La Seguridad Eterna del Creyente

           Como Bautista independiente y fundamental (no reformado) me gustaría aclarar algunas cosas que dicen algunos de mis hermanos pentecostales con respecto al concepto que nosotros llamamos la Seguridad Eterna del Creyente. En primer lugar, que los calvinistas no son los únicos que creen en esta doctrina bíblica y segundo que esta enseñanza tampoco significa que el cristiano tiene licencia para pecar. Eso es una falacia de hombre de paja. Aunque creo que muchos de los que dan esta redefinición tergiversada y distorsionada lo hacen por ignorancia y no necesariamente de mala intención. Quizás, algún reformista crea eso pero ese no es nuestro caso. De hecho, el teólogo luterano, mártir y pastor alemán que participó en el movimiento de resistencia contra el nazismo, Dietrich Bonhoeffer, comparó ese tipo de pensamiento de “solo creer” como una indulgencia protestante y una gracia barata. El líder anabaptista Menno Simons, contemporáneo de Lutero, también llegó a criticar este tipo de fe muerta y desobediente que algunos de los primeros reformadores sostenían. Como también dice el teólogo Augustus Nicodemus, “El arrepentimiento no es cuando lloras, es cuando cambias. Esos son los que entrarán al reino de los cielos.”

             La Biblia no se contradice, la salvación es por fe sin las obras de la ley (Efesios 2:8-10; Tito 3:5 y Romanos 3:28). ¿Pero no enseña Santiago 2 que la salvación es por ambas, es decir, fe y obras? No según su contexto la cual enseña ¿cómo podemos saber si una persona es realmente salva? Sencillo, si la persona dice ser salva pero vive como el diablo puede ser que es un cristiano carnal o no es realmente salvo pues los frutos de arrepentimiento son las evidencias de que somos salvos (Mateo 7:16-17; Lucas 6:45 y 1 Juan 3:9). En otras palabras, cuando Santiago dice que la fe sin obras es muerta, no se refiere a la fe salvífica. La fe que es para salvación es una fe viva. La fe que necesita de obras para no ser muerta, no es la fe salvífica, sino es una consecuencia de esa fe en la Obra redentora de Cristo, pero la fe salvífica es la que implica la salvación, el sello con el Espíritu Santo para el día de la redención, el ser hechos hijos de Dios, el perdón de todos nuestros pecados, TODOS ESOS BENEFICIOS LOS RECIBIMOS A PARTIR DE LA FE SALVÍFICA EN LA OBRA REDENTORA DE CRISTO JESÚS. Lo que viene después, RECOMPENSAS A TRAVES DE OBRAS, hay hermanos que podrán tenerlo y otros que no.

           Entonces, ¿a qué nos referimos con la Seguridad Eterna del Creyente? Nos referimos a la enseñanza bíblica de que en el momento que creemos en la obra Redentora de Jesús y nos arrepentimos de nuestros pecados (según Hechos 20:20-21), nacemos de nuevo como hijo de Dios, somos santificados, somos sellados con el Espíritu Santo para el día de la redención (Ojo, no somos sellados por un tiempito, lo somos para ese día), y recibimos la Vida Eterna, no una vida temporal sino una vida eterna, o sea, sin interrupciones y sin cortes. Por tanto, cuando nos convertimos a Cristo hemos sido salvos por gracia y guardados por medio de esa misma gracia. O sea la salvación no depende de 50% de lo que hizo Jesucristo y el otro 50% de lo que nosotros hacemos porque entonces eso sería una salvación por obras (no seria por gracia, ni por misericordia) sino por las obras de Cristo, no por las tuyas. 

              En cambio, la seguridad condicional que propone los que creen que se pierde la salvación sostiene que podemos ser injustificados después de haber sido justificados, muertos después de haber pasado de muerte a vida, desamparados y huérfanos después de haber sido adoptados en la familia de Dios y no nacidos después de haber sido nacidos espiritualmente y todo esto porque sacan fuera de contexto muchos versículos de la Biblia, cambian los significados de las palabras o simplemente porque no saben diferenciar entre salvación y recompensa, el tribunal de Cristo con el Juicio del Trono Blanco, la disciplina con la condenación eterna, la santificación posicional que tenemos en Cristo con la santificación progresiva, o porque confunden cabras con ovejas, etc.  

                 Ahora alguien podría preguntar, “Si eso es así entonces ¿para qué ir a la iglesia? ¿Para qué seguir obedeciendo los mandamientos de Dios?” En primer lugar, una persona que dice ser salva por creer en Jesucristo, pero no demuestra esa fe por medio de obras sino que continua igual y practicando el mismo pecado demuestra que no es una persona salva y que nunca lo fue, porque nosotros no creemos en una fe muerta y desobediente. Nosotros creemos que la fe que salva es aquella que produce frutos de arrepentimiento y un cambio de vida en la persona. Como dice en 2 Corintios 5:17 “si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas”. En otras palabras, tiene que haber una diferencia que refleje esa nueva naturaleza que hay en nosotros. Por lo tanto, nosotros hacemos buenas obras no para ser salvos sino porque somos salvos y porque amamos a Dios y queremos agradarle (Efesios 2:8-10 y Filipenses 2:13).          

             Ahora ¿qué le puede ocurrir al verdadero creyente que se aparta de los caminos del Señor? Varias cosas, entre ello, el cristiano que se aleja de la iglesia y de Dios puede perder el gozo y la comunión del Espíritu Santo, pierde las recompensas y los tesoros que había cosechado en el cielo desde un principio, cuando llegue al cielo será avergonzado por sus pecados en el tribunal de Cristo (no confundir con el Juicio del Trono Blanco de Apocalipsis) y como hijo desobediente puede ser disciplinado por Dios por medio de aflicciones, tristezas, enfermedades y hasta la misma muerte, pero no pierde su salvación, ni deja de ser hijo de Dios (1 Corintios 3:12-15 y 5:5). Por tanto, hay como 6 razones principales por la cual teologicamente un verdadero cristiano no puede perder su salvación.

              Primera razón. Porque como hijos de Dios hemos nacido de nuevo (Vea Juan 3). A esto se le conoce como regeneración y el resultado de ese nuevo nacimiento es que nos convertimos en hijos de Dios. Ahora piense en esto desde una perspectiva física o natural (como la analogía que usó Jesús en Juan 3 con Nicodemo). Cuando un bebé nace fuera del vietre de su madre, ese proceso es uno permanente. Una vez que nace, nace y no puede volver al vientre de su madre si se porta mal para volver a nacer porque así no es como funciona el proceso y tampoco deja de ser su hijo. En otras palabras, los hijos que usted tiene son sus hijos y son parte de su familia no porque son buenos sino porque nacieron de ti. Igualmente, cuando naces y experimentas el nuevo nacimiento, ese proceso es permanente. No puedes volver a nacer de nuevo si pecaste o si cometes un error porque ese proceso no se puede revertir por lo que decir que un cristiano puede perder su salvación es sugerir que el nuevo nacimiento se puede deshacer, revertir o destruir. Por tanto, al igual que nuestros hijos naturales, el cristiano que ha nacido espiritualmente de nuevo es hijo de Dios no porque es bueno sino porque es nacido de Dios (Juan 1:12-13, 3:3, 5-7 y 1 Juan 3:2). Su hijo tampoco deja de ser su hijo simplemente porque usted lo castigó por una desobediencia (disciplinar), usted lo castiga con el propósito de que su hijo crezca teniendo un buen comportamiento.

            De esa misma manera obra el Señor en las vidas de sus hijos desobedientes, con el fin de corregirlos para que vuelvan a obedecer a Dios. Y así creemos en la perseverancia del Espíritu Santo, que habiendo comenzado la obra la continuará hasta completarla (Filipenses 1:6). Por lo tanto, es tan imposible dejar de ser hijos de Dios como lo es de dejar de ser hijos de nuestros padres. “Pero Sion dijo: Me dejó Jehová, y el Señor se olvidó de mí. 49:15 ¿Se olvidará la mujer de lo que dio a luz, para dejar de compadecerse del hijo de su vientre? Aunque olvide ella, yo nunca me olvidaré de ti.” (Isaías 49:14-15). “Reconoce asimismo en tu corazón, que como castiga el hombre a su hijo, así Jehová tu Dios te castiga. ” (Deuteronomio 8:5).

               Segunda razón es porque la salvación es eterna, no temporal. El Señor Jesucristo dijo en cierta ocasión: “ y yo les doy [no dice daré en tiempo futuro] vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” (Juan 10:28). Aquí podemos ver que hay tres promesas para la oveja del Señor en este solo versículo. La primera es que Él les da la vida “eterna”, la segunda es que les da la seguridad de que “no perecerán jamás” y la tercera es que les dice que “ni nadie las arrebatará de mi mano” lo que quiere decir que ni aun el diablo puede quitar o arrebatar la oveja del Señor fuera de las manos de Cristo porque nuestra salvación está siendo guardada por Él y por Dios (también llamado como el doble nudo de la salvación).

                   Ahora si el condicionalista cree que alguien puede arrebatarnos de las manos de Dios, entonces tendría que decirnos quién es ese alguien y demostrarlo con la Biblia porque según la Biblia nadie puede sacarnos fuera de las manos de Dios quien es mayor o sea más fuerte que toda criatura, y eso incluye no solo Satanás sino nosotros mismos. Sin olvidar que nadie puede arrebatarnos tampoco de las manos de Dios porque pertenecemos a Dios y hemos sido comprados con su propia sangre. De hecho, esa es la razón por la que estamos sellados por del Espíritu Santo hasta el día de la redención como símbolo de que somos de Cristo. Algunos arguyen diciendo que nadie puede separar al cristiano (la oveja) del Pastor, sino que la oveja puede apartarse, o sea, arrebatarse ella misma de las manos de Cristo y de Dios.

              Pero en primer lugar, ningún verdadero cristiano querría soltarse de las manos de Cristo, porque solo Él puede satisfacer nuestra alma. Yo pregunto a mis hermanos pentecostales, ¿te gustaría salirte de las manos de Dios? Si son realmente cristiano es obvio que me va decir que “NO” y yo tampoco. Llevo más de 20 años sirviendo al Señor y no me arrepiento. Al contrario, es lo mejor que me ha pasado en mi vida y si aún quisiera salirme de las manos de Dios, el Señor no lo permitiría porque ese “nadie” incluye también a nosotros mismos. Además de todo eso ¿qué usted cree que haría el buen Pastor Jesús si una de sus ovejas se apartara del rebaño? ¿Dejaría que se pierda? No, el Señor no desampara a los Suyos y no deja que se separen de Él sino que siempre está con sus ovejas con el único propósito de GUARDAR LAS OVEJAS y no dejar que se pierdan (Juan 3:16; 10:11-15 (parábola de las 100 ovejas); 17; Mateo 18:10-14 y 1 Pedro 1:5).  

             Como está escrito, “Bendito el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que según su grande misericordia nos hizo renacer para una esperanza viva, por la resurrección de Jesucristo de los muertos, para una herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros, que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.” (1 Pedro 1:5). Por tanto, las personas que no creen en la seguridad eterna del creyente dicen que una oveja descarriada puede perecer pero Jesús nos dice que “no perecerán jamás”. ¿A quién creerán entonces? ¿Lo que dice su religión o lo que dice el buen Pastor, Jesucristo?

         ¿Y si peca voluntariamente? En Juan 6:37 Jesús dijo “Todo lo que el Padre me da, vendrá a mí; y al que viene a Mí, de ningún modo lo echaré fuera.” (King James; Valera 1602 Purificada y otras versiones de la Biblia). Esta frase “de ningún modo” es importante porque también podría traducirse como “Bajo ninguna circunstancia”. En otras versiones de la Biblia tanto antiguas como modernas también dicen “jamás o nunca lo echaré fuera” lo cual es consistente no solo con Juan 10:28 sino también con Romanos 8:35-39 la cual afirma “Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.” (Romanos 8:35-39). De nuevo, la parte que dice, “ni ninguna otra cosa creada” incluye a nosotros también pues el único Ser que nunca ha sido creado es el eterno Dios y Creador de todas las cosas.

                 En Juan 5:24 nos dice “De cierto, de cierto os digo: el oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna; y no vendra a condenación mas ha pasado de muerte a vida”(Juan 5:24 y 10:28). Por tanto, aquí Jesús promete que el cristiano que ha creído en Él ya “tiene vida eterna” en el momento que cree en Él. Note que no dice que “tendrá vida eterna” sino que la vida eterna no es algo que Dios promete dar en el futuro sino para poseerlo ahora, en el tiempo presente, en el mismo momento que aceptas a Jesucristo como tu Señor y Salvador personal.

           Tampoco dice que la vida que tenemos es una vida temporal sino una VIDA ETERNA. Ahora bien, si yo tengo vida eterna y en 3 años lo pierdo pues entonces eso sería una vida temporal, no una vida eterna porque solo me duró 3 años. Hay que recordar que la palabra “eterna” no significa un corto periodo de tiempo, la duración de un día, una semana o un año, sino que significa que dura para siempre, para toda la eternidad por lo tanto el cristiano que ha creído en Jesucristo tiene ahora la vida eterna, una vida que no puede acabarse porque dura para siempre (Juan 6:51; 11:26; Hebreos 7:25 y 9:12). ¿La tiene usted? ¿Qué clase de salvación usted ha recibido?

           La tercera razón es porque la Biblia también enseña en Romanos 6:23 que la vida eterna no es una recompensa sino una dádiva, un regalo de Dios para el hombre que no puede ser revocable (Romanos 11:29). El cristiano será recompensado y galardonado según sea su obra, pero eso no tiene nada que ver con la salvación. La salvación no es una recompensa que nosotros nos merecemos por lo que hayamos hecho sino un don de Dios que nosotros recibimos gratuitamente por lo que Jesucristo hizo por nosotros. Por lo tanto, si los regalos no se quitan pues entonces el cristiano no perderá la salvación eterna que tiene porque también es un regalo que Dios le ha dado. Su salvación no será anulada o cancelada porque como dice Romanos 11:29, irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” lo que significa que el nosotros ser llamados “justos”, “hijos de Dios” y tener el don de la vida eterna no será quitada o anulada, no se puede perder porque son irrevocables.

          Algunos declaran diciendo que es nuestra responsabilidad cuidar del regalo de la vida eterna que nos fue dado si no lo queremos perder. SIN EMBARGO, si estuviese en nuestras manos el guardar ese regalo pues entonces la podríamos perder, pero la bendición y la seguridad que nosotros tenemos es que el regalo de nuestra salvación no está siendo guardada por nosotros sino que la Biblia enseña que Dios es el que la guarda para siempre, lo que también prueba que el creyente nunca perderá su salvación (1 Pedro 1: 3-5 y Salmo 37:27). Por tanto, la salvación es un regalo, no una recompensa. Dios nos va a recompensar según sea nuestra obra en la vida futura, pero eso no tiene que ver nada con nuestra salvación (1 Corintios 3:11-15 y 5:10). Son dos cosas diferentes. Nuestras recompensas sí pueden ser quitadas si no perseveramos en ellas pero los regalos no se quitan sino “que sois guardados por el poder de Dios mediante la fe, para alcanzar salvación que esta preparada para ser manifestada en el tiempo postrero”(1 Pedro 1:5).

              La cuarta razón de porqué un cristiano no puede perder su salvación es porque ha sido redimido lo cual se refiere a algo que ha sido pagado por un alto precio como cuando alguien compra un esclavo con la mira de libertarlo de su esclavitud o cautiverio. A eso es que se refiere presicamente la redención bíblica la cual enseña que no fuimos comprados con oro o plata sino por el alto costo de la sangre preciosa de Jesucristo. Por tanto, para que un cristiano pierda su salvación eso significaría que Dios tendría que revocar o devolver al individuo pagado con la sangre de Cristo. En otras palabras, para que dicha persona sea salva nuevamente el proceso tendría que repetirse una y otra vez lo cual no tiene sentido. Sin olvidar que al ser comprados por Dios hemos sido sellados por el Espíritu Santo como Su propiedad y quien actua como un depósito para garantizar la herencia celestial. ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que peque? No, según Efesios 1:13-14 y 4:30 pues este sello es “hasta el día de la redención”, es decir, hasta el día en que la propiedad comprada por Cristo esté en presencia del que lo compró. Por tanto, ¿cree usted que Dios va perder una propiedad que le pertenece y que está guardada en sus propias manos? No creo, Jesús mismo enseña que el descarriado no deja de ser propiedad de Dios y que Satanás no puede robar, ni arrebatar lo que le pertenece a Dios y lo que Él ha comprado con su propia sangre (Mateo 18:14 y Juan 6:39).

               Además, perder la salvación significaría que Dios tendría que retirar Su Espíritu y cancelar el depósito lo cual no suena congruente con la naturaleza de Dios pues Dios no revoca, ni incumple, ni rompe con Sus promesas como cuando dijo que el Espiritu Santo estaria con nosotros “para siempre”(Juan 14:16-17). La quinta razón de porqué un cristiano no puede perder su salvación es porque ha sido justificado. Justificar algo o alguien significa declararlo justo y todo cristiano ha sido declarado justo por Dios. Por ende, para perder su salvación Dios tendría que anular la declaración de lo que Él mismo declaró previamente. En otras palabras, cualquier persona absuelta de su culpa, sería declarada culpable de nuevo por lo que Dios tendría que revertir la sentencia entregada desde el trono lo cual sería injusto por revertir tal justificación porque no fue nuestra justicia la que nos justificó en primer lugar sino la de Jesucristo que fue cambiada por nuestra injusticia la que nos dio la justificación a los ojos de Dios (Romanos 5:1).

       Y la sexta razón de porqué un cristiano no puede perder su salvación es porque somos una nueva creación en Cristo (2 Corintios 5:17). Esta no es la idea de un viejo hombre que ha sido renovado, restaurado, reparado o mejorado sino que la vieja persona ha llegado a ser por completo un nuevo hombre espiritual. Si lo pensamos escatológicamente, sobre el libro de Apocalipsis donde se habla del nuevo cielo y la nueva tierra siendo creados (palabra que significa hecho de la nada como Génesis 1:1 y Isaías 65:17) y donde la antigua tierra pasará y que ya no existirá. En estos textos no se refiere a una versión renovada de la vieja tierra y cielo sino una tierra completamente nueva. Lo mismo cuando somos salvos y convertidos en una nueva creación. Por tanto, perder la salvación significaría que el hombre nuevo sería destruido solo para ser creado nuevamente una y otra vez lo cual tampoco tiene sentido.   

       Una buena pregunta sería, si yo pudiera perder mi salvación pues entonces ¿cuántas veces tengo que pecar para perderla? Porque según La Biblia si uno comete un solo pecado ya “se hace culpable de todos” y que recibe la condenación de muerte (Santiago 1:15, 2:10; Ezequiel 18: 4,20 y Romanos 6:23). En otras palabras, si nosotros tuviéramos que guardar nuestra salvación por medio de obras tendríamos que ser perfectos para poder entrar en el reino de los cielos, y ese es el problema, no somos perfectos, nadie es bueno y no hay quien haga lo bueno porque todos somos pecadores (Romanos 3:9-12). De acuerdo a la Biblia las obras de justicia que usted y yo hacemos son “…como trapos de inmundicia…” (Isaías 64:6). En otras palabras, eso es lo mejor que podemos hacer, porque la única justicia que Dios acepta es la suya propia.

           Un ejemplo de esto lo vemos en el mismo huerto del Edén donde estaba Adán y Eva y lo cual era un tipo de cielo. Allí Adán y Eva hasta caminaban con Dios porque antes de la Caída no tenían pecado. Pero en el momento que desobedecieron al comer del fruto prohibido fueron expulsados del huerto del Edén. Y si por ese solo pecado fueron sacados del paraíso terrenal ¡imaginate del paraíso celestial! Por lo tanto, si por un solo pecado se pierde la salvación pues entonces todos estaríamos perdidos y nadie podría decir que es salvo ahora mismo porque por más que nos arrepentimos seguimos siendo pecadores y cualquiera que diga en estos momentos que no tiene pecado está mintiendo y se engaña a sí mismo (1 Juan 1:8). En otras palabras, la gente “buena” no va al cielo (ademas de que según la Biblia nadie es bueno sino solo Dios) sino solo la la gente perfecta porque el cielo es un lugar de perfección. 

       Por eso es imposible alcanzar o mantener nuestra salvación por medio de nuestras obras porque aunque nosotros podamos mostrar una diferencia en la parte de afuera e impresionar a la gente con nuestra apariencia y con lo que hacemos, Dios, que sabe todas las cosas, mira el corazón de los hombres como igual de pecadores, por eso la Biblia dice que “no hay diferencia por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:22-23).

           Por lo tanto, la justicia del cristiano es la justicia de Cristo y es por eso que nosotros somos salvos por gracia y guardados por medio de la gracia porque ningún hombre puede alcanzar o mantener su salvación por medio de las obras de la ley (Gálatas 2:16; 3:10-11; Tito 3:5 y Romanos 3:20). En fin, Porque tengo una salvación como ésta para ofrecer a los pecadores, es que tengo confianza en invitar a la gente a acudir a Jesús, porque sé que si ellos entran en un contacto vivo con mi Salvador Él los hará Suyos para siempre.

OBJECIONES

“La salvación es una cuestión del tiempo de Dios pues para Dios un día es como mil años y mil años como un día, de esta forma el tiempo para el hombre es como una regla : (…) El ve a través de las eras en un mismo instante, y a lo que quiero llegar, es que nosotros como hombres regidos por un tiempo lineal, no podemos determinar con exactitud el tiempo de las cosas. Por tanto, la salvación tiene un tiempo para Dios, y otro para el hombre…”

         Es verdad, que el tiempo de Dios difiere del nuestro, pero la Biblia, inspirada por el Espíritu Santo, fue escrita por hombres (bajo la inspiración divina, claro) para ser leída por hombres. La doctrina de la Salvación Eterna está detallada en la Biblia para nuestra comprensión, y de acuerdo a nuestro tiempo. Viéndolo desde el punto de vista nuestro, como seres finitos y con un tiempo lineal, nuestra salvación comienza en el mismo momento en que creemos en la Obra Redentora de Cristo Jesús (Ojo, esto no significa creer en la existencia de Cristo, sino en su Obra Redentora completa).

“EL HECHO DE QUE SEAMOS ADOPTADOS NO SIGNIFICA QUE NO PODEMOS DEJAR DE SER HIJOS DE DIOS.”

             Esta afirmación queda totalmente invalidada con Gálatas 3:25-26-27 que dice, “Pero venida la fe, ya no estamos bajo ayo, pues todos sois hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús; porque todos los que habéis sido bautizados en Cristo, de Cristo estáis revestidos.” ¿Acaso estamos bajo tutela? Yo no. Y ningún verdadero hijo de Dios lo está. No estamos bajo tutela, sino que fuimos puestos por Él como hijos suyos. Efesios 1:5 dice que fuimos predestinados para ser hijos suyos por medio de Jesucristo en un acto totalmente soberano de parte de Dios. En otras palabras, hemos de saber que Dios es nuestro Padre, no nuestro padrino. Nosotros somos sus hijos, no sus ahijados. Nuestra relación filial familiar es ETERNA, no temporal, porque Dios lo ha decidido así. Por tanto, la adopción no se invalida nunca, porque Dios no depende de nuestras acciones para hacernos de su propiedad. Dios no depende de si yo doy pie a que gobierne mi carne y mis pasiones para seguir siendo o no mi Padre. Al contrario, somos nosotros los que dependemos de Él, no Él de nosotros.

             Entonces, si damos pie para que gobierne nuestra carne y nuestras pasiones, Dios obrará de acuerdo a como está ya ampliamente estipulado en su Palabra. Pero eso sí, nunca dejaremos de ser hijos y propiedad de Dios. Y es justamente porque además de ser hijos, somos su propiedad, que Dios ha establecido una relación filial familiar eterna con nosotros. Dios no juega con nosotros, como los condicionalistas nos quieren hacer creer. Dios nos puso, nos hizo hijos suyos, UNA SOLA VEZ Y PARA SIEMPRE, no repetidas veces sino UNA sola es la vez que pasamos de muerte a vida y NINGUNA VEZ PASAMOS DE VIDA A MUERTE. LA ADOPCIÓN TAMBIÉN ES UNA VEZ Y PARA SIEMPRE. Juan 1:12-13 dice “MAS A TODOS LOS QUE LE RECIBIERON, A LOS QUE CREEN EN SU NOMBRE, LES DIO POTESTAD DE SER HECHOS HIJOS DE DIOS; LOS CUALES NO SON ENGENDRADOS DE SANGRE, NI DE VOLUNTAD DE CARNE, NI DE VOLUNTAD DE VARÓN, SINO DE DIOS.

          Pese a que Dios tiene y tendrá millones de hijos, solamente Cristo Jesús es llamado el UNIGÉNITO. Pero los que hemos creído en su nombre, en Cristo, hemos recibido la POTESTAD de ser HECHOS HIJOS DE DIOS, no potestad de dejar de serlo. La potestad es la autoridad que tenemos al ser hechos hijos de Dios. “Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra” (Mateo 28:18). Esa potestad que le fue dada a Jesús al cumplir su Obra Redentora, esa misma potestad es la que el propio Jesús nos da a mí y a quién crea en Él, potestad para ser hechos hijos de Dios. HEMOS SIDO ENGENDRADOS POR VOLUNTAD DE DIOS, no por nuestra propia voluntad. ¿Acaso podemos por nuestra propia voluntad, por voluntad de mi carne, romper lo que Dios engendró por su voluntad inquebrantable? ¡BASTA DE HUMANIZAR A DIOS!  Cómo dice en 2 Corintios 10:8, esa autoridad, esa potestad que nos dio el Señor es para edificación y no para destrucción.

            Si algún hijo de Dios da lugar a la carne y sus pasiones, sabemos que si no anda en el Espíritu, su carne será destruida pero no su alma porque el espíritu de todo hijo de Dios es salvo. No hay vuelta que darle. NI TAMPOCO será destruida la voluntad de Dios por la cual fue engendrado para ser hecho Hijo de Dios. Romanos 8:29-30: “Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.” 

El cristiano puede perder el Espiritu Santo porque en 1 Samuel 16:14 dice que “El Espíritu del SEÑOR se apartó de Saúl, y un espíritu malo de parte del SEÑOR le atormentaba.” Además, mira lo que dice el salmista del Espiritu de Dios en Salmo 51:11, “No me eches de tu presencia, y no quites de mí tu santo Espíritu.” Por tanto, si el Espiritu Santo se aparta del cristiano eso refuta la seguridad eterna del creyente.”

             Los que usan este tipo de argumento ignoran que en el Antiguo Pacto, nadie recibía el sello del Espíritu Santo para el día de la redención. Por eso dijo David: “…ni quites tu Santo Espíritu de mi…”. En cambio, ya en el Nuevo Pacto, el que cree en la obra redentora de Cristo, entra a morar en nosotros el Espíritu Santo, con el cual somos sellados para el día de la redención. Efesios 1:13 y 4:30 señalan claramente que estamos sellados con el Espíritu Santo, y no estamos sellados por un tiempito, sino SELLADOS PARA EL DÍA DE LA REDENCIÓN. Si la salvación se perdiera, también perderíamos el sello del Espíritu Santo, pero como ese sello es para el día de la redención, está clarísimo que no lo perdemos pues un sello indica posesión, garantía y seguridad. Nadie que ha sido SELLADO CON EL ESPÍRITU SANTO va a pasar su eternidad en el infierno. El Espíritu Santo “…es las arras de nuestra herencia hasta la redención…” y una señal que se da por parte de Dios en este Nuevo Pacto de gracia.

             LAS ARRAS ES AQUELLO QUE SE DABA EN SEÑAL DE ALGÚN CONTRATO, ERA EL PRIMER ABONO DADO COMO SEGURIDAD DEL PAGO TOTAL. EL QUE DA LAS ARRAS NO PUEDE DEJAR DE CUMPLIR. Y SI UN HOMBRE QUE DA LAS ARRAS ESTÁ DANDO SEGURIDAD DE CUMPLIMIENTO, ¿CUÁNTO MÁS SI EL QUE LAS DÁ ES DIOS? AHORA BIEN, UNA VEZ QUE NOSOTROS CREEMOS EN LA OBRA REDENTORA DE CRISTO RECIBIMOS ESE SELLO DEL ESPÍRITU SANTO, RECIBIMOS ESA SEÑAL, ESAS ARRAS, ESA GARANTÍA, DE QUE DIOS COMPLETARÁ LA OBRA. ES UN ANTICIPO DE LAS BENDICIONES SUPERIORES DEL FUTURO. DIOS NOS HA ESTAMPADO COMO DE PROPIEDAD DE ÉL. SOMOS SUYOS, SUS HIJOS. “… ES LAS ARRAS (la garantía, la seguridad) DE NUESTRA HERENCIA HASTA LA REDENCIÓN…” (Efesios 1:14).        

             Pero mejor dejemos que Jesús responda a este argumento: “Y yo rogare al Padre, y os dará otro Consolador [refiriéndose al Espíritu Santo], para que este con vosotros PARA SIEMPRE” (Juan 14:16). ¿Por cuánto tiempo? PARA SIEMPRE, O SEA, NO TEMPORALMENTE O DE VEZ EN CUANDO SINO POR TODA LA ETERNIDAD y lo cual es consistente con Efesios 1:13 y 4:30. ¿Puede equivocarse Dios al sellar con el Espíritu Santo a alguien PARA EL DÍA DE LA REDENCIÓN y mucho antes de llegado ese día ya no tener el sello? Enojarse, contristarse, apagarse, sí, pero abandonarnos, NUNCA, el Espíritu de Cristo no desampara a los Suyos. “QUIEN NOS SEPARARA DEL AMOR DE CRISTO?…POR LO CUAL ESTOY SEGURO DE QUE NI LA MUERTE, NI LA VIDA, NI ANGELES, NI PRINCIPADOS, NI POTESTADES, NI LO PRESENTE, NI LO POR VENIR, NI LO ALTO, NI LO PROFUNDO, NI NINGUNA OTRA COSA CREADA NOS PODRA SEPARAR DEL AMOR DE DIOS QUE ES EN CRISTO JESUS SENOR NUESTRO” (ROMANOS 8:35-39).

Mateo 7:21 también enseña que un cristiano puede perder su salvación pues dice que “No todo el que me dice: Señor, Señor, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de mi Padre que está en los cielos. Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad.”

            Precisamente, Mateo 7:21 es un claro ejemplo de que la salvación no puede perderse una vez recibida. Cómo habrás leído, la salvación se recibe por fe en la Obra Redentora de Cristo Jesús. No se recibe por decir “Señor, Señor”, en una palabra, no se recibe la salvación por lo que digamos o por lo que hagamos. Fíjate que Jesús les dirá: “NUNCA OS CONOCÍ”, ¿a quiénes se los dirá? A aquellos falsos maestros que sólo se glorían de lo que han hecho. Ellos dicen: ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre HICIMOS muchos milagros? ENFANTIZAN EN LO QUE HICIERON ELLOS, HICIMOS, HICIMOS, HICIMOS.

             Sólo tienen para gloriarse de sus hechos. En ningún momento plantean que han creído en la Obra Redentora de Cristo Jesús. Fíjate que, a pesar de todo lo que ellos dicen que HICIERON: profetizar en nombre de Jesús, echar fuera demonios, milagros, todo eso que nosotros podríamos ver como bueno, sin embargo Jesús dice que es MALDAD: Apartaos de mí, hacedores de maldad. Es que todo TODO, TODO, TODO, lo que se hace SIN FE EN LA OBRA REDENTORA DE CRISTO JESÚS, ES PECADO, por más bueno que nos parezca.

              Estos hombres hicieron sus obras y la ponían en la mesa como argumento para su salvación, pero no sobre la base de que creyeron en la OBRA REDENTORA DE CRISTO. EN DEFINITIVA, ESOS FALSOS MAESTROS NUNCA FUERON SALVOS, NUNCA HABÍAN RECIBIDO LA SALVACIÓN, POR ESO NUNCA LA PERDIERON. JESÚS LES DIJO “NUNCA”, “NUNCA”, “NUNCA”, OS CONOCÍ, NO LES DIJO “LOS HE CONOCIDO PERO YA NO LOS CONOZCO“, SINO QUE NUNCA FUERON CONOCIDOS POR EL SEÑOR, NUNCA FUERON SALVOS. Entonces ¿para qué nos sirven nuestras obras? Para las recompensas. Estas sí las podemos perder, pero no perder porque las tenemos y después las perdemos, sino porque podemos perder de ganarlas, pues las recibimos después del juicio a los salvos. Pero en ese juicio, la salvación no se toca.

      Algunos condicionalistas afirman que Cristo dijo nunca os conocí pero que en realidad los conocía pero que solo está usando una hipérbole lo cual suena como una contradicción pues Dios no va a mentir si en realidad los conocía. Con respecto a que la evidencia de que eran cristianos es porque expulsaron demonios porque en Mateo 12:26 dice que Satanás no echa fuera a Satanás” ignoran que en primer lugar ese versículo se refiere a que su reino no está dividido. Segundo, son estos falsos cristianos los que dicen que echaban fuera demonios pero eso no significa que fuera verdad. Por último, un inconverso puede tratar de echar fuera demonios y el demonio salirse del cuepo del endemoniado no porque fue expulsado por el sacerdote o pastor sino para confundir y engañar a la gente. Si el exorcista católico no pudiera sacar demonios ¿qué usted cree que va hacer la familia del endemoniado? Posiblemente busque la ayuda de un pastor evangélico quien luego les predicará el evangelio de Cristo para que sean salvos también y obviamente el diablo no va querer eso. 

             Sin embargo, si esa familia llama un sacerdote católico para que expulse los demonios a un miembro de la familia y el cura le saca el demonio, ¿qué va pensar esa familia? Va a pensar que la iglesia católica es la verdadera iglesia de Cristo. En otras palabras, el cura le echó fuera el demonio (o mas bien el demonio se salió) pero el que estaba endemoniado todavía sigue perdido y además de eso ahora están más engañados creyendo que el exorcismo es prueba de que el cura estaba con Dios cuando en realidad solo fue un instrumento del diablo. Por algo Jesús llamó a falsos cristianos de Mateo 7 “Apartaos de mi, hacedores de mi”. Después de todo, “expulsar” un demonio no te hace cristiano sino la fe en Cristo y el arrepentimiento de tus pecados.

Pero Mateo 12:31 dice que “Por tanto os digo: Todo pecado y blasfemia será perdonado a los hombres; mas la blasfemia contra el Espíritu no les será perdonada”. 

          Este pasaje me recuerda un grupo de ateos que hicieron un reto de blasfemar el Espíritu Santo para ir al infierno. Los autores premiaban con regalos a los participantes de este proyecto sacando Marcos 3:28,29 y Mateo 12:30-32 fuera de contexto pues al igual que los condicionalistas creían que una vez cometido este pecado no hay vuelta atrás ni esperanza de alcanzar salvación, aunque decidieran arrepentirse en un futuro. Sin embargo, aunque hay diferentes formas de blasfemar el Espíritu Santo (los ateos militantes son unos expertos en eso) la realidad es que  “LA” blasfemia del Espíritu Santo que se habla en Marcos 3:22-30, Lucas 12:10 y en Mateo 12:22-32 se refiere a lo que hicieron los fariseos cuando le atribuyeron los milagros efectuados por Jesús al poder del diablo, pecando así contra el Espíritu de Dios quien en verdad los efectuaba. Según su contexto tal negación y obstinada incredulidad a la obra del Espíritu Santo es un pecado imperdonable si lo rechazan hasta la muerte. En otras palabras, esa clase de pecado es imperdonable ya que la incredulidad cierra la puerta del perdón y una vez muerto no hay más oportunidad para ser salvo (Vea Hebreos 9:27).

          Por tanto, ni un ateo y mucho menos un cristiano puede cometer este tipo de pecado. Primero porque la blasfemia del Espíritu Santo o pecado imperdonable NO es decir “Yo niego la existencia del Espíritu Santo” o insultarlo.  Y segundo, porque tendrían que ponerse en contra de toda posibilidad de salvación. Si mueren en sus pecados sin arrepentimiento entonces se podría decir que cometieron un pecado que ya no tiene perdón (Vea Hebreos 10: 26-29). Recuerden, hay muchos cristianos que una vez blasfemaron también contra el Espíritu Santo más nunca cometieron el pecado imperdonable que se habla en Marcos 3:22-30 ya que se arrepintieron a tiempo y “la sangre de Jesucristo su Hijo nos limpia de TODO pecado.” (1 Juan 1:7 y Efesios 1:13). No dice algunos pecados, ni todos, excepto la blasfemia contra el Espiritu Santo.

           Además de eso, el versículo 30 dice “…el que no es conmigo, contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama”. EL QUE NO ES CONMIGO está relacionada con LA BLASFEMIA CONTRA EL ESPÍRITU SANTO pues el versículo 31 empieza diciendo “POR TANTO…”. Ese “Por tanto” demuestra que el versículo 31 es una consecuencia del 30 y demuestra la conexión entre NO ES CONMIGO= NO ES SALVO= NO CREE EN MÍ= INCREDULIDAD con la Blasfemia contra el Espíritu. El que con Cristo no es, no está sellado con el Espíritu Santo, no es hijo de Dios, y por ende no es salvo. Por tanto, el pecado que aquí se habla contra el Espíritu es el de la INCREDULIDAD, cuando el hombre obstinadamente rechaza el testimonio que el Espíritu Santo le da de Jesucristo como el Salvador del alma. Y se nos da el ejemplo de los fariseos. ¿Qué pasó con los fariseos? El versículo 23 dice que mientras unos decían que Jesús era hijo de Dios por los milagros que hacía, otros como los fariseos decían que estaba endemoniado lo cual es una de las manifestaciones de la incredulidad obstinada. En fin, alguien que tiene el Espíritu Santo dentro suyo nunca podrá blasfemar contra Él, porque la blasfemia es la incredulidad obstinada. 

Mateo 8:11-12 demuestra que el que un cristiano sea hijo de Dios no significa que no puede ir al infierno. Por tanto, sí se puede perder la salvación 

            MATEO 8:11-12 dice “Y os digo que vendrán muchos del oriente y del occidente y se sentaran con Abraham e Isaac y Jacob en el reino de los cielos, MAS LOS HIJOS DEL REINO serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes”. Sin embargo, si complementamos este texto de Mateo con Lucas 13:22-30 los cuales tratan de lo mismo queda explicitado claro que los que serán echados a las tinieblas NO NACIERON DE NUEVO. Por lo tanto, no corresponde equiparar su destino con el de alguien que sí ha Nacido de Dios. Fijate en el versículo 25, donde el mismo Señor les dice: NO SÉ DE DONDE SOIS. Y en el versículo 27, también de Lucas 13, dice lo siguiente (¡atento a esto que es clave!): “Pero os dirá: Os digo que no sé de dónde sois; apartaos de mí todos vosotros, hacedores de maldad” Está clarísimo que el propio Señor desconoce de dónde son. Esto habla a las claras de que DIOS no los engendró. Por lo tanto, NO NACIERON DE NUEVO, NO FUERON ENGENDRADOS DE VOLUNTAD DE DIOS pues, si Dios los hubiera engendrado, no diría que no sabe de donde son. Así que no tiene ningún sentido aplicar Mateo 8:11-12 para los Nacidos de Nuevo.

          Entonces, ¿a quiénes Mateo se refiere cuando dice “Hijos del Reino”? Se refiere a los HIJOS DEL REINO JUDÍO que utilizaron el nombre de Dios, recibieron grandes bendiciones en el nombre de Dios Padre, pero desconocieron y rechazaron al Dios Hijo, quién en realidad es uno con Dios Padre como lo comprueban los mismos que claman “Señor, Señor” en Mateo 7:20-23. Ojo, no todos los judíos, sino los que rechazaron a Cristo. La prueba de que “hijos del reino” no es sinónimo de “Nacidos de Nuevo” está en que Dios sabe perfectamente de dónde somos los Nacidos de Nuevo y porque Él dice, “Conozco mis ovejas…y yo las conozco” en Juan 10:14 y 27, a tal punto que nos engendró de Su Perfecta Voluntad. En cambio, a los excluídos del Reino de Dios serán aquellos a quienes se les dirá: “No sé de donde sois” y “Nunca os conocí” (Mateo 7:21-23). Mientras que a los que él antes conoció (LOS NACIDOS DE DIOS) a estos predestinó para salvación, por lo cual sabe perfectamente de donde son.       

            ¿Acaso no eran hijos del reino de Juan 8:44 estos judíos a los que Jesús llama hijos del diablo? Claro que lo eran, eran los hijos del reino judío. Pero no eran Nacidos de Nuevo al rechazar a Cristo. Por eso Jesús les dice a estos hijos del reino judío: “VOSOTROS SOIS DE VUESTRO PADRE EL DIABLO”. Estos eran judíos que se jactaban de su descendencia abrahámica, por tanto ¿cómo iban a ser hijos del reino judio, y a la vez también eran hijos del diablo? PORQUE NO FUERON ENGENDRADOS DE VOLUNTAD DE DIOS por lo que su destino final sería el que está señalado en Mateo 8: 12 “…MAS LOS HIJOS DEL REINO serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” Por ejemplo, el rico fariseo, maestro en Israel y miembro del Sanedrín llamado Nicodemo fue uno de los hijos del reino judío. Sin embargo, Jesús le dijo: “Si quieres ver el reino de Dios debes Nacer de Nuevo” en Juan 3:3. Mas claro , imposible. “Hijos del reino” no es sinónimo, ni antónimo, de “Nacidos de Nuevo”. Además, es un error pretender dar a entender que los hijos del reino judio estaban sellados con el Espíritu Santo para el día de la redención, pues eso era muy anterior a Pentecostés.

“Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” (Mateo 10:28). 

              Ok, pero esto no es una advertencia para el que ya ha sido salvo sino para aquellos que no se han arrepentido de sus pecados y no han aceptado a Cristo como su Señor y Salvador. No para el cristiano porque la Biblia dice,De cierto, de cierto os digo: El que oye mi palabra, y cree al que me envió, tiene vida eterna; y no vendrá a condenación, mas ha pasado de muerte a vida.” (Juan 5:24) mas en Romanos 8:1 también nos dice, “Ahora, pues, ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”. Ahora bien, esto no significa que el cristiano no debe temer a Dios porque como dije si decide luego de ser salvo vivir una vida carnal y alejada de Dios va sufrir malas consecuencias tales como tribulaciones, enfermedades y hasta la misma muerte (1 Corintios 11:30 y 1 Juan 5:16).

            Por tanto, un mejor versículo que advierte a los cristianos sobre los resultados de vivir una vida desobediente y en pecado se encuentra en 1 Corintios 5:1-5 que dice, “De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” Por tanto, sí debemos temer a Dios porque puede destruir nuestro cuerpo físico aquí en la tierra, pero no lo hará con nuestra alma espiritual la cual le pertenece porque ya es salva eternamente. 

“Mas el que persevere hasta el fin, este será salvo.” – Mateo 24:13 

               De nuevo, si nos vamos al contexto, aquí se está hablando de un tiempo escatológico en donde se describe eventos de los ultimos tiempos y no de la soteriología. En otras palabras, acá se está hablando de los acontecimientos que van a ocurrir durante la gran tribulación lo cual incluye una persecucion fisica como nunca se habido y no de la salvación espiritual. Por ejemplo, en Mateo 24:9 dice, :Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre.” Por tanto, aquí no se está hablando de la Iglesia la cual no va estar aquí cuando dice “el que persevere hasta el fin, este será salvo”. A menos que tengan planes de quedarse aquí en la tierra y así perseverar hasta fin si querés ser salvo. 

              Además, ¿a qué tipo de salvación se refiere este versículo porque si nos vamos al contexto nos daremos cuenta que aquí no se refiere a la salvación espiritual del cristiano? Si se lee cuidadosamente el capítulo se notará que aquí Jesucristo quiso decir es que Él salvará  los cuerpos físicos de aquellos judíos que logren permanecer hasta el final de la gran tribulación. Por tanto, aquí Jesús está hablando del periodo de la Gran Tribulación y le dice a los judíos que van a ser perseguidos pero que si sobreviven y perseveran estas persecuciones hasta el fin de la Tribulación, Él va a venir por segunda vez a la tierra y los va a rescatar de las manos del Anticristo. Por lo tanto, la salvación que aquí se habla se refiere a la salvación de la carne y no a una salvación espiritual. Por eso muchas versiones antiguas y modernas como la versión inglesa King James, la Reina Valera Gómez o la Valera 1602 Actualizada dice lo siguiente en este mismo pasaje:

“porque habrá entonces gran tribulación, cual no ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni jamás habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, ninguna carne sería salva; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados…. Porque dondequiera que esté el cuerpo muerto, allí se juntarán también las águilas. E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas. (vs.21-29).”

                 El “ninguna carne [cuerpo físico] sería salva” da entender que Mateo 24:21-29 trata sobre la salvación de la carne, el cuerpo físico y no del alma. En otras palabras, estos santos morirán físicamente durante la Gran Tribulación, pero no espiritualmente. Por eso en Apocalipsis 6:9-11 nos dice, “Cuando abrió el quinto sello, vi bajo el altar las almas de los que habían sido muertos por causa de la palabra de Dios y por el testimonio que tenían. Y clamaban a gran voz, diciendo: ¿Hasta cuándo, Señor, santo y verdadero, ¿no juzgas y vengas nuestra sangre en los que moran en la tierra? Y se les dieron vestiduras blancas, y se les dijo que descansasen todavía un poco de tiempo, hasta que se completara el número de sus consiervos y sus hermanos, que también habían de ser muertos como ellos.” (Apocalipsis 6:9-11). Lo mismo sucede con el siguiente texto que citan frecuentemente los que creen que la salvación se puede perder: 

Y veía yo que este cuerno hacía guerra contra los santos, y los vencía, hasta que vino el Anciano de días, y se dio el juicio a los santos del Altísimo; y llegó el tiempo, y los santos recibieron el reino.” (Apocalipsis 13:7 Y Daniel 7:21-23) 

            Sí, se vence a los santos, pero físicamente. En otras palabras, estoy de acuerdo con los comentaristas bíblicos quienes afirman que aquí se refiere cuando el Anticristo persiga despiadadamente al pueblo de los santos durante el periodo de la Tribulación especialmente contra los judíos. Será astuto, altivo y engañoso, y se levantará contra el Príncipe de los príncipes (el Señor Jesucristo), y será quebrantado por intervención divina (v.25) pero aquí se está hablando de una persecución física. Esto no es nada con tal de que salvemos nuestra alma. Por lo tanto, este pasaje no tiene nada que ver con nuestra salvación espiritual y eterna. Por eso, “Y no temáis a los que matan el cuerpo, mas el alma no pueden matar; temed más bien a aquel que puede destruir el alma y el cuerpo en el infierno.” (Mateo 10:28).

Mateo 25:31-46 tampoco enseña una salvación de fe más obras, sino que allí las naciones están siendo juzgadas en base a que tuvieron o no tuvieron la fe evidenciada por sus actitudes con relación al pueblo de Dios, Israel.

“Mateo 27:45-47 dice “desde la hora sexta hubo tinieblas sobre toda la tierra hasta la hora novena. Cerca de la hora novena, Jesús clamó a gran voz, diciendo: Elí, Elí, ¿lama sabactani? Esto es: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has desamparado? Algunos de los que estaban allí decían, al oírlo: A Elías llama éste.”

              ¿Por qué Jesús clamó en la Cruz por el desamparo? Porque Cristo estaba siendo pecado y maldición por nosotros (2 Corintios 5:21 y Gálatas 3:13) o por el pecado que cargaba ahí. Precisamente esa es la razón por la cual un creyente no puede perder su salvación porque cuando Cristo murió llevo consigo TODOS nuestros pecados al madero. Incluyendo nuestros Pecados Futuros. Alguien podría decir: “Entiendo bien que Cristo murió por los pecados que cometí hasta la noche de mi conversión, ¿pero trata usted de decirme que Cristo murió por mis pecados futuros?” Lo cual respondo: “¿Cuántos de sus pecados estaban en el pasado cuando Cristo murió en la cruz?” Obviamente todos eran futuros cuando Jesús murió por usted pues aún no había cometido ninguno de ellos. Dios vio sus pecados, y El puso sobre Jesús toda su iniquidad.

            Por lo tanto, cuando usted confió en Él, usted fue justificado sin restricciones de todas las cosas. Usted dirá: “¿Entonces no hay diferencia si un creyente peca?” Ese es otro asunto, pero el punto es el siguiente: en el momento en que usted confía en el Señor Jesús como su Salvador, su responsabilidad, como pecador en relación al DIOS DE JUICIO esta terminada por la eternidad, pero en ese mismo momento COMIENZA SU RESPONSABILIDAD COMO UN HIJO EN RELACIÓN A UN PADRE EN EL CIELO. Ahora, si como un hijo usted peca contra su Padre, Dios tendrá que tratar con usted acerca de eso, pero COMO UN PADRE Y NO COMO UN JUEZ.

Pero Lucas 15:11 dice que el hijo prodigo se gastó la herencia en prostitutas (perdidamente), por tanto, ¿era un hijo SI o NO? ¿De que estado a que estado paso el HIJO al regresar al Padre? Dice “porque este hijo mío estaba muerto y ha vuelto a la vida; estaba perdido y ha sido hallado” ¿Será que para que alguien “VUELVA A LA VIDA” tendrá que ser que ya alguna vez estuvo allí? Si no ¿por qué diría VOLVER? Según las Escrituras el hijo menor VOLVIO de nuevo a la vida ¿Sí o No?”

           EN ESTA parábola el padre humano representa a Dios, primordialmente, como Padre común de fariseos y publícanos, dentro del pueblo de Israel. Para demostrar esto basta con comparar, por una parte Juan 1:12-13 con 8:41-44 y, por otra, el “varones hermanos” en boca de israelitas (Hechos 2:37), con el “señores” en boca de un gentil (Hechos 16:30). Nuestro Señor da entender con esto que tanto los orgullosos fariseos como los despreciados publicanos eran hermanos, por cuanto tenían un Padre común y, por tanto, debían alegrarse de que la gracia de Dios se manifestase en el perdón de los pecadores como se manifestaba en la preservación de los justos. Por lo tanto el Dios Padre es aquí presentado como “un hombre” que “tenia dos hijos”. El menor de ellos tipifica al pecador arrepentido, mientras que el hijo mayor ilustra a los escribas y fariseos. Estos últimos son hijos de Dios por creación, no por redención y lo que nos habla claramente es de la ley, por lo tanto no debe ser mezclada con la gracia.

                   El hijo pródigo de la parábola NO HABÍA NACIDO DE NUEVO. La frase “muerto estaba y ha revivido” es equivalente a la época de la ley, en que los sacrificios sólo concedían una purificación provisoria y, por lo tanto, una permanente transición de un estado de purificación a impureza y de impureza a purificación (vida-muerte-muerte-vida). Sabemos que un Hijo de Dios es alguien que ha Nacido de Nuevo, y que ha nacido del agua y del Espíritu, porque fue engendrado NO por voluntad de varón ni por voluntad de carne o sangre, sino POR VOLUNTAD DE DIOS (características que no son aplicables para el contexto en que se da la parábola del hijo pródigo). Por tanto, esta “transición” vida-muerte-vida que encontramos en la parábola, demuestra perfectamente que el hijo pródigo no había recibido vida eterna. Era esa intermitencia característica de los efectos sacrificiales del antiguo pacto. Era una vida intermitente. Entonces, ¿por qué buscar demostrar una supuesta transición de vida eterna a muerte para aplicarla al Nuevo Pacto con una parábola enmarcada bajo las condiciones del Viejo Pacto? ¿Por qué equiparar los sacrificios que se ofrecían muchas veces para lograr una pasajera purificación (vida-muerte-vida-muerte-vida…) con la única y suficiente ofrenda que hizo perfectos para siempre a los santificados (muerte-vida, vida, vida, vida, vida, VIDA ETERNA)?

         ¿Era acaso el hijo pródigo de la parábola un nacido de nuevo? ¿Era el hijo pródigo engendrado por voluntad de Dios y no por voluntad de carne ni de sangre ni de varón? ¿Había recibido vida eterna?
¿Estaba sellado con el Espíritu Santo para el día de la redención? ¿Había sido santificado por la sangre del Nuevo Pacto, llegando así a ser hecho perfecto una vez y para siempre?  La respuesta a cada una de estas interrogantes es NO. Por lo tanto, en ese contexto está situada la supuesta transición de vida a muerte, pues hace referencia a la intermitencia espiritual en que se encontraban los que estaban bajo el antiguo pacto. Pero a partir de la llegada del hijo pródigo nuevamente a su hogar, encontramos detalles que nos introducen en la llegada del Evangelio de Jesucristo, y por lo tanto la próxima vigencia de un Nuevo Pacto que empezaría a regir para toda la humanidad. “Sacad el mejor vestido, y vestidle” (v.22). La justicia de Cristo es el vestido con que son revestidos de Cristo los pecadores arrepentidos (Gálatas 3:27). Una nueva naturaleza es mucho más que un vestido, y eso es lo que reciben los que se convierten al Señor.

            Esto nos demuestra cual era el estado espiritual del hijo pródigo antes del regreso. No había nacido de nuevo, porque sencillamente, estaba bajo el antiguo pacto. El cambio espiritual se simboliza en la muda de vestidos. “El mejor vestido” que el padre ordena sacar para vestir a su hijo, es prototipo de la llegada del Evangelio, el cual dará lugar a un Nuevo y mejor (ya que será perfecto) Pacto (ESA ES LA IDEA CENTRAL DEL LIBRO DE HEBREOS). La coraza de justicia y el vestido de la justificación que no tenía el hijo pródigo, pues no le había sido imputada la justicia de Cristo hasta ese momento. “Poned un anillo en su mano” ¿De qué nos habla este anillo? Pues de un Nuevo Pacto. El anillo que se le coloca al hijo pródigo en su mano es señal del Nuevo Pacto, el cual es perfecto y no requiere de estados intermitentes, sino que por medio de él, los santificados somos hechos perfectos delante de Dios, PARA SIEMPRE.

               Además les dice: “y poned un anillo en su mano” que también es signo de un sello. Las arras del Espíritu (Efesios 1:13-14) son el sello en la mano del creyente, como recuerdo constante de la misericordia del Padre, para que el cristiano no se olvide de ello. Por lo tanto, podemos ver en esta parábola, el sello que tenemos los que estamos bajo el Nuevo Pacto como pertenecientes a Dios, el sello del Espíritu Santo para el día… ¿qué día?, ¿será hasta que me porte mal y ahí sí me quedo otra vez sin sello? No, hermanos, el sello es PARA EL DÍA DE LA REDENCIÓN (la consumación visible de lo que ya hemos recibido). “Y calzado en sus pies”: Esto nos lleva a la declaración de Pablo “… y calzados los pies con el apresto del Evangelio de la paz”.

             Sí, hermanos, recién ahí era cuando el evangelio llegaba a la vida del hijo pródigo, recién ahí, en su regreso, era cuando se producía el Nuevo Nacimiento, recién ahí era cuando pasaba de muerte a vida eterna, y por lo tanto se ponía fin a la era de la intermitencia del antiguo pacto. El hijo vino a casa hambriento; y su padre, no solo le dio de comer, sino que le preparó una fiesta con un gran banquete (v.32). Esto nos recuerda las palabras de Cristo quien dijo, “Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo: si alguno comiere de este pan, VIVIRA PARA SIEMPRE; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.” (Juan 6:51). En fin, la parábola esta destinada, ante todo, a poner de relieve la gracia y la misericordia de Dios hacia los pobres pecadores que se arrepienten y se convierten a Él, y lo presto que está para perdonarles.

Juan 10:27-28 solo aplica para cristianos (ovejas) que obedecen y no se apartan pues dice que siguen a Cristo. Además, hay dos clases de ovejas, las que se salvan como en este pasaje de Juan y las que pierden su salvación. Vea Mateo 10:6 y 15:24.” 

            Ok el primer problema con esta interpretación (o yo diría eiségesis porque como que tratan de introducir una idea que el texto no dice) es que asume que hay dos tipos de ovejas o cristianos, y que las promesas de Juan 10:28-28 solo aplica para aquellos que guardaron su salvación o siguen a Jesús hasta el final y Mateo 10:6 o 15:24 son aquellos que perdieron su salvación. Sin embargo, eso no es lo que enseña la Biblia. En Juan 10:27-28 Jesús está hablando de cristianos que han recibido la vida eterna por lo que está hablando de los cristianos en forma general. Aquí no vemos a Jesús haciendo ninguna distinción de dos grupos de cristianos como hacen los condicionalistas. 

                Segundo, en Mateo 10:6 o 15:24 no se habla de cristianos que perdieron la salvación sino de judíos, ósea, de las ovejas perdidas de la casa de Israel y se les llama “ovejas” porque de los judíos es que recibimos la ley de Dios, la Biblia, de ellos vino el Mesías y fue el pueblo que Dios usó para manifestar su gloria y salvación durante el Antiguo Testamento. Pero eran ovejas perdidas o sea nunca experimentaron la salvación y por eso según el contexto Jesús envía a sus discípulos (como misioneros) para que les predique y les dice que si alguno no lo recibe que sacudan el polvo de los pies y pasen a la otra casa. En otras palabras, el que fueran judíos o se les llamaran “ovejas” o “hijos del reino” judío no significa que eran salvos o nacidos de nuevo porque si lo fueran Jesús no hubiese enviado a sus discípulos a predicarles. Mas bien los envió porque estaban “perdidos” sin fe y sin esperanza y esto es consistente con Juan 8 y con los primeros capítulos de Romanos donde se enseña que por ser judío o descendiente de Abraham no es equivalente a ser salvo o ser hijo de Dios.

    Y tercero, es cierto que Juan 10:27 habla de ovejas que escuchan la voz de Cristo y lo siguen y eso lo que demuestra es lo que dije al principio. Cuando una persona se convierte de corazón a Cristo hay un cambio de vida y empieza a congregarse y hacer otras buenas obras y frutos de arrepentimiento. Esa es la evidencia de que está siguiendo a Jesús, pero también existe la posibilidad de que en algún momento de su vida se aparte del redil y ahí es donde entra el otro versículo donde Cristo les garantiza que “jamás perecerán”, que la vida que tienen es eterna y que nadie les puede arrebatar de las manos de Dios, en otras palabras, lo que nosotros llamanos la seguridad eterna del creyente. 

Juan 15:4-6 dice “Estad en mí, y yo en vosotros. Como el pámpano no puede llevar fruto de sí mismo, si no estuviere en la vid; así ni vosotros, si no estuviereis en mí. El que en mí no estuviere, será echado fuera como mal pámpano, y se secará; y los cogen, y los echan en el fuego, y arden. por cierto cuando pecamos nos agarramos de Juan.( pero eso no nos da una licencia para pecar…)”

            En cuanto a Juan 15:1-6 este capítulo no está discutiendo el tema de la vida eterna sino el de llevar fruto. Hay cristianos que llevan mucho fruto para Dios y otros muy poco, pero todos llevan algún fruto para Él. Hay mucha gente en la Vid (y la Vid habla de profesion aquí en la tierra) que no lleva fruto para Él y eventualmente seran totalmente cortados cuando Jesús vuelva. Entonces no habra lugar con Él porque no hay unión con ÉL. ¿Cúal es la evidencia que demuestra si una persona está realmente en la vid? La evidencia es si el lleva fruto. Todos los que tienen la vida eterna llevan algun fruto para Dios. Si no hay fruto, entonces usted puede estar seguro de que no hay vida, no hay unión real con Cristo.   

           Por tanto, ¿cómo se demuestran los frutos? Pues, con obras. Por eso esta enseñanza está estrechamente relacionada con 1 Corintios 3:13-15, donde dice que la obra de cada creyente será probada, y si el servicio ha sido pobre, si ha llevado poco o deficiente fruto, su obra será quemada, pero “… ÉL MISMO SERÁ SALVO, AUNQUE ASÍ COMO POR FUEGO…” (v.15). Por tanto, tienes que tener cuidado de no cometer una falacia de equívoco pues la palabra “fuego” en la Biblia no siempre se refiere al infierno de fuego eterno o al lago de fuego (Génesis 19:24 y Levítico 10:2) así como la palabra “salvacion” no siempre se refiere tampoco a la salvación espiritual sino que tambien puede referirse a una salvación física (Mateo 14:30 y 27:40). Por ejemplo, se dice que Dios es fuego consumidor sin embargo eso no significa que Dios sea el infierno o el lago de fuego sino que se refiere a su naturaleza, es decir, es un Dios amoroso pero también se enoja. Por tanto, todo, pero todo lo dicho por Jesús en el capítulo 15, se refiere al fruto que debemos llevar los salvos, sin tocar la salvación, pues esa posición es inalterable. Y este capítulo es inseparable de 1 Corintios 3:13-15, ya que Pablo está dando su versión de este relato de Jesús en Juan, y no deja lugar a dudas de que la salvación no se pierde. Por eso, es imprescindible establecer relaciones entre pasajes bíblicos pertinentes, eso es ESCUDRIÑAR las Escrituras. Escudriñar es saber establecer relaciones entre todos los pasajes pertinentes. Como en este caso la establecemos entre Juan 15 y 1 Corintios 3:13-15. 

Este es parte del mensaje de Pablo a los “Santos” que mencionas: Romanos 11:21-23 dice “Porque si Dios no perdonó a las ramas naturales, a ti tampoco te perdonará. Mira, pues, la bondad y la severidad de Dios; la severidad ciertamente para con los que cayeron, pero la bondad para contigo, si permaneces en esa bondad; pues de otra manera tú también serás cortado. Y aun ellos, si no permanecieren en incredulidad, serán injertados, pues poderoso es Dios para volverlos a injertar.”

               El pasaje citado de Romanos no tiene nada que ver con la salvación individual de cada persona. Los capítulos 9, 10 y 11 de Romanos están estrictamente relacionados y no pueden ser comprendidos uno sin el otro. Aquí Pablo no está refiriéndose a la salvación individual de cada uno. Pues aquí está hablando del pueblo de Israel como un colectivo y del pueblo gentil. Las afirmaciones hechas aquí por el apóstol se refieren globalmente a la nación. Ni tan solo hace mención de la salvación o rechazo eterno del individuo, o judío, particular. El punto importante es que, tal como la nación de Israel a causa de su incredulidad ha perdido temporalmente su lugar de primacía y favor en los consejos de Dios, exactamente ocurrirá a los pueblos gentiles si no creen: también serán expulsados (los pueblos, no habla de individuos). Por tanto, CUANDO HABLA DE PUEBLOS NO ES APLICABLE A LA SALVACIÓN PERSONAL, INDIVIDUAL.

1 Corintios 3:16-17 ¿No sabéis que sois templo de Dios, y que el Espíritu de Dios mora en vosotros? Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es.” 

Alguin dirá, “¿Pero no dice 1 Corintios 3:16-17 que “Si alguno destruyere el templo de Dios, Dios le destruirá a él; porque el templo de Dios, el cual sois vosotros, santo es”?” Así es ¿pero de qué Pablo está hablando según el contexto? El apóstol lo menciona en el capítulo 5 de esa primera epístola donde dice que “…hay entre vosotros fornicación…” ¿No es eso destruir el templo de Dios? Porque eso se lo dice a los creyentes. Entonces si alguno destruye el templo de Dios… DIOS LE DESTRUIRÁ A ÉL (refiriéndose a su carne, la destrucción de su cuerpo) para que “el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” (1 Corintios 5:5). 1 Corintios 11:30 también es un pasaje pertinente que se relaciona a 1 Corintios 3:16-17 porque allí dice que “HAY MUCHOS ENFERMOS Y DEBILITADOS ENTRE VOSOTROS, Y MUCHOS DUERMEN” (el “dormir” aquí significa que muchos han muerto porque han sido entregados a Satanás para destrucción de su carne) por haber cometido el sacrilegio de haber participado indignamente de la Santa Cena.   

       Por tanto, ¿a qué tipo de destrucción se refiere 1 Corintios 3:16-17? Se refiere a la muerte física por haber cometido un pecado de muerte (1 Juan 5:16). ¿Significa eso que fueron al infierno? No según 1 Corintios 5:5. ¿Entonces cuál es PROPÓSITO de dicho castigo? 1 Corintios 11:32 nos da la respuesta: “…mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo”. Por tanto, reciben este castigo, pero totalmente aparte de la condenación que recibe el mundo, porque justamente para eso es que somos juzgados y castigados. 

1 Corintios 6:9-10 dice, “¿No sabéis que los injustos no poseerán el reino de Dios? No erréis, que ni los fornicarios, ni los idólatras, ni los adúlteros, ni los afeminados, ni los que se echan con varones, Ni los ladrones, ni los avaros, ni los borrachos, ni los maldicientes, ni los robadores, heredarán el reino de Dios.” ¿Cual fue la actitud de Pedro? En Mateo 26:74 nos dice que “Entonces él comenzó a maldecir y a jurar: ¡Yo no conozco a ese hombre! Y al instante un gallo cantó.” Pregunto: ¿En qué estado estaba Pedro según 1 Corintios 6:10 cuando estaba abiertamente maldiciendo el nombre de Jesús?

            Si se lee el contexto de 1 Corintios 6:9-10 podremos ver que este pasaje no se aplica para los creyentes como Pedro sino para aquellos que nunca han sido justificados por medio de la fe en Jesucristo. El versículo 9 empieza diciendo: “No sabéis que los injustos no heredaran el reino de Dios?…” ¿De quiénes se habla aquí? De los “INJUSTOS” no de los JUSTOS y hablando de injustos la Biblia continua diciendo hasta el versículo 10 que no heredaran el reino de Dios mientras que en el versículo 11 es donde Pablo habla de los iglesia del Señor donde dice que eran todo eso pero que ahora han sido “lavados”, “justificados” y “santificados” en Cristo Jesús. En otras palabras, el fornicario que nunca ha sido justificado en el nombre del Señor Jesús, ese no entrará en el reino de los cielos. Ahora el cristiano puede caer en uno de estos pecados pero no practica estos pecados.

              Hay una diferencia entre caer en el pecado y practicar el pecado. El que practica el pecado no siente ninguna convicción y no se arrepiente sino que vive una vida continua en el pecado como cuando éramos nosotros antes de ser salvos por la sangre de Cristo. En otras palabras, convertido no es quien dejó de pecar, sino quien dejó de amar el pecado. En palabras de Spurgeon, “Si puedes pecar sin lamentarlo amargamente, eres un heredero del infierno.” Ahora el cristiano que cometa cualquiera de estos pecados será castigado en esta vida y aunque en su vida se manifiesten “las obras de la carne” (Gálatas 5:19) lo cual no debería (Gálatas 5:16) no perderá su salvación porque ya ha sido “lavado”, “santificado” y “justificado” en el nombre del Señor Jesucristo (1 Corintios 6:11).

“Así que, yo de esta manera corro, no como a la ventura; de esta manera peleo, no como quien golpea el aire, sino que golpeo mi cuerpo, y lo pongo en servidumbre, no sea que habiendo sido heraldo para otros, yo mismo venga a ser eliminado.” – 1 Corintios 9:26-27

            En primer lugar, según el texto original en griego la palabra aquí “eliminado” también puede significar a ser “reprobado”, “descalificado” o “inútil” y así lo traducen otras versiones de la Biblia como  La Versión 1602 Purificada. No tiene nada que ver con ser condenado al infierno y el pasaje tampoco hace ni la más mínima mención a ser descalificado o eliminado de la salvación sino de “servidumbre”, la fidelidad y de ser útil en las manos de Dios. El premio o la corona no es la vida eterna, porque la vida eterna es un don gratuito de Dios. Por tanto, aqui Pablo no esta hablando de perder su salvacion sino en ser descalificado o desaprobado para el ministerio (servicio) de Dios la cual compara con un atleta que compite para ganar un “premio” o “corona” (Vea 24 y 25).  Esas son las cosas que Pablo se refiere de poder perder y nosotros también si fallamos en amar, seguir y obedecer a Dios (Daniel 12:3 y 1 Corintios 3:14). La doctrina de recompensas tiene que ver con nuestros méritos u obras, pero la salvación no y lo que Pablo está haciendo referencia es del Tribunal de Cristo, no de su salvación eterna (Scofield Reference). Hablando de la carrera del cristiano veamos otro ejemplo en un pasaje de Filipenses 3:14 lo cual es consistente con este mismo pasaje, y para ser más completo y abarcarlo en su real contexto cabe citar. Además, unos versículos más adelante del que dice en el v. 14:  “prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús”. (Filipenses 3:14-16).

           Por tanto, aquí Pablo también está hablando del Tribunal de Cristo. El Tribunal de Cristo es en donde serán juzgadas las obras de los creyentes; sólo estaremos allí quienes hemos sido salvos. La salvación no se tocará, solo se verá la cuestión de las recompensas. Por eso Pablo habla de la meta como un PREMIO. La salvación NO es un PREMIO, es un REGALO. La salvación es gratuita y no la puede merecer ningún hombre por sus buenas obras ni por cumplir la ley (Gálatas 2:21 y 3:11). Efesios 2: 8-9 dice que “Porque por gracia sois salvos por medio de la fe; y esto no de vosotros, pues es don de Dios; NO POR OBRAS, PARA QUE NADIE SE GLORÍE.” Entonces, la comparación de la salvación con la obtención de un título de ingeniero, no encaja para nada con la doctrina bíblica. En cambio, dicha comparación sí podría ser válida si la aplicamos a la RECOMPENSA en lugar de la salvación. 

            Otro ejemplo clarísimo de la diferencia entre recompensa y salvación, está en otro pasaje que vos mismo citaste: 2 Timoteo 4:6-8 donde se habla de la “CORONA” de justicia y la cual también hace clara referencia a la recompensa. Las recompensas que esperan la vida venidera, a las que hace referencia Mateo 16:27 o 2 Timoteo 4:8 es ante el Tribunal de Cristo en donde cada hijo de Dios será juzgado de acuerdo con las obras que haya hecho DESDE SU CONVERSIÓN (2 Corintios 5:10). Todos los que estemos ante ese Tribunal, podremos o no recibir recompensa, pero de ninguna manera se nos tocará la salvación.  1 Corintios 3:12-15 señala que para el servicio pobre, simbolizado por “madera, heno y hojarasca” no hay recompensa pero que “si la obra de alguno se quemare, él sufrirá pérdida, si bien él mismo SERÁ SALVO, aunque así como por fuego”. En cambio, para “oro, plata y piedras preciosas” hay amplia recompensa en el Tribunal de Cristo. A DIFERENCIA DE LA RECOMPENSA, QUE SERÁ A FUTURO, LA SALVACIÓN ES UNA POSESIÓN ACTUAL E ININTERRUMPIDA, PUES ES ETERNA (Juan 5:24). POR TANTO ESTE TEXTO, LEJOS DE REFUTAR LA DOCTRINA DE “SALVO SIEMPRE SALVO”, LA FUNDAMENTA MÁS AÚN, ENRIQUECIENDO DICHA DOCTRINA A TRAVÉS DE UNA CLARA DIFERENCIACIÓN ENTRE SALVACIÓN Y RECOMPENSA.

Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga. No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana; pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis soportar.” – 1 Corintios 10:12-15

            Aquí el “mire que no caiga” se refiere a no caer en la tentación, no se refiere a no caer de la salvación. Pablo está hablando de morir físicamente como aconteció con los 23.000 israelitas. Lee el contexto, y verás que también  dice: “Ni forniquemos como algunos de ellos fornicaron, y cayeron en un día veintitrés mil”. O sea aquí Pablo está advirtiendo a los corintios a no cometer el mismo error que cometieron los israelitas. Los corintios corrían el peligro de repetir el fracaso de los hijos de Israel en el desierto. Él habla de no caer, de no morir físicamente, porque ya habían creyentes de la iglesia de Corinto que cayeron y murieron por haber ofendido al Cuerpo de Cristo. “Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y MUCHOS DUERMEN. Si, pues, nos examinásemos a nosotros mismos, no seríamos juzgados; mas siendo juzgados, somos castigados por el Señor, para que no seamos condenados con el mundo”. (11:30-32)

                Cuando dice MUCHOS DUERMEN refiriéndose a MUERTE FISICA, Pablo está diciendo que muchos corintios MURIERON, a causa del pecado, pero también dice que esa muerte, al igual que las enfermedades y debilidades de otros que aún estaban vivos, fue UN CASTIGO DE DIOS, para mantener la salvación. ¿Por qué? PORQUE PABLO DICE QUE MURIERON, FUERON CASTIGADOS POR EL SEÑOR PARA NO SER CONDENADOS CON EL MUNDO. POR TANTO,  Cuando dice: “… el que piensa estar firme, mire que no caiga”, está hablando de la tentación.

               PABLO ADVIERTE DE NO CAER EN PECADO, lo cual no significa que si se cae perderá la salvación, sino que el tal sufrirá las consecuencias que sufrieron todos los que cayeron en pecado. Lee los versículos siguientes, otovsoto. La Palabra dice, a continuación del versículo por vos citado, que Dios no nos dejará ser tentados más de lo que podremos resistir, sino que nos dará la salida para soportar la tentación. ¿Y sabías, que esa salida para soportar la tentación, en el caso de muchos corintios, fue el castigo de Dios? Si Dios castiga con muerte a sus Hijos para no condenarlos con el mundo, es porque son salvos, ya que el mundo es condenado, pero, el mismo apostol lo dice claramente, los hijos de Dios que mueren por castigo a causa del pecado es para no ser condenados con el mundo.

“1 Corintios 15:2 habla de “Creísteis en vano”

 Sin embargo, aquí el “Creísteis en vano” se refiere a una falsa profesión, se refiere a creer intelectualmente pero no de corazón.” ¿Qué mejor ejemplo que el de Simón el mago de Hechos 8? La “conversión” de Simón fue una conversión superficial porque lo que quería era una varita mágica para su negocio. El creer que no es de todo corazón no garantiza una salvación pero la persona tiene la oportunidad de hacerlo de corazón si Dios le perdona ese vano pensamiento (Hechos 8:13-21). Por eso la Biblia dice “si crees de todo corazón” no solo de “todo mente” (intelectual), ni emocionalmente. (Romanos 10:9-10). Por tanto, hay dos tipos de fe”: la muerta y desobediente (que es la que tienen los demonios en Santiago 2) y la fe que vivifica y produce buenas obras (Efesios 2:8-10).

             De igual manera ay de aquel que muere casi creyendo el tal será condenado como fue el caso de Agripa. Uno no es salvo por levantar la mano o por pasar al frente. No es aceptar a Jesucristo de boca sino no de corazón. Muchos religiosos creen en vano cuando dicen creer en Jesucristo pero con sus hechos lo niegan. 

Por tanto, amados míos, como siempre habéis obedecido, no como en mi presencia solamente, sino mucho más ahora en mi ausencia, ocupaos en vuestra salvación con temor y temblor, porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.” – Filipenses 2:12-16

                Las únicas exhortaciones relativas a nuestra salvación son de OCUPARNOS EN ELLA (ojo, ocuparnos “EN” es totalmente diferente a ocuparnos “PARA”). Ahora bien, ¿qué es lo que les está pidiendo con ocuparse en nuestra salvación”? Puede haber varios motivos, uno por ejemplo es que según el contexto Pablo le pide a los filipenses a que sean iluminares del mundo viviendo dignamente y marcando la diferencia con su comportamiento y otro es porque no sólo de salvación se vivirá en la eternidad, sino también de las recompensas que podamos obtener por habernos ocupado en ella. Y esto es algo que parece que muchos, o todos los que creen en la salvación intermitente, no alcanzan a diferenciar: la salvación y las recompensas son dos cosas totalmente diferentes.

             La salvación la recibimos por gracia, sin ningún mérito ni esfuerzo de nuestra parte, es eterna, nunca se pierde. La recibimos instantáneamente desde que creemos en la Obra Redentora de Cristo Jesús y dura por toda la eternidad. Es un regalo. En cambio, las recompensas y galardones los hemos de obtener por méritos propios. No son regalos, SON PREMIOS por nuestra labor cristiana en la tierra, pero esos premios no los recibimos de inmediato, sino que las recibiremos después de que seamos juzgados ante el Tribunal de Cristo. Por eso es que estas recompensas podemos ganarlas o podemos perder la posibilidad de obtenerlas. Pero con recompensa o sin ellas, los que hemos sido salvos, lo somos por la eternidad. Por tanto, cristianos como este servidor queremos tener recompensas, galardones, en la otra vida, en el Reino de Dios, y que el Señor nos diga, “Bien, buen siervo y fiel; sobre poco has sido fiel, sobre mucho te pondré; entra en el gozo de tu señor.” (Mateo 25:23) lo cual debería ser la meta de todo cristiano. ¿No es ese un motivo para ocuparme en la salvación, aunque ya soy salvo? 

        Por tanto, ocuparse de la salvación personal en este texto no significa cuidarla de no perderla, significa llevar una vida en la que se manifieste un vivo testimonio de haber sido salvado, ocuparse de nuestra salvación es el llamado a trascender como luz y sal en nuestra generación. Pablo lo describe en el capítulo 1:27-30 donde dice: Solamente que os comportéis como es digno del evangelio de Cristo, para que o sea que vaya a veros, o que esté ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un mismo espíritu, combatiendo unánimes por la fe del evangelio, y en nada intimidados por los que se oponen, que para ellos ciertamente es indicio de perdición, mas para vosotros de salvación; y esto de Dios. Porque a vosotros os es concedido a causa de Cristo, no solo que creáis en él, sino también que padezcáis por él,  teniendo el mismo conflicto que habéis visto en mí, y ahora oís que hay en mí.”  Lo mismo dice en Filipenses 2.3-5,12 donde se muestra que el objetivo central de este contexto, es ser completamente diferentes a cómo vive la gente de nuestra generación, y por consiguiente ser “luminares en el mundo”. El pasaje de ninguna manera habla de la posibilidad de perder la salvación o -cuidarla- para -no perderla-. 

           “¿Y qué dices de este: Hebreos 2, Una salvación tan grande. 1 “Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos. 2 Porque si la palabra dicha por medio de los ángeles fue firme, y toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución, 3 ¿cómo escaparemos nosotros, si descuidamos una salvación tan grande? La cual, habiendo sido anunciada primeramente por el Señor, nos fue confirmada por los que oyeron, Porque Jesus clamo en la Cruz por el desamparo?”

              La epístola de Hebreos es una homilía para los judios cristianos que estaban volcándose hacia el legalismo, pero FUNDAMENTALMENTE HAY QUE CONSIDERAR QUE LA CARTA Y LAS EXHORTACIONES VAN DIRIGIDAS A LA CONGREGACIÓN, NO A INDIVIDUOS PARTICULARES. La salvación es personal. Pero esta epístola no va dirigida a cada creyente, a cada uno de los que se congregaban allí, sino que es una carta dirigida a los hebreos como congregación, como iglesia. Por ejemplo, hay iglesias, en el sentido de congregaciones, que han dejado entrar la apostasía; y ahí el mensaje de arrepentimiento es para la congregación, no para cada individuo. Dirás: si una iglesia enseña falsas doctrinas, eso influye en el individuo. Sí, es verdad, pero el que ya ha recibido la salvación es porque tuvo fe al oir la Palabra de Dios, y si es Palabra de Dios, lo que oyó, entonces no es falsa doctrina.

                Por tanto, si yo ya fui salvo, aunque ahora en mi congregación hayan dado lugar a falsas enseñanzas, eso no influirá en mi salvación, aunque sí en mi crecimiento espiritual y los que luego la visitaran o se uniran a ella. En cambio, en donde sí las falsas enseñanzas influyen en la salvación es en aquella persona que se congrega sin haber sido salvo antes. Entonces, no podrá tener fe, porque la fe salvífica viene por el oir la Palabra de Dios, y si oye falsas enseñanzas no oye Palabra de Dios. ¿Está claro?

             Estos hebreos a los que va dirigido el mensaje estaban considerando en dejar el cristianismo (como enseñanza) para volver a las prácticas del judaísmo y los sacrificios del Antiguo Testamento. Alguno de ustedes dirá: “Ah, si estaban considerando abandonar el cristianismo, es porque iban a apostatar, los salvos abandonaban al Señor y perderían su salvación” ¡¡¡NOOO!!! No se puede razonar así, simplemente porque los que consideraban abandonar el cristianismo para volver al judaísmo no eran cada uno de los creyentes, sino la iglesia como congregación, en sus enseñanzas, como un colectivo.   

            Se trataba de volver a asociarse con el judaismo oficial, o sea, la fuerza religiosa que crucificó al Señor Jesucristo; esto sería volver a crucificarle en intento y EL GRUPO (no cada individuo) se colocaría en un terreno donde la salvación sería imposible. No hay que dejar de lado las circunstancias especiales de estos hebreos. Se les sugiría que se librasen de la persecución a la que estaban siendo sometidos, ¿cómo? por medio de un retorno al judaismo. Entonces, el tan famoso “…COMO ESCAPAREMOS SI DESCUIDAMOS UNA SALVACIÓN TAN GRANDE…” se refiere, principalmente, al mensaje que se transmite en la congregación. Si el mensaje de una iglesia es depositar nuestra confianza en las obras, en los méritos humanos, en nuestros esfuerzos PARA SALVACIÓN, entonces, le pese a quién le pese, ese mensaje que se predica por esa iglesia es un mensaje que pisotea la sangre de Cristo, porque por encima de la sangre estarían nuestras obras, nuestros méritos, nuestros intentos. La salvación se está descuidando porque el mensaje, la predicación, el sermón, no se corresponde con el sacrificio todo suficiente de Cristo.

   Por tanto, aquí se habla de un DESLIZAMIENTO DOCTRINAL DE LA CONGREGACIÓN. Si la congregación no presta atención al mensaje de salvación, lo abandona por volver a las obras de la ley, la congregación recibirá su justa retribución por abandonar la excelencia del Hijo. La congregación de los hebreos, estaba abandonando la excelencia del Hijo, estaba descuidando la salvación al tergiversar el mensaje, ¿cómo escaparían de la justa retribución? No como escaparían del infierno, sino de la justa retribución. Por tanto, en Hebreos no habla de que tengamos que escapar de la condenación. Y si leés el versículo anterior, dice que “…toda transgresión y desobediencia recibió justa retribución”. Si de algo tendríamos que escapar, LOS NACIDOS DE NUEVO, será NO DE LA CONDENACIÓN, ya que los Nacidos de Dios, si desobedecemos y vivimos como no le agrada a Dios, seremos castigados, pero no para condenación, sino para no ser condenados con el mundo.

               En Juan 5:24, Romanos 8:1 y 1 Corintios 11 se nos enseña que los Nacidos de Nuevos jamás seremos condenados; allí dice la Palabra de Dios que aquellos a los que Él engendró que están en pecado y no se arrepienten, por tanto Dios no los condena, sino que los castiga precisamente para no condenarlos con el mundo. Ese castigo es la justa retribución que reciben los Hijos de Dios que se descarrían. Así que si de algo tendríamos que escapar, es justamente de la JUSTA RETRIBUCIÓN, o sea, del castigo que Dios inexorablemente impone a Sus Hijos desobedientes, precisamente para no condenarlos con el mundo. ¿Cómo escaparon del castigo los corintios que sufrieron muerte física para no ser condenados con el mundo? Evidentemente, no escaparon, pero tampoco fueron condenados.

¿Y Hebreos 3 y 4? 

           Si lo leemos en su contexto (Hebreos 3:19 al 4:3) veremos que aquellos que no entraron fueron los que no creyeron “Y vemos que no pudieron entrar a causa de incredulidad. ” (v. 19) y que no basta con escuchar la Palabra sino tener fe en ella, no la fe (conocimiento) muerta que tienen los demonios quienes también creen (Santiago 2:14) sino la fe (confianza y compromiso) en Cristo para salvación pues una cosa es creer que Jesús murió por tus pecados y la otra es aceptarlo como tu Señor y Salvador personal. Por tanto, la gente a quienes el autor de la carta se refiere eran conocedores o hasta tenían una fe muerta y sin obras (Santiago 4:17) la cual no sirve para nadie por lo que nunca confiaron en Dios para salvación en primer lugar, ni fueron ovejas de Jesús por lo que no se salieron de sus manos. 

¿Y Hebreos 6:4-6? 

          La pregunta es ¿de quién se está hablando aquí? ¿De de un cristiano verdadero o de uno falso? Cualquiera que sea de los dos, esto no afecta nuestra postura pero sí la de los condicionistas. Porque si se trata de un falso cristianos entonces nunca perdió la salvación porque nunca fue salvo y si se trata de un verdadero cristiano que cayó en la apostasía tampoco. Me explico, esta segunda interpretación parece ser la correcta porque el pasaje dice claramente que estos cristianos fueron iluminados, participes del Espíritu Santo y que gustaron del evangelio pero que se apartaron o “recayeron“. Además, esta carta a los Hebreos es una homilía que está dirigida a los judios cristianos que estaban pensando en dejar la doctrina cristiana para regresar a la ley de Moisés y sus sacrificios, y así apostatar de su fe (de «una salvación tan grande» según Heb.2:3) por diferentes razones, una para evitar la persecución, otros por desconocimiento o porque no eran realmente salvos. Por eso en cada capítulo de este libro el apóstol Pablo trata de convencerlos de que Jesús es mejor que todo el antiguo pacto.

           Sin embargo, Hebreos 6:4-6 dice que “es imposible renovarse otra vez para arrepentimiento”. Por tanto, si aquí se está enseñando que un apóstata puede perder la salvación entonces tendriamos que decir que aquí también se está enseñando que tampoco se puede recuperarla o ser salvos otra vez lo cual suena extraño porque hay muchos testimonios de cristianos que se han alejado de los caminos del Señor pero luego regresan. Más está el ejemplo bíblico del apóstol Pedro quien cometió muchos errores, regresa, niega a Cristo tres veces y el Cristo resucitado tuvo que aparecérsele para luego restaurarlo en Juan 21. Luego en Hechos 2 Pedro presenta un poderoso mensaje en la que cerca de 3,000 personas se convierten pero luego Pablo tuvo que confrontarlo en Galatas 2 para reprender su actitud hipócrita y problema doctrinal. Por tanto, la idea de que aquellos cristianos que están apartados no pueden volver a los caminos de Dios no es consistente en la práctica ni biblicamente. A menos que se refiere a que un cristiano puede arrepentirse si comete algún pecado como la apostasía pero que no se puede arrepentir de nuevo para salvación porque eso sería como crucificar a Cristo de nuevo y por ende el arrepentimiento para salvación se hace una sola vez y para siempre lo cual es consistente con el resto de Hebreos (v.6). En otras palabras, Jesus no vuelve a la cruz cada vez que pecamos o nos apartamos porque hemos sido una sola vez y para siempre y no una y otra vez.

         Algunos como los calvinistas creen que en este pasaje se refiere a personas que nunca fueron salvos porque las palabras “gustaron”, “probaron” o “saborearon” no significa que comieron del evangelio y que ser iluminado o participar del Espíritu Santo tampoco quiere decir a que se convirtieron sino que resistieron el Espíritu que los convenció de pecado pero no quisieron arrepentirse. Sin embargo, estoy de acuerdo con mis hermanos pentecostales de que aquí se refiere a cristianos puesto que en Hebreos 10:23 y 32 el mismo autor del libro también se usa la misma palabra “iluminado” de Hebreos 6:4 y en donde Pablo se incluye asimismo al igual que en 1 Corintios 4:3-6. Mientras que la palabra “gustaron” de Hebreos 6:5 también es aplicado para Jesús por el mismo escritor cuando dice que Jesús probaría o gustase la muerte por nosotros (Hebreos 2:9) y aquellos cristianos que también probaron de este regalo celestial. 

                  Para nosotros la interpretación correcta de Hebreos 6:4-6 es que es imposible para los cristianos que han sido iluminados, que gustaron o probado el regalo celestial y hechos participes del Espiritu Santo y que se alejan ya sea porque perdieron el primer amor o se volvieron hipócritas del evangelio como pasó con Pedro vuelvan a ser renovados otra vez. ¿Por qué? Porque ya fueron salvos o santificados lo cual según este mismo libro de Hebreos se hace una sola vez y para siempre. En otras palabras, no tienes que convertirte de nuevo en cristiano o nacer de nuevo porque ya eso lo hiciste y porque eso seria como crucificar a Cristo de nuevo sino que en vez de eso lo que debes hacer es dar frutos y crecer espiritualmente para ir “adelante a la perfección” que significa madurez (v.1 y 7-8). Por cierto, en los versículos 7 al 8 habla de obras las cuales serán “quemadas” lo cual no siempre se refiere al infierno o el lago de fuego sino a las recompensas pues todo lo que hacemos será probado por el fuego (1 Corintios 3:13). ¿Es heno, paja, oro o plata? En otras palabras, el mensaje de Hebreos 6 y según su contexto no es que somos salvos y por ende podemos vivir como queramos y como nos dé la gana sino que debemos vivir como si fueras salvos lo cual debería motivarte a seguir creciendo en el Señor.

       Por tanto, Hebreos 6:4-6 mas bien afirma que no se puede perder la salvación pues se nos dice que los NACIDOS DE NUEVO YA NO PODEMOS SER RENOVADOS NUEVAMENTE PARA ARREPENTIMIENTO. El arrepentimiento para salvación es una sola vez. No hay ocasión, como lo dice bien claro la Biblia en Hebreos 6, que los que nos hemos arrepentido y recibimos la salvación, al pecar tengamos que arrepentirnos nuevamente para volver a recibir salvación. Es imposible que los que nacimos de nuevo seamos renovados otra vez para arrepentimiento. Pensar que debemos arrepentirnos para no perder la salvación y actuar de esa manera sería exponer a vituperio nuevamente a Cristo. Porque cuando Cristo fue crucificado, fue expuesto a vituperio. Por lo tanto, si nosotros, LOS QUE YA NACIMOS DE NUEVO, LOS QUE YA FUIMOS ENGENDRADOS DE VOLUNTAD DE DIOS, nos arrepentimos para salvación cada vez que pecamos, estamos crucificándolo nuevamente a Cristo, y exponiéndolo otra vez a vituperio.

             Esto no quiere decir que los Nacidos de Nuevo no tenemos que arrepentirnos cuando pecamos, lo que significa es que LOS QUE NACIMOS DE NUEVO NO TENEMOS QUE ARREPENTIRNOS PARA SALVACIÓN, PERO SÍ TENEMOS QUE ARREPENTIRNOS PARA EVITAR ( o apaciguar ) EL CASTIGO DE DIOS. Como ya lo dije antes, los creyentes que persisten en su pecado SERÁN CASTIGADOS POR DIOS PARA NO SER CONDENADOS CON EL MUNDO. La enseñanza es clara, y no admite interpretación privada, porque la Biblia se interpreta sóla, y si dice que los Nacidos de Nuevo NO serán condenados, es porque los Nacidos de Nuevo NO serán condenados. Entonces, si nos arrepentimos diariamente, está bien, siempre y cuando no pensemos que debemos arrepentirnos para que Dios nos devuelva la salvación, sino para que tenga misericordia de nosotros y no nos castigue, y para restaurar nuestra comunión con Él.

             Decir que un hijo de Dios, un Nacido de Nuevo, tiene que arrepentirse de sus pecados para no perder la salvación es echar dos veces el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, y eso no se puede hacer, así como tampoco se le pueden echar dos veces el mismo cimiento a una casa o edificio, porque ya está echado o establecido para seguir adelante hacia la perfección o acabado completo del edificio. Entonces, los que ya hemos Nacido de Nuevo, tenemos establecido el fundamento, no para echarlo otra vez, lo cual sería ridículo, sino para crecer espiritualmente, para que Cristo crezca y nuestro YO mengüe. ¿Por qué vemos que muchos hermanos están tan estancados y nunca crecen en el Señor? Porque están una y otra vez echando el mismo fundamento, y así no se puede crecer. Si algún Nacido de Dios, peca, que se arrepienta, pero no para salvación, porque estaría exponiendo a Cristo a vituperio.

“HEBREOS 10 – Entonces donde dejas los textos de la misma carta: Advertencia al que peca deliberadamente 26 Porque si pecáremos voluntariamente después de haber recibido el conocimiento de la verdad, ya no queda más sacrificio por los pecados, 27 sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios. 28 El que viola la ley de Moisés, por el testimonio de dos o de tres testigos muere irremisiblemente. 29 ¿Cuánto mayor castigo pensáis que merecerá el que pisoteare al Hijo de Dios, y tuviere por inmunda la sangre del pacto en la cual fue santificado, e hiciere afrenta al Espíritu de gracia? 30 Pues conocemos al que dijo: Mía es la venganza, yo daré el pago, dice el Señor.(K) Y otra vez: El Señor juzgará a su pueblo. 31 !!Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! ¿Leíste el texto 29? ¿Con qué te comes ese texto? Ahi habla de los SANTIFICADOS.”

            Este pasaje es clarísimo pues dice que si pecáremos voluntariamente después de… ¿después de que? ¿después de haber conocido al Dios Vivo y Verdadero?, NO. ¿después de haber conocido a Jesucristo y haberlo recibido en nuestro corazón y haber sido sellados con el E.S.??? ¡¡¡¡NOOOO, amigos!!!! MAS BIEN DICE – DESPUÈS DE HABER RECIBIDO EL CONOCIMIENTO DE LA VERDAD. – ¿Acaso recibir el conocimiento intelectual de la verdad es lo mismo que recibir la Verdad? NO. Y no estoy acomodando nada, estoy diciendo algo que es así y que la mismísima Palabra de Dios se encarga de resaltar. ¿Cuántas personas hay que oyen la predicación de la Palabra y la comprenden intelectualmente, pero no creen en la Obra Redentora de Cristo? Recibir conocimiento de algo o Alguien no es lo mismo que conocer eso de lo cual recibo conocimiento. Yo puedo tener mucho conocimiento sobre un deportista, un artista o una celebridad o un político famoso pero eso no significa que yo conozco personalmente a esas personas. 

             Si pecáramos voluntariamente después de… de haber recibido conocimiento (intelectual, sin fe) de la verdad. ¿Cuantos de ustedes han recibido conocimiento de falsas doctrinas? Alguno de ustedes conocerá la doctrina de los católicos, mormones, de los hare krisnas, de los budistas. PERO ESO NADA TIENE QUE VER CON HABER CONOCIDO A BUDA, o un falso dios o de aceptar esa doctrina. Lo que tenemos es un conocimiento intelectual, en ese caso, de la mentira, porque sabemos que no es la verdad lo que predican esas falsas doctrinas. Pero el conocimiento de la verdad también se puede recibir de manera meramente intelectual.

           Así que, hermanos y amigos, recibir el conocimiento de la verdad, conocimiento meramente intelectual no es lo mismo que conocer al Padre, no es lo mismo que conocer a Cristo. ¿Qué dijo Jesús??? Dijo: “Y ésta es la vida eterna que te conozcan a ti el UNICO DIOS VERDADERO y a quien enviaste.” QUE TE CONOZCAN” (Juan 17:3) no “que hayan recibido conocimiento de ti y de mi”, sino que los conozcamos, esa es la Vida Eterna, CONOCER, no recibir conocimiento intelectual de la verdad. Ahora que quedó claro que no se refiere a quienes conocieron a Cristo, sino a los que recibieron meros conocimientos intelectuales sin fe en Jesús, veamos quiénes son los destinatarios de esta advertencia. ¿A quiénes va a devorar el juicio el hervor de fuego? Respuesta: A LOS ADVERSARIOS. “…ya no queda mas sacrificio por los pecados, sino una horrenda expectación de juicio, y de hervor de fuego que ha de devorar a los adversarios”.

            Entonces veamos quienes son esos “adversarios” a los que ha de devorar “una horrenda expectación de juicio y de hervor de fuego”. Estas palabras van dirigidas a una congregación de judíos cristianos que sufrían persecución. Cómo en tantas otras congregaciones surgía la influencia de a “los enemigos de la cruz de Cristo”, los “mutiladores del cuerpo” , a los que Pablo se refiere en Filipenses, que eran los que trataban de persuadir a quiénes se reunían en nombre de Jesucristo. Esos “enemigos de la cruz de Cristo” son aquellos adversarios del v. 27. El escritor habla de pecar voluntariamente “después de haber recibido el conocimiento de la verdad…”. ¿Cual es esa verdad de la cual han recibido conocimiento? LAS LEYES DE DIOS, JESUCRISTO Y SU SACRIFICIO TODOSUFICIENTE COMO CAMINO A DIOS.

           El pecar voluntariamente consistía en tomar VOLUNTARIAMENTE un curso de acción contra el pleno conocimiento de esa verdad, o sea, conociendo, SABIENDO, la verdad de que Jesucristo y su sacrificio era todo suficiente para llegar a Dios, sin embargo, se caía en el error de RETORNAR A FORMAS Y CEREMONIAS YA GASTADAS PARA EXPIAR LOS PECADOS, cosas que se cumplieron plenamente en el sacrificio de Cristo (no olvidemos que era una congregación hebrea). SI SE RECHAZA ESTE ÚNICO SACRIFICIO “YA NO QUEDA MÁS SACRIFICIO POR LOS PECADOS”. PORQUE CRISTO YA HIZO EL SACRIFICIO UNA VEZ Y PARA SIEMPRE. No resta ningún otro sacrificio del cual depender. Tal pecado merece el juicio de Dios, cosa horrenda y espantosa que es de esperar para todos los adversarios. Esos adversarios que en Filipenses Pablo menciona como “enemigos de la cruz de Cristo” y señala el fin de ellos como de “perdición”. Esos Adversarios son los que se oponen al método de salvación por gracia que Dios ha provisto mediante la muerte expiatoria de Cristo. Fijémonos que en el versículo 39, el autor de la Epístola hace una distinción entre aquellos adversarios y los salvos siempre salvos, dice que no somos de los que no retrocedemos para perdición, los que tenemos fe para preservación del alma. HEBREOS 10:39 “NOSOTROS NO SOMOS DE LOS QUE RETROCEDEN PARA PERDICIÓN” lo cual es otro texto a favor de la seguridad eterna del creyente.

“En Hebreos 12:14 dice, “Buscad la paz con todos y la santidad, sin la cual nadie verá al Señor.” 

             ¿Y cómo el cristiano ha sido santificado? ¿¿Por sus obras? No pues según 1 Corintios 6:11 nos dice, “Y esto erais algunos; mas ya habéis sido lavados, ya habéis sido santificados, ya habéis sido justificados en el nombre del Señor Jesús, y por el Espíritu de nuestro Dios.” El problema aquí es que tales hermanos no diferencian entre la santidad posicional y la santidad práctica o progresiva. La santidad posicional es un acto único del Espíritu Santo en los corazones de los pecadores arrepentidos y cambia para siempre su posición como pecadores merecedores de la ira de Dios a la posición de hijos amados del Padre y perfectos a Sus ojos (Hebreos 10:10,14). Una vez que hemos sido santificados posicionalmente, es que comienza el proceso de santificación progresiva. La santificación progresiva es el proceso de por vida de llegar a ser más como Cristo a medida que nos sometemos al control del Espíritu Santo para que al final nuestra santidad práctica se alinee con nuestra santidad posicional cuando vemos a Cristo cara a cara en gloria (Romanos 8:29 ; 2 Corintios 3:18  y Juan 17:17 y 1 Juan 3). En otras palabras, Dios también quiere que vivamos de tal manera que nuestra santificación posicional refleje nuestra santificación progresiva. Por tanto, posicionalmente Dios nos ve perfectos, santos y puros en Cristo Jesús pero no somos perfectos en la práctica sino que solo podemos ver la diferencia y la obra que Dios hace en nosotros para crecer no solo en conocimiento sino también espiritualmente hasta que nuestro cuerpo sea transformado como la de Cristo. Cuando eso suceda entonces nuestra santidad posicional y santidad práctica será compatiblemente alineada (Hebreos 10:16-18). Por no saber diferenciar entre ambas santificaciones es que muchos caen no solo en el error de la salvación condicional sino también en la herejía de la inmaculada concepción de María o la falsa doctrina de la perfección.

            De hecho, es precisamente, en la misma carta de los HEBREOS, que enseña que una vez santificados (salvos) hemos sido perfeccionados para siempre, es decir, no puedes perderla “PORQUE CON UNA OFRENDA HIZO PERFECTOS [¿por cuánto tiempo?] PARA SIEMPRE A LOS SANTIFICADOS”. ¿Por cuánto tiempo? Para siempre. Se refiere a que Dios nos ve perfectos a mí, y a ti, pese a tus fallas y a las mías, Dios te ve y me ve perfecto porque nos ve en Cristo . Y nos ve perfectos para siempre. De ahí que somos SALVOS UNA VEZ Y PARA SIEMPRE! Por tanto, tenemos la posición de santidad que es la que sirve para salvación. En cambio, la santificación progresiva no influye en nuestra salvación, sí en la recompensa. Por tanto, hay una diferencia entre ambas.   

            El capítulo 10 deja bien en claro que los santificados fuimos hechos perfectos para siempre. Un creyente es santificado al nacer de nuevo, pues esa es la posición que ocupamos en Cristo, así es como nos ve Dios, santificados, y si santificados también perfectos. No porque no tengamos fallas, sino porque Dios nos ve perfectos en Cristo, aunque después tengamos que transitar por el proceso de santificación, ese proceso ya no cuenta para salvación, porque para salvación tenemos que ser perfectos, sin falla alguna. Y solo podemos ser perfectos si Dios nos mira en Cristo y así nos ve sin defecto alguno. Esa es nuestra posición inalterable desde el momento del nuevo nacimiento. Ahora bien, si somos santificados, también somos perfectos (repito, desde el punto de vista de Dios, no del hombre).

           Pero no dice que somos perfectos hasta que cometemos un pecado, sino que somos para siempre. Porque con una sola ofrenda hizo PERFECTOS PARA SIEMPRE A LOS SANTIFICADOS. Esto significa que una vez que nací de nuevo, soy santificado, y Dios me ve perfecto para siempre, salvo para siempre. No hay posibilidad alguna de que Dios deje de verme perfecto. LA ÚNICA FORMA DE HACERNOS SANTOS ES A TRAVÉS DE LA ACCIÓN PURIFICADORA DEL SACRIFICIO DE CRISTO. ESTO ES TOTALMENTE POR GRACIA MEDIANTE LA FE, NO POR MÉRITO HUMANO. Es por ello que los apóstoles llaman SANTOS a todo creyente, aún estando éste en pecado.

                 Por lo tanto, la santificación “progresiva” es inaceptable delante de Dios para lograr la salvación, pues por más consagratoria que sea esa santificación NUNCA LLEGAREMOS A LA PERFECCIÓN EXIGIDA POR DIOS COMO PARA SER SALVOS. Es así que lo que realmente vale es LA SANTIFICACIÓN QUE NOS HACE PERFECTOS DELANTE DE DIOS, DE TAL MODO QUE NOS HACE SALVOS: LA QUE SE DA EN NUESTRO NUEVO NACIMIENTO. Repito entonces, la santificación “progresiva” es sólo aceptable para el logro de recompensa, pero no para nuestra Salvación gratuita. De ahí que si intentáramos ser salvos por nuestros esfuerzos humanos (por ejemplo, dedicándonos totalmente a oraciones, ayunos, penitencias, obras de bien, evangelizaciones, etc.) nos resultaría imposible conseguirlo, nunca podemos alcanzar la santificación exigida por Dios para estar LIMPIOS frente a Él. En cambio, mediante la fe en Cristo SOMOS SANTOS PERFECTOS, INMACULADOS, EN NUESTRA POSICIÓN DELANTE DE DIOS PARA SALVACIÓN ETERNA.

En Hebreos 12:15 dice, Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que brotando alguna raíz de amargura, os estorbe, y por ella muchos sean contaminados;”

               Primero, si usted cree que usted puede alcanzar la gracia de Dios por las obras que hace pues entonces tengo noticias para usted hermano. De acuerdo a la Biblia las obras de justicia que usted y yo hacemos son “…como trapos de inmundicia…” (Isaías 64:6). En otras palabras, eso es lo mejor que podemos hacer, porque la única justicia que Dios acepta es la Suya propia. Pero eso NO acaba ahí. La Biblia también establece que si uno comete un pecado “se hace culpable de todos” y que recibe la condenación de muerte. (Santiago 1:15,2:10; Ezequiel 18:4,20; Romanos 6:23). En otras palabras si nosotros tuviéramos que guardar nuestra salvación por medio de obras tendríamos que ser perfectos para poder entrar en el reino de los cielos, y ese es el problema, no somos perfectos, nadie es bueno y no hay quien haga lo bueno porque todos somos pecadores (Romanos 3:9-12).

              Por lo tanto, si por un solo pecado se pierde la salvación pues entonces todos estaríamos perdidos y nadie podría decir que es salvo ahora mismo porque por más que nos arrepentimos seguimos siendo pecadores y cualquiera que diga en estos momentos que no tiene pecado esta mintiendo y se engaña a si mismo. Por eso es imposible alcanzar o mantener nuestra salvación por medio de nuestras propias obras porque aunque nosotros podamos mostrar una diferencia en la parte de afuera e impresionar a la gente con nuestra apariencia y con lo que hacemos, Dios, que sabe todas las cosas, mira el corazón de los hombres como igual de pecadores, por eso la Biblia dice que “no hay diferencia por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:22-23). Por lo tanto la justicia del cristiano es la justicia de Cristo y es por eso que nosotros somos salvos por gracia y guardados por medio de la gracia porque ningún hombre puede alcanzar o mantener su salvación por medio de las obras de la ley (Tito 3:5, Romanos 3:20).

               Segundo, con relación a Hebreos 12, ¿por qué no lee el versículo que le sigue para que vea que la extrema carnalidad de Esau sirve de ejemplo de los que dejan de alcanzar la gracia de Dios? Esau no pudo alcanzar la gracia porque la menosprecio al cambiar su primogenitura por un plato de comida. Por eso cuando aquí el pasaje dice que “no hallo lugar de arrepentimiento” se refiere a que con su llamado “arrepentimiento” procuraba mas bien el cambio de determinación de su padre de dar la bendición principal a Jacob. Si hubiera buscado el verdadero arrepentimiento con lágrimas, lo hubiera hallado (Mateo 7:7). Pero no lo encontró, porque esto no fue lo que buscaba. A Esau no le dolía ninguna cosa de carácter espiritual, sino los beneficios materiales que perdía con la perdida de la bendición.

                Las lágrimas no son prueba del arrepentimiento real (1 Samuel 24:16-17; contrastese Salmo 56:8). Lo que prueba que las lágrimas de Esau no eran de quien procuraba el verdadero arrepentimiento es que, luego de ver frustrado su deseo, resolvió matar a Jacob. Derramo lagrimas, no por el pecado, sino por su sufrimiento de la pena del pecado. Las suyas eran las lágrimas del vano pesar y remordimiento, no de arrepentimiento. Por lo tanto el lenguaje esta compuesto para aplicarse a los profanos inconversos que voluntariamente rechazan la gracia y buscan arrepentimiento (eso es, no el verdadero; sino el escape de la pena de sus pecados), pero en vano (Mateo 25:11-12).

“Como dice Santiago 2 a los “Santos”: 8 Si en verdad cumplís la ley real, conforme a la Escritura: Amarás a tu prójimo como a ti mismo,(A) bien hacéis; 9 pero si hacéis acepción de personas, cometéis pecado, y quedáis convictos por la ley como transgresores. 10 Porque cualquiera que guardare toda la ley, pero ofendiere en un punto, se hace culpable de todos. 11 Porque el que dijo: No cometerás adulterio,(B) también ha dicho: No matarás.(C) Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley. 12 Así hablad, y así haced, como los que habéis de ser juzgados por la ley de la libertad. 13 Porque juicio sin misericordia se hará con aquel que no hiciere misericordia; y la misericordia triunfa sobre el juicio.
La fe sin obras es muerta
14
Hermanos míos, ¿de qué aprovechará si alguno dice que tiene fe, y no tiene obras?¿Podrá la fe salvarle?
15 Y si un hermano o una hermana están desnudos, y tienen necesidad del mantenimiento de cada día,
16 y alguno de vosotros les dice: Id en paz, calentaos y saciaos, pero no les dais las cosas que son necesarias para el cuerpo, ¿de qué aprovecha?
17 Así también la fe, si no tiene obras, es muerta en sí misma.
18 Pero alguno dirá: Tú tienes fe, y yo tengo obras. Muéstrame tu fe sin tus obras, y yo te mostraré mi fe por mis obras.
19 Tú crees que Dios es uno; bien haces. También los demonios creen, y tiemblan.
20 ¿Mas quieres saber, hombre vano, que la fe sin obras es muerta?
21 ¿No fue justificado por las obras Abraham nuestro padre, cuando ofreció a su hijo Isaac sobre el altar?(D)
22 ¿No ves que la fe actuó juntamente con sus obras, y que la fe se perfeccionó por las obras?
23 Y se cumplió la Escritura que dice: Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia,(E) y fue llamado amigo de Dios.(F)
24 Vosotros veis, pues, que el hombre es justificado por las obras, y no solamente por la fe.
25 Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino?(G)
26 Porque como el cuerpo sin espíritu está muerto, así también la fe sin obras está muerta.

Analiza el último texto, y admite la realidad. Las obras NO SALVAN, pero FE SIN OBRAS ES UNA FE MUERTA (v. 20 y 29).”

           La Biblia no se contradice, la salvación es por fe sin las obras de la ley (Efesios 2:8-10; Tito 3:5 y Romanos 3:28). ¿Pero no enseña Santiago 2 que la salvación es por ambas, es decir, fe y obras? No según su contexto la cual enseña ¿cómo podemos saber si una persona es realmente salva? Sencillo, si la persona dice ser salva pero vive como el diablo puede ser que es un cristiano carnal o no es realmente salvo pues los frutos de arrepentimiento son las evidencias de que somos salvos (Mateo 7:16-17; Lucas 6:45 y 1 Juan 3:9). En otras palabras, cuando Santiago dice que la fe sin obras es muerta, no se refiere a la fe salvífica. La fe que es para salvación es una fe viva. La fe que necesita de obras para no ser muerta, no es la fe salvífica, sino es una consecuencia de esa fe en la Obra redentora de Cristo, pero la fe salvífica es la que implica la salvación, el sello con el Espíritu Santo para el día de la redención, el ser hechos hijos de Dios, el perdón de todos nuestros pecados, TODOS ESOS BENEFICIOS LOS RECIBIMOS A PARTIR DE LA FE SALVÍFICA EN LA OBRA REDENTORA DE CRISTO JESÚS. Lo que viene después, RECOMPENSAS A TRAVES DE OBRAS, hay hermanos que podrán tenerlo y otros que no. 

“En Santiago 5:19-20 encontramos la afirmación, “Hermanos, si alguno de vosotros se ha extraviado y las dos referencias a hacerlo volver, dan evidencia de que se está tratando de casos de creyentes; no de la evangelización de un inconverso.”

            Eso es cierto sin embargo, estos versículos describen a un hermano cristiano que ha caído en el error y “se ha extraviado de la verdad”, bien en doctrina, bien en práctica. De ahí que Santiago hable de “hacerle volver”, esto es, reencaminarle por la senda correcta (comparese con Mateo 18:15 y Gálatas 6:1). Esto nos enseña que en nuestro celo por evangelizar a los perdidos quizás no prestamos la suficiente atención a aquellas ovejas de Cristo que se han extraviado, yendose del redil y en vez de intentar RESTAURARLO para que vuelva a la comunión con Dios y con sus hermanos en Cristo, lo criticamos. Ahora bien, ¿Significa este pasaje que el hermano que se ha desviado de la verdad y que ha cedido al engaño pierde su salvación? Veamos, primero, “Le salvará de la muerte” se refiere a que salvará a su errante hermano de morir prematuramente bajo la mano disciplinadora de Dios, es decir, de a la muerte física. Puesto que el hermano, esto es, el creyente genuino, ya no padece de la muerte espiritual, que es la del pecado (Efesios 2:1-5) la iglesia primitiva creía y enseñaba que el proseguir en el pecado podía producir la muerte fisca prematura (compare 1 Corintios 11:30 Y 1 Juan 5:16).

¿2 PEDRO 2:20-22?  “Pero hubo también falsos profetas entre el pueblo, como habrá entre vosotros falsos maestros, que introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero. 21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado. 22 Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.” 

                Este caso es similar al de Hebreos 10. Veamos, entonces, 2 Pedro 2, y aprendamos la única verdad, que es aquella que se encuentra en la Biblia, sin aislar, sino relacionando todos los pasajes pertinentes. Aquí Pedro enseña que, en contraste con los verdaderos profetas que hablaron por Dios, están los falsos profetas que se oponen a la verdad. Son falsos profesantes que, entremezclados con los creyentes, encubiertamente introducen herejías destructivas, negando aún al mismo Señor que los rescató. Cuando dice que los “rescató” es muy probable que muchos confundan el término creyendo que está diciendo que niegan al Señor que los “salvó”. 

           Pero cuando aquí dice “negando aún al mismo Señor que los rescató” si interpretamos rescatar aquí a salvar habría contradicción pues diría que niegan al Salvador que los salvo. Eso no tiene sentido. En 1 Timoteo 2:6 también dice, “quien se dio a sí mismo en rescate por todos, de lo cual se dio testimonio a su debido tiempo.” ¿Significa esto que todo el mundo es salvo (universalismo) y que por tanto nadie va a ir al infierno? Tampoco porque eso contradeciría en resto de la Biblia. En otras palabras, y como le explicamos a nuestros amigos calvinistas, hay una diferencia entre redención lograda (o consumada) y redención aplicada. Cristo murió por todo el mundo para que todo hombre tuviera la oportunidad de salvación pero sabemos que no todo el mundo cree. Por tanto, ¿a que se refiere el “rescate” aquí? Si buscamos en los diccionarios bíblicos te va decir que en el texto griego original de la palabra “rescate” es un término que significa “comprar la liberación pagando un rescate” Y eso fue lo que hizo Jesucristo por el mundo entero pero para ser salvo tu tienes que aceptar ese rescate por medio de la fe y el arrepentimiento de tus pecados lo cual es consistente con 1 Juan 2:2 que dice, “Y él es la propiciación por nuestros pecados; y no solamente por los nuestros, sino también por los de todo el mundo.” Lo mismo con JUAN 3:16. 

           Por tanto, aquí lo que se refiere es a que se les dio la posibilidad de la salvación, no dice nada de que han sido salvos. Porque el Señor, en realidad pagó el rescate a toda la humanidad la cual fue pagado con precio de sangre. Por medio de la cruz de Cristo llegó la reconciliación. Un rescate es pagar un precio por alguien que está cautivo. Ahora está en aceptar o no este rescate. El rescate de Cristo fue para todos: salvos y perdidos. Pero no todos son salvos.

          Otro término que puede ser aprovechado para generar confusión por quienes quieren enseñar que se refiere a personas que habían sido salvas y luego se apartaron de la salvación que tenían, es el versículo 15, que dice “Han dejado el camino recto, y se han extraviado siguiendo el camino de Balaam hijo de Beor, el cual amó el premio de la maldad” Todo esto va muy relacionado con los pasajes de Mateo 13:18-22; Lucas 9:57, 62 y 1 Timoteo 4:1. Son personas que pusieron su mano en el arado, pero en ellos no medió la regeneración y miraron hacia atrás dejando el camino recto al cual parecía que se introducían. No sólo que siguen en la muerte espiritual de la cual nunca salieron y dejaron de lado la posibilidad de una creencia genuina en Jesucristo, sino que desvirtuaron la doctrina de lo que “parecían creer” en un primer momento acomodándose según sus deseos: “salieron de nosotros pero no son de nosotros”.

               Estos maestros del error utilizan un lenguaje pomposo e inflado (vacío intelectualismo) para poder engañar a los conversos que sí verdaderamente habían logrado escapar de la influencia de los que viven en el mundo impío. Prometen libertad cuando habiendo rechazado la verdad del Evangelio, en realidad han despreciado la única fuente de verdadera libertad. Como falsos maestros que son pueden formar sus discípulos entre los no regenerados (v. 20). Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo, por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su postrer estado viene a ser peor que el primero v. 21 Porque mejor les hubiera sido no haber conocido el camino de la justicia, que después de haberlo conocido, volverse atrás del santo mandamiento que les fue dado.

               Al leer el contexto nos damos cuenta que se esta hablando de saber el camino de salvación o el bien y el mal de alguien que conoce la verdad y entiende sobre la moral bíblica (un buen ejemplo son aquellos que crecieron en un hogar cristiano y que fueron llevados desde su infancia a la iglesia o aquellos apologistas católicos como Betty Valenzuela y Santiago Alarcón que han debatido varias veces con apologistas evangélicos) y aun así insisten en rechazar el mensaje del evangelio que se les ha predicado. Tales personas no tienen excusas si se pierden. Por tanto, el juicio para ellos va ser peor o más fuerte que para aquellos que un nunca la escuchado. por tanto no tienen excusas.

            Por eso el versículo 21 dice “MEJOR les hubiera sido NO HABER CONOCIDO el camino de la justicia” lo cual es consistente con Lucas 12:47-48 que dice, “Aquel siervo que conociendo la voluntad de su señor, no se preparó, ni hizo conforme a su voluntad, recibirá muchos azotes. Mas el que sin conocerla hizo cosas dignas de azotes, será azotado poco; porque a todo aquel a quien se haya dado mucho, mucho se le demandará; y al que mucho se le haya confiado, más se le pedirá”. En otras palabras, así como habrá grados de recompensas (dependiendo de las obras que hayamos hecho en este cuerpo) así también habrá grados de castigo para el injusto. 

         En otras palabras, una persona que ha escuchado de la Palabra pero decide tirar todo lo escrito a la basura para vivir una vida de inmoralidad ¿acaso tu no crees que Dios no lo va juzgar un poco diferente que aquellos que crecieron en un hogar no creyente y con padres que no iban a la iglesia y que no les ensenaron principios y valores cristianos? Obviamente Dios va estar mas enojado con ellos. Por tanto, este pasaje no esta hablando de una persona que perdió su salvación sino de alguien que conocía la diferencia entre el bien y el mal. Además de eso, aquí Pedro les esta hablando a los judíos quienes conocían la Ley (idolatría, fornicación, adulterio, etc.) pero que todavía estaban perdidos y en camino al infierno por sus pecados y por ende Dios va estar más enojado con ellos. NOTE QUE TAMPOCO DICE “mejor no hubiesen creído…”, porque el que cree, es salvo, y se es salvo una sola vez, y esa sola vez es para siempre. Pero de estos nada se dice que hubieran creído.       

                 Pero no solo eso, el versículo 22 también nos da entender que nunca fueron salvos y que nunca experimentaron un cambio de vida o nuevo nacimiento en ellos pues dice, “Pero les ha acontecido lo del verdadero proverbio: El perro vuelve a su vómito, y la puerca lavada a revolcarse en el cieno.” Note que aquí no se esta hablando de una oveja sino de un perro o un cerdo que volvieron a su verdadera naturaleza los cuales son términos usados en la Biblia para describir gente inconversa que no son creyentes. Note también que la naturaleza antes de volver al vomito era un perro y una cerda. En otras palabras, usted puede limpiar a un cerdo todo lo que quiera pero seguirá teniendo su naturaleza y como quiera va querer ir al fango. ¿Por qué? Porque esa es su naturaleza.

             Por tanto, SOLAMENTE EN SUS CONDUCTAS EXTERNAS HAN ESCAPADO DE LAS CONTAMINACIONES DEL MUNDO, motivados por el temor. Pero al no haber sido regenerados o una nueva naturaleza siguen en sus pecados anteriores como moralistas iluminados, pero no salvados. Escaparon de las contaminaciones, no por la fe, sino POR EL CONOCIMIENTO (MERAMENTE INTELECTUAL) DE JESÚS. Está haciendo clara referencia a todos aquellos que conocen el camino de salvación, saben que la fe en la obra redentora de Cristo es ese camino… lo saben… PERO NO LO CREEN. Entonces… NUNCA HAN SIDO SALVOS, PORQUE LA SALVACIÓN NO ES POR TENER CONOCIMIENTO, ES POR FE. Son como perros que comen su propio vómito, y como la puerca que luego de ser lavada (EXTERIORMENTE, no interiormente) se revuelca en el cieno. ENFATIZO: EL LAVADO DE LA PUERCA HABLA DE UNA REFORMA MERAMENTE EXTERNA PROPIA DE QUIÉN NO HA EXPERIMENTADO UN NUEVO NACIMIENTO. 

                 Todo esto es consistente con Romanos capitulo 1 donde se habla de aquellos que “detienen con injusticia la verdad; porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.… Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. Profesando ser sabios, se hicieron necios,….ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos….. Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen;” (buen ejemplo de esto y que está en boca de todos es el apostata de Santiago Alarcón de Rincón Apologético).

¿Pero no enseña 1 Juan 2:9 que dejar la iglesia es dejar a Cristo y por ende la salvación se pierde? 

                Bueno en primer lugar según el contexto de los que se hablan aquí se les llama “ANTICRISTOS”.  SOLO APOSTATAN LOS QUE NO NACIERON DE DIOS. Y está claro que, si alguien no nació de nuevo, tampoco recibió la salvación. ¿Dónde lo dice la Biblia? Pues, en todas y cada uno de las citas en las que se habla de la apostasía. Lee 1 Timoteo 4:1 Allí dice que en los postreros tiempos algunos apostatarán de la fe… ¿Cómo? ESCUCHANDO A ESPÍRITUS ENGAÑADORES… Si los que hablan son espíritus engañadores, está claro que esos espíritus no están habitando en un Nacido de Nuevo, porque donde habita el Espíritu Santo no puede entrar ningún espíritu engañador. (SANTIAGO ALARCON)..NO HABLAN CASI DE BIBLIA O HABLAN MAS DE SU APOLOGISTA FAVORITO QUE DE JESUS, NO PREDICAN EL EVANGELIO DE CRISTO, NO LO PRESENTAN A LA GENTE INCONVERSA CON QUIENES DEBATEN LO CUAL ES DESOBEDIENCIA, NEGANDO TEOLOGIA BASICA, Y SE DE OTROS PROTESTANTES QUE VAN POR ESE MISMO CAMINO, ETC. Pero ahí dice que los que apostatarán no son los que hablan mediante espíritus engañadores, sino LOS QUE LOS ESCUCHAN. Entonces, ahí también vemos que los tales NO NACIERON DE NUEVO. Porque todo Nacido de Dios tiene el testimonio interior del Espíritu Santo que da testimonio al espíritu de cada creyente de que es Hijo de Dios.     

             El espíritu da testimonio. 1 Juan 5:10 declara que “El que cree en el Hijo de Dios, tiene el testimonio en sí mismo.” Romanos 8:16 afirma lo mismo diciendo que “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios.” Por lo tanto, es imposible que el Espíritu apostate contra sí mismo uniéndose a una secta que no predica el mensaje de salvación de Cristo. Ya está ese testimonio en nosotros, los Hijos de Dios, los que fuimos engendrados de Su Voluntad. ¿Qué podrá hacer el espíritu engañador contra el poderoso testimonio interior que nos da el Espíritu Santo? Absolutamente nada. Solo pueden prestarle oido y caer en su engaño, los que no tienen ese testimonio interior que da el Espíritu Santo, por eso apostatan, porque no nacieron de nuevo, no tienen el testimonio de Ser Hijos de Dios y no recibieron la salvación. Y no recibieron la salvación, simplemente porque solo la reciben los Nacidos de Dios

                  La apostasía ya está hoy entre nosotros, pero no es aún la gran apostasía que se menciona en tesalonicenses previo a la llegada de Cristo en gloria. ¿Hay cristianos apóstatas? Claro que los hay, pero ahí es cuando a la palabra “cristianos” debemos agregarles las comillas correspondientes, pues no estamos hablando de Nacidos de Nuevo. Fijémonos bien quiénes son los que proclaman enseñanzas apóstatas: 1 Timoteo 4:2 “…por la hipocresía de mentirosos que, teniendo cauterizada la conciencia… “ , Esos maestros de la apostasía son llamados hipócritas, mentirosos y con la conciencia cauterizada, o sea , entenebrecida, oscura, en tinieblas. En definitiva, personas que no han nacido de nuevo. Ahora fijémonos cuales son sus enseñanzas (que son llamadas doctrinas de demonios): 1 Timoteo 4:3 “…prohibirán casarse, y mandarán abstenerse de alimentos que Dios creó para que con acción de gracias participasen de ellos los creyentes y los que han conocido la verdad” ¿Cuantas organizaciones religiosas (como el catolicismo romano) llamadas “cristianas” conocemos y son muy difundidas, que enseñan justamente lo que aquí la Biblia define como doctrina de demonios? 

              Otra prueba irrefutable de que solo los que no nacieron de nuevo pueden apostatar es la afirmación de HEBREOS 10:39 NOSOTROS NO SOMOS DE LOS QUE RETROCEDEN PARA PERDICIÓN “Obviamente, “nosotros” se refiere a los Nacidos de Voluntad de Dios. Alguien que apostata es aquel que creyó en los principios cristianos como un modo de vida (ABORTO, MILAGROS COMO RESURRECCION, MATRIMONIO IGUALITARIO, LA DERECHA), pero que no ha nacido de nuevo. En definitiva, un no regenerado. La limpieza en un no regenerado que es admitido en la congregación de los santos es meramente exterior… (REPITO: LIMPIEZA EXTERIOR, POR FUERA, NO INTERIOR, PORQUE NO MORA EL ESPÍRITU SANTO EN ÉL) por lo cual nunca puede apreciar la realidad esplendorosa de la verdadera limpieza. Por eso está sujeto a caer en todo lo que advierte el autor de la carta a los hebreos. Esto no sucede con el que ha nacido de agua y del Espíritu. Y para él, para el salvo una vez y para siempre, el autor afirma que ha recibido una limpieza eterna y que es de los que no retroceden para perdición del alma, cosa que sí hacen quiénes reciben la palabra pero permanecen incrédulos ante ella sin entrar al “reposo” de la salvación por medio de la fe. 

           Pero otros argumentos contundentes, que no dejan dudas acerca de la condición inmodificable de Hijos de Dios salvos una vez y para siempre, y que, por lo tanto, no pueden apostatar, son los siguientes: TODOS LOS QUE NACIERON DE DIOS NO PRACTICAN EL PECADO: ¿Cómo se puede concebir que apostaten oyendo a espíritus que no son el que les da testimonio de Ser Hijos de Dios? No hay excepciones. Dios por medio de Su Palabra nos dice que no existe ni un solo engendrado de Su Voluntad que practique el pecado. EL QUE NO ES CONMIGO, CONTRA MÍ ES: Esto lo dijo Jesús cuando habló de la blasfemia contra el Espíritu Santo, demostrando así que solamente los que aún no nacieron de nuevo pueden cometer el pecado de blasfemar contra el Espíritu Santo, pero nunca un Nacido de Voluntad de Dios. Y así es también con la apostasía. Solamente los que son contra Jesús, podrán apostatar, nunca los Nacidos de Nuevo, porque los Nacidos de Nuevo no son contra Jesús. DIOS PRODUCE EN LOS NACIDOS DE NUEVO, TANTO EL QUERER COMO EL HACER POR SU BUENA VOLUNTAD:

               Ya que mencionan Filipenses 2:12, para hablar de ocuparnos en la salvación con temor y temblor, ¿Por qué no avanzaron un versículo más y mencionan Filipenses 2:13 que es la continuidad del v.12, y responde el POR QUÉ ocuparnos en nuestra salvación? No hay excepción, por lo tanto, nunca producirá el querer apostatar o el hacer apostasía, porque lo que Dios produce en Todo Nacido de Él, es por Su Buena Voluntad. UN BUEN EJEMPLO DE ESTO ES JUDAS ISCARIOTE Y MATEO 7 donde Jesús les dirá, “NUNCA OS CONOCI”.

“Todo aquel que permanece en él, no peca; todo aquel que peca, no le ha visto, ni le ha conocido. – 1 Juan 3:6” 

            Bien aquí se habla de una persona inconversa, no de un cristiano por dos razones: se esta describiendo una persona que no cae en pecado sino que practica el pecado, o sea en un estado sin arrepentimiento. Claro esto no significa que el cristiano no peca pues no somos perfectos y nuestros cuerpos todavía no ha sido redimido. Seremos inpecables cuando seamos transformados en el arrebatamiento del Señor pero mientras tanto luchamos contra la carne y el Espíritu nos redarguye cuando desobedemos. Por eso el verdadero cristiano no se siente feliz cuando peca porque lo aborrece mientras que el no cristiano no lo encuentra nada malo porque no tiene el Espíritu de Dios en su vida (1 Juan 1:8; Romanos 7:14-25; Juan 14 y 16).

¿Y qué hay de Apocalipsis 14:11-12?

            ¿Acaso este pasaje y Apocalipsis 20:4 no enseñan que si un santo en la Tribulación se deja poner la marca de bestia perderá su salvación? Sin embargo, esta interpretación no puede ser correcta porque contradice multitudes de otros versículos donde la Biblia enseña que la salvación siempre ha sido y será por la fe solamente (Habacuc 2:4; Romanos 1:17; 4: 1-8, 9-25; 11:6 y Gálatas 3:11). Los pasajes de Apocalipsis no enseñan que estos santos recibieron la salvación porque no adoraron a la bestia, sino que simplemente enseñan que las buenas obras son la evidencia de la salvación y verdadera fe. Lo mismo se puede decir de Juan 10:27; 1 Corintios 15:2; Colosenses 1:22-23; Hebreos 3:14; 6:9 y 10:38-39; 1 Juan 3:3.  

¿Y APOCALIPSIS 17:8?

                  ¿Puede el nombre del cristiano ser borrado del libro de la vida? No, pues según el contexto no se habla de gente cristiana sino de gente inconversa y que los nombres de los no salvos no estarán escritos en el libro de la vida desde la fundación del mundo, en el libro de la vida solo están escritos los nombres de los salvos pues Dios es omnisciente o ¿acaso escribiría Dios un nombre para luego quitarlo después? Eso no tendría sentido.

¿Y APOCALIPSIS 22:19? 

              Okay, en primer lugar, aquí no dice su nombre sino “su parte” lo cual son dos cosas diferentes. Segundo, aquí no se está hablando de cristianos que han perdido su salvación o que sus nombres hayan sido borrados del libro de vida sino de personas que nunca fueron salvos. Prueba de ello es que en el versículo 17 dice, “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” Por tanto, tanto Dios como su Iglesia (esposa) dicen “Ven” ¿a quiénes les dicen “Ven”? Obviamente a las almas perdidas para que alcancen salvación, sean parte de la familia de Dios y también participen así del banquete que habrá en la boda del Cordero. Pero en vez de aceptar la invitación ¿qué hicieron el grupo inconverso que se menciona en los versículos 18 y 19? No solo la rechaza, sino que cambia el mensaje. ¿Cómo? Quitando y añadiendo a la Palabra de Dios lo cual es un estado de incredulidad y perdición por lo que no tendrán parte de la Nueva Jerusalén, la ciudad celestial sino del Lago de Fuego.

          ¿Y quiénes son los que tienden a quitarle y añadirle a la Biblia? Aquellos que no creen en la Palabra escrita de Dios (por ejemplo católicos, musulmanes, testigos de Jehová, mormones, judíos, etc). Hebreos 9:15-17 compara esa “parte” con un testamento o una herencia disponible para todos (Juan 3:16). Pero como sucede en la vida terrenal, hay gente que a veces rechaza la herencia de sus padres humanos porque no lo consideran importante, valioso o necesaria. Lo mismo con la salvación. En otras palabras, esa “parte” que se menciona aquí se refiere a que Dios ha preparado un lugar reservado para todo el mundo y para todo aquel que lo quiera (1 Juan 2:1-2). Por tanto, este pasaje no puede referirse a un cristiano cuya “herencia incorruptible, incontaminada e inmarcesible, reservada en los cielos para vosotros,” (1 Pedro 1:4-5).

     “Pero la Biblia dice “que contendáis ardientemente por la fe una vez dada a los santos. 4 Porque han entrado disimuladamente ciertos hombres impíos (destinados desde antiguo para este juicio), los cuales convierten en lascivia la gracia de nuestro Dios, y niegan a Jesús el Mesías, nuestro único Soberano y Señor. 5 Y quiero recordaros (como a conocedores que sois de todas las cosas) que Jesús, habiendo salvado al pueblo sacándolo de la tierra de Egipto, después destruyó a los que no creyeron. 6 Y a los ángeles que no guardaron su estado original, sino que abandonaron su propia morada, los ha mantenido bajo oscuridad, en prisiones eternas hasta el juicio del gran día, 7 así como a Sodoma y Gomorra, y las ciudades vecinas, las cuales, de la misma manera que aquéllos, habiendo fornicado e ido en pos de vicios contra naturaleza, sirven como ejemplo al sufrir un castigo de fuego eterno. 8 De la misma manera, no obstante, también éstos que tienen visiones, contaminan la carne, y rechazan la autoridad blasfemando de las potestades superiores. Éstos son los que causan divisiones, viven sensualmente y no tienen al Espíritu. ” (Judas 1:3-9. Dios Habla Hoy).”

                  Sin embargo, todo este pasaje indica que se está hablando de “los que no creyeron” y hasta da ejemplo de esas personas que nunca fueron salvos como los que perecieron en el diluvio universal y en Sodoma y Gomorra. El mismo hecho que los describe como “los sensuales, los que no tienen el Espíritu” es prueba de que aquí no se habla de cristianos nacidos de nuevo pues eso contradecería las mismas palabras de Jesus quien dijo que nos daria el Espíritu Santo para siempre y para el día de la redención (Vea Juan 14;16 y Efesios 4:30). Por tanto aquí los condicionalistas confunden cabras con ovejas.

              “O los cristianos pueden perder su salvación o tienen licencia para pecar. Recuerde la mentira de Satanás en el jardín del Edén cuando logró que Eva creyera que podía permitirse el lujo de pecar (desobedecer a Dios) y aún así no morir. ¡ Mintió ! Lo contrario es cierto: pecar hará que los verdaderos creyentes (como Eva) se separen de Dios y pierdan su salvación. No necesariamente por la eternidad ya que tenemos la oportunidad de arrepentirnos , pero si pasamos nuestros días pecando y “ arrepintiéndonos” no nos hemos arrepentido verdaderamente. Desafortunadamente, hoy oirás la melodía falsa de Satanás en muchas iglesias cuando los pastores enseñan que nunca puedes perder tu salvación una vez que hayas nacido de nuevo. Tenga cuidado con esas iglesias y sitios web que están del lado de la falsa enseñanza de Satanás sobre“Una vez salvo, siempre salvo” , porque esta falsa enseñanza podría muy bien tentar a los cristianos débiles a sentirse cómodos en sus pecados mientras creen que tienen un seguro contra incendios. No podemos engañar a Dios y no podemos servir a dos amos y aun así ser salvos. Recuerda siempre la mentira: Gen.3: 4 Y la serpiente dijo a la mujer : Ciertamente no moriréis.”

                El problema con este tipo de argumento es que apela a un argumento anacrónico (que está en desacuerdo con la época presente o que no corresponde a la época en que se sitúa) pues antes de la Caída no había pecado y por ende todavía nadie había sido salvo por la obra redentora del Señor Jesucristo. Así que, cuando “la serpiente le dice a la mujer: Ciertamente no moriréis.” (Génesis 3:4), no se refiere a que no pueden perder la salvación porque en ese tiempo no habían experimentado la salvación de Cristo. De hecho, no solo porque el sacrificio de Cristo todavía no había ocurrido sino porque tampoco tenían pecados pues todavía estaban viviendo en un estado de inocencia, inmortalidad y hasta tenían una comunión con Dios quien según la Biblia caminaba con ellos en el huerto del Edén lo cual era como un tipo del Cielo (Génesis 1:31 y Eclesiastés 7:29). Por tanto, ¿salvos de qué fueron Adán y Eva si todavía no tenían pecados cuando la serpiente trató de tentar a Eva?

            Hay que ver el contexto histórico de este evento la cual ocurrió antes de la Caída y antes de la promesa de un Salvador (Génesis 3:15). Así que, antes de la tentación Adán y Eva no eran cristianos en el sentido de que nunca se arrepintieron de sus pecados y pusieron su fe en Jesucristo para salvación. ¿Por qué? Porque no tenían pecado y estaban viviendo en un periodo de prueba. La salvación lo empezamos a ver cuando después de la Caída ellos tratan de cubrir su desnudez con hojas de higuera lo cual representa nuestras obras pero luego Dios los viste con túnicas de pieles lo que implica que Dios tuvo que sacrificar y matar el primer animal (probablemente un cordero) para cubrir sus cuerpos lo cual es representa la salvación de Dios. En otras palabras, no podemos ser salvos a través de nuestras obras porque es don de Dios, para que nadie se gloríe (Efesios 2:8-9). Por tanto, esto no refuta la doctrina bíblica de la seguridad del creyente porque no tiene nada que ver con la salvación.

                Después de todo, ¿a qué se refiere la serpiente cuando dice no moriréis? Obviamente se refiere físicamente aunque el pecado no solo los afectó físicamente sino también espiritualmente lo cual a su vez es una maldición que nosotros hemos heredado de ellos. Pero una vez salvos, ¿qué nos dijo Jesus? ¿”Ciertamente moriréis”? No, al contrario, en Juan 10 nos dice, “Yo les doy vida eterna, y nunca perecerán, ni nadie podrá arrebatármelas de la mano. Mi Padre, que me las ha dado, es más grande que todos; y de la mano del Padre nadie las puede arrebatar. El Padre y yo somos uno.” – Juan 10:28-30

 “Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí, aunque haya muerto, vivirá; y todo aquel que está vivo ycree en mí, no morirá para siempre”.” – Juan 11:25 

“Este es el pan que descendió del cielo; no como el que vuestros padres comieron, y murieron; el que come este pan vivirá para siempreJuan 12:44

¿Quién dijo estas palabras? ¿El diablo? ¿La serpiente antigua o Jesús? Obviamente Jesús y si Él lo dijo entonces yo escojo creerle porque Dios no miente ni se contradice. 

“Solo una minoría pequeña no cree en esta doctrina peligrosa; pero veamos lo que dicen los más conocidos maestros bautistas: John MacArthur dijo descaradamente: “Sí, alguien dice, pero ¿no pueden los cristianos ponerse a sí mismos fuera de la gracia de Dios? ¿Y qué de aquellos que cometen pecados abominables? ¿No anulan la obra de redención en ellos mismos? ¿No pierden el amor de Dios? Claro que no… es ridículo pensar que podemos perderlo (la salvación) por algo que hayamos hecho” (John MacArthur, Jr., The Love of God, Word Publishing, 1996, p. 159).

              Ok yo no sé si realmente somos una pequeña minoría (no sé de dónde sacan esa estadística) pero aun si eso fuera cierto eso no demuestra que tiene la razón pues la verdad no es lo que opina la mayoría. Eso seria acudir a una falacia ad populum y de hecho según la Biblia la mayoría casi siempre tiende estar equivocada. “Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; “porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.”(Mateo 7:13-14).

                  Ahora el cristiano no puede ponerse a sí mismo fuera de la gracia de Dios no porque John MacArthur lo dice sino porque el mismo Jesús lo dijo en Juan 10: 27-29 “y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano.”. Esa palabra “nadie lo puede arrebatar” incluye el mismo cristiano quien no es mayor o mas fuerte que Dios. Ahora si tu quieres asumir lo contrario entonces estas añadiendo y contradiciendo las mismas palabras de Jesús.

              ¿No pierden el amor de Dios? No y tampoco es porque John MacArthur lo dice sino porque el mismo apóstol Pablo dijo en Romanos 8:35-39 que “¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.

             ¿No anulan la obra de redención en ellos mismos? No, según los versículos que hemos leído y Romanos 11:29 no porque como está escrito “irrevocables son los dones [como la salvación] y el llamamiento de Dios. ¿Y entonces qué le suceden cometen pecados abominables? En cuanto a pecados abominables, el problema es que mi opositor suena como si estuviese suponiendo que hay pecados como dicen los católicos pecados mortales y pecados veniales y que los pecados mortales (o abominables) son los que te causarían la condenación eterna. Sin embargo, La Biblia en Romanos dice que no hay diferencia por cuanto todos hemos pecado. La única diferencia es que el cristiano es un pecador arrepentido, pero bíblicamente tu puedes cometer pecados como lo es el homicidio, la fornicación o el adulterio ya sea con el acto o con el pensamiento (principio ensenado por el mismo Jesus), pero sigue siendo el mismo pecado. Por tanto, según los estándares del hombre tenemos esta tendencia de compararnos unos con otros y decir bueno yo soy menos pecador que aquel pero bíblicamente somos igual de pecadores por lo que la salvación no puede ser ganada o guardada por medio de obras porque no somos perfectos.

               Toma el ejemplo de Adán y Eva. Ellos solo cometieron un solo pecado (comerse una fruta) cosa que para nosotros no es algo grave ni es según nuestros propios estándares de la moral un pecado abominable, pero para Dios sí lo fue al punto que los expulsó del paraíso terrenal lo cual era un tipo del reino celestial y si Dios fue así de estricto con respecto al paraíso terrenal ¿imagínate el Cielo?? De hecho, en Santiago 2:10-11 nos da la idea pues dice “Porque cualquiera que guardare toda la ley [lo cual tendría que ser perfecto], pero ofendiere en un puntose hace culpable de todos. Porque el que dijo: No cometerás adulterio, también ha dicho: No matarás. Ahora bien, si no cometes adulterio, pero matas, ya te has hecho transgresor de la ley.” (Santiago 2:10-11). Además de eso, Dios compara nuestras obras de justicia como trapos de inmundicia (lo cual en el texto original se refiere a algo peor que la basura) (Isaías 64:6), o sea, eso es lo mejor que podemos hacer. ¿Por qué? Porque la única justicia que Dios acepta es la suya propia, la justicia de Cristo. Por tanto, somos salvos no por las obras que hacemos sino por las obras de Cristo y hacemos buenas obras no para ser salvos sino porque somos salvos y porque amamos a Dios y queremos agradarle. En otras palabras, somos salvos por gracia y guardados por la gracia.

           “Erwin W. Lutzer escribió: “Recientemente yo le hablé a un homosexual quien cree que aceptó a Cristo a la edad de veinte años, sólo para hundirse en una vida de licenciosa inmoralidad… Si él era o no un hijo de Dios durante esos días de descuidada carnalidad (¿quién de nosotros lo sabe de seguro?), él perdió comunión con el Padre” (Erwin W. Lutzer, How You Can Be Sure That You Will Spend Eternity With God, Moody Press, 1996, pp. 131,132).

“Si yo matara a mi esposa y madre y asaltara a mil mujeres no podría ir al infierno; en realidad yo no podría ir al infierno aunque yo quisiera. Si en el día de juicio me diera cuenta que mis seres queridos estuvieran perdidos, y si yo perdiera todo deseo de ser salvo y si yo rogara a Dios que me enviara al infierno con ellos, Él no lo podría hacer, y si lo hiciera sería mentiroso porque Él dijo que ‘nadie las arrebatará de mi mano’” (Bill Foster, The Weekly Worker, 12 de marzo de 1959).

“Leí hace en un artículo titulado “Teología de la gracia libre” de Wikipedia, en el que se decía que, “El profesor colega de Martín Lutero, Nicolaus von Amsdorf (hacia 1530), fue al extremo al afirmar que las buenas obras eran incluso perjudiciales para la vida cristiana, ya que podían fomentar una doctrina de justificación por las obras y no solo por la fe” (Teología de la gracia libre. https://es.qaz.wiki/wiki/Free_grace_theology).”

                   Creo que los Hermanos que citan estos hombres no entiende lo que significa y lo que implica la doctrina bíblica de la seguridad eterna del creyente o simplemente esta recurriendo a una doble falacia porque nosotros no creemos que un cristiano tiene licencia para pecar. Eso seria caer en una falacia de hombre de paja (No exagerarás ni ridiculizarás el argumento opuesto para hacer más fácil tu ataque). Al contrario, nosotros no creemos en una fe muerta donde la persona solo cree y nada mas y sigue igual como siempre, sino que creemos que aquella fe que salva es la que produce frutos de arrepentimiento en la persona que acepta a Jesucristo no solo como su Salvador personal sino también como el Señor de su vida, o sea la salvación envuelve la fe en Cristo y el arrepentimiento de los pecados por lo que son como dos lados de una misma moneda (Hechos 20:20-21). Como también creemos que si un cristiano decide entregarse a una vida de pecado va sufrir una serie de terribles consecuencias las cuales puede incluir la muerte y como ocurrió al rey David cuando cometió adulterio, homicidio y otros pecados.

             Por tanto, no, no creemos que un verdadero cristiano tiene licencia para pecar. Quizás eso lo crean algunos reformistas, pero ese no es nuestro caso o postura soteriológica. La otra falacia es que apela a emociones donde usa ejemplos de pecados exagerados, graves, terribles o abominables para quienes dejan que sus sentimientos o consideraciones subjetivas influyan en su proceso de razonamiento. Por eso la Biblia dice: “Sabemos queTODO AQUEL QUE HA NACIDO DE DIOS, NO PRACTICA EL PECADO, pues aquel que fue engendrado por Dios le guarda, y el maligno no le toca. ” (1 Juan 5:18). “Porque siete veces CAE EL JUSTO, y vuelve a levantarse” (Proverbios 24:16). La Palabra es muy clara: NINGÚN NACIDO DE NUEVO PRACTICA EL PECADO. No hay excepciones. Dios por medio de Su Palabra nos dice que no existe ni un solo engendrado de Su Voluntad que practique el pecado.

             El verdadero cristiano que experimentó la salvación o sea una conversión genuina y un cambio de vida mostrará frutos de arrepentimiento como prueba de que fue salvo. Pero decide de momento entregarse al pecado, o sea, vivir en la carne y alejarse de la iglesia y de Dios no pierde la salvación pero sí puede perder el gozo y la comunión del Espíritu Santo, pierde las recompensas y los tesoros en el cielo que había cosechado y acumulado desde un principio. Pero no solo eso, como hijo desobediente puede ser disciplinado aquí en la tierra por Dios por medio de aflicciones, tristezas, enfermedades y hasta la misma muerte física y cuando llegue al cielo será avergonzado por sus pecados en el llamado Tribunal de Cristo (no confundirse con el juicio del Trono Blanco) mas sin embargo no pierde su salvación, ni deja de ser oveja del Señor, ni hijo de Dios (1 Corintios 3:12-15; 5:5).         

          Dicho todo esto, no estoy de acuerdo con la descripción que da Bill Foster y Erwin W. Lutzer porque la descripción que dan suena como una persona que realmente nunca fue salvo. ¿Por qué? Porque un cristiano puede caer en pecado pero no practica el pecado, en el sentido de que no se siente bien cometiendo pecado. Por ejemplo, una persona que dice ser cristiano pero dice que no hay problema con ser un cristiano homosexual, o una mujer que dice ser cristiana pero apoya el aborto (lo cual es una forma de homicidio) o una persona que era cristiano evangélico pero se vuelve católico al punto que empieza a promover la idolatria sin sentir ninguna carga de conciencia demuestra con sus acciones y palabras que nunca fue verdaderamente cristiano (1 Juan 2:19). Creo que el ejemplo de Judas es un buen ejemplo o 2 Pedro 2:22 donde dice que el perro vuelve a su vomito y la puerca lavada vuelve a revolcarse en el fango. En otras palabras, nunca experimentaron un verdadero cambio espiritual de vida o de naturaleza interior sino que solo tuvieron un cambio exterior?

               En cambio, cuando un verdadero cristiano empieza a vivir en la carne no se siente feliz porque sabe que lo que está haciendo está mal, el Espíritu Santo se contriste y lo redarguye por lo que llega un momento en su vida, donde tarde o temprano regresa a los caminos de Dios o Dios simplemente lo disciplina en esta vida y si continua puede ser castigado con la muerte y la Biblia da un ejemplo de esto en 1 Corintios 5:1-5 donde se habla de un cristiano que estaba viviendo en inmoralidad y qué nos dice Pablo: “De cierto se oye que hay entre vosotros fornicación, y tal fornicación cual ni aun se nombra entre los gentiles; tanto que alguno tiene la mujer de su padre. Y vosotros estáis envanecidos. ¿No debierais más bien haberos lamentado, para que fuese quitado de en medio de vosotros el que cometió tal acción? Ciertamente yo, como ausente en cuerpo, pero presente en espíritu, ya como presente he juzgado al que tal cosa ha hecho. En el nombre de nuestro Señor Jesucristo, reunidos vosotros y mi espíritu, con el poder de nuestro Señor Jesucristo, el tal sea entregado a Satanás para destrucción de la carne, a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesús.” Yo creo que este ejemplo bíblico es mejor de Seguridad Eterna que los casos que ofrecen Bill Foster y Erwin W. Lutzer.

         Mencionan a Martin Lutero y uno de sus amigos reformados que creían en la teología de la gracia libre. A ver, en primer lugar, yo no me considero protestante, sino que soy un Bautista no reformado. Por tanto, mi fe no está basada en lo que dice Martin Lutero, Juan Calvino o algún reformado o algún escritor de la Patrística sino en la Biblia la cual ensena que un verdadero cristiano no puede perder la salvación. Solo para hacer la aclaración. Segundo, aunque yo también creo en la sola gracia no lo creo como lo creían lo predicaban los fundadores de la Reforma Protestante quienes comenzaron bien, clamando: “De vuelta a la Biblia,” pero quienes pronto se dieron cuenta que mucho más que la opinión religiosa estaba en juego en una reforma radical en donde tenían a Jesús como Salvador, pero no como el Señor de sus vidas. El resultado fue que un sistema de indulgencias católicas fue abolido sólo para ser sustituido por otro, la sola fide. De hecho, un famoso teólogo moderno y mártir luterano que luchó contra el nazismo de Hitler en Alemania, Dietrich Bonhoeffer, escribió acerca de este resultado lamentable describiendo esta “indulgencia protestante” para pecar por el nombre de “gracia barata” (Bonhoeffer, Dietrich: The Cost of Discipleship, “El costo del discipulado”, pp. 37–38, 47). Estas palabras tan alarmantes no son las de un adversario de Lutero, sino que son la confesión sincera de un famoso teólogo y héroe luterano moderno que vio el colapso de semejante protestantismo vacío durante la Alemania nazi, donde muchos de los miembros de su Iglesia apostataron para seguir a un dictador moderno anticristiano, demostrando que el cristianismo alemán era sólo superficial.

                Los anabaptistas (nuestros antepasados Bautistas o evangélicos quienes fueron perseguidos tanto por católicos como protestantes como Lutero y Calvino) como Menno Simons (un antiguo líder anabaptista), contemporáneos de Lutero, inmediatamente se percataron de la falacia de esta doctrina de “sólo cree” y observaron con tristeza el deterioro moral general que produjo entre la gente común (The Complete Works of Menno Simons, “Obras completas de Menno Simons”, p. 251, 283). De hecho, los escritos de Lutero sobre la Guerra de los Campesinos están llenos de expresiones de odio y fanatismo pues cuando fue criticado en sus últimos años por incitar a los señores regionales a una matanza violenta y despiadada (más de 100.000 campesinos), Lutero respondió en un tono desafiante: “Fui yo, Martín Lutero, quien mató a todos los campesinos en la insurrección, ya que fui yo quien ordenó que los mataran. Toda su sangre está sobre mis hombros. Pero yo la eché sobre nuestro Señor Dios quien me mandó hablar de esa manera.” (Martín Lutero, Werke, edición de Erlangen, Tomo 59, p. 284.). De hecho, el mismo Consejo de la Federación Luterana Mundial (FLM) pidió perdón por esta masacre de más de 130,000 campesinos. Por tanto, no usamos a Lutero como un ejemplo de un buen cristiano ni sus palabras en favor de la doctrina bíblica de la seguridad eterna del creyente pues la de Lutero era diferente a la nuestra y a la que enseña las Sagradas Escrituras. 

“¿Acaso un cristiano que comete suicidio no pierde su salvación?”   

       ¿Pero entonces el cristiano que comete suicidio no pierde su salvación?  No pues, en primer lugar, Juan 6:37 dice que “de ningún modo” Jesús echa fuera a los que han venido a Él y en Romanos 8:38–39 al igual que en otros pasajes afirma que “ninguna otra cosa creada” (lo cual incluiría nosotros mismos) no puede separar a un cristiano del amor de Dios. El Señor Jesucristo también dijo: “y yo les doy [no dice daré en tiempo futuro] vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie las arrebatará de mi mano” (Juan 10:28). Algunos arguyen diciendo que nadie puede separar al cristiano (la oveja) del Pastor, sino que la oveja puede apartarse, o sea, arrebatarse ella misma de las manos de Cristo y de Dios y un ejemplo de ello es cometiendo suicidio. Sin embargo, según la Biblia nadie puede sacarnos fuera de las manos de Dios quien es mayor o sea más fuerte que toda criatura, y eso incluye no solo Satanás sino nosotros mismos, principalmente porque le pertenecemos a Dios y hemos sido comprados con su propia sangre. De hecho, esa es la razón por la que estamos sellados por del Espíritu Santo hasta el día de la redención como símbolo de que somos de Cristo.   

         Por tanto, ese “nadie” incluye también a nosotros mismos. Además de todo eso ¿qué usted cree que haría el buen Pastor Jesús si una de sus ovejas se apartara del rebaño? ¿Dejaría que se pierda? No, el Señor no desampara a los Suyos y no deja que se separen de Él sino que siempre está con sus ovejas con el único propósito de GUARDAR LAS OVEJAS y no dejar que se pierdan (Juan 3:16; 10:11-15; 17; Mateo 18:10-14 y 1 Pedro 1:5).    

             Además, Cristo murió por todos nuestros pecados, no solo por algunos sino TODOS (pasado, presente y futuro) así que si en un momento de debilidad espiritual ese cristiano comete suicidio aun así su pecado está cubierto por la sangre de Jesucristo. Segundo, no es el suicidio lo que determina si una persona no puede entrar en el reino de los cielos sino su rechazo a creer en Jesucristo como su Salvador (Juan 3:18). Por otro lado, no sabemos lo que sucede en el corazón de la persona en el momento que muere. Algunas personas se convierten en su lecho de muerte y aceptan a Cristo momentos antes de morir por lo que es posible que una persona que haya cometido suicidio se haya arrepentido durante sus últimos momentos de vida (1 Samuel 16:7). En fin, ningún verdadero cristiano que haya cometido suicidio o algún otro pecado no pierde su salvación debido a la seguridad eterna del creyente la cual no es temporal ni condicional (Hebreos 7:25  y 9:12).                                          

EJEMPLOS DE PERSONAS EN LA BIBLIA QUE PERDIERON SU SALVACIÓN: El rey Salomón, Pedro, Demas, Simón, el Hechicero, el Hijo Prodigo, Himeneo y Fileto y otros.“ 

            De hecho, también Alejandro fue entregado a Satanás. No se puede afirmar si Alejandro sufrió o no tal disciplina, pero Himeneo continúa en la misma situación tras haber transcurrido bastante tiempo de aquella sentencia de Pablo.” Entonces, podemos afirmar que Himeneo no era hijo de Dios. HIMENEO ERA UN GNÓSTICO: CREÍA QUE CRISTO NO TUVO UN CUERPO REAL. ENTONCES, ESA FALSA CREENCIA DE HIMENEO ESTABA DEMOSTRANDO QUE NO CREÍA EN LA OBRA REDENTORA DE CRISTO, POR LO TANTO, NO ERA SALVO, NO ERA HIJO DE DIOS, EN UNA PALABRA, TAMPOCO ERA APLICABLE PARA HIMENEO, EL PASAJE DE 1 CORINTIOS 3:16-17, PORQUE HIMENEO NO ERA TEMPLO DE DIOS, ENTONCES DIOS NO LO DESTRUIRÍA PORQUE HIMENEO NO ESTABA DESTRUYENDO EL TEMPLO DE DIOS, PORQUE NO LO ERA, PORQUE NO CREYÓ EN LA OBRA REDENTORA DE CRISTO JESÚS, PORQUE CREÍA QUE JESÚS NO TUVO UN CUERPO REAL DE CARNE Y HUESO Y, POR CONSIGUIENTE, NO PODÍA CREER QUE CRISTO MURIÓ CORPORALMENTE POR ÉL.   

            Esto explica la razón por la cual, al haber sido entregado a Satanás, Himeneo seguía mucho tiempo después en su mismo error y sin haber recibido la disciplina que sólo corresponde a los salvos. PERO A PABLO LE SIRVIÓ ESO PARA TENER CONFIRMACIÓN DE QUE HIMENEO NO ERA HIJO DE DIOS. AL NO RECIBIR LA DISCIPLINA CORRESPONDIENTE, QUEDÓ CONFIRMADA LA IDENTIDAD DE HIMENEO: NO ERA HIJO DE DIOS. EN CAMBIO, y esto que voy a decir ha escandalizado a más de uno y tal vez te escandalice a vos, ANANÍAS Y SAFIRA, SÍ SUFRIERON EL CASTIGO DIVINO, POR LO CUAL ES MÁS CERTERO AFIRMAR QUE FUERON SALVOS, PORQUE SUFRIERON EL CASTIGO DIVINO, ÚNICAMENTE RESERVADO PARA LOS SALVOS QUE ESTÁN EN PECADO. 

JUDAS ISCARIOTE 

             ¿Qué te hace pensar que Judas era salvo? El hecho de ser discípulo (en aquel tiempo, no en este) no significaba necesariamente ser salvo. Para ser salvo hay que creer, y el propio Jesús dijo en Juan 6 que muchos de sus discípulos no creían, o sea que no eran salvos, (de hecho muchos de esos discípulos dejaron de seguirle). Por tanto, aunque Judas fue elegido para ser uno de los doce (Juan 6:64), toda la evidencia en la Escritura señala el hecho de que él nunca creyó que Jesús era Dios, y tal vez ni siquiera estaba convencido de que Jesús fuera el Mesías (como Judas lo entendía). A diferencia de los otros discípulos que llamaban a Jesús “Señor” (lo cual es significativo en muchas maneras), Judas nunca utilizó este título para Jesús, y en cambio lo llamaba “Rabí”, a quien reconocía como solamente como un maestro.

                   Mientras que los otros discípulos en ocasiones hicieron grandes profesiones de fe y lealtad (Juan 6:68 y 11:16), Judas jamás lo hizo y más bien parece haber permanecido siempre al margen, de acuerdo a la narración bíblica. Segundo, Judas no solo no tenía fe en Cristo, sino que tenía muy poca o ninguna relación personal con Jesús. Cuando los evangelios sinópticos mencionan a los doce, generalmente ellos son mencionados siempre en el mismo orden, con pequeñas variaciones (Mateo 10:2-4; Marcos 3:16-19; Lucas 6:14-16). Pedro y los hermanos Jacobo y Juan siempre son los primeros en la lista, lo cual es consistente con su relación con Jesús. Judas siempre es mencionado al final de la lista, lo cual puede indicar su relativa falta de relación personal con Cristo. 

               Adicionalmente, al examinar los evangelios, vemos que el único diálogo documentado entre los dos, menciona a Judas siendo reprendido por Jesús, después de su reacción motivada por la avaricia hacia María (Juan 12:1-8), cuando Judas niega su traición (Mateo 26:25), y la traición misma (Lucas 22:48). Tercero, Judas era consumido por la avaricia, al punto de traicionar la confianza no solo de Jesús, sino también de sus condiscípulos, como lo vemos en Juan 12:5-6. Judas bien pudo haber deseado seguir a Jesús simplemente porque vio la gran cantidad de seguidores y creería que podría beneficiarse de las ofrendas hechas para el grupo. El hecho de que Judas era quien se encargaba de la bolsa del dinero, indicaría su interés que tenía por el (Juan 13:29).          

                Adicionalmente, Judas, como la mayoría de la gente de su tiempo, creía que el Mesías iba a terminar con la ocupación romana y a tomar la posición de un poderoso gobernante sobre la nación de Israel. Judas pudo haber seguido a Jesús esperando beneficiarse de su asociación con Él, como el nuevo poder político reinante. Sin duda, él esperaba estar entre la elite gobernante cuando esto sucediera. Para cuando Judas cometió la traición, Jesús ya había dejado en claro que Él planeaba morir, no iniciar una rebelión contra Roma. Así que Judas pudo haber asumido – como lo hicieron los fariseos – que, puesto que Él no derrocaría a los romanos, Él no podía ser el Mesías que estaban esperando.

                En tal caso, Judas tuvo la capacidad total para tomar sus propias decisiones – al menos hasta el punto donde “Satanás entró en él” (Juan 13:27) – y el anticipado conocimiento de Dios (Juan 13:10, 18, 21) de ninguna manera reemplaza la capacidad de Judas para tomar cualquier decisión determinada. Y respecto a su responsabilidad por la traición, Jesús dijo. “… mas ¡hay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido” (Marcos 14:21).

          ¿Y el rey David?

                 Creo que el caso que traes con relación a David es un buen ejemplo de cómo Dios obra y disciplina a sus hijos. David NO solo pecó (adulteró) luego de conocer de Dios sino que adulteró más de una vez, y aun cuando se arrepintió permaneció con Betsabé. Me refiero al adulterio sin salir de él. No estoy hablando de como Dios levantó a David, estamos hablando de cuando un hijo de Dios cae varias veces en el pecado, lo cual según su argumento es imposible, pero según la Biblia vemos que así ha sucedido, y un ejemplo de ello es David. Quizás no recuerdas mucho sobre este caso, pero no fue simplemente que pecó, sino que ni siquiera pudo salir de allí. Estaba tan sumergido en “los deseos de su carne”, que tuvo que ir un profeta a confrontarlo. 

                 David fue disciplinado por su pecado de adulterio y homicidio y eso prueba que nunca dejó de ser hijo de Dios y que nunca perdió su salvación. (Hebreos 12:5-8). Recordemos que el Dios Padre castiga a sus hijos desobedientes sea con tribulaciones, enfermedades o la misma muerte como fue el caso de los corintios….Galatas 5….practicar…..“” (1 Corintios) Pero debido al verdadero arrepentimiento de David (Vease el Salmo 51), Dios perdono su vida aunque mas tarde sufrió las consecuencias de su pecado (2 Samuel 12:9-12).  Por eso Natan le dijo: “…También Jehová a remitido tu pecado; NO MORIRAS”. (2 Samuel 12:13). Si David no hubiese hecho caso a la advertencia del profeta Natan, ni arrepentido de sus pecados hubiese caído en la misma suerte de los corintios quienes: “….” (1 Corintios 11:30-32). Por tanto, está clarito que Dios no quiere condenarnos con el mundo, porque no somos del mundo, somos de Dios, somos propiedad suya para siempre. Somos hijos de Dios siempre hijos de Dios.

PREGUNTAS:               

1. ¿Qué clase de salvación recibiste? ¿Una eterna o temporal?                  

       La salvación la recibimos al creer en la obra redentora de Cristo Jesús y es ETERNA. Si crees que después de recibida, la perdemos ENTONCES ¿dónde está o donde queda la eternidad de lo recibido?

         En Juan 5:24 nos dice “De cierto, de cierto os digo: el oye mi palabra y cree al que me envió tiene vida eterna; y no vendra a condenación mas ha pasado de muerte a vida”(Juan 5:24 y 10:28). Por tanto, aquí Jesús promete que el cristiano que ha creído en Él ya “tiene vida eterna” en el momento que cree en Él. Note que no dice que “tendrá vida eterna” sino que la vida eterna no es algo que Dios promete dar en el futuro sino para poseerlo ahora, en el tiempo presente, en el mismo momento que aceptas a Jesucristo como tu Señor y Salvador personal.

           Tampoco dice que la vida que tenemos es una vida temporal sino una VIDA ETERNA. Ahora bien, si yo tengo vida eterna y en 3 años lo pierdo pues entonces eso sería una vida temporal, no una vida eterna porque solo me duró 3 años. Hay que recordar que la palabra “eterna” no significa un corto periodo de tiempo, la duración de un día, una semana o un año, sino que significa que dura para siempre, para toda la eternidad por lo tanto el cristiano que ha creído en Jesucristo tiene ahora la vida eterna, una vida que no puede acabarse porque dura para siempre (Juan 6:51; 11:26; Hebreos 7:25 y 9:12). Por tanto, ¿qué clase de salvación hemos recibido?

Jesús dijo: “Yo soy el pan vivo que he descendido del cielo: si alguno comiere de este pan, VIVIRA PARA SIEMPRE; y el pan que yo daré es mi carne, la cual yo daré por la vida del mundo.” (Juan 6:51)

“Y todo aquel que vive y cree en mí, NO MORIRA ETERNAMENTE. ¿Crees esto?” (Juan 11:26)

Tampoco se puede decir que se cree que la vida eterna y a la misma vez creer que se puede perder ya que eso sería una contradicción.

                 2. La Biblia describe la salvación como una dadiva, no una recompensa por lo que hacemos, sino como un regalo de Dios (Romanos 6:23) y si los regalos no se quitan ¿no demuestra eso que la salvación no se pierde? 

           El regalo de la salvación no la podemos perder porque en Romanos 11:29 dice, “Porque las dádivas de Dios son irrevocables, como lo es también su llamamiento”. Lo mismo dice la Biblia Valera 1602 Purificada y Reina Valera Gómez, “Porque sin arrepentimiento son los dones y la vocación de Dios.”

           En otras palabras, es importante recordar que el cristiano será recompensado y galardonado según sea su obra, pero eso no tiene nada que ver con la salvación. La salvación no es una recompensa que nosotros nos merecemos por lo que hayamos hecho sino un don de Dios que nosotros recibimos gratuitamente por lo que Jesucristo hizo por nosotros. Por lo tanto, si los regalos no se quitan pues entonces el cristiano no perderá la salvación eterna que tiene porque también es un regalo que Dios le ha dado. Su salvación no será anulada o cancelada porque como dice Romanos 11:29, “irrevocables son los dones y el llamamiento de Dios” lo que significa que el nosotros ser llamados “justos”, “hijos de Dios” y tener el don de la vida eterna no será quitada o anulada, no se puede perder porque son irrevocables.

          Algunos declaran diciendo que es nuestra responsabilidad cuidar del regalo de la vida eterna que nos fue dado si no lo queremos perder o que quizás algun cristiano quiera devolver el regalo y por ende apostata. SIN EMBARGO, aun si quisieramos devolverlo no podemos porque “irrevocables son los dones” (Romanos 11:29) y si estuviese en nuestras manos el guardar ese regalo pues entonces la podríamos perder, pero la bendición y la seguridad que nosotros tenemos es que el regalo de nuestra salvación no está siendo guardada por nosotros, sino que la Biblia enseña que Dios es el que la guarda para siempre, lo que también prueba que el creyente nunca perderá su salvación (1 Pedro 1: 3-5 y Salmo 37:27). Por tanto, la salvación es un regalo, no una recompensa. Dios nos va a recompensar según sea nuestra obra en la vida futura, pero eso no tiene que ver nada con nuestra salvación (1 Corintios 3:11-15 y 5:10). Son dos cosas diferentes. Nuestras recompensas sí pueden ser quitadas si no perseveramos en ellas pero los regalos no se quitan sino “que sois guardados por el poder de Dios [¿por quién? “por Dios”] mediante la fe [note que aquí no dice mediante nuestras obras sino por la fe], para alcanzar la salvación que está preparada para ser manifestada en el tiempo postrero.” (1 Pedro 1:5). 

             Esto es consistente con Juan 17:20 donde Jesús dice, “Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,” ¿Para qué? Para que seamos guardados por el poder de Dios “Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. 13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. 14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.” (Juan 17:9-12 y 15 y 1 Pedro 1:3-5).

Por tanto, las personas que no creen en la seguridad eterna del creyente dicen que una oveja descarriada puede perecer sin embargo Jesús nos dice lo contrario, que “no perecerán jamás”. ¿A quién creerán entonces? ¿Lo que dice su religión o lo que dice el buen Pastor, Jesucristo?

3. Bien, la Biblia enseña que hemos sido sellados por el Espíritu Santo porque Dios nos compró con su propia sangre. La pregunta es ¿Hasta cuándo? ¿Por cuánto tiempo o que hay que hacer para romper ese sello del Espíritu Santo si es que se puede?              

      ¿Hasta cuándo? ¿Hasta que peque? No, porque según Efesios 1:13-14 y 4:30 este sello es “hasta el día de la redención”, es decir, hasta el día en que la propiedad comprada por Cristo esté en presencia del que lo compró. Por tanto, ¿cree usted que Dios va a perder una propiedad que le pertenece y que está guardada en sus propias manos? No creo, Jesús mismo enseña que el descarriado no deja de ser propiedad de Dios y que Satanás no puede robar, ni arrebatar lo que le pertenece a Dios y lo que Él ha comprado con su propia sangre (Mateo 18:14 y Juan 6:39).

               Además, perder la salvación significaría que Dios tendría que retirar Su Espíritu y cancelar el depósito lo cual no suena congruente con la naturaleza de Dios pues Dios no revoca, ni incumple, ni rompe con Sus promesas como cuando dijo que el Espíritu Santo estaría con nosotros “para siempre” (Juan 14:16-17). 

4. ¿Cuántas veces hay que pecar para perder la salvación?

       Una buena pregunta sería, si yo pudiera perder mi salvación pues entonces ¿cuántas veces tengo que pecar para perderla? Porque si por un solo pecado Adán y Eva fueron expulsados del paraíso terrenal ¿qué será el cielo? Y según La Biblia establece que si uno comete un pecado “se hace culpable de todos” y que recibe la condenación de muerte. (Santiago 1:15,2:10; Ezequiel18:4,20 y Romanos 6:23). según La Biblia si uno comete un solo pecado ya “se hace culpable de todos” y que recibe la condenación de muerte (Santiago 1:15, 2:10; Ezequiel 18: 4,20 y Romanos 6:23). En otras palabras, si nosotros tuviéramos que guardar nuestra salvación por medio de obras tendríamos que ser perfectos para poder entrar en el reino de los cielos, y ese es el problema, no somos perfectos, nadie es bueno y no hay quien haga lo bueno porque todos somos pecadores (Romanos 3:9-12). De acuerdo con la Biblia las obras de justicia que usted y yo hacemos son “…como trapos de inmundicia…” (Isaías 64:6). En otras palabras, eso es lo mejor que podemos hacer, porque la única justicia que Dios acepta es la suya propia.

           Un ejemplo de esto lo vemos en el mismo huerto del Edén donde estaba Adán y Eva y lo cual era un tipo de cielo. Allí Adán y Eva hasta caminaban con Dios porque antes de la Caída no tenían pecado. Pero en el momento que desobedecieron al comer del fruto prohibido fueron expulsados del huerto del Edén. Y si por ese solo pecado fueron sacados del paraíso terrenal ¡imagínate del paraíso celestial! Por lo tanto, si por un solo pecado se pierde la salvación pues entonces todos estaríamos perdidos y nadie podría decir que es salvo ahora mismo porque por más que nos arrepentimos seguimos siendo pecadores y cualquiera que diga en estos momentos que no tiene pecado está mintiendo y se engaña a sí mismo (1 Juan 1:8). En otras palabras, la gente “buena” no va al cielo (además de que según la Biblia nadie es bueno sino solo Dios) sino solo la gente perfecta porque el cielo es un lugar de perfección. 

       Por eso es imposible alcanzar o mantener nuestra salvación por medio de nuestras obras porque, aunque nosotros podamos mostrar una diferencia en la parte de afuera e impresionar a la gente con nuestra apariencia y con lo que hacemos, Dios, que sabe todas las cosas, mira el corazón de los hombres como igual de pecadores, por eso la Biblia dice que “no hay diferencia por cuanto todos pecaron y están destituidos de la gloria de Dios” (Romanos 3:22-23).

           Por lo tanto, la justicia del cristiano es la justicia de Cristo y es por eso que nosotros somos salvos por gracia y guardados por medio de la gracia porque ningún hombre puede alcanzar o mantener su salvación por medio de las obras de la ley (Gálatas 2:16; 3:10-11; Tito 3:5 y Romanos 3:20). En fin, Porque tengo una salvación como ésta para ofrecer a los pecadores, es que tengo confianza en invitar a la gente a acudir a Jesús, porque sé que si ellos entran en un contacto vivo con mi Salvador Él los hará Suyos para siempre.

5. La Biblia dice en Hebreos 10:14 que “Porque con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre á los santificados.” En otras palabras, cuando estábamos en el mundo y sin Cristo estábamos en una condición de imperfección pero que ahora que somos cristianos Dios nos hizo perfectos en Cristo. Por tanto, ¿acaso es posible que aquellos que han sido hechos perfectos para siempre vuelvan a un estado de imperfección?          

         Decir que podemos perder la salvación es asumir que podemos volver a convertirnos en una persona imperfecta nuevamente lo que contradeciría Hebreos 10:14. La respuesta es no pues la palabra perfectos quiere decir que hemos sido hechos perfectos o completos en Jesucristo y ¿Por cuánto tiempo es “para siempre”? Por toda una eternidad o algo que nunca terminará. Por tanto, si Cristo me hizo perfecto para siempre, ¿cómo es que puedo ser hecho imperfecto de nuevo? En otras palabras, no podemos confundir la santificación posicional con la santificación progresiva. Desde el punto de vista de la santificación posicional somos hechos perfectos para siempre ante los ojos de Dios y nunca volveremos a ser imperfectos.

6. Ya que creen que uno tiene el Espíritu Santo morando temporalmente dentro de ellos (Romanos 8:9) entonces como cristiano que eres, ¿por cuánto tiempo estarás sellado con Espíritu Santo y por favor provéame un texto bíblico?

        Efesios 1:13 y 4:30 señalan claramente que estamos sellados con el Espíritu Santo, y no estamos sellados por un tiempito, sino SELLADOS PARA EL DÍA DE LA REDENCIÓN. Estamos sellados para ese día: EL DÍA DE LA REDENCIÓN. Si la salvación se perdiera, también perderíamos el sello del E.S., pero como ese sello es para el día de la redención, está clarísimo que no lo perdemos. Un sello indica posesión. Somos Hijos de Dios. Indica garantía, indica seguridad. Nadie que ha sido SELLADO CON EL ESPÍRITU SANTO va a pasar su eternidad en el infierno.  

              Pero mejor dejemos que Jesús responda a esa pregunta: “Y yo rogare al Padre, y os dará otro Consolador [refiriéndose al Espíritu Santo], para que este con vosotros PARA SIEMPRE” (Juan 14:16). ¿Por cuánto tiempo? PARA SIEMPRE, O SEA, NO TEMPORALMENTE O DE VEZ EN CUANDO SINO POR TODA LA ETERNIDAD y lo cual es consistente con Efesios 1:13 y 4:30. Por tanto, Jesús nos dio el Espíritu Santo para que habite en nosotros para siempre. Lo podemos contristar, entristecer o enojar, pero nunca nos abandonará ni se apartará de nosotros. Por tanto, no podemos perder la salvación ¿o acaso puede equivocarse Dios al sellar con el Espíritu Santo a alguien PARA EL DÍA DE LA REDENCIÓN y mucho antes de llegado ese día ya no tener el sello? 

7. Si una oveja del Señor deja de ir a la iglesia, por ejemplo, se aparta del rebaño o queda descarriada. ¿Qué usted cree que haría el buen Pastor Jesús si una de sus ovejas se apartara del rebaño? ¿Dejaría que se pierda?

               No, el Señor no desampara a los Suyos y no deja que se separen de Él sino que siempre está con sus ovejas con el único propósito de GUARDAR LAS OVEJAS y no dejar que se pierdan (Juan 10:11-15 y Mateo 18:10-14). Las personas que no creen en la seguridad eterna del creyente dicen que una oveja descarriada puede perecer sin embargo Jesús nos dice que “no perecerán jamás”. ¿A quién creerán entonces? ¿Lo que dice su religión o lo que dice el buen Pastor, Jesucristo? Yo escojo creerle a Jesús.   

          Además, la predestinación o elección bíblica no puede ocurrir antes de nosotros haber nacidos o creados porque eso seria estar fuera de Cristo o sin Cristo lo cual contradice las Escrituras las cuales enseñan que la predestinación o elección ocurre cuando estamos en Cristo. ¿Y cuándo fue que empezamos a estar en Cristo? Cuando creímos en Cristo para salvación (2 Corintios 5:17 y Efesios 1:1-4 y 11-13). Aun si alguien quisiera relacionar la adopción con la salvación y no con la redencion de nuestro cuerpo (Efesios 1:1-5 con Romanos 8:29) se debe recordar que Juan 1:11-12 dice en su contexto que lo somos creyendo (confiando) en Jesucristo y cuando estamos en Cristo. En otras palabras, en ese momento de nuestra vida cuando creemos en Cristo para salvación y no antes de haber nacido lo cual seria cuando estabamos fuera y sin Cristo.