¿Es incorrecto usar la Biblia para defender la Biblia porque no es inerrante y eso sería apelar a un razonamiento circular?

“Aquel que lee la Biblia para encontrar fallas en ella, pronto descubrirá que la Biblia encuentra fallas en él.” – Charles H. Spurgeon

Al contrario, la principal regla fundamental de la hermenéutica es que la Biblia es su propia interprete. Es decir, se explica a sí misma, pero cuando se ignora este principio es común que se interpreten palabras o frases fuera del contexto general de las Escrituras, lo cual produce malas interpretaciones. Como dice el pastor evangelista y escritor estadounidense, Rick Warren, “No creo que mis interpretaciones son inerrantes. No creo que las interpretaciones de nadie sean inerrantes, pero creo que las Escrituras son inerrantes. Creo en la inspiración verbal y plenaria de las Escrituras, sin duda alguna”. De hecho, la inerrancia fue enseñada por Cristo y los apóstoles en el Nuevo Testamento y esta debería ser nuestra base principal para creer esta doctrina. B. B. Warfield dijo: “Creemos en esta doctrina de la inspiración plenaria de las Escrituras principalmente porque es la doctrina que Cristo y sus apóstoles creyeron, y que ellos nos han enseñado” (Limited Inspiration, citado por Mohler, p. 42). Para citar a Jesús mismo: “La Escritura no puede ser quebrantada” (Jn. 10:35), y “hasta que pasen el cielo y la tierra ni una pizca, ni un punto, pasará de la Ley hasta que todo se haya cumplido” (Mt. 5:18).

En otras palabras, no es incorrecto usar la Biblia ya que el mismo Jesús y sus apóstoles pusieron esto en práctica diciendo que los cristianos que hacen esto son, “más nobles que los de Tesalónica, pues recibieron la palabra con toda solicitud, escudriñando diariamente las Escrituras, para ver si estas cosas eran así.” (Hechos 17:11). Por tanto, la inerrancia no es algo nuevo, ni empezó en la Declaración de Chicago en 1978, firmada por 240 teólogos evangélicos y adoptada por The Evangelical Theological Society en el 2003 (el mayor grupo de eruditos protestantes a nivel mundial) sino que siempre ha sido la posición histórica de la Iglesia cristiana. Albert Mohler, presidente del Seminario Bautista del Sur, señala que incluso algunos de los que se oponen a la doctrina de la inerrancia han estado de acuerdo en que la inerrancia es la posición estándar de la Iglesia cristiana a lo largo de los siglos. Mohler cita a los hermanos Anthony y Richard Hanson, eruditos anglicanos: “Los padres cristianos y la tradición medieval continuaron esta creencia [en la inerrancia], y la Reforma no hizo nada para debilitarla.

Por el contrario, dado que para muchos teólogos reformados la autoridad de la Biblia tomó el lugar que el papa había tenido en el esquema medieval, la infalibilidad de la Biblia se mantuvo firmemente y se definió más explícitamente entre algunos teólogos reformados” (pp. 48-49). También dicen: “Las creencias aquí negadas [a saber, la inerrancia] eran creídas por todos los cristianos desde el principio hasta hace aproximadamente ciento cincuenta años” (p. 41).

Sin embargo, nunca falta el ateo bibliofóbico o el “teólogo” liberal que diga que eso no es correcto porque eso sería apelar a un razonamiento circular y por ende una falacia de peticion de principio. Tales personas ignoran que nuestro argumento no es falaz porque la Biblia cuenta con mucha evidencia interna y externa de que es verdadera y porque en lógica, no todo círculo (dialelo) es falaz. Así como hay círculos viciosos que son falaces porque son arbitrarios y consisten en una petición de principio también hay círculos virtuosos que no son falaces porque hay fenómenos que sólo se pueden explicar de forma circular ya que se retroalimentan. Por ejemplo, ¿acaso puede alguien demostrar que es una persona racional sin usar la razón o demostrar que es una persona fuerte sin usar su fuerza? No. Eso sería absurdo. ¿Puede una persona demostrar que es una persona lógica sin usar la lógica? Tampoco, porque eso solo se puede hacer circularmente. Lo mismo se puede decir de la Biblia y las experiencias espirituales.

El cristiano liberal de alta crítica dirá que la Biblia es infalible en cuanto a teología y en asuntos espirituales pero no en temas históricos y científicos. Sin embargo, esto es falso también pues la Biblia ha sido comprobada verdadera por mucho respaldo arqueológico, miles de manuscritos, testigos oculares, consistencia literaria, vidas transformadas, relatos históricos y conocimiento científico anticipado las cuales demuestran que la Biblia es la Palabra infalible e inerrante de Dios. De hecho, aunque la Biblia no se escribió como un libro científico pues su tema central es Jesucristo y la salvación espiritual del hombre, cuando alude a asuntos de verdadera ciencia es exacta y manifiesta un conocimiento que no estaba disponible a los seres humanos del tiempo en que se escribió.

Por ejemplo, la Biblia enseña que el universo tuvo un comienzo (Génesis 1:1), que las estrellas del cielo son innumerables (Génesis 22:17 y Jeremías 33:22), el ciclo del agua (Job 36:27-28; Eclesiastés 1:7; Jeremías 10:13 y Amos 9:6), ley de la biogénesis (Génesis 1:11,12, 21,25), la rotación de la tierra (Lucas 17:24,34-36)., las leyes de la termodinámicas( Génesis 2:1-3 y Romanos 8:20-22), la expansión del universo (Isaías 40:22 y Salmo 104:2) y muchos más. De esto se dieron cuenta los grandes científicos de la historia como el gran científico Herschel, “Pareciera que todos los descubrimientos realizados por la humanidad tuvieron como único fin confirmar cada vez de manera más rotunda la veracidad de todo lo que contienen las Sagradas Escrituras”. Otro gran cientifico, Galileo Galilei, también dijo que “Las Sagradas Escrituras nunca podrían mentir, ni errar…sus decretos son absoluta e inevitablemente ciertos” (Galileo, carta a Benedetto Castelli, de la Universidad de Pisa, en 1613). Lo mismo se puede decir de su historia.

Hasta el agnóstico David Rohl, quien ha pasado toda su vida entera explorando el Medio Oriente y quien es un experto en jeroglíficos e historia egipcia reconoce el Éxodo como un verdadero acontecimiento histórico (Vea por ejemplo el documental “Exodus: Patterns of Evidence”). Otro historiador y uno de los reporteros investigadores de temas científicos más famosos del mundo es Ian Wilson quien dijo a la comunidad científica mundial que se tomaría unos 10 años para probar que arqueológicamente la Biblia estaba llena de historietas provenientes de “civilizaciones más antiguas que los hebreos”. 

Tiempo después, Ian Wilson publicó su libro y no le quedó otra alternativa que titularlo: ¡“La Biblia ES historia”! donde admitió que sus hallazgos le mostraron que no existe libro alguno en los anales de la historia que esté por encima de la integridad y la exactitud histórica y arqueológica de la Biblia. También añade diciendo, “no haber encontrado un solo reclamo bíblico ni en el Antiguo ni en el Nuevo Testamento que no se haya verificado, o que esté en proceso de verificación”. Así que, si vamos a desechar la Biblia entonces tendríamos que descartar todos los libros de la literatura antigua ya que la Biblia tiene más validez histórica y arqueológica que todas ellas. Por tanto, el gran científico, teólogo y filósofo, Sir Isaac Newton, tenía razón cuando dijo, “Consideramos que la Escritura de Dios son la más sublime filosofía. Encuentro más evidencias acerca de su autenticidad que cualquier historia profana”.

Además, ¿cómo es posible que Dios se equivoca si lo sabe todo? Por lógica, si la Biblia es Su Palabra y Dios es el Creador del universo y la vida, entonces debería saber de ciencia e historia y no solo de teología. Si la Biblia contiene errores históricos y científicos entonces ¿cómo podemos estar seguros que no tiene errores teológicos también? Simplemente no tiene sentido que Dios no sepa sobre el mundo que El mismo creó. También es contradictorio asumir que la palabra de un Dios omnisciente está en lo correcto sobre teología, pero no en historia y ciencia pues Dios no puede mentir ni equivocarse (Hebreos 6:18; Tito 1:2). Por tanto, si la Biblia es la Palabra escrita de Dios (y lo es), entonces es sin error. A menos que dicho “cristiano” liberal no crea que la Biblia sea la Palabra de Dios.

La realidad es que muchos no quieren aceptar la idea de que la Biblia es inerrante porque condena sus pecados, su cientificismo, errores de interpretación o de traducción. Un ejemplo de esto fue cuando un creyente me dijo que la Biblia tiene errores científicos porque enseña el geocentrismo. Le dije que eso es falso ya que al igual que otros pasajes de la Biblia simplemente describe lo que vemos en la Tierra en el lenguaje de la apariencia humana y a la tierra como marco de referencia, es decir, describe las cosas desde la perspectiva del observador. El sol simplemente PARECE salir y ponerse. De hecho, todo el mundo (incluyendo meteorólogos y astrónomos modernos) también han usado esa figura de lenguaje de ciencia pragmática de que “el sol sale” o que “el sol se pone”, aunque se sabe que es la tierra es la que gira alrededor del sol. Por tanto, el error no está en la Biblia sino en su mala interpretación de ella. Como diría R.C. Sproul, “Si algo no me gusta de la Biblia, el problema no está en ella. El problema está en mi.”

En fin, es triste ver que hayan “cristianos” haciendo este tipo de ataque a la Biblia pues hace que la gente (principalmente jóvenes) desconfien de la Palabra de Dios. La Biblia NO contiene errores y rechazarla simplemente no tiene ninguna base intelectual. Por tanto, no solo confiemos en ella en cuanto a religión se refiere sino como dice J.C. Ryle, “Dejemos que la Biblia, toda la Biblia, y nada más que la Biblia, sea la regla de nuestra fe y práctica”

NOTA: Si aun le quedan dudas les recomiendo que lean estos libros y materiales cristianos que demuestran la veracidad de la Biblia en cuanto a historia y ciencia se refiere: 

1. La Biblia es Historia de Ian Wilson
2. Evidencia Arqueológica de la Biblia de Charlie H. Campbell
3. Evidencia que exige un veredicto de Josh McDowell
4. Una Investigación Científica del Antiguo Testamento de Robert Dick Wilson
5. El Conocimiento Científico y la Biblia ¿Son Irreconciliables? de Jose Manuel Rodriguez Dominguez
6. Demolishing Supposed Bible Contradictions Volume 1 and 2 (Ham y Hodge)
7. Video documental “Patterns of Evidence: Exodus”de Timothy Mahoney (dove.org)
8. How do we know the Bible is True? de Brian Edwards 
9. Diccionario de dificultades y aparentes contradicciones bíblicas de Haley Escuain

10. Biblical Archaeology: An Introduction with Recent Discoveries that Support the Reliability of the Bible: Dr. David Elton Graves

11. Ancient Secrets of the Bible: The Complete Series: Winner of 19 prestigious natural family film awards for excellence

12. Explaining Biblical Inerrancy de R.C. Sproul y Norman L. Geisler

“Hubo un tiempo en que los predicadores se paraban en el púlpito y rugían: “La Biblia dice…”. Después decían: “La iglesia dice…”. Ahora la mayoría rascándose la cabeza dice: “A mi me pare-ce…” ¿Qué le sucedió a la autoridad bíblica?” – Adrian Rogers