¿Existe el Ateísmo?
"Se suele creer en cosas por razones psicológicas y no por razones lógicas. Muchas personas rechazan aceptar un buen argumento simplemente porque no quieren creer en su conclusión." - Dr. Jason Lisle, científico y apologista cristiano, Ultimate Proof of Creation
          ¿En realidad no puede haber auténticos ateos? No, no solo porque la Biblia dice que todo ser humano ya cuenta con suficiente evidencia sobre la existencia de Dios (Vea Salmo 19:1 y Romanos 1:20) sino porque hasta la ciencia moderna ya ha comprobado lo que grandes pensadores y filósofos del pasado como Aristóteles, Platón, Séneca, Agustín de Hipona, Emmanuel Kant, Hegel y otros han afirmado, de que “Todo hombre es religioso por naturaleza.” 
         De hecho, en la actualidad la afirmación de que el conocimiento metafísico es algo consubstancial a la naturaleza humana ha sido sostenida por pensadores tan dispares como Martin Heidegger o Calude Levi-Strauss.  Estudios psicológicos realizados por la Dra Olivera Petrovich de Oxford, PH. D, Avid Carlsson, Premio Nobel en Medicina y otros investigadores académicos también han demostrado que los bebés NO nacen ateos, sino que tienden a creer naturalmente en algún tipo de Creador transcendental a medida que crecen y no por adoctrinamiento. Aun si sus padres no les hablaran de Dios y religión. Otro estudio hecho por la "General Social Survey of Social Science Research Organization NORC" en la universidad de Chicago también encontró que la creencia en Dios aumenta con la edad.
            Por tanto, no existen personas que realmente sean naturalistas ontológicos, es decir, que crean que la naturaleza es lo único que existe no solo porque la creación es prueba suficiente de que existe un Creador sino porque así como sabemos que el bien y el mal existe (argumento de la moral) sabemos que también existe un Legislador y Dador de esa ley en nuestra propia consciencia. Por ende no hay excusa para ser ateo (Vea Salmo 19:1; Romanos 1:19-23 y 2:12-16). Con esto no decimos que las evidencias o los argumentos a favor de la existencia de Dios no son provechosos o necesarios, pues sirven para reafirmar y reforzar nuestra fe en el teísmo cristiano sino que estas sobran cuando se trata de demostrar que Dios es real. Simplemente damos argumentos y evidencias “con la esperanza de que Dios les conceda el arrepentimiento para conocer la verdad” (2 Timoteo 2:25).
           Muchos cristianos que antes eran ateos admiten que aunque se identificaban como tales en realidad no lo eran y que sabían en el fondo que existía un Dios. También hay varios testimonios de misioneros que han ido a predicar a las tribus de Africa y que se sorprendían cuando les decian que siempre supieron de nuestro Dios solo que no sabían Su nombre. Lea por ejemplo el testimonio de Samuel Morris (conocido como Kaboo y considerado como un héroe de la fe cristiana). También están los testimonios de Akiane Kramarik (criada por padres ateos) y la sordomuda y ciega, Hellen Keller, quien también ha afirmado que aunque nadie le habló de Dios siempre supo por dentro que había un Dios que la creó.
         Todo esto confirma lo que la Biblia establece de que todos tenemos un conocimiento innato (consciencia) de que hay un bien y mal (moral objetiva) y un Legislador o Dador de esa ley (conocido también como revelación general). ¿Y qué hay de aquellos que dicen ser ateo? Una persona puede clamar ser muchas cosas (como hacen los transexuales y tranespecies) pero eso no significa que sea verdad. Como dice otro reconocido psicólogo, “Los niños nacen preparados para ver a Dios en su trabajo diario y a su alrededor, no necesitan ser adoctrinados para creer en Él…la religión viene casi tan naturalmente a nosotros como la lengua.” (Justin L. Barret, profesor de psicología, director del Centro de Antropología y Mente de Oxford e Instituto de Antropología cognitiva y evolutivo). Otros científicos como el relevante genetista y autor de “The Science of Desire” de la Universidad de Harvard, el Dr. Dean Hamer, afirma que “Las personas religiosas pueden señalar la existencia del gen de Dios como un signo más del ingenio del creador, una forma inteligente de ayudar a los humanos a reconocer y abrazar su presencia divina”.
      Por tanto, las personas que claman ser "ateos" no lo son por razones intelectuales sino morales y tampoco lo son por razones científicas o filosóficas sino psicológicas (Romanos 1:18; Salmo 14:1; 2 Pedro 3:3-7 y 2 Tesalonicenses 2:11-12). Hasta el ex-ateo Lee Strobel habla en su película biográfica sobre la herida del padre (problema psicológico) y al final de su filme admite que sabía que había un Dios solo que buscaba una excusa para negarlo. Además, muchos famosos ateos y agnósticos como Sartre, Hume, Nietzsche, Freud, Darwin, Joseph Stalin, Madalyn Murray O' Hair y Huxley asociaban al Padre celestial (Dios) con sus abusivos padres o porque nunca tuvieron uno cuando más lo necesitaron. Nietzsche por ejemplo nació en un hogar cristiano pero parece que la muerte de su joven padre (pastor luterano) cuando él tenía 5 años lo afectó tanto que ya en sus escritos juveniles estaba mostrando rebeldía contra Dios. Hasta Heidegger, en “Sendas Perdidas”, también incide en este punto y afirma que Nietzsche había barruntado desde muy temprana edad la idea de la muerte de Dios. 
       En la autobiografía novelada del filósofo ateo, Jean-Paul Sartre, también culpa el mal ejemplo de sus abuelitos maternos y otros resentimientos personales por su indiferencia religiosa. Otro ateo por resentimiento lo es Wolpert quien dijo "Dejé de orar y creer en Dios cuando tenía 15 o 16 años porque no me dio lo que quería... Dios no me ayudó a encontrar mi bate de cricket y eso fue suficiente para saber que Dios no existe" (Lewis Wolpert, profesor ateo de biología en entrevista radial, "Unbelievable"). En otras palabras, no es que realmente no crean en Dios, es que no les gusta Dios y lo culpan como un mal padre que permitió alguna mala o traumática experiencia que tuvieron en su pasado y la cual no pudieron superar (Vea "The Atheist Syndrome" de John P. Koster). El popular periodista de Univisión, Jorge Ramos, también dijo en una entrevista con el moderador de CNN en español, Ismael Cala, "Me tocó crecer en un colegio donde los sacerdotes me pegaban y luego nos tocaba confesarnos con esos mismos sacerdotes que nos disciplinaban y fui perdiendo la fe." Pero como dice un dicho, "Si sentirte ofendido por una iglesia o un cristiano causa que pierdas la fe entonces tu fe estaba puesta en los hombres y no en Dios" (Salmo 118:8).
        Otros psicólogos como Marjuana Linderman han demostrado que el ateísmo es solo algo emocional (Vea The International Journal for the Psychology of Religion). Hasta el mismo científico ateo, Graham Lawton, admite que “…el ateísmo es psicológicamente imposible por la forma que el ser humano opera” en un artículo de la “New Scientist” por lo que aquellos que dicen serlo solo se auto engañan. El popular psicólogo clínico, crítico cultural y profesor de psicología canadiense, Jordan Peterson, también piensa lo mismo (en debate con Susan Blackmore en "Unbelievable"). 
      Como dice el gran filósofo cristiano, Agustín de Hipona, “Nadie niega a Dios, sino aquel quien le conviene que Dios no exista”. El argumento que plantearon C.S Lewis, Blaise Pascal y Agustín de Hipona sobre la necesidad de Dios también respalda esta verdad bíblica pues la experiencia y la historia nos llevan meteoricamente a la conclusión de que el hombre innatamente tiene un anhelo divino (Vea Eclesiastés 3:11). Como admite el mismo filósofo agnóstico, Bertrand Russell, “Nadie puede llenar el corazón humano, si no es la intensidad más alta del tipo de amor que predicaron los maestros religiosos” (Extracto de su autobiografía). 
       Su propia hija creyente, Katharine Tait, en su obra “Mi Padre, Bertrand Russell”, también dijo que su vida, “fue una búsqueda de Dios…En algún lugar, en el fondo de la mente de mi padre, en la profundidad de su alma, había un hueco que había sido llenado por Dios, y nunca encontró otra cosa que ocupara su lugar, tenía el sentimiento de no tener lugar en este mundo.” (My Father—Bertrand Russell, by Katharine Tait). Por tanto, ¿es verdaderamente adoctrinamiento o abuso infantil la educación religiosa a los niños? NO. Al contrario, según estos estudios, ¿por qué negar a nuestros hijos lo que es natural, beneficioso y, lo que objetivamente, les ayudará a ser más felices y comportarse mejor? Esta es la verdadera razón por la que Dios, nuestro Creador, quiere que tengamos una relación personal con Él. No para Su beneficio sino para el nuestro. Dios no nos necesita, por ende, si quiere nuestra comunión es porque quiere lo mejor para nosotros y Dios mismo es lo mejor para nosotros. Simplemente fuimos creados para Él y es por eso que el hombre es por naturaleza un ser religioso pues solo Dios puede llenar nuestro vacío espiritual (Salmo 42:1,2).
      En otras palabras, es ilógico hablar de un mundo sin religión ya que el ser humano en cuanto a tal, exigido por su propia naturaleza, siempre tendrá presentes las cuestiones metafísicas, de modo que resulta inútil fingir indiferencia frente a ellas. La indiferencia total frente a los problemas metafísicos más relevantes le es imposible al hombre por tratarse de algo antinatural. En base a todo esto podemos decir que no creemos en Dios por tradición sino por convicción y porque como cristianos hemos experimentado a primera mano Su benignidad y misericordia. Creo en Dios, no porque mis padres me lo contaron, ni porque una iglesia me lo dijo sino “por intuición, la observación, la lógica y también el conocimiento científico.” (Charles Hard Townes, físico y profesor estadounidense, laureado con el premio Nobel de Física). Los niños simplemente no nacen, ni se hacen ateos hasta que alguien les empieza a contar mentiras (ateísmo).
     Resumiendo, el ateísmo es solo una expresión de deseo y el que en nuestra sociedad se haya producido un evidente eclipse de Dios y de los valores que en Él se fundamentan, no quiere decir que el ansia de transcendencia haya desaparecido del corazón de las personas, puesto que el ser humano es metafísico por naturaleza (Aristóteles: Metafísica; 1, 980ª 21). “Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” (Romanos 1:18-20).
“En realidad no puede haber auténticos ateos porque Dios habría dotado a cada persona con este instinto natural que podría llamarse el sentido de Dios” – Alvin Plantinga,  apologista cristiano y filósofo norteamericano profesor en la University of Notre Dame.