¿Más que materia?

“La nada no tiene propiedades. Pienso, luego existo. Pero ¿Qué soy yo que pienso, mientras estoy pensando? ¿Soy un cuerpo, un espíritu, un hombre?” – Nicolás Malebranche, filósofo y teólogo francés

El primer problema de esta pregunta es que parte de una falacia de petición de principio (razonamiento circular) al asumir que solo somos materia sin demostrarlo. El otro problema de este argumento naturalista es que ignora que si el cerebro no está inteligentemente diseñado y el materialismo es cierto entonces sólo somos una máquina de carne sin libre albedrio que no razona sino que solo reacciona químicamente y que tampoco piensa libremente sino que su forma de “pensar” es controlada y ya pre determinada por las leyes de la naturaleza. De hecho, ni siquiera tendrían consciencia ya que según el materialismo la consciencia es solo una ilusión en un mundo naturalista. Quizás por eso el gran científico y padre de la química, Robert Boyle, decía que. “Nadie que razone honestamente puede ser ateo”.

Esto es algo que hasta científicos ateos como Hawkings, Daniel Dannett, Sam Harris, Francis Crick, David Berlinski y William Provine reconocen. Por tanto, ¿por qué confiar en lo que dice un ateo si según su propia postura, el afirmar que no hay Dios, ni alma como una verdad absoluta y asumir que llegan a esas conclusiones libremente es contradecirse? Incluso ateos como Thomas Nagel han reconocido este problema en su libro “Mind & Cosmos” donde sostiene que el postulado materialista elimina todas las bases para confiar en la razón. Una forma de refutar esta idea absurda es con el llamado Argumento del Libre Pensador la cual sostiene:

1. Si el naturalismo es verdad, el alma inmaterial humana no existe.
2. Si el alma no existe, el libre albedrio libertario no existe.
3. Si el libre albedrio libertario no existe, la racionalidad y el conocimiento tampoco existen.
4. La racionalidad y el conocimiento existen.
5. Por tanto, el libre albedrio libertario existe.
6. Por tanto, el alma existe
7. Por tanto, el naturalismo es falso.
8. La mejor explicación para la existencia del alma es Dios.

Como también lo explica, C.S. Lewis, “Supongamos que no hay una inteligencia tras del universo, ninguna mente creativa. En este caso, nadie diseñó mi cerebro para pensar, simplemente sucede que cuando los átomos dentro de mi craneo, por razones físicas o químicas, comienzan a organizarse por sí mismos en cierta forma, se produce como resultado, la sensación que llamo pensamiento; Pero si es así, ¿cómo puedo confiar en que mi propio pensamiento es cierto? Es como sacudir una jarra de leche y esperar en que la forma que salpique, por sí mismo, te dé un mapa de Londres; pero sino puedo confiar en mi propio pensamiento, por supuesto, no puedo confiar en los argumentos que guían al ateísmo, y por lo tanto no tengo ninguna razón para ser ateo, o cualquier otra cosa. A menos que crea en Dios, no puedo creer en el pensamiento, por tanto, no puedo usar nunca el pensamiento para descreer en Dios”.

En otras palabras, no somos robots biológicos, ciegamente programados según sus genes y gobernado por las leyes de la física puesto que somos mucho más que un cerebro y una combinación de sustancia químicas. Somos un alma inmaterial en un cuerpo físico con consciencia, libre albedrio y la cual transciende el mundo natural. El neurólogo y ganador de Premio Nobel de Fisiología y Medicina, Sir John Eccles, lo llamó “dualismo interaccionalista” y usó una analogía para describir esta relación diciendo que, así como un pianista usa un piano para tocar música así también el alma usa el cerebro como un instrumento para pensar y si el instrumento está dañado entonces el pianista no puede hace música, sin embargo eso no significa que el pianista deja de existir. De igual manera, si el cerebro esta dañado o deja de funcionar entonces el alma será incapaz de hacerlo pensar, pero eso no significa que la mente o conciencia ha dejado de existir. 

Andrew Vandal por ejemplo nació sin cerebro, sin embargo vivió, caminaba, dormía, veía, y mostraba diferentes tipos de emociones. ¿Cómo es esto posible? La única explicación razonable es que la conciencia o la mente no depende y puede existir aparte del cerebro. Hay otros casos de personas que no tienen la mayor parte de su cerebro y sin embargo han sobrevivido y no padecen una discapacidad mental. En otras palabras, solo porque el órgano que filtra, percibe, o interpreta muere, no significa que el fenómeno en sí deja de existir. Solo deja de ser en un cerebro muerto, pero la consciencia continúa existiendo independientemente del cerebro como una propiedad externa del mismo universo.

Experiencias Cercanas a la Muerte

Esto también queda comprobado con las llamadas Experiencias Cercanas a la Muerte (ECM) las cuales han sido estudiado científicamente por médicos, psicólogos y especialistas en neurología como el Dr. Rawlings quien resucitó a mucha gente que había sido clínicamente muertas. El Dr. Rawlings, un ateo devoto “consideró a toda religión ‘hocus-pocus’ y la muerte nada más que una extinción del dolor”. Sin embargo, las experiencias cercanas a la muerte de sus pacientes lo hicieron cambiar de parecer (Beyond Death’s Door, Maurice Rawlings). Otro científico exateo y profesor de la universidad de Harvard, el Dr. Eben Alexander, afirma, “Yo fui el peor escéptico por mucho tiempo y creía que no hay consciencia al morir y/o en un estado de muerte cerebral” hasta que tuve la oportunidad de tener una experiencia profunda, para después escribir un libro sobre la ECM.

Los científicos de la Universidad de Southampton también investigado sobre el tema y pasaron cuatro años examinando a más de 2.000 personas que sufrieron paradas cardíacas en 15 hospitales del Reino Unido, Estados Unidos y Austria. Ellos descubrieron que casi el 40 por ciento de las personas que sobrevivieron describieron algún tipo de consciencia durante el tiempo en que habían sido declarados clínicamente muertos, antes de que sus corazones fueran reiniciados.

¿Alucinaciones?

Nope, ya que muchos cientificos que investigan estos fenomenos, incluyendo neurologos que eran ateos señalan que estas experiencias no pueden ser producidas por procesos neurofisiológicos puesto que los hallazgos presentados y los casos de lucidez terminal y de visión mental parecen sugerir otra cosa, es decir, indican la presencia de una compleja experiencia consciente y estructurada durante la disminución, ruptura o ausencia de los correlatos neurobiológicos comúnmente considerados factores causales de las ECM y de la experiencia consciente en general. Obviamente algunas de estas experiencias pueden ser que no sean verdaderas pero asumir que todas son falsos porque un ateo nunca ha experimentado uno es ser deshonesto, parcial y subjetivo.

El miembro fantasma

             Otro misterio es el llamado el miembro fantasma la cual también prueba que se puede sentir dolor donde no hay parte física pues los que han padecido ese síndrome han sufrido dolor en una pierna, brazo o hasta en un ojo que ya no está ahí. Entre el 50 y 80% de las personas amputadas experimentan estas sensaciones fantasmas en su miembro amputado, y la mayoría de estas personas dice que las sensaciones son dolorosas.2​ Las sensaciones fantasmas también puede ocurrir después de quitarse otras partes del cuerpo y no necesariamente un miembro, por ejemplo después de quitarse un seno, un diente (dolor del diente fantasma), o un ojo (síndrome del ojo fantasma). Los síntomas se perciben en un miembro que no existe, e incluyen los síntomas siguientes:

  • Dolor.
  • Sensación de que el miembro aún está unido y funcionando normalmente.
  • Entumecimiento del miembro amputado
  • Hormigueo
  • Sensación de deformidad
  • Sensación de frío y calor.

Se desconoce la causa exacta del síndrome del miembro fantasma y no hay prueba médica para diagnosticar el dolor fantasma. Algunos presumen que el fenómeno solo se debe a los nervios donde está la amputación. Sin embargo, si se investiga más encontrara que aun sin estos nervios se puede sentir. Otros como Webmd.com dicen que es las sensaciones se deben al intento de la mente por reorganizar la información sensorial que sigue a la amputación. Si esto es así entonces sin el cuerpo nuestra mente siente y actúa como si tuviéramos un cuerpo. Por tanto, si nuestra mente (o alma) es removida del cuerpo a través de la muerte entonces no solo tendremos un miembro removido sino el cuerpo entero. ¿Cómo la mente (o alma) va interpretar esto? De la misma manera que haría con una pierna amputada. El cerebro se podrá convertir en polvo pero el alma es la verdadera mente inmaterial y conciencia todavía podrá sentir por lo que el dolor en el infierno será real.   

Teoría de la inmortalidad cuántica

Sin olvidar la teoría de la inmortalidad cuántica donde se muestra bajo el estudio de la física que la conciencia sigue viva en un estado cuántico después de que se detiene el corazón y el cerebro deja de ser funcionar. Otros científicos que han llegado a la misma conclusión de que el cerebro y la mente no es lo mismo, ni que el cerebro crea pensamientos o la conciencia incluye a expertos como el Dr. Carl Gustav Jung quien fue pionero de la psiquiatria moderna,Eugene Wigner, ganador de Premio Nobel en Física, el psicólogo e investigador de la Universidad de Nottingham Trent, el Dr. David Wilde, el Dr. Jerry Nolan, Editor en Jefe de Resuscitation J., el Dr. Alexander Batthyany, profesor de psicología teórica y la filosofía de la psicología en Liechtenstein y en el departamento de ciencias cognitivas de la Universidad de Viena, Bruce Greyson, doctor en Medicina (MD) y profesor de Psiquiatría de la Universidad de Virginia, Kenneth Ring, profesor emérito de psicología en la Universidad de Connecticut, y un investigador en el campo de los estudios sobre experiencias cercanas a la muerte (ECM), Jeffrey Long, MD, fundador de la Near Death Experiences Research Foundation (NDERF) y Wilder Graves Penfield, neurocirujano estadounidense que contribuyó con importantes avances en el estudio del tejido nervioso, de las enfermedades neurológicas, especialmente la epilepsia, y en la técnica de la neurocirugía.

Algunos ateos dicen que el electroencefalograma o la tomografía demuestra que la mente o los pensamientos es lo mismo que el cerebro. Sin embargo, estos ignoran que la tomografía te muestra neuronas e impulsos, no los pensamientos y que un pensamiento es muy distinto a una neurona o neurotransmisor. Simplemente no se puede registrar en el cerebro los pensamientos. De hecho, la actividad cerebral es la prueba TANGIBLE de la existencia de algo INTANGIBLE. Por tanto, el pensamiento existe siendo invisible al humano, así como Dios existe siendo invisible al humano.

Algún ateo quizás diga que la diferencia es que con un electroencefalograma se puede estudiar la actividad cerebral incluso se pudo determinar las áreas que ocupan diferentes funciones del cerebro, pero de Dios no se tiene ni un ápice de certidumbre o indicio de existencia. Estos ignoran que a través de los electroencefalogramas no puede saber qué están pensando por lo que se autorefutan en su analogía y que sin ser expertos en ciencia entendemos perfectamente que estas mismas muestras tangibles son de algo intangible. Este mismo paralelismo lo vemos en Dios quien al igual que los pensamientos no puede ser sometido a un tubo de ensayo o un microscopio porque ambos son abstractos (inmateriales) sino que así como nosotros le atribuimos a Dios el diseño inteligente del universo, así mismo las actividades cerebrales y los cambios registrados por el comportamiento son hechos tangibles que muestran la realidad de los pensamientos intangibles.

Recuerde, un pensamiento es distinto a una neurona o neurotransmisor por lo tanto no se puede registrar en el cerebro los pensamientos. Además, es imposible que un órgano más complejo que cualquiera computadora como lo es el cerebro haya venido del azar. Respetamos que los ateos quieran creer que su cerebro no está inteligentemente diseñado, pero creer que es producto de la evolución es absurdo. Sin olvidar que cuando hablamos de “pensamientos” o de la “mente” estamos hablando de algo abstracto, no físico, ni material. Tanto los pensamientos como los números, los sentimientos, las leyes de la logica y la moral son inmateriales asi como Dios y nuestra alma son inmateriales.

En el libro Mente y Cosmos, el filósofo ateo Thomas Nagel argumenta por que la conciencia plantea un problema bastante difícil de resolver para el naturalismo. Los materialistas han intentado ofrecer una variedad de explicaciones para armonizar el naturalismo con la conciencia.

1º Conductismo:


Esencialmente, los conductistas reducen los atributos mentales a algún comportamiento observable. Nagel ofrece una respuesta convincente:

Es cierto que los fenómenos mentales tienen manifestaciones de comportamiento, que proporcionan nuestra evidencia principal para ellos en otras criaturas. Sin embargo, todas estas teorías parecen insuficientes como análisis de lo mental porque dejan fuera algo esencial que está más allá de los motivos observables externamente para atribuir estados mentales a otros, es decir, el aspecto de los fenómenos mentales que es evidencia de primera persona, punto de vista interno del sujeto consciente: por ejemplo, la forma en que el azúcar te gusta o la forma en que se ve el rojo o la rabia, cada una de las cuales parece ser algo más que las respuestas conductuales y las capacidades discriminatorias que explican estas experiencias. El conductismo deja de lado el estado mental interno mismo (página 38).

2º Evolución:

Desde este punto de vista, la conciencia surge del proceso de selección natural, actúa sobre mutaciones aleatorias y ofrece ventajas de supervivencia a las especies. En The Mysterious Flame, el filósofo Colin McGinn explica por qué la evolución no explica la conciencia:

Pero en el caso de la conciencia, la explicación Darwiniana no nos dice lo que necesitamos saber, por la sencilla razón de que no está claro cómo la materia puede organizarse de manera tal que se cree un ser consciente. El problema está en las materias primas. Parece como si con la conciencia se hubiera inyectado un nuevo tipo de realidad en el universo, en lugar de simplemente una recombinación de las viejas realidades. Incluso si las mentes no mostraban ningún indicio de diseño, existiría el mismo viejo problema: ¿cómo puede la mera materia originar la conciencia? ¿Cómo la evolución convirtió el agua del tejido biológico en el vino de la conciencia? Incluso ateos como Thomas Nagel han reconocido este problema en su libro “Mind & Cosmos” donde sostiene que el postulado materialista elimina todas las bases para confiar en la razón.

3ª Identidad:

Este enfoque afirma que la mente y el cerebro son simplemente dos términos diferentes que se refieren a la misma realidad física.

Pero el problema con este intento es que los objetos físicos tienen propiedades diferentes a los estados mentales. Los estados mentales no tienen extensión en el espacio, el peso o la ubicación. Y a diferencia de los estados mentales, los objetos físicos no pueden ser ni de ningún lado. Ellos simplemente son. Por lo tanto, los estados mentales no son idénticos a los estados físicos.

La conciencia como evidencia de Dios

Hay otros intentos naturalistas para explicar la conciencia, pero la realidad es que el naturalismo no tiene una forma plausible de explicar el surgimiento de las propiedades mentales.

Y, sin embargo, la existencia de la conciencia tiene sentido dentro de la cosmovisión teísta. Si Dios es un ser supremamente consciente, y él nos ha creado, entonces tiene perfecto sentido para los seres humanos ser agentes conscientes que experimenten el mundo. Dios tiene el poder y el incentivo para crear seres conscientes.

La existencia de la conciencia no prueba la existencia de Dios. Pero es una característica innegable de la realidad que se ajusta mucho más naturalmente a la cosmovisión teísta.

Entonces, ¿cómo las neurociencias apoyan al dualismo?

Wilder Panfield, neurocirujano, tuvo una “conversión” del materialismo al dualismo basado en la evidencia. Penfield comenzó su carrera como materialista, convencido de que la mente era un producto del cerebro. Terminó su carrera como un dualista enfático. Durante las cirugías, Penfield observó que los pacientes tenían una respuesta variable pero limitada a la estimulación cerebral. A veces la estimulación causaría una convulsión o evocaría una sensación, una percepción, movimiento de los músculos, una memoria, o incluso una emoción viva. Sin embargo, Penfield notó que la estimulación cerebral nunca evocaba el pensamiento abstracto.

Penfield señaló que la función intelectual (el pensamiento abstracto) sólo podía ser desactivada por la estimulación cerebral o una convulsión, pero nunca podría ser encendida de la misma manera. El cerebro era necesario para el pensamiento abstracto, normalmente, pero no era suficiente para ello. El pensamiento abstracto era algo más que meramente un proceso del cerebro. Además, Penfield señaló que los pacientes eran siempre conscientes de que la sensación, la memoria, etc, evocados por la estimulación cerebral fue realizada, pero no por ellos. Penfield encontró que los pacientes retenían una perspectiva de “tercera persona” sobre los eventos mentales evocados por la estimulación cerebral. Siempre había una “mente” que era independiente de la estimulación cortical.

           Panfield concluye: «No hay ningún área de materia gris, por lo que mi experiencia me dice, en la que la descarga epiléptica local trae lo que podría llamarse “mindaction” … no hay evidencia válida de que la descarga epiléptica o la estimulación eléctrica puede activar la mente. Si uno se detiene a considerarlo, este es un hecho sorprendente. El registro de la conciencia puede ser puesto en movimiento, aunque sea complicado, por el electrodo o por la descarga epiléptica. Una ilusión de interpretación puede ser producida de la misma manera. Pero ninguna de las acciones que atribuimos a la mente ha sido iniciada por la estimulación del electrodo o la descarga epiléptica. Si hubiera un mecanismo en el cerebro que pudiera hacer lo que hace la mente, se podría esperar que el mecanismo traicionaría su presencia de una manera convincente por alguna mejor evidencia de activaciones epilépticas o de electrodos.»

De hecho, los mismos científicos que entienden muy bien el funcionamiento del cerebro, pero el cerebro cuando decodifica cualquier información, tiene que estar en pleno funcionamiento(si fuera dormido en este caso), pero no en su total muerte cerebral, surge una pregunta muy interesante: ¿Como es posible que la memoria RAM siga procesando la información que ha estado programada para que ejecute su función sin que exista una fuente eléctrica que le dé la habilidad de ser animada y que sea realmente procesada esta información? En consecuencia, a nuestras neuronas y la habilidad de recepcionar la información decodificada en nuestro cerebro, no puede, de ningún tipo de circunstancias tener esta funcionabilidad, si no trabajare con una fuente energética, en este caso el alma.

“El cuerpo humano es el carruaje; el yo, el hombre que lo conduce; el pensamiento son las riendas, y los sentimientos, los caballos.” – Sócrates,​​filósofo clásico griego considerado como uno de los más grandes, tanto de la filosofía occidental como de la universal. Fue maestro de Platón, quien tuvo a Aristóteles como discípulo, siendo estos tres los representantes fundamentales de la filosofía de la Antigua Grecia

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