La Búsqueda del Paraíso Histórico

            Según Génesis, el Huerto del Edén (o Paraíso) era un lugar que Dios puso en alguna parte de la tierra, posiblemente en lo que se conoce hoy día como Jerusalén, capital de Israel (considerado como tierra santa y el centro del mundo). Sin embargo, muchos creyentes tienen diferentes opiniones y teorías con respecto a dónde estuvo el Paraíso originalmente. Algunos hasta reinterpretan Génesis 1 y 2 de manera mitológica para decir que históricamente el paraíso ni siquiera existió como tal sino que se debe tomarse de manera simbólica o poética. ¿Pero es cierto que el Huerto del Edén es solo un lugar imaginario? No creo, pues hay varios problemas con este punto de vista liberal y modernista. 

            En primer lugar, los antiguos judíos, los escritores de la Patrística (Historia eclesiástica de los Primeros Apologistas y Padres de la Iglesia), los teólogos medievales, y los Fundadores de la Reforma Protestante siempre interpretaron Génesis 1 y 2 de forma literal. Por tanto, ¿acaso la religión judeocristiana estuvo equivocada por más de 2,000 años y ahora fue que encontramos la interpretación correcta de tales pasajes y del caso del Paraíso? De hecho, aunque Orígenes y Agustín de Hipona interpretaron tales pasajes alegóricamente siempre creyeron que el relato de Adán y Eva en el Huerto del Edén realmente ocurrió. Orígenes hasta pensaba que el sepulcro de Adán se encontraba literalmente debajo del Gólgota donde Cristo fue crucificado y enterrado. Mientras que Agustín escribió bastante en contra de la herejía pelagiana la cual negaba el pecado original que cometió Adán en el Paraíso. De hecho, a diferencia de los antiguos judíos, los Padres de la Iglesia y los Fundadores de la Reforma Protestante, los primeros que empezaron a negar la historicidad real de Génesis 1-11 fueron los ateos, agnósticos, deístas y teólogos liberales y modernistas de la Alta Crítica. Por tanto, ¿qué hacen algunos cristianos tomando su información de las cabras (gente no cristiana) en vez de las ovejas (gente cristiana). ¿No es eso beber de la fuente equivocada? Segundo, la narración de Génesis 1-11 está escrita en forma histórica (igual que Deuteronomio o Reyes) y no de manera poética (como los Salmos). Por algo los mismos judíos clasificaron el libro de Génesis entre los libros históricos y no entre los poéticos. 

           Tercero, en Génesis 2:8-14 encontramos varios detalles geográficos (una región con sus respectivos límites) donde hay circunstancias sociohistóricas y factores culturales en la vida de la primera pareja humana. Todo esto nos permite llegar a la conclusión de que en el pasado el Edén fue un lugar real y que por ende no se trata de un mito, una fábula o alegoría (1 Timoteo 4:7; 2 Timoteo 4:4 y 2 Pedro 1:16). Hasta el mismo Craig admite que el autor de Génesis entendió que los días en Génesis 1 son días normales de 24 horas (“El Adán Histórico: Una exploración bíblica y científica”, pp.109-110) y que tanto Jesús y sus apóstoles como Pablo tomaron Génesis 1-11 literalmente y como historia real (La Cosmovisión Cristiana, cuarta parte, Dios y la religión, editado por Jairo Izquierdo y Raúl Jaramillo de Fe Razonable, pp.26-27). 

        Por último, la idea de que Adán y Eva no vivieron en un idílico paraíso llamado Edén, sino que Dios los puso en un lugar peligroso, salvaje y hostil donde había muerte, enfermedades, sufrimiento y depredación y por ende podían ser asesinados, violados y devorados no es consistente con la Biblia (Génesis 1:29-31) ni con la naturaleza de un Dios de amor, paz y bondad. Ya aclarado esto nos queda preguntar, si realmente hubo un Paraíso histórico entonces ¿qué le pasó? ¿Dónde está concretamente? ¿Acaso fue destruida y por ende ya no existe? Para empezar en ninguna parte de la Biblia dice que fue destruida o que desapareció pues fue el hombre el que fue expulsado de él. El Edén hasta permaneció bajo la custodia de los querubines y de una espada encendida que giraba en todas las direcciones para evitar que el ser humano accediera de nuevo al jardín y del fruto del árbol de la vida. Si Dios lo iba destruir o hacer desaparecer entonces no hubiera necesidad de todo eso. No tendría sentido. Además, el resto de la Biblia da entender que todavía existe solo que, fue transferido con el árbol de la vida y sus ríos a un lugar diferente, es decir, el Cielo (2 Corintios 12:4; Apocalipsis 2:7 y 21). La pregunta es, entonces ¿dónde estuvo en el principio?      

              Analicemos los lugares que algunos suponen y veamos si realmente concuerdan con las evidencias. En el Islam se dice que el paraíso musulmán (Janna) donde estuvo Adán y Eva está el cielo (Corán 2:36) y otros en la Vía Láctea (Gunkel, en su comentario sobre el Génesis, también adopta este punto de vista, y se conecta la corriente que sale del Edén con la Vía Láctea y sus cuatro ramas) o hasta en Marte (teoría de Trench). Los celtas llamaban a su Edén con el nombre de Ávalon o “islas de las manzanas” la cual ubicaban en algún lugar de las islas británicas. Mientras que el Edén de los antiguos griegos era el jardín de las Hespérides el cual estaba en las Islas Canarias y la cual las ninfas estaban encargadas de cuidar este jardín de maravillas en “el lejano Occidente”. La tradición ha situado siempre este jardín en algún punto cercano a la cordillera de Atlas, en el norte de África. Plinio el Viejo, por mencionar algún autor destacado de la época, así lo consideraba.   
                 Otros creen que se encontraba en el centro de la tierra. De hecho, algunos piensan que en los polos de la Tierra existe un agujero o entrada secreta e inaccesible que conduce al interior hueco de la Tierra donde se encuentra una especie de Paraíso subterráneo con vida intraterrestre. La Divina Comedia de Dante Alighieri (escrita entre 1304 y 1321), la obra Mundus subterraneus, quo universae denique naturae divitiae de Athanasius Kircher (1665), la novela clásica de Julio Verne llamada, “Viaje al Centro de la Tierra” (1864), Hwee-Yong Jang en Projecto Gaia y el geólogo y paleontólogo ruso, Vladimir Obruchev, en su novela “Plutonia” también hablan de un especie de paraíso ubicada en el corazón de la tierra.
             Sin embargo, ninguna de estas localizaciones puede ser la correcta porque el libro de Génesis indica que estaba en la tierra donde el hombre fue creado (Génesis 2:8), no en el cielo ni debajo de la tierra (aunque existe la posibilidad de que el Paraíso (seno de Abraham) estuvo temporalmente en el centro de la tierra donde una gran cima o abismo lo separaba del infierno de fuego después de la caída y antes de la muerte y resurrección de Cristo (Lucas 16:22-23; Mateo 12:40 y Efesios 4:8-10). De hecho, según las concepciones judías y de los Primeros Padres de la Iglesia, las almas de los justos fallecidos se reunían en una morada de espera general (el Seol del Antiguo Testamento) antes que fuesen admitidos a la Visión Beata tras la desaparición del Salvador, en ocasiones el Cielo, en el que los justos de la Nueva Ley son introducidos inmediatamente tras su fallecimiento. En otras palabras, si el Paraíso estuvo en el centro de la Tierra ya no está allí pues Jesús se lo llevó al cielo con todos los santos del Antiguo Testamento cuando resucitó de los muertos (Mateo 12:40; Efesios 4:8-10; 2 Corintios 12:2-4; Apocalipsis 2:7 y 21).    
             Cristóbal Colón también pensó que había llegado al paraíso terrenal cuando vio las hermosas tierras de América del Sur. Otros lugares favoritos que se mencionan como posibles ubicaciones sugeridas para el Jardín del Edén son Florida, Bedford, Inglaterra, Java, el Seychelles, la Isla Praslin, Coco de Mer frente a África, el Desierto de Taklamakan o Sundaland en China o la sugerida por los mormones, Jackson, Misuri. También se ha sugerido el Serpent Mound State Memorial en Ohio, el llamado Cumbre de Adán (Adam’s Peak) en la isla de Sri Lanka situada en la costa sur de la India y hasta el Polo Norte. De hecho, algunos exploradores occidentales a finales del siglo XIX querían llegar al Polo Norte porque creían que allí podían encontrar el Jardín del Edén. El antiguo presidente de la universidad de Boston, William F. Warren, escribió un libro titulado “El Paraíso encontrado: La Cuna de la humanidad en el Polo Norte” e incluso pensó que podía ser el hogar del Atlantis, Avalon y de otros lugares sagrados de una variedad de religiones del mundo pero que ahora ya no se encuentra nada allí.  
            Alejandro el Grande y un pasaje del Talmud parece apuntar al interior de África. De hecho, el Vaticano y algunos protestantes que son teístas evolutivos han decidido basarse en la teoría naturalista de la evolución humana para afirmar que el lugar donde estuvo el paraíso terrenal fue en África hace unos 200,000 años. En concreto, en la zona comprendida entre Sudáfrica y Tanzania. Sin embargo, la Biblia no enseña que la humanidad apareció geográficamente en África. Al contrario, la primera pista que encontramos en ella es que estaba en el Este o Medio Oriente (Génesis 2:8) de donde por cierto vino Jesucristo, el postrer Adán (Ezequiel 43:2; Mateo 2:2 y 24:27). Los padres de la iglesia, la tradición judía, los antiguos teólogos y los comentaristas bíblicos también están de acuerdo de que el Edén estaba localizado en el Medio Oriente. Por tanto, los Estados Unidos, Inglaterra, China, África, el Polo Norte y los demás lugares ya mencionados quedarían todas descartadas.
         Además, la idea de que el paraíso existió hace 200,000 años en África también quedaría eliminado debido a que dicha cronología secular también contradice las cronogenealogías históricas tanto del Antiguo como del Nuevo Testamento, la tradición antigua de los judíos, la Patrística (historia eclesiástica de los Primeros Apologistas y Padres de la Iglesia) y los escritos de los fundadores de la Reforma Protestante los cuales calcularon la edad de la tierra de entre 6,000 a 10,000 años. No 200.000. Por tanto, la cronogenealogía bíblica haría imposible la macroevolución. Sin olvidar que Génesis también enseña que el primer hombre fue creado no solo de manera especial (de la tierra y Eva de su costado) sino aparte y separado de los animales lo cual también es opuesto a la macroevolución (incluyendo el orden de la creación). Después de todo, la verdadera ciencia muestra que hay límites en la genética y que las similitudes entre animales y humanos solo son prueba de diseño común, no ancestro común. 
         Hay otras razones de porque la cuna de la humanidad no pudo haber salido o evolucionado del África (como el modelo bíblico de la heterocigosidad creada, el estudio de la diversidad de los genomas humanos actuales, la ley científica de la Biogénesis, la segunda ley de la termodinámica, la entropía genética, la complejidad irreducible, la teoría informativa, la conversión génica, la codificación de ADN (encode), el llamado Eva mitocondrial y el Adán cromosómico o Adán cromosómico-Y, las leyes de la química y la física. De hecho, muchos evolucionistas como el reconocido científico Stephen Gould admiten que no existen fósiles transicionales y muchas de las supuestas “pruebas” de macroevolución han resultado ser fraudes o fabricados como el llamado Hombre de Piltdown, el Hombre de Nebraska, Lucy, y muchos otros. En otras palabras, el eslabón perdido sigue perdido. Por tanto, la afirmación gratuita, “la evolución humana es un hecho científico” no tiene base científica, ni sustento bíblico.
        Alguien podría decir, “Bueno, entonces si el paraíso terrenal se encontraba localizado en el oriente entonces ¿en qué parte del Medio Oriente?” Algunos como los árabes piensan que en Mesopotamia (lo que se conoce actualmente como Iraq y Siria) en Arabia, otros en Israel o en el Líbano (basándose en Cantar de Cantares 4:15 y Jeremías 18:14). El arqueólogo David Rohl pone el Edén en el noroeste de Irán. Juris Zarins, una autoridad científica en la arqueología de Oriente Medio, ha propuesto que el Edén bíblico se encontraba localizado en la región actual del Golfo Pérsico. Babilonia, Turquía, Etiopía, la India o la región oriental de Armenia también se consideran como lugares favoritos debido a que relacionan tales sitios con las grandes corrientes del Tigris y el Éufrates los cuales también son mencionados en Génesis 2:8-14 como detalles geográficos del Paraíso. En otras palabras, muchos concluyen que el huerto del Edén estaba en algún lugar del Medio Oriente basado en los nombres de los ríos en Génesis 2.
             Sin embargo, no hay un consenso como tal que haya localizado con precisión estos dos ríos. Incluso el historiador judío, Flavio Josefo, la antigua literatura judía, los Padres de la Iglesia y los fundadores de la Reforma Protestante como el teólogo Juan Calvino también tuvieron dificultad en encontrar la ubicación exacta del huerto del Edén pues reconocían que la descripción dada en Génesis 2 sobre la ubicación del Paraíso terrenal no se ajusta a lo que se observa con respecto a los presentes ríos Tigris y Éufrates. La Palabra de Dios deja en claro que el huerto del Edén estaba ubicado en donde estaban cuatro ríos que provenían de una cabeza. No importa cuánto se intente ajustar esta ubicación en el Medio Oriente hoy, simplemente no se puede hacer.
             Curiosamente, Calvino también admitió que “A partir de esta dificultad, algunos se sentirían libres para decir que el diluvio podría haber cambiado la superficie del globo…” Como explica el ministerio creacionista, AnswersInGenesis (Respuestas en Génesis), “Esta es una consideración importante que debe tenerse en cuenta. El catastrófico diluvio mundial de los días de Noé habría destruido la superficie de la tierra. Si la mayoría de los estratos sedimentarios sobre la superficie de la tierra (con muchos miles de pies de espesor en algunos lugares) es el resultado de esta catástrofe global como creemos los creacionistas, entonces no tendríamos idea de dónde se encontraba originalmente el huerto del Edén: la superficie de la tierra cambió por completo como resultado del diluvio. 
              Además, debajo de la región donde se encuentran los actuales ríos Tigris y Éufrates, existen cientos de pies de estratos sedimentarios, una cantidad significativa de ellos es fosilífero. Tales estratos portadores de fósiles tuvieron que establecerse en el momento del diluvio. Por lo tanto, nadie puede sugerir lógicamente que el área donde están hoy los ríos Tigris y Éufrates actuales es la ubicación del huerto del Edén, ya que esta área está sentada en estratos de inundación que contienen miles de millones de cosas muertas (fósiles). ¡El huerto del Edén perfecto no podría estar sentado sobre miles de millones de cosas muertas antes de que el pecado entrara al mundo! Sin olvidar que también hay indicaciones de que las cuencas de los ríos han cambiado mucho lo que ha llevado a los estudiosos a emitir varias teorías.
                     Siendo este el caso, otra pregunta sería entonces ¿por qué hay ríos llamados Tigris y Éufrates en el Medio Oriente hoy? Una buena explicación para esto es que existen muchas ciudades de diferentes países con el mismo nombre, pero eso no significa que sean el mismo lugar. En Australia, hay muchos nombres que también se usan en Inglaterra (ej., Newcastle). La razón es que cuando los colonizadores salieron de Inglaterra a Australia, usaron nombres con los que estaban familiarizados en Inglaterra para nombrar nuevos lugares/ciudades en Australia. Otro ejemplo son los nombres dados a muchos ríos en los Estados Unidos. Está el río Támesis en Connecticut, el río Severn en Maryland y el río Trent en el norte de Carolina, todos llamados así, después de ríos prominentes en el Reino Unido con el mismo nombre.
              De manera similar, cuando Noé y su familia salieron del Arca después de que tocara tierra en el área que hoy llamamos Oriente Medio (la región de los montes de Ararat), no habría sido sorprendente que ellos usaran nombres que le fueran familiares del mundo prediluviano (ej., Tigris y Éufrates), para nombrar lugares, ríos, etc., en el mundo postdiluviano. Por tanto, insistir en que el huerto estaba ubicado en el área alrededor de los actuales ríos Tigris y Éufrates es negar los efectos catastróficos del diluvio global en el tiempo de Noé y tener en cuenta la muerte antes del pecado."
             Además, según las tradiciones rabínicas como el Talmud, la Cábala, la escatología antigua y moderna judía, los cuatro ríos del Tigris, Nilo, Éufrates y Ganges originales que estaban en el Jardín del Edén dejaron de ser regados en el mundo cuando nuestros primeros padres cayeron en el pecado original. Por tanto, si no fue el diluvio universal lo que cambió la geografía de los ríos del paraíso original entonces la otra posibilidad es que estos ríos ya no están en la tierra debido a que estaba en el jardín del Edén donde ahora se encuentra en el cielo. Apocalipsis 2:7 y 22:1-7 parecen confirmar este hecho. Ahora bien, si no podemos basarnos en la descripción de tales ríos para deducir el lugar preciso del viejo Edén entonces, ¿cómo podemos saber dónde pudo haber estado el Huerto del Edén? Tradicionalmente muchos han equiparado el Paraíso con la Jerusalén. Inferimos lo mismo por las siguientes razones:
            1. El primer hombre (Adán) fue creado directamente por Dios en el huerto del Edén donde Génesis 2:8 localiza “en el oriente” o Este (Medio Oriente). ¿Y dónde se encuentra Israel? En el Medio Oriente. De hecho, fue en el “oriente”, es decir, el Medio Oriente, más específicamente en Israel donde vino Jesús, llamado el postrer Adán (Ezequiel 43:1-4 y Mateo 2:2). Por tanto, si el postre Adán (Cristo) era del Medio Oriente y es un tipo o antitipo de Adán entonces es muy probable que Adán también fue creado en el mismo lugar que Jesús nació, es decir, en Israel.
               2. Así como muchas personas en la actualidad piden ser enterradas en el lugar donde nacieron es posible que Adán fue enterrado en el lugar donde fue creado pues en la Biblia todos los patriarcas eran enterrados en su lugar de origen. De hecho, según algunos padres de la iglesia como Orígenes creían que debajo del Gólgota (el sitio donde fue crucificado y sepultado Jesucristo) la cual se encuentra en Jerusalén se encuentra un santuario de Adán. Algunos arqueólogos como la Dr. Jodi Magness dicen haber confirmado este hecho lo cual mostraría otra conexión entre Adán y Jesús o el Paraíso con Israel.    
            Por tanto, si Adán fue enterrado realmente en Israel ¿será que eso también prueba que fue creado en ese mismo lugar y que por ende el paraíso se encontraba en Palestina? ¿Coincidencia o Dios lo quiso así para demostrar una vez más la relación que hay entre estos dos Adanes? En otras palabras, el primer Adán y el postrer Adán (Cristo) fueron enterrados en el mismo lugar, así como ambos nacieron/creados corporalmente en el mismo lugar.
       3. De hecho, la arqueóloga, orientalista y profesora distinguida en la enseñanza del judaísmo primitivo de la Universidad de Carolina del Norte, la Dr. Jodi Magness, también cree que el Jardín del Edén estaba localizado en Jerusalén no solo debido al descubrimiento del santuario de Adán debajo de la tumba de Cristo sino debido a su importancia en la religión judeocristiana. El académico y prominente arqueólogo, Lawrence E. Stager, también relaciona a Jerusalén con el Edén (Jerusalem as Eden, Lawrence E. Stager, The BAS Library).
         Y es que Israel no solo fue la tierra prometida sino el lugar más sagrado del mundo. Históricamente hablando, Dios ha bendecido y protegido esta gran nación. Es el lugar más amado y odiado de la tierra. A pesar de su pequeño tamaño y de estar rodeado de enemigos, Israel mantiene un poder militar que supera la de muchas potencias mundiales. Tanto así que muchos antisemitas han tratado de conquistarla o exterminarla sobre la faz del planeta más sin embargo Israel aún permanece. Todo esto prueba de que Dios todavía tiene planes con esta tierra santa (Romanos 11) lo cual incluye restaurar el paraíso perdido en ese lugar porque aparentemente fue el lugar donde estaba en el principio. Por tanto, si Israel siempre ha sido considerado como el centro del mundo y el lugar más sagrado de la tierra (por cristianos, musulmanes y judíos) y para Dios mismo entonces es probable que lo sea porque fue allí donde Dios puso el Huerto del Edén.
            4.  Pablo da a entender que “el paraíso” original se encuentra actualmente en el cielo donde él fue arrebatado (2 Corintios 12:4) y según Juan ese mismo paraíso será traído de vuelta a la Tierra, en parte durante el Milenio y en su totalidad cuando la Nueva Jerusalén finalmente descienda en la Nueva Tierra donde ya no habrá más expulsiones del paraíso (Apocalipsis 21:1-4, 14). ¿Será que el mismo nombre y lugar del descenso es una indicación de que en el principio el paraíso estuvo en Jerusalén?
             Por tanto, esta puede ser otra clave de que el Edén original (lo cual era un tipo del cielo) fue transferido al centro de la tierra (o seno de Abraham) cuando Adán pecó y donde estaban todos los justos de la antigua ley esperando la venida del Redentor (Lucas 16:22-25 y Lucas 23:43) y luego subió al cielo con todos los justos allí cuando Cristo resucitó (Efesios 4:8-10). Pero que bajará del cielo cuando Dios crea en el futuro la nueva tierra y el cielo nuevo.  En otras palabras, tanto el infierno y el paraíso son lugares que estaban temporalmente en el centro de la tierra. Uno fue transferido al cielo después de la resurrección de Cristo (2 Corintios 12:2-4 con Apocalipsis 2:7) y el otro todavía está debajo de la tierra hasta que sea lanzado al lago de fuego después del Juicio Final del Trono Blanco (Salmo 55:15; Proverbios 15:24; Isaías 14:15; Filipenses 2:10-11; Apocalipsis 5:3 y 20:14). Es interesante saber que los antiguos griegos también creían que el infierno (Hades) estaba ubicado en el interior de la tierra.
             5. Otro paralelismo de los dos Adanes (llamado así por comentaristas y teólogos) que nos hace pensar que el Paraíso se encontraba en Jerusalén es porque el árbol de la cruz en donde Cristo fue crucificado para dar a toda la humanidad el fruto de vida eterna nos recuerda el árbol que aparece en Génesis y del que tanto Adán como Eva tomaron de su fruto causando la muerte eterna para toda la humanidad (Deuteronomio 21:22-23, Gálatas 3:13 y Juan 8:21-30). En otras palabras, así como“el primer hombre Adán” es un tipo de“el postrer Adán” (Cristo) en el sentido que el primero [Adán] introdujo el pecado al mundo, a la par que, a través del último [Cristo] un sistema de justicia fue hecho disponible para la humanidad, el árbol del huerto del Edén también es un tipo del árbol de la cruz en que el primer [árbol del conocimiento] fue instrumento y medio de la separación divina, a la par que, a través del último [árbol de la cruz] fue un instrumento y medio de la reconciliación divina (Romanos 5:14-19 y 1 Corintios 15:22,45 y 55). 
                 Por tanto, está equiparación entre tipo y antitipo favorece notablemente la conclusión de que el árbol de la caída de Adán se encontraba en el mismo lugar donde estaba el árbol de la cruz de Cristo, es decir, en Jerusalén. Apocalipsis 21-22 también parece confirmar esto. Quizás esta es la razón por la que el árbol del conocimiento parece haber dejado de existir pues el único árbol que permanece en pie en el futuro paraíso celestial es el árbol de la vida la cual es el único que vemos en Apocalipsis 22:2. Algunos teólogos antiguos como el monje Lambertus en su manuscrito del siglo XII hasta pensaron que el origen de la madera del árbol de la cruz viene de la misma madera del árbol del conocimiento (la cual quizás Dios preservó de manera sobrenatural) para darle un significado más profundo y que quizás fue hecha por José o Jesús ya que ambos eran carpinteros. Por tanto, también es posible que el árbol de la cruz y el árbol de la Caída son el mismo árbol que la humanidad recibió tanto la muerte como la vida (Lambertus, Sobre el origen de la madera de la cruz en el árbol del conocimiento).
                De hecho, según arqueólogos a cinco metros del monte Calvario (Gólgota, en hebreo) que se encuentra dentro de la Ciudad Vieja de Jerusalén y justo al final de Vía Dolorosa está la llamada "Cueva de Adán". El Gólgota es como un montículo de piedra roturada, pelada, seco, pedregoso, árido, sin vegetación de ninguna clase y cuyo aspecto era el de una calavera. Además de eso también era un lugar de ejecución y por ende abundaba en calaveras. De ahí el nombre latino de Calvario, el Monte de las Calaveras como lo llamaba Jerónimo a causa de las muchas que allí había por ser cementerio de los ajusticiados o “la Calavera” (Mateo 27:33; Marcos 15:22 y Lucas 23:33) y quizás porque allí también ocurrió la Caída de Adán la cual produjo la muerte para toda la humanidad.
               El mismo hecho de que dicho lugar es una buena descripción simbólica de la Caída y que allí se encuentra la cueva o tumba de Adán parece confirmar esta teoría. Sin olvidar que los primeros Padres de la iglesia como Orígenes y otras antiguas tradiciones también atribuyeron el Gólgota como el sitio donde estaba enterrado el cráneo de Adán (Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003).  Además, creo que también es razonable y lógico pensar que los antiguos judíos no olvidaron algo tan importante como el lugar histórico donde empezó la Caída del hombre.
               Hay otros paralelismos entre Adán y Jesús como el hecho de que ambos son asociados con la jardinería (Génesis 2:8,15; 3:8; Mateo 26:36; Lucas 22:39,44; Juan 18:1 y 20:15). De hecho, en el Gólgota había un huerto y en éste un sepulcro nuevo, que José de Arimatea habí­a excavado en la roca, en el que fue sepultado Jesús (Mateo 27:59 y Marcos 15:45-46). Juan también sitúa el sepulcro de Cristo en un huerto o jardí­n (Juan 19:41) y Jerusalén estaba llena de jardines (o más exactamente de huertos) en los tiempos de Jesús. Todo esto nos recuerda el Huerto del Edén donde vivía, servía y custodiaba el primer hombre llamado Adán.
              Alguien podría preguntar “¿Pero no fue expulsado Adán y Eva del Paraíso y por ende imposible que Jerusalén y el Paraíso estuvieran en la misma localidad?” Cierto, sin embargo, una vez que Adán y Eva fueron sacados de allí tal parece que el Edén también fue sacado de la tierra y transferido a otro lugar (Lucas 16:22-25; Lucas 23:43; 2 Corintios 12:2-4 y Apocalipsis 21-22). Por tanto, al ya no estar ese paraíso en la tierra entonces es lógico pensar que Adán quiso volver o al menos estar cerca del lugar donde fue creado. Así como muchos queremos ser enterrados en el lugar donde nacimos es probable que Adán también quiso vivir o al menos ser enterrado donde fue creado y donde una vez estuvo su hogar tipo celestial. 
             6. Jesús regresará al mismo lugar de la tierra de donde partió, es decir, Jerusalén, Israel (Zacarias 14:3-9, 16 y Hechos 1:9-12) donde todas las naciones observarán las fiestas de Dios como la Fiesta de los Tabernáculos, reconstruirá el templo de Jerusalén y hará de Jerusalén su capital durante el Milenio y en la Nueva Tierra durante Su reinado (Miqueas 4:12). Todo esto también nos hace pensar que el lugar de origen de los dos Adanes es de la misma localidad.
           7. Si según Apocalipsis todo va volver a ser como el principio, es decir, no habrá más muerte, comeremos de nuevo del árbol de la vida y tanto el hombre como los animales volverán a ser vegetarianos entonces esto nos hace pensar que si Dios anduvo (teofanía o Cristofanía) con el hombre en el Edén (o Jerusalén) en Génesis 3:8 y volvió a caminar con el hombre a través de Jesús (Dios encarnado) durante su ministerio terrenal en Jerusalén y así caminará nuevamente el Cristo resucitado en la Nueva Jerusalén entonces es posible que estas tres localidades donde Dios anduvo sea la misma, es decir, en Jerusalén, Israel. Por algo, la ciudad celestial que descenderá del cielo a la tierra se llama, “La Nueva Jerusalén” (Apocalipsis 21-22). 
               8 Aunque las tradiciones rabínicas como el Talmud, la Cábala y la escatología antigua y moderna judía a veces suenan indecisos en cuanto al lugar original del Paraíso parecen en su mayoría estar de acuerdo con identificar el paraíso del futuro con el primitivo Jardín del Edén posiblemente en Israel o en alguna otra parte del oriente. Según estas literaturas hebreas, el Jardín del Edén fue creado y aparecerá gloriosamente al final de los tiempos para que todos los justos regresen y anden con vestiduras de luz con Dios. No solo eso, también disfrutarán de la vista del trono de Dios en ese lugar donde comerán del árbol de la vida (Enoc 58:3). ¿Dónde? En Israel, donde Jerusalén será la capital. Todo esto encaja perfectamente con el Apocalipsis y da entender que el Edén original estaba ubicado en lo que se conoce como Israel. De hecho, también es posible que el idioma original de los primeros humanos fue el hebreo (The Language of the Garden of Eden, CJ. Lovik). 
           En fin, tiene más sentido creer que Dios estableció este lugar santo llamado Edén en la misma tierra santa que Dios mismo escogió y del cual todavía tiene planes futuros, es decir, Jerusalén (capital de Israel). Concluimos pues que el lugar más plausible e indicado donde estuvo y estará el Paraíso es en Jerusalén.“Supongamos que una nación en alguna región distante adopte la Biblia como su único libro de leyes, ¡y que cada miembro regule su conducta según los preceptos que allí se estipulan! Cada miembro estaría obligado en conciencia a practicar templanza, frugalidad y diligencia; justicia, bondad y caridad hacia sus semejantes; y piedad, amor y reverencia hacia Dios Todopoderoso…¡Qué utopía!, ¡qué paraíso sería aquella región!” (el diario de John Adams de 22 de febrero de 1756, el segundo presidente de los Estados Unidos, citado por William Federer, America’s God and Country Encyclopedia of Quotations, 1996, p. 5).
             ¡Esto es lo que sucederá cuando el paraíso perdido sea restaurado en la tierra durante el Milenio y la Nueva Tierra en donde el mismo Rey de reyes y Señor de señores (Jesús) estará gobernando desde Jerusalén! La humanidad entera experimentará mil años de paz y prosperidad y toda la naturaleza estará en paz (Isaías 11:6-9). Como ya hemos visto, el mundo volverá a ser como el Edén original, pero en un mejor estado. ¡Será verdaderamente un paraíso en la Tierra!