¿Es la fe cristiana una creencia ciega y sin evidencias?

“El ateísmo es la fe del ateo” – Gustavo Bueno, uno de los mayores filósofos españoles que desarrolló el materialismo filosófico

           ¿La fe es creer sin dudar lo cual es contrario a los intereses de la filósofía, pues el que cree no sabe y el que sabe no necesita creer? En primer lugar, aunque creer expresa una duda eso no tiene nada de antifilosófico o anti-intelectual puesto que todos siempre dudamos o creemos en algo o alguien, incluyendo los más grandes filósofos y científicos ya sean cristianos o no cristianos. Segundo, aunque en el uso diario del idioma se usa actualmente ambas palabras para expresar una diferencia entre creer y saber, en el sentido bíblico la palabra creer significa saber con certeza y confiar plenamente como cuando decimos que creemos en Dios y en su Palabra porque es verdadera (Hebreos 11:1). El problema está cuando personas como Richard Dawkins y otros antireligiosos como Neil deGrasse Tyson y Christopher Hitchens redefinen deshonestamente la palabra “fe” diciendo que es creer sin evidencias o a pesar de ellas y que por ende no se puede estar seguro de la existencia del Dios cristiano. ¿Pero es esto cierto? No. Asumir tal cosa es cometer una falacia de hombre de paja o falacia de equívoco pues históricamente hablando, ningún experto en el griego y la Biblia define la palabra “fe” (pistis) de esa manera (Vea “Dictionary of Paul and His Letters” del Dr. Leon Morris). Ni Aristóteles (en Política y Etica eudemia), ni Antifonte de Atenas, ni Platón, ni Heródoto, ni Diodoro Sículo, ni el Nuevo Testamento griego usan el término de esa forma por lo que esta nueva y terrible redefinición que le da Dawkins y sus colegas es incorrecta (Vea Hechos 17:11,31; 1 Pedro 1:6-7; 3:15; Juan 20:24-29; Hebreos 11:1,19; Oseas 4:6 y Juan 14:11).  Sin embargo, a pesar de que este invento ha sido corregido numerosas veces, muchos ateos y agnósticos insisten en seguir usandola lo cual demuestra su deshonestidad intelectual.

       Entonces ¿cual es su verdadera definición? La palabra fe (en latín fides) simplemente significa confianza la cual tomamos también de otras palabras como confidencia, fiar, fiel, fehaciente, etc. Por tanto, la palabra también calza a los ateos y no tiene nada de malo en sí misma puesto que todos tenemos fe en algo o alguien. Aunque nadie tiene más fe que un ateo. Todo depende del objeto donde uno ponga uno su fe. Por eso hay fe que son plausibles, razonables y demostrables (como el cristianismo) y otras que son risibles, ilógicas y sin evidencias (como el ateísmo). De hecho, las creencias de los ateos sobre el origen de la vida y el universo (como la evolución, multiversos, abiogénesis, panspermia, etc) también descansan en la aceptación de hipótesis y especulaciones cuya validez no han sido comprobadas.

         Además, el cristiano cree en el Dios de la Biblia porque experimentó un cambio de vida sobrenatural por lo que no hay mejor evidencia que probar uno mismo la presencia de Dios en forma personal. Es por eso que el cristianismo no es solo una religión sino también una relación personal con Dios. Pero no solo tenemos esa evidencia interna sino que también tenemos la evidencia externa las cuales también aumentan nuestra fe (confianza) en el Dios de la Biblia como la historia, arqueología, profecías cumplidas, la ciencia y la filosofía las cuales también apoyan el cristianismo. De hecho, por varios siglos muchos grandes pensadores, filósofos y apologistas cristianos (como Blaise Pascal, Agustín de Hipona, Tomás de Aquino, C.S. Lewis, y muchos otros) han presentado varios argumentos para demostrar que la fe cristiana es una fe razonable y verdadera (Isaías 1:18 y Romanos 12:1).

          Hasta el mismo Jesús le dijo a sus discípulos que creyeran que Él era el Hijo de Dios no solo por lo que decía (como cuando refutaba los débiles argumentos de sus opositores) sino también por las obras (milagros) que hacía (Juan 10:37,38). De hecho, cuando Jesús fue crucificado, sus discípulos se desanimaron y dejaron de identificarse con su ministerio pensando que “Dios estaba muerto” (como diría Nietzsche). Sin embargo resucitó al tercer día y no solo sus discípulos lo vieron sino que muchos otros también fueron testigos de su resurrección. Desde entonces todos los discípulos (excepto Juan) sufrieron martirio por estas grandes verdades de las cuales fueron testigos oculares (2 Pedro 1:16-18; 1 Corintios 15:1-8). Sin olvidar que el apóstol Pablo fue el que más perseguía a la iglesia porque no creía en el cristianismo pero al ver al Cristo resucitado se convirtió después en su más grande defensor. Tampoco olvidemos al médico Lucas y Tomas (algunos lo llaman el científico del grupo) ya que antes de creer, exigió ver y tocar el cuerpo del Cristo resucitado lo cual una vez hecho quedó convencido (Hechos 1:1-3 y Juan 20:25-29).

        Por eso el apóstol Pablo no redujo a Dios a una mera probabilidad sino que dijo “Por cuya causa asimismo padezco estas cosas; mas no me avergüenzo; porque yo sé a quien he creído, y estoy seguro que es poderoso para guardar mi depósito para aquel día.” (2 Timoteo 1:12; Romanos 8:38-39 y 1 Juan 5:13-21). En otras palabras, el creyente no tiene inseguridad porque tiene la evidencia interna y externa de que su Dios es real. Por eso en Hebreos 1:1-3 también se define la verdadera fe bíblica y cristiana con dos palabras: sustentación o certeza (hupostasis) y evidencia (elegchos) que significa convicción. Por tanto, redefinir la fe como una creencia ciega y sin evidencias es demostrar deshonestidad (falacia de hombre de paja) o ignorancia en cuanto a lo que la teología cristiana se refiere.

       Ninguna fe en todo el mundo tiene más sustento que la fe cristiana. En cambio, a pesar de que el ateísmo es mucho más antiguo que el cristianismo, aún no ha podido ser capaz de demostrar con argumentos sólidos y mucho menos con evidencias la afirmación gratuita de que no hay Dios. Hasta los mismos defensores del ateísmo como Richard Dawkins, Bertrand Russell, Stephen Hawking y Carl Sagan así lo han admitido.  Como dice el apologista cristiano y ex-ateo, Lee Strobel, “Me di cuenta que para mantenerme ateo tendría que creer que la nada produce todo, la materia muerta produce vida, el azar produce orden, el caos produce información, la inconsciencia produce consciencia y lo irracional produce razón. Estos saltos de fe eran demasiados altos para yo lograrlos” (Lee Strobel, ex-ateo). En fin, dudar de la mentira (como el ateísmo) es productivo pero dudar de la verdad (como el cristianismo bíblico) es destructivo, saludos.

https://www.youtube.com/watch?v=4NzFr4lM-lc