepulcros blanqueados”, “serpientes”, y “generación de víboras” (Mateo 12:34; 23:23-34). Para muchos ateos y algunos creyentes con sentimentalismo posmodernista, este sería un lenguaje inaceptable en nuestros días, pero es el lenguaje bíblico y viene de la boca del Ungido de Dios.

A pesar de todo esto, muchos erróneamente creen que es equivocado delatar o juzgar el error y nombrar al maestro culpable diciendo que solo Dios (Jesús) puede hacer esto; pero se equivocan pues la completa Biblia abunda en ejemplos de falsos profetas siendo nombrados y denunciados. Por ejemplo, Juan el Bautista llamó a los fariseos y saduceos (los líderes religiosos de ese día) “generación de víboras” (Mateo 3:7). Hoy en día, si hacemos esto podríamos ser acusados de ser faltos de amor, descorteses y anticristianos. Jesús le dijo a uno de sus discípulos: “rectamente has juzgado” (Lucas 7:43) y nos manda también en Juan 7:24 a que “juzguemos con justo juicio” el cual es únicamente basado en la Palabra de Dios. Todo juicio debe hacerse en las bases de la enseñanza bíblica, y no de acuerdo a caprichos ni prejuicios, ni especulaciones. Si el juicio se realiza bajo alguna otra base, no siendo la Palabra de Dios, es una transgresión de Mateo 7:1.

Los apóstoles pusieron esto en práctica. Un fornicario es descrito en 1 Corintios 5:1-13. Pablo “juzgó” (v.3) al hombre a pesar de que estaba ausente, y dijo a la iglesia de Corinto que deberían “juzgar” (v. 12) a los que estaban dentro. La palabra griega para “juzgar” es la misma en Mateo 7:1. Obviamente Pablo no faltó a “no juzguéis para que no seáis juzgado” al juzgar al hombre, ni en instruir a la iglesia a juzgar también. Todo este juicio fue de acuerdo a la Palabra de Dios. Por tanto, no es incorrecto nombrar a esos cuya doctrina y prácticas son contrarias a la Palabra de Dios. Moisés nombró a Balaam (Números 22-25). Juan nombró a Diótrefes (3 Juan 9,10). Pablo nombró a Himeneo y Fileto. (2 Timoteo 2:15-18).

Pablo nombró a Demás por amar el mundo. (2 Timoteo 4:10). Pablo nombró a Pedro públicamente. Pedro era culpable de prácticas no escriturales (Gálatas 2:11-14). Si la pureza e integridad del evangelio está en peligro, no tenemos otra opción más que delatar el error y nombrar al culpable. Es claro que esto no es un problema personal, sino un problema doctrinal. No es correcto tolerar falsos maestros. Por su puesto, los que quieren desobedecer la Palabra de Dios, buscarán por todos los medios de evitar esta enseñanza y los que no desean o son incapaces de discernir o juzgar entre lo bueno y lo malo, están de esa forma revelando ya sea su desobediencia o su inmadurez (Vea Levítico 19:15 y 1ra Corintios 2:15; 6:3).

El juzgar es usualmente una impopular e ingrata tarea, pero no se deje engañar, todo cristiano tiene el derecho y no solo el derecho sino la responsabilidad de cuestionar, criticar, examinar y juzgar cualquier movimiento, doctrina o persona que dice ser de Dios (Proverbios 31:9; 1ra Corintios 14: 29; Hechos 17:11). Sí es correcto delatar el error y nombrar a esos que están en error. Es correcto delatar el error, nombrar a esos que están en el error y “contender ardientemente por la fe que ha sido una vez dada a los santos” (Judas 3). Así que, “Porque recta es la palabra de Jehová,…” (Salmo 33:4). JUZGA.

En fin, “El espiritual juzga todas las cosas…” (1 Corintios 2:15).