Si la Biblia no es machista entonces ¿por qué Jesús solo escogió hombres como sus apóstoles? Si la iglesia no es machista. ¿Por qué no se les da la oportunidad de ser sacerdotes o pastores a las mujeres que han dedicado mucho tiempo a la iglesia? ¿Por qué a lo máximo que estas mujeres pueden aspirar es ser monja?

No había ninguna mujer que fuera sacerdote en el Antiguo Testamento, ni apóstol o pastora en el Nuevo (Mateo 10:2-4). No obstante, algunos de los discípulos más cercanos a Jesús eran mujeres sobre las mismas bases que a los hombres. En Lucas 8:2-3 se menciona a María Magdalena, Juana, Susana, y “otras muchas” que contribuyeron a proveer ayuda económica a Jesús y a los apóstoles mientras iban predicando. Más tarde, cuando los apóstoles, temerosos, se retiraron del lugar de la crucifixión, algunas mujeres fieles y llorosas se quedaron a contemplar su muerte en la cruz (Mateo 27:55-56). Al comenzar la iglesia el Día de Pentecostés, tanto hombres como mujeres fueron añadidos en gran número (Hechos 5:14). No se hizo diferencia alguna en las condiciones de membresía entre los sexos.

Las mujeres pueden enseñar en privado a otros miembros de la iglesia (Tito 2:3-4), realizar evangelismo personal tanto con hombres como con mujeres como lo hizo la mujer samaritana, cantar en los coros de sus iglesias y también pueden enseñar a sus propios hijos (Proverbios 1:8 y 6:20) tal como la madre y abuela de Timoteo aparentemente le enseñaron (2 Timoteo 1:5). Mediante el ejemplo de Priscila y Aquila también podemos ver como la mujer puede ayudar a su esposo en la obra de edificar a otros (Hechos 18:26). Las mujeres también se destacaron por su gran hospitalidad, en proveer para los necesitados y en la expresión del amoroso servicio que debe caracterizar a la iglesia como la familia de Dios. Además, la importancia de las mujeres para la iglesia en su totalidad se refleja por la preocupación que la iglesia primitiva demostró hacia las viudas que necesitaban cuidados y ayuda (Hechos 6:1-6). De ésta y otras referencias en la Biblia nos damos cuenta de que Jesús no consideraba a las mujeres como que eran inferiores a los hombres en lo concerniente al discipulado, sino que fueron de las primeras entre los miembros y una parte importante en la vida de la iglesia. Por tanto, el que en una iglesia local el hombre y la mujer tengan diferentes funciones no significa que uno sea inferior al otro.

Después de todo, en ninguna parte de la Biblia dice que una persona es mejor, superior o más santo por ser líder de una iglesia. El sacerdocio y el pastorado no tienen nada que ver con poder, ni dominación, ni exaltación sino con servicio, caridad, y sacrificio. Sin olvidar que María (una mujer) es la que ocupa la posición más grande que todos los sacerdotes y papas en la iglesia católica como la Madre de la iglesia y la Reina del Cielo. Pero como ya hemos demostrado, la iglesia ofrece muchas maneras donde tanto hombres como mujeres pueden ejercer oficio. Despreciar otros puestos que pueden tener en la iglesia es ignorar las mismas Palabras de Dios que dice “Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso. Porque si todos fueran un solo miembro, ¿dónde estaría el cuerpo? Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo. Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros. Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios; y a aquellos del cuerpo que nos parecen menos dignos, a éstos vestimos más dignamente; y los que en nosotros son menos decorosos, se tratan con más decoro. Porque los que en nosotros son más decorosos, no tienen necesidad; pero Dios ordenó el cuerpo, dando más abundante honor al que le faltaba, para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se preocupen los unos por los otros. De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan. Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular.” (1 Corintios 12:4-30). Por otro lado, es interesante saber que los que se quejan de que las mujeres no son sacerdotes o pastores son los menos que van a la iglesia.

En conclusión, todos estamos llamados a evangelizar, discipular, participar en la iglesia y vivir en santidad. No solo el pastor o en el sacerdote. El rol, los deberes y las tareas que Dios asigna a la mujer en la iglesia, el matrimonio y el hogar no son menos importantes que los asignados al varón. Difieren, pero no en valor o importancia.